Fotografía: Luis Melgar Brizuela
Espejo roto
Mi pasado es un espejo roto:
porque perdí a Dios.
(ÉL me perdió).
Por eso, nada más que por eso.
Eso pasó en un país remoto llamado Juventud
por donde fui de noche.
(Joven: mírate en este espejo roto).
Pero hoy he vuelto a nacer,
por eso estoy aquí
al filo de mi lápiz
contándoles el cuento
desde el palacio de mi padre pródigo.
Esta es la historia de un sol y un mar que hicieron un espejo
pero vino temprano la pierda de la duda
y lo quebró en pedazos.
El sol era el principio (llámese Padre, Dios, Gran Todo
o Dador de la Vida): era la del ojo cosmológico
puesta en el punto exacto de mí mismo.
El mar era mi madre, el arrullo de Dios a mi semilla,
el canto entre las manos y la sombra,
la trepidez del tiempo
lanzándome a las playas del dolor.
Y yo era tú más él y fui nosotros.
por eso nos amamos, gracias al sol de la palabra:
por eso nos alzamos
a todo amor.
Entonces, con tus manos, el espejo
volvió al ciclo del agua de verdad
Espejo roto
Mi pasado es un espejo roto:
porque perdí a Dios.
(ÉL me perdió).
Por eso, nada más que por eso.
Eso pasó en un país remoto llamado Juventud
por donde fui de noche.
(Joven: mírate en este espejo roto).
Pero hoy he vuelto a nacer,
por eso estoy aquí
al filo de mi lápiz
contándoles el cuento
desde el palacio de mi padre pródigo.
Esta es la historia de un sol y un mar que hicieron un espejo
pero vino temprano la pierda de la duda
y lo quebró en pedazos.
El sol era el principio (llámese Padre, Dios, Gran Todo
o Dador de la Vida): era la del ojo cosmológico
puesta en el punto exacto de mí mismo.
El mar era mi madre, el arrullo de Dios a mi semilla,
el canto entre las manos y la sombra,
la trepidez del tiempo
lanzándome a las playas del dolor.
Y yo era tú más él y fui nosotros.
por eso nos amamos, gracias al sol de la palabra:
por eso nos alzamos
a todo amor.
Entonces, con tus manos, el espejo
volvió al ciclo del agua de verdad
en la fiesta del tiempo: Ohuaya, ohuaya.
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