Juan Cotto, El Salvador.
Fotografía: Panorama de la Literatura Salvadoreña
de D. Luis Gallegos Valdés
VERANO
A MARIANO BRULL
Se está comiendo a si mismo
aquel niño en el jardín…
Tiene un durazno en la boca,
rosado y rubio como él.
Cézanne no quiere que rompa
el milagro del pincel…
El niño robó esa fruta
a un verano del pintor.
PINOS
A XAVIER VILLAURRUTIA
Pinos, pinos de variados rumores,
—los pinos que tienen trinos—
¡Son los mejores!
Pinos, pinos de luna llena,
—los pinos que tienen musgo—
¡Son para la Nochebuena!
Pinos, pinos del nocturno idilio,
—pinos fragantes que vieron—
Un día caminar a Virgilio.
Pinos, pinos de liras tiernas,
—los pinos que yo he cantado—
¡los pinos de las canciones eternas!
NOCTURNO EN PATZCUARO
PARA CLAUDIO ARRAU
Rema suave, suavemente…
No rompas los luceros
que en el fondo del agua están dormidos!
—Dueños somos, amigos, del secreto
que en el más puro amor tienen las almas.
Alza la mano, guarda el remo…
¡No sea que se rompan los cristales
que guardan el tesoro de la noche!
*Poemas pertenecientes al libro: CANTOS DE LA TIERRA PROMETIDA, con prólogo de José Vasconcelos. Editado por el Departamento Editorial del Ministerio de Cultura, El Salvador, 1955. Colección Poesía, Vol.1.
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