martes, 8 de diciembre de 2009

tres poemas de efraín rivera caravantes

Efraín Rivera Caravantes, joven poeta salvadoreño











En el profundo mar de la noche








“How can I feel
abandoned even when the world surrounds me?”
Dream Theater







Una ola de tierra me transporta
casi sin moverse
hacia otros lugares.
Desde aquí
muchas son las luces que flotan
en el profundo mar de la noche.

Allá abajo brillan los conciertos,
los dientes blancos de las sonrisas,
los asaltos en las calles y en las camas,
las casas vacías y las llenas,
la saliva de los besos,
las despedidas, las lágrimas
que se quedan en los ojos
y las que comulgan con el mar
de una almohada o de un hombro.

Allá arriba se juntan las otras luces
para orientar a los viajeros ciegos
con sus signos Braille.
Ellos las leen, deslizan sus manos
por el la página perforada del cielo
en busca de su destino.

Muchas son las luces que flotan
en el profundo mar de la noche
y a pesar de todo, aquí y ahora,
me siento como un viejo Adán
con sus costillas completas.








¿Ser o no ser?






“Yo no sé lo que quiero,
porque aún no estoy muerto.”
Luis Cardoza y Aragón








Uno es algo
hasta que se muere,
hasta que es un muerto definitivo
de pies a cabeza.

Mientras tanto me gusta ser
el peatón de la vida,
el pasajero del tiempo,
el actor del teatro del mundo
que va escribiendo su papel,
el jugador de fútbol que piensa
que la vida es algo tan hermoso
como patear un penalti
y fallar.

Y es que aún quedan cosas por hacer,
y son tan inútiles y tan necesarias
como las que ya se han hecho.
A veces tengo ganas de desescribir la historia,
de ir caminando y no encontrar las calles
donde están,
y otras veces me amanecen
las ganas de escribir algunos sueños
para el después que comienza ahora:

quiero tragarme el movimiento,
quiero que el destino sea lo que quiera ser,
quiero que me recuerden sin recordarme,
como un recuerdo sin nombre,
un recuerdo blanco que sin querer
les guiña un ojo desde no sé dónde
y les pinta una sonrisa
sin más.

Lo único que quiero, con frecuencia,
es que me confundan
con el silencio.








Poema de variétés







Se abre el telón,
la música comienza
a escribir el poema en el escenario.
Aparece el artista, el actor, el poeta,
el que es como todos: distinto,
el que con sus manos
comienza a barajar las palabras,
las corta,
las reparte entre los asistentes,
las desaparece
en labor encomiable de prestidigitador.
Y luego se vuelven duras las palabras
como esos bolos
que sirven para hacer malabares,
y dan vueltas en el aire:
roma se vuelve amor,
asir se vuelve risa
y ríen los presentes
porque el payaso hace malabares con bolsas
vacías
donde caben cada una de sus cabezas.
Otros lloran, otros no están ahí
y si están
frente al gimnasta que seduce a su pareja.
Sus cuerpos se mueven,
se unen, se mezclan como el agua
-¡agua frotándose con agua!-
en el escenario contenida
como en una vitrina.
La música sigue.
La pareja es ahora un violín y un piano,
y se hablan con música.
Él dice con notas:
“te necesito para esta canción”,
y ella responde con la mirada
de un si sostenido
mientras el telón va cerrándose,
mientras el poema sigue bailando,
cambiando de escenarios y actoresconstantemente.

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