I
Pongo una cuartilla sobre tu regazo, con el desdén estampándole un verso,
un verso llano, grácil e inmoral, que se tiende de mis dedos al papel
a la espera de tus impulsos de caballero sesgado, rompiendo a la poesía.
Sin embargo,
tu mano se desbarata en cientos de migajas que componen
a una elegía soberbia pero malnutrida,
una elegía creada por el desgano de tu beso trocado por la injuria,
una elegía forjada por la desidia o por la muerte
en la frialdad de la tundra que es tu caricia,
donde todos mis intentos suelen perecer.
II
Ni siquiera reanudes al silencio más austero,
o recojas al artilugio asesino que se estremece con el graznido
de las aves que crujen en tu cielo, cielo falso de recuerdos;
cuando en una noche, en un instante o en un rezo,
en el sosiego añorado dentro de tu mente
llegue una mujer cualquiera apropiándose de mi nombre
y te haga tambalear en la cúpula del ensueño.
No le sonrías, le ovaciones, le temas, o le odies;
pues, ella es una actriz con caprichos distinguidos,
es una marioneta con afán quejumbroso,
rondando por los vergeles opacos de tu infancia.
Ni siquiera te acerques, al temblor de sus manos y de sus labios oníricos,
mucho menos lo hagas a la tersura de su pubis,
de su pubis quimérico, etéreo y fatal;
aunque sea la noche cargada de lamentos y vuelvas abatido de la urbe
y la compañía sean unos estantes polvosos
y el estupor del pasado te tumbe sobre un cojín agradable, no cedas a su ardid.
Pueda que te levantes sonámbulo con pupilas gatunas, cojas el teléfono
y me llames en la madrugada;
y la voz que escuches no sea la mía, sea ronca y candorosa;
y te despiertes para sonrojarte, para enfundarte de asombro con la pócima añejada
de una botella y un par de cigarrillos;
mientras la actriz de tu nostalgia,
se tuerce burlona y falaz
en el escondite más recóndito de tu memoria.
III
En el abismo pérfido,
en el que tus deidades interpretan a tu sonata irascible;
una flauta enmudece y se rebela.
Toda la obertura de furor, se para, a causa de sus notas infringidas.
Y el infierno, abismo ruidoso de tu ira, vuelve a estar en silencio:
¿Escuchas a los himnos de mi gloria?
Dialéctica de la ceniza
Virutas de color verde se desprenden de un pequeño cilindro de papel, perfectamente enrollado. Una llama se aproxima al borde del cilindro; al otro extremo, los labios húmedos de Irene rodean a un filtro de algodoncillo blanco, por el que succiona hasta dejar una ascua perfecta. Escucha como las virutas se queman para transformarse en el humo que viaja hasta sus pulmones y deja un rastro de frescura como el invierno en el pasto. Segundos después, con ímpetu, su tráquea expulsa el humo en la zaga de su garganta; al momento que el frescor se vuelve un agrio sabor en su boca. En su cerebro miles de vínculos se hacen y se deshacen. Un neurotransmisor es su anfitrión: Dopamina. Irene ríe. Piensa si los movimientos que cree que hizo, ya los hizo. Ríe. Calla. Piensa si está haciendo movimientos cuando piensa que los hace. Ríe. Piensa que no ha pasado algo. Calla. La brasa apunta hacia sus dedos, los cuales con una destreza inesperada hacen que desaparezca en un santiamén. Han pasado años de movimientos y de brasas. Cuando mira el cigarrillo sospecha que no es el mismo. Ríe. Carraspea. El humo se desvía de su boca a sus fosas nasales. Unos residuos grises resbalan de un vidrio multicolor. Calla. Carraspea. La dopamina es su huésped permanente. Inhala profundamente hasta hinchar a su diafragma. Sus manos son diestras con el papelillo, de modo que ya no cae ningún vestigio verde grisáceo sobre el suelo. Irene ríe, calla, carraspea. Aún no sabe si ha hecho algún movimiento o si piensa hacerlo. Han pasado años. Han pasado horas. Pasan los minutos; y la única certeza es la dopamina anegando a todo su cerebro.
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Nació el 29 de febrero de 1984, en la ciudad de San Salvador, El Salvador.
Cursó sus estudios de educación básica y media en el Complejo Educativo “Walter Beneke” de la ciudad capital. Inició sus estudios superiores en la Universidad de El Salvador, en el año 2002, en la carrera de Profesorado en Lenguaje y Literatura; graduándose en el año 2005.
Su labor literaria comienza con su participación en el Certamen Literario “Nuevas Letras” en el año 2006, en el que resulta como finalista. Inició un taller literario con otras mujeres llamado “Las mujeres no lloran, escriben” hasta el año 2008. En el año 2010 es invitada a participar en el Taller Internacional “Propuesta tecnológica, científica y artística de Latinoamérica en el Siglo XXI”.
Sus referentes literarios son la post vanguardia, el intimismo, el neo surrealismo, y la transmodernidad poética. Su poesía y narrativa es inédita aún.
aranzaztejada@yahoo.com
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