Fotografía: Lía Karavía (Grecia)
Yo soy dos mujeres (Doble ambiente)
Yo soy dos mujeres.
Una habita la casa de su infancia
cuida los jarros de flores
ajusta los péndulos
alimenta a los niños – sus niños
asiste los primeros pasos de su bebé
los últimos de su abuelo
toma en sus brazos la cabeza cansada de su marido
y él se siente reposado
se siente como el adolescente
que fue el día de su primero encuentro
toca los límites de la inmortalidad y duerme feliz.
Después ella se desliza por la cama
suelta su cabello largo
sus ojos se transforman de estrellas en soles
la otra mujer no ilumina – ella brilla
lee los diarios del mundo
escucha la música de los países
va descalza sobre los campos sobre las florestas
vuela sobre los tejados sobre las fronteras
y visita a su amado prisionero
su amado marinero en alta mar
va de luto por su amado muerto
fusilado, traspasado, ahorcado
tiene también el tiempo para hacer cosas en su lugar
montar barricadas
mecer los huérfanos cantándoles en diversas lenguas
omnisciente por amor y por éxtasis
pero siempre retorna antes de la aurora
tira su túnica de magia
recoge sus cabellos, se inclina sobre la cama
toca la frente serena de su marido
y le prepara el café de la mañana
antes de despertar al resto de la familia.
“Después de los 30”, (2005)
Yo soy dos mujeres (Doble ambiente)
Yo soy dos mujeres.
Una habita la casa de su infancia
cuida los jarros de flores
ajusta los péndulos
alimenta a los niños – sus niños
asiste los primeros pasos de su bebé
los últimos de su abuelo
toma en sus brazos la cabeza cansada de su marido
y él se siente reposado
se siente como el adolescente
que fue el día de su primero encuentro
toca los límites de la inmortalidad y duerme feliz.
Después ella se desliza por la cama
suelta su cabello largo
sus ojos se transforman de estrellas en soles
la otra mujer no ilumina – ella brilla
lee los diarios del mundo
escucha la música de los países
va descalza sobre los campos sobre las florestas
vuela sobre los tejados sobre las fronteras
y visita a su amado prisionero
su amado marinero en alta mar
va de luto por su amado muerto
fusilado, traspasado, ahorcado
tiene también el tiempo para hacer cosas en su lugar
montar barricadas
mecer los huérfanos cantándoles en diversas lenguas
omnisciente por amor y por éxtasis
pero siempre retorna antes de la aurora
tira su túnica de magia
recoge sus cabellos, se inclina sobre la cama
toca la frente serena de su marido
y le prepara el café de la mañana
antes de despertar al resto de la familia.
“Después de los 30”, (2005)
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