Pedro Geoffroy Rivas, El Salvador.
Imagen cogida de Artepoética
PARA CANTAR MAÑANA,
MEXICO, 1935
CANCIÓN DE LOS IZALCOS
Hombres de
los izalcos
hombres
altos y oscuros de las cumbres
sembradores
silenciosos que os quedasteis así
con los
puños en alto,
en ademán de
sacudir el yugo
o de arrojar
semillas a los surcos musicales del cielo
Yo cantaré
canciones por vosotros
Yo
renuevo
alegre de vuestra semilla triste y subversiva antihombre de hoy
promesa de
hombre para un mañana
a la sombra
de vuestro enorme y cálido recuerdo
quiero cantar
canciones que digan el milagro del 23 de enero/
cuando el
volcán izó rojas banderas en sus llamas más altas/ y vosotros bajasteis de las
cumbres como ríos oscuros desbordados indómitos como ríos salidos para siempre
del cauce doloroso
Yo cantaré
canciones en tu nombre
indio
Feliciano Ama
Yo gritaré
el poema del corazón inmenso que latía en tu mirada/
en tu mirada
vieja de siglos
con la que
nos miraban nuevamente el abuelo Tutecotzimit/
y el tata
Tacho Aquino
Yo cantaré
la gloria de tu muerte vertical y suspensa
Hombres de
rojo oscuro de sangre india caída
miradores de
auroras lejanas
pulsadores
del gran dolor universal
Yo cantaré
en mi ardiente canción estremecida
los vuelcos
de la angustia
la alegría
del grito
la recia
sacudida
con que un
día rompisteis los cercos del oprobio
Hombres de
los izalcos que dejasteis la tierra
preñada de
la roja simiente
surcada por
los lentos arados de silencios tremendos
ya llegará
la hora del parto milagroso
cuando en
peregrinación vayamos a buscar vuestro huesos/
para fincar
con ellos los cimientos de nuestra nueva vida para afianzar con ellos las rojas
barricadas
para labrar
las cachas del corvo justiciero
Hombres
rojos y oscuros de las cumbres
mañana
cuando la
flor radiosa de los vientos
desparrame
por todos los rincones de América
la mazorca
simbólica
que creció
en el sepulcro del negro Farabundo
cuando los
hombres nuevos levantemos del polvo vuestro sueño/ vosotros
los bandidos
de hoy
los
criminales que erigisteis el soviet de Juavúa
seréis los santos
rojos
precursores
de nuestra felicidad
Yo cantaré
canciones por vosotros
hombres de
los izalcos
NO VUELVAS AL CAFETAL
No vayas al
corte hermano
aunque el
café esté en sazón que hay sangre tuya en el grano
que le
llevas al patrón
Soldados y
nacionales
vinieron por
los caminos
abonando
cafetales
con huesos
de campesinos
Y por la cal
de esos huesos
por esa
carne deshecha el patrón se hartó de pesos
duplicando
la cosecha
Deja en las
ramas los granos
y que se
vuelvan carbón que lo corte con sus manos
si quiere
café el patrón
Hasta que
llegue otro enero
y entonces
verás hermano
que se llena
tu granero
y no el
patrón con el grano
AHORA TENEMOS MUCHO
No teníamos
nada y ahora tenemos mucho
Tenemos
10.000 muertos
Tenemos el
recuerdo de 10.000 hermanos
que
ofrendaron sus vidas
por
enseñarnos a vivir
tenemos un
dolor mucho más grande
que aquel
dolor de ANTES.
No teníamos
nada y ahora tenemos mucho
Tenemos
10.000 tumbas que gritan:
20.000 ojos
sin vida que nos ven fijamente
Tenemos un
anhelo sin límites
y una
bandera roja en cada rancho.
No teníamos
nada y ahora tenemos mucho
Hoy tenemos
el grito ronco y áspero
y la
angustia que late
como otro
corazón dentro del pecho.
No teníamos
nada y ahora tenemos mucho
Tenemos a
Martí y al indio Ama.
tenemos un
23 de enero
y tenemos
Izalco y tenemos Juayúa
y tenemos
también a quien amar y a quien odiar
y para qué
vivir y un tremendo para que morir.
No teníamos
nada y ahora tenernos mucho
POR EL HERMANO QUE CAYÓ AQUEL DÍA
Por el
hermano que cayó aquel día
hoy me
corono de palabras crueles,
de palabras
punzantes como espinas.
Una mañanita
clara,
como él soñó
los ojos del hijo que aún no le nacía,
lo llevaron
junto al cementerio.
Nadie fue a
despedirlo
y los
maussers rezaron su oración tremenda.
Ahora duerme
dentro de la roja caja
que unos
cuantos amigos le llevaron
Una mujer
preñada nos dejó en herencia.
ROMANCE DE ENERO
Viene la
cívica hermano
con rifles y
tartamudas, vienen los guardias de caqui
y los
soldados azules.
Traen la
muerte en las manos
y te buscan
campesino
quieren
beberse tu sangre
y la sangre
de tus hijos.
Viniendo
vienen, viniendo,
tremenda
racha de muerte.
Al primer
soviet de América
lo hicieron
mierda a balazos.
El arzobispo
Belloso
dijo misa de
campaña
les perdonó
los pecados
y les
bendijo las armas
por Dios
vienen protegidos
y a ti nadie
te protege
no creas en
Dios hermano
que en su
nombre te fusilan
el cura que
te robaba
los pollos y
las mujeres
te mintió
cuando te dijo
que es de
los pobres el cielo
que
cambiaras tus sudores
por una
gloria hipotética
para qué
quieres la gloria
si puedes
tener la tierra
Trescientos
años pasaste
mascullando
tu amargura
y cuando al
fin protestaste
a tu alarido
tremendo
respondió la
tartamuda
el jefe de
operaciones
fue el
general Calderón
en ocho días
tan sólo
más de diez
mil liquidó
la guardia
barrió caminos
con escobas
de metralla
limpias
quedaron las sierras
y abonado el
cafetal
La culpa la
tienen ellos
(como
escribió don Gabino)
por decirte
que eras hombre y que tenías derechos.
Tu derecho,
hermano, era
ir, por
ejemplo, a votar:
por cada
voto que dabas
te daban
guaro y tamal
mas el café
que cortabas
era del amo
no más
de la milpa
que sembrabas
nunca veías
el máis
Pero un día
en tu quebranto
rompiendo el
yugo te alzaste
quisiste que
fuera todo
de todos,
como en el Cristo,
y en zanjas
de veinte metros
te dieron ni
comunismo
Yo te
ofrezco estas canciones
camarada
campesino
para que
cantes mañana
cuando
florezca tu grito en otro enero izalqueño
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