Vicente Rosales y Rosales, El Salvador.
Fotografía tomada de Arte Poética
SOÑARES
Por donde el sol se acerca hasta la orilla
y quema tu timón sobre la arena,
sale del fondo de la mar la quilla;
de las ondas el sol y la sirena.
La canción del que llega es muy sencilla;
se dice por ejemplo: “Esta es mi pena”.
O bien: Esta sirena que me humilla
No tiene corazón y lo encadena”.
Yo quisiera aprender junto a la espuma
la canción de partir, mientras la nave
me invita a navegar entre la bruma.
Seguir del sol la luz bajo la aurora,
deshojar una flor, seguir un ave
y cantar la canción sobre la prora.
EL OLVIDO
Después de largas horas bicolores
de hojas verdes y rojas combinadas,
se doblan en las calles asfaltadas
los almendros sin aves y sin flores.
Caen las hojas, ruedan encantadas
y en puñados los frutos tentadores,
hojas y frutos cuyos resplandores
dejan las ramas descorazonadas.
Árboles exteriores de los dueños
de casas que, en las calles y avenidas,
sombrear parecen los urbanos sueños.
En las horas de paz y de consuelo,
las almas que perdieron sus partidas
pasan pidiendo compasión al cielo.
Fuente: La Tristeza de Teoti y la Epopeya del Dolor. Vicente Rosales y Rosales. Colección Poesía, Vol. 16, Dirección General de Publicaciones del Ministerio de Educación, 1962.
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