Fotografía: Otoniel Guevara
Contracorriente
En mi infancia
monté en un río que me pertenecía
Me hacía creer que su aroma de piedra encantada
era como las simples palabras de mi madre
Lo contemplaba adquirir el color de las cosas
que iba resucitando:
una rama con hojas transparentes
la indecible alegría de mis compañeros
o el fresco ángulo errático de mi pie desnudo
Mi río me arrullaba a la hora del sueño
en lugar de mi madre
Hay ocasiones en que despierto
soñando con él
Y agradezco al agua el no haber aprendido a nadar nunca
De esa manera puedo naufragar en paz en la corriente
de mi interminable río perdido
Contracorriente
En mi infancia
monté en un río que me pertenecía
Me hacía creer que su aroma de piedra encantada
era como las simples palabras de mi madre
Lo contemplaba adquirir el color de las cosas
que iba resucitando:
una rama con hojas transparentes
la indecible alegría de mis compañeros
o el fresco ángulo errático de mi pie desnudo
Mi río me arrullaba a la hora del sueño
en lugar de mi madre
Hay ocasiones en que despierto
soñando con él
Y agradezco al agua el no haber aprendido a nadar nunca
De esa manera puedo naufragar en paz en la corriente
de mi interminable río perdido
Leer más de Otoniel Guevara en Arte Poética-Rostros y Versos y en Suplemento Cultural Tresl, del cual el poeta es su Coordinador.
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