lunes, 18 de mayo de 2020

Teresa del Bosque (Muestra poética)

Teresa del Bosque, poeta Salvadoreña





PARVEDAD

A media noche siempre vengo
al cementerio de las lluvias
y me abandono en el confesionario de mis culpas

Me desnudo
cual niña decidida
a lanzarse por la borda de los miedos
mientras voy descalzando las palabras
que le vendo por catálogo           
al esmirriado salón de esos niños
que se le escaparon a la delincuencia

Aquí  
me siento más liviana que el vacío germinado
en el hueco del pecho

Aquí, donde solo existe      
la eterna audición de atoradas langostas
en el caracol encerado
del tímpano

Aquí no tengo que ser
gente de papel
reciclado
rutinario

Aquí me quedo
hasta que se descalcifican de mundo
mis harapos

Mañana volveré a cargarme
de bocas hambrientas la sonrisa
a venderla al mismo precio
al mismo público exiguo
hasta que me den de baja
los buitres del gobierno.


DIOS DE LA TIERRA

Estás en el ego del muro
en el radar de mis venas
en el plomo suplicante de los muertos
al otro lado de lo cierto       

Estás incinerando el polvo
mal habido del espíritu

Estás en este infierno    
tu reino encomendado
por guerrero, por amado          

Estás limpiándole el camino           
a ese padre que no existe
si no existo, si no existes

Porque eres, soy, es
conforme a mi necesidad
de no ser yo, tú, él, ¿ella?

Por eso eres      
el dios de este infierno
mío, de todos. 


LA POESÍA

La poesía es la ventana
donde aúlla la loba malherida            
es el abismo de cristales rotos         
el coliseo teñido con mi sangre   
          
Es mi cementerio personal               
mi río lava heridas          
mi pañuelo
mi hombro           
mi funeral de buenas intenciones

Es el recuerdo de lo que olvido
el arsenal de guerras pasadas         

Mi vida entera se tiró por la ventana

La poesía es oasis en el Limbo         
la tierra innegable a tu lágrima sin semilla
el azadón de los escombros      
el imán de pretéritos puñales, presentes y futuros

Es la cruz del sol quemando tu propio infierno             
el verdugo sin promesa de mejor amante
el carmesí del Nilo     
la cocaína que te eleva
y te lanza al vacío

La poesía es lupanar de desconocidos
sanatorio de heridos
necrópolis de los quebrados
cadena perpetua
pena de muerte     
paredón

Tanto es para quien nadie es
desde que metió su dulce baso de cicuta
por mi ventana.


DE LA ORACIÓN A LA AURORA

Destiñen a la oración  
mis cicatrices
rumbo al inframundo
en la vigilia de las ocho    

No existe rosario de mentiras     
enraizadas en el vacío de las almas

Rompe mi impiedad           
la mordaza de palabras en mi ombligo
y se eleva          
blasfema mi locura          
sobre el peso de los años   
tristes
blancos
longevamente solos   
desde la semilla

Llego al cementerio de mis dioses de papel
y reescribo mis demonios
crucificados en la punta
de mis dedos saca sombras tenebrosas
aullidos
pájaros de la muerte
orgasmos de aurora

Nada es pecado
después que quemas
la camándula de soles
nocturnos
evitándote luz

Nada es real
después de ti.


ME QUEDARÉ

Cuando me vaya
búscame en el espacio que ocupaba mi cuerpo

Ahí donde moría entre mis manos    
cargadas de miel

Ahí donde volvía al agua mi existencia

Estaré mirando desde abajo
el polen de los libros
la polilla del estante
el millón de recuerdos         
hacinándome la sombra

Me quedaré en el limbo de los sueños
en el rem del insomnio      
en la rebelde luciérnaga al olvido

Porque siempre fui energía diluida
en el filamento de mi cuerpo     
misterioso, paranoico

Siempre descifrando los mensajes
de salida
porque nunca quise el mundo  
pudriéndome los poros
pasajeros, desangrados

Estaré siempre mirándote
desde mi silla
no solo no vacía
en el meridiano de la herida.   


LA INOCENCIA DEL DIABLO

Incertidumbre canta        
el clarinete de la muerte     
como incierta mi existencia

Le pregunto al diablo         
por la eternidad de su condena
y la culpa de la gente   
convertida en santa mierda       

Parte el universo con la divina espada 
para huir horrorizado del castigo de su padre

¡Tanta mentira para ocultar     
a la madre entraña de los tiempos! 


CUESTA SER VOS

Con el párpado entreabierto del sol
te lanza la madriguera
al ruedo de la vida
donde te hacen la radiografía
los zopilotes que saben tu destino
tu hora de regreso
listos para devorarte en el camino
si te duermes
mirando las estrellas

La supervivencia está a la orden del día
frente a los postes de la esquina        
las antenas en los balcones
los resentidos de antes
hoy jueces de tu vida   

Afuera tienes que sacar la reserva         
para llegar a contar
los cuentos de la abuela     

Porque afuera
te metes entre las patas de las bestias
donde tienes que ser roca
o ser uno de ellos

Cuesta lo fácil
en esta tierra de leones:      
ser bueno que malo
ser verdadero que falso 
ser mujer que feminista

Cuesta ser claro que oscuro
amado que temido    
gente que animal

En estas circunstancias    
donde el producto del patriarcado     
heredado inconsciente
me aplasta más que a ellos
cuesta ser mujer… buena.


MEMORIA DE ADOBE

Nunca fue clara              
la sangre en el arroyuelo
del jardín

A las doce    
se escuchaba el retozo del engaño
entre los brazos de la bella Sihuelut

En el tejado       
gruñía la sombra      
fragmentada de chillidos infrarrojos
devorando capulines     

─ ¡Ahuuuuuuu!, en la parra de bambú

Volaba mi holograma   
hasta la vuelta del cadejo
y veía la hermosura de esos seres
temblorosos del sol
temblorosos del grito de la gente
de la piedra
del machete
de la vara
del amanecer

Pesaba el miedo en el tímpano  
hasta mi memoria de tierra
que mañana sería
la más hermosa de mi polen.


LA CEIBA DE 7 RAÍCES

Entró la muerte    
Se sentó   
Charlamos   
Me dijo que venía por la matriz de mis días

Le dije      
que ella tiene 7 raíces       
de ceiba milenaria
que la cuidan       
que no dejan acercarse a la guadaña

La muerte bostezo  
Me dio la espalda
Se fue. 

_______________

Teresa del Bosque o Teresa González, 13 de junio de 1963, Chalatenango, El Salvador. Es poeta, docente, abogada y notaria.

Desde la infancia desarrolló su gusto por la poesía, iniciando a los 15 años de edad a escribir poemas dedicados a su madre Mercedes González.

Obtuvo el Primer premio en el “Concurso de Poesía a la Madre” (1978). Segundo lugar en el “Primer Certamen de Poesía de Maestros de El Salvador” (2002). Mención especial en el II Certamen de Poesía “Mujeres Extraordinarias”, España 2017.

Ha publicado desde 1998 a 2007, poemas, cuentos y apólogos en las revistas “Juventud” y “Clase” del Ministerio de Educación salvadoreño. Ha publicado en el Co Latino y en el Diario de Hoy y participado en antologías nacionales e internacionales.

Entre sus libros se encuentran “Poemas de todos los tiempos” (1997), “Un poema para cada día festivo del calendario escolar” (1997), “Aprende y colorea con el mundo animal” (1998), “Sin más-cara” (2011). “Poemario Cívico Escolar” (2012), “Vida y Espíritu” (2013), “Mi Mundo Infantil” (2014).

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