Vilma Osorio, El Salvador
***
Esta noche huele a pasado,
pasado en frasco pequeño.
Las historias frotan el pecho
El aceite de mirra es escaso,
porque los detalles están gastados
y han perdido la fragancia.
El por qué se ha evaporado
y solo queda la etiqueta.
Esta noche brilla el sol
y es hora de embalsamar las historias
***
Un silencio ensordecedor
perturba los laberintos
que inundan la crisis de ignorar
por qué existo.
Y si no existo, quién escribe en este momento
molinos de insurrección
contra todos y todo
y a la vez, pasiva.
Sin voz.
***
Sin identidad.
Sin ningún reflejo en el espejo.
Con huella digital transparente.
Carente de latidos,
colmada de fantasmas que atraviesan la
espalda
y se mofan de mi aspecto borroso,
de mi risa forzada.
***
Amanezco, encarno a la luna.
Amanezco, encarno a la luna.
El menguante no perturba.
El creciente invade
el espacio
saturado de negrura,
negrura teñida de verde
de verde pálido,
de pálido cielo.
Y soy la inexistencia viviente,
viviente leyenda, leyenda ceniza.
En el espejo se congelan los reflejos.
Los reflejos de madrugada
meditabunda.
meditabunda.
***
Quiero:
un eco
una mano
un roce
un destello
quiero
Quiero:
un eco
una mano
un roce
un destello
quiero
***
Hoy desperté dormida:
con el velo del sol y la cara ensombrecida de pájaros rapaces
ayer todo era verde
(y sigue siendo verde)
el beso de la nube desintegra el aliento
no existe calma, solo delirios ciegos
obscenos
que despojan de lunas la noche
las preguntas, la furia, el pan
saturan de veneno la garganta
los amantes son cadáveres
ruidos
sonrisas que duelen en exceso
y el sol está desnudo
(los pájaros desistieron)
***
[Ayer, trituré las raíces de tu imagen
y la piel reclamó tus manos tétricas]
[Mis labios recobraron la memoria]
La boca seca
el recuerdo musgo
de tu voz muerta
Regresaste del misterio verde y estabas llorando
tu vientre salpicó un rostro
(eran muchos quizá)
Seguiste llorando, me acerqué
tus brazos desaparecieron
el espejo estaba sucio, demasiado borroso
Respiraste
tu aliento explotó los cristales
deseaba limpiar los vestigios y aparecieron mariposas aplastadas
Ahora entiendo tu locura por las mariposas
tu obsesión por el vino
el rencor de tus dientes
Te convertiste en niña y tenías brazos, un antifaz, una camisa de fuerza.
gritaste.
Hoy, eres la veterana de la esquina
de un lugar desconocido
rindes tributo a las mariposas
ya no las aplastas. Te cansaste, se cansaron.
Cada tarde buscas un espejo
en el reflejo miras el cielo
la luna se apodera del espejo
Te fuiste, no estás. No hay cielo, no hay mariposas, no hay reflejo.
02/03/06
***
Carnadas valientes se resisten
se retuercen, se encogen
Los gritos, las señales de humo:
se deslizan.
La corriente no parpadea
Un efecto, ¿un triunfo?
No
Hay burbujas
Aguijoneadas por algas osadas
No importa la metáfora ni la denominación
Pero, ¿quién les sacia la sed, alivia los vacíos o, por lo menos,
tapa la boca de los anhelos?
¿quién calma los rugidos de sus estómagos?
Ni siquiera jugar a los dragones,
ni siquiera recoger latas huecas
¿qué necesitan?
Todo
¿qué reciben?
Lo único que tienen
Niños cometa, ojitos carrousell
Un chocolate es el tesoro, una moneda el mapa; pero no lo encuentran,
se les deshace con un no
Comen grillos, piensan que son camarones
Y qué más da
qué más da.
02/02/2004
Hoy desperté dormida:
con el velo del sol y la cara ensombrecida de pájaros rapaces
ayer todo era verde
(y sigue siendo verde)
el beso de la nube desintegra el aliento
no existe calma, solo delirios ciegos
obscenos
que despojan de lunas la noche
las preguntas, la furia, el pan
saturan de veneno la garganta
los amantes son cadáveres
ruidos
sonrisas que duelen en exceso
y el sol está desnudo
(los pájaros desistieron)
***
[Ayer, trituré las raíces de tu imagen
y la piel reclamó tus manos tétricas]
[Mis labios recobraron la memoria]
La boca seca
el recuerdo musgo
de tu voz muerta
Regresaste del misterio verde y estabas llorando
tu vientre salpicó un rostro
(eran muchos quizá)
Seguiste llorando, me acerqué
tus brazos desaparecieron
el espejo estaba sucio, demasiado borroso
Respiraste
tu aliento explotó los cristales
deseaba limpiar los vestigios y aparecieron mariposas aplastadas
Ahora entiendo tu locura por las mariposas
tu obsesión por el vino
el rencor de tus dientes
Te convertiste en niña y tenías brazos, un antifaz, una camisa de fuerza.
gritaste.
Hoy, eres la veterana de la esquina
de un lugar desconocido
rindes tributo a las mariposas
ya no las aplastas. Te cansaste, se cansaron.
Cada tarde buscas un espejo
en el reflejo miras el cielo
la luna se apodera del espejo
Te fuiste, no estás. No hay cielo, no hay mariposas, no hay reflejo.
02/03/06
***
Carnadas valientes se resisten
se retuercen, se encogen
Los gritos, las señales de humo:
se deslizan.
La corriente no parpadea
Un efecto, ¿un triunfo?
No
Hay burbujas
Aguijoneadas por algas osadas
No importa la metáfora ni la denominación
Pero, ¿quién les sacia la sed, alivia los vacíos o, por lo menos,
tapa la boca de los anhelos?
¿quién calma los rugidos de sus estómagos?
Ni siquiera jugar a los dragones,
ni siquiera recoger latas huecas
¿qué necesitan?
Todo
¿qué reciben?
Lo único que tienen
Niños cometa, ojitos carrousell
Un chocolate es el tesoro, una moneda el mapa; pero no lo encuentran,
se les deshace con un no
Comen grillos, piensan que son camarones
Y qué más da
qué más da.
02/02/2004