lunes, 30 de noviembre de 2009

TRES POEMAS DE ALEXANDRA ESTUPINIÁN

ALEXANDRA ESTUPINIÁN, EL SALVADOR



ASUNTOS CANINOS.




(Verano 2005)






YO NO SE,
Pero a veces creo que los perros,
saben de la sustancialidad del mundo.
Los miro echarse por las noches suspirando;
Mirando a la nada
como embrujados por un conjuro de muertes.
Solitarios y silentes
Se contraen en un nidal de cometas;
Ebrios de su existencia, se lloran la historia
siempre tras la sombra de una estrella;
Aúllan de repente sin motivo
o se clavan en alguna mano amistosa.
Vive en cada fibra de sus ojos errantes
la mágica tristeza del invierno,
el doloroso amor de la violencia…
Van de repente, vienen en sus huellas
Nunca se adivinan, lamen el tiempo
Y husmean el aire;
Se inmovilizan,
Huyen y aman
Y repentinamente, se pierden
Para absorber la inmensidad.







A VECES, LA VERDAD…



(Verano 2005)




A veces la verdad es un pacto de luz
Tirado a las jaulas de la oscuridad:

Y sabe muy bien de ciertas casas,
donde el sufrimiento rebalsa por las ventanas
y el salario no compra la cura;
Donde las encuestas no llegan a niños
que solo conocen del surco que deja el arado;
Donde los proyectos sociales del aparentar
quedan pendientes de aprobación.

A veces la verdad es un grito amarillo
sin la bendición del eco:

Y sabe muy bien de ciertos ángeles que se prostituyen,
en anónima voz que se apaga con golpes;
De esquinas donde las manos de Dios
limpian el auto de algún funcionario;
De calles donde las piedras hablan
de conciliación sin horizontes.

A veces la verdad es un silencio oscuramente vacío
como una mirada sin beso:

Y sabe de ciertas monedas
manchadas con la miseria de la explotación,
húmedas de lagrimas a donde no llegan las donaciones.
Sabe de justicias, que nos ignoran la herida
cuando el tiempo desliza el filo de su lentitud,
en la metalúrgica región del dinero.

A veces la verdad;
Mira el mundo rayado o amordazada desde un rincón;
pero nunca se rinde en constante lucha
y se convierte en la paz interior nuestra,
Como un nudo en la garganta
Cuando estamos cansados de odiar.

La verdad se hace firmamento de sonoros puños alzados.

No tiene miedo a decir,
No tiene miedo a nacer,
No tiene miedo a llorar…
Anda descalza sobre el asfalto caliente
O desnuda en las noches de frío.

Esta hecha para surgir eternamente,
Como la lluvia subiendo desde la tierra;
Porque la verdad no ama el silencio en los ojos
si no, la luminosidad en las palabras desde adentro.






LA HORA DEL ÍNDIGO.





(Verano 2005)






Por favor digan que no tenía cuentas atrasadas,
Y que la gente nunca me puso etiquetas;
Que siempre me gusto ocultarme en la lluvia
Para no ser descubierta por mis errores.
Digan que quise cobijarme con el olor del olvido
Para nacer en el vuelo del mar;
Que fui todo lo que desee, y más de lo que nunca supe,
Que era un principio inacabado y un final eterno.

Digan que me ame tanto, que quise morir.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Tres poemas de Alfonso Fajardo

Alfonso Fajardo, El Salvador







FUENTE LUMINOSA






Hay un surtidor de epifanías que solo yo conozco
y en esa quintaesencia
mis ojos deben la dulzura ardiente de sus minerales

Yo soy el árbol: ya lo dijo el poeta
cuando hacia trabajos que al mismo diablo daría lástima
Yo soy el árbol repito y en pecho descansan
dibujos a cuchilladas de corazones que no valen la pena
atravesados por azules vientres donde ya no corre sangre

Y aquí
frente a la nocturna fuente luminosa
me digo: sos el mas grande de todos los magos
el mas indestructible de todos los mortales y
- como el cordero rabioso que reclama su porción de carne-
el mas feliz de todos los idiotas

Hay una puerta el infierno y sólo yo tengo su llave

Permítanme rugir la brumosa lengua del desarreglo
comer los sesos de la palabra
y embarrarme los ojos con la luz animal de la locura

Yo soy el sacerdote
a mis pies arrodíllanse
un zoológico de mascaras grotescas
un museo de lagartos osos hormigueros y payasos de cenizas
Soy el sacerdote
vivo del orgasmo y la sangre y el cuerpo que crucifico
no es mas que una flor venenosa
donde cabe la insanidad de mi sed
el demonio azul enclaustrado en mi pecho
y toda el agua gris de vida que su boca y sus poros recibieron
como el enfermera que lava las heridas en medio de la guerra de las calles

Hay una noche y en ella siembro mis aquelarres

Yo soy la fuerza la contradicción la energía
en mi convergen las hijas pervertidas de la esquizofrenia
las hijas de la paranoia las hijas del teatrero
de las imágenes y semejanzas tatuadas de lepra

Yo soy la energía y mi palabra nace del exceso
y del exceso brotan como pirañas los sueños
los engendros del dolor los ojos de la anarquía
los ríos los incendios los fusibles fosforescentes del poema







MANDRAGORO






Mujer cruz solar de pólvora de tierra de astros de noche
el poeta te nombre flor amarilla
Jhon Lennon busca su árbol entre las raíces del paraíso
y yo me quedo bebiendo la luz de sus entrepiernas y logro
el ciego equilibrio de perro de payaso acostumbrado
a la taza de café negro de sus palabras gemelas de las sombras

Amor gasolina onerosa del tiempo cuervo dormido en la rama
mas desvencijada del ciprés
poema que desconoce su mirada universo paralelo donde ella
madrépora desconocida
camino coleccionando llamas mientras el agua eléctrica no moja

Noche la palabra ciega la piel azul la tinta desatadas la imagen
que se desangra
en las dunas en el poema retorcido por las olas del dolor

Desierto este pecho que camino tu viajas por mares de nácar
llegas hasta el fondo del planeta
buscas una almohada llena de estrellas un ojo de manantiales
un hombro extranjero
un camino de pétalos en otro paraíso y yo caminando este desierto del que te alejas

Relámpago por entre ciudadanos de rostros de piedra que marchan
por calles imposibles
mientras cientos de casas arrodilladas levantan el polvo del sueño
relámpago venido a menos
voy arrancándome la luz enclaustrada que aun me queda en la palabra


Azar debería ser tu nombre mujer poesía todo lo que da de comer
a este lobo estepario
que tema ama hasta irrespetarte hasta despreciarte hasta matarte vieja manera
de cortar la sangre que irriga el aliento
azar cuchillo de invierno de soledad que me acompaña en la noche de la ceniza
azar mujer poesía la lumbre que me inventa

Golondrina de plumas de sol negro donde tu temblor sino suspendida en el aire
donde el oficio de tu caja de pandora
dónde el grito rescatable sino en tus alas que se aproximan al fuego
devorador de la locura

Ostra secreto reinventado fruto aleatorio del árbol azul del mar ostra
poema que saca su rostro
en las nuevas ventanas de las viejas casas tapizadas de métricas tristezas ostra
de ojos azules
has nacido del mar como la sal en tu cuerpo que se contrae al contacto de mi pluma

Rosa la sangre caliente donde hierven las piedras alucinantes de tus ojos
y tus senos rosa
como el altar del mas adorado Quetzalcóatl de todas las aves
y tu mirada de río de remanso
y tus manos de agua de montaña y todo tu cuerpo cayendo una y otra vez
de la orilla de la rosa sobre mi ingles como el verso mas cursi de los poetas oficiales
rosa de vanguardia de trinchera de hierro rosa reciclada en la mente del loco

Ángel de la locura animal de una ternura asesina mente del crimen
mesa del fuego tumba de la poesía ligera palabra domesticada en la fabrica
de la madrugada ángel del aliento luz fosforescente que se escapa de entre mis heridas
para iluminar el cuaderno negro que sufre mi escritura y como el demente
títere que no sabe lo que hace el ángel caído de la palabra que me vive
inventa su música inestable su concierto del sueño en mi cabeza









LA MANSEDUMBRE DE LOS LOCOS







La noche con ojos paranoicos vigila la mansedumbre de los locos
sus astas donde flamean hígados
la risa trasegada de sus enterrados en la arena
sus trincheras de vidrio y todo el diccionario
de sus demonios que a dentelladas quieren salir de sus pechos
En sus venas
con lentitud de años caminan a tropezones miles de polillas
y pirañas felices
que marionetas de algún dios arrogante comen sus verdes hojas
Pero la vida
a la hora que el sol brota de las mesas repletas de mar
es un paraíso
encontrado tras oscuros panes de invierno cuando la sed
buscada vese interrumpida por las apologías del cáncer de la mierda
Y la noche
- que es la anfitriona de los hijos malcriados de la rebeldía-
fuma sus almas
y las escupe al día para que en pena corran a sus oficinas y empresas
Las calles se llenan de animales espantapájaros y sombras
que entre rancias paredes y quimeras inútiles
encienden sus espigas sin marca escupen el tabaco que engaña al hambre
y vomita sus jugos gástricos mientras la luz de la razón se ahoga en sus cerebros

La noche es una virgen que a diario es penetrada
por la sed lujuriosa de los desesperados
que en su vientre luminoso eyaculan el negro vómito de sus gritos
cuando de sus pies nacen
el musgo y los hongos que venenosos crecen las bellas raíces de la locura

La noche
con ojos de estrellas de dioses de vísceras podridas de cáncer de/mente
envuelto con su tibia sabana
la mansedumbre de los locos cuando desde sus trincheras de vidrio y humo
se defienden y disparan su risa
contra la gran maquinaria de la soledad

sábado, 28 de noviembre de 2009

DOS POEMAS DE LOIDA PINEDA BORJA

Loida pineda Borja, joven poeta salvadoreña






Dos poemas








IV



Ya no soy solo un corazón que palpita
Soy un instrumento sin viento, sin cuerda y sin ritmo
Latente máquina de plástico y acero
Enloquezco
Y encuentro remanso en cada amanecer

Mi piel es un vestido hecho a la medida del dolor
Tiembla, se eriza y se estremece con él
Estoy hecha jirones
Caminante convertida en títere desconsolado
Careta de risas y lágrimas
Muñeca viva cosida con el hilo de la desesperanza
Vencida en el remanso de la rutina
Prisionera en un pozo seco roído de abandono

Tendría que encajar en la vigilia del insomnio
Pero es cada vez más absurdo
Y la voz metálica que suena como eco
Sólo es el dorso encanecido del olvido.








V

Porque aunque muerdas un rayo de sol
No acabará la oscuridad de tu voz
Calla y compite con las mariposas
Que aletean su contento y ocultan pesares
Esperan prodigios y mueren en silencio

Rescátame del ruido de grillos y rayos
Ventila mi hogar con olor a pino y albahaca
Espera a mi lado los arrullos de la luna
Calienta mis brazos con los tuyos
Y contempla conmigo la luz de los relámpagos

Se avecinan días de prisas que no quiero correr
Inciertos caminos con anuncios sin sentido
Necesito tu silencio para que guíe mi ceguera.

Cuéntame una vez más sobre tu silencio
Brisa generosa que apagó tu voz
Dime con tu mirada
Los caminos que siguen tus sonrisas.

Ilumina la sombra
Ventila el desasosiego
Calienta mis párpados congelados
En un pesar que avanza en estos días de miserias
Conmueve mis sentidos que solo escapan de ti
Y muere en silencio como las mariposas.
________________
Leer más de esta joven poeta salvadoreña en la sección de Nueva palabra de Arte Poética-Rostros y Versos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Confesión de invierno-Luis Chávez

Luis Chávez, poeta y periodista salvadoreño








Confesión de invierno







He trajinado como una saeta,
los diferentes linderos de la huerta;
lo que no he visto a mi alma le inquieta,
pues ignoro que nos oculta cada puerta.

Y en esas calles de mi vida ya distante,
he visto de tristeza llorar a un ciego.
¿Qué misterio se oculto en ese instante?,
lo ignoro, pues de la vida sólo soy labriego
que no busca aquello que le espante
y al dolor ya no le demuestro el miedo.

Cuando es justo callo y oculto,
de los seres esta infancia ya vivida,
pues sólo a ella le rindo el culto
que ilusionó a mi alma y engalanó mi vida.

Y así he visto en lo profundo de mis sueños,
el misterio que me va deparando la vida;
cuando es justo he tenido que fruncir el ceño,
pues en mí hay una antorcha encendida,
que me ha hecho ver con mucho empeño
lo bueno y no lo malo de la vida.

Transportando en el tiempo mi existir
he querido hacer una breve reseña,
¡amigo!, que no te espante este decir,
porque la vida a todo nos enseña.

Y aunque a veces lucho contra la adversidad,
en el huerto encuentro lo que siempre he querido,
al tiempo no le demuestro aspaviento,
ni aunque en sus enaguas me haya guarecido,
porque el tiempo perdido lo llora el muerto
y mientras viva, a Dios estaré agradecido.



1982
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Leer más de este poeta salvadoreño en Artepoética-Rostros y Versos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Algo diario

Omar Chávez, joven poeta salvadoreño







Algo diario







Caminar contigo era algo sencillo
y el simple hecho de ser sencillo
lo hacia complicado

A ratos tu presencia pesaba
y a veces
era ligera
Caminábamos de la mano
bueno…
Es lo que creo a lo que me imagino
Siempre iba atrás
te gustaba ir atrás
te hubiese sido incomodo haber ido adelante
Tu solías pasar largo rato sobre mis piernas
aún cuando tuviera erección

¡No por vos!

Sino porque me imaginaba el sueño húmedo
que había tenido la noche anterior
Eso no te complicaba
¿Por que habría de hacerlo?
Así era yo
me apoyaba en ti
no decías nada
ni protestaste por ello
todo era sencillo contigo
Entre nosotros había mas que amistad
no amor
tampoco deseo
ni muchos menos lujuria
Me desnudaba ante ti
me acostaba contigo a tu lado y te abrazaba
Dormíamos juntos muchas veces
y no te importaba que “Manuela”
hiciera el atrabajó que tu no hacías
Aun así te abrías
bien abierta
metía cualquier cosa y no te molestaba
nunca renegaste por ello
nunca lo hiciste
aun cuando el peso… fuese demasiado
Parecía que todo sería así por años
caminar juntos
viajar en el mismo autobús
volver a casa
Al volver te abría de nuevo
te abría toda
todita
Bien abierta solía meter mis manos
sacar lápiz y cuaderno para hacer la tarea
Así…

Así era mi mochila.

sábado, 24 de octubre de 2009

LAS FLORES PENSATIVAS-YANIRA SOUNDY

YANIRA SOUNDY, EL SALVADOR


LAS FLORES PENSATIVAS.

¿Has visto alguna vez una flor pensativa?

En un lejano lugar llamado floripondea, justo en la colina más alta, viven las flores pensativas. En ese sitio las flores tienen forma de campanas y son dulces y muy firmes – es decir fuertes de sus tallos- al llegar el mediodía las flores pensativas piensan mucho en las primaveras y las lunas que acarician sus pétalos rojos.

Floripondea es un lugar mágico, hay nidos enormes que son habitados por pájaros miniaturas. También zumban muchas abejitas amarillas y los aromas de los narajanles se huelen a kilómetros de distancia. No hay seres humanos. Los árboles crecen libremente y el aire con su silbido de diamante les toca el tronco, los tallos, las hojas y bum...bota los frutos para que las ardillas y otros animalitos los coman en tremendas fiestas. Asi es Floripondea el lugar mas verde del planeta Tierra donde las flores piensan, los pájaros son tan pequeños como las abejitas amarillas y los árboles gigantes. Un lugar sin fronteras, donde el aire es tibio y los sueños existen.
Deja volar tu imaginación , inventa lugares hermosos y escribe historias, versos y prosas.
De: Manos mágicas.

martes, 6 de octubre de 2009

VIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE EL SALVADOR



OCTAVO FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA
DE EL SALVADOR.
A REALIZARSE DEL 5 AL 9 DE OSTUBRE DE 2009
INAUGURACIÓN:
AUDITORIUM MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA "DR. DAVID J. GUZMÁN" [MUNA]
FECHA: LUNES 5 DE OCTUBRE DE 2009.
HORA: 6:00 PM.
POETAS PARTICIPANTES:
Juan Carlos Olivas, Costa Rica
Abraham Jahir Ortiz Nahón, México
Gerardo Guinea Diez, Guatemala
Javier Campos, Chile
Erick Aguirre Aragón, Nicaragua
Rafael Rubio, Chile
Ulises Huete, Nicaragua
Michel Cassir, Francia-Líbano
Elisa Logan, Honduras
Gustavo Solórzano, Costa Rica
Samuel Trigueros, Honduras
Bárbara Bethea, Usa
Esther Trujillo García, Cuba
Pere Bessó, España
André Cruchaga, El Salvador

viernes, 2 de octubre de 2009

Juan Diego Castro en el universo de las hamacas-Miguel Fajardo Korea

Pasta del libro






Juan Diego Castro en el universo de las hamacas
Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Educación, Costa Rica-2008


La poesía es un poder del mundo en el espíritu.

Juan Diego Castro Fernández (Costa Rica, 1955) incorpora chumicos, trompos y hamacas en su orbe lírico.

Por predilección, sus ejes temáticos recuperan la infancia y sus nudos semánticos registran elementos de la cotidianeidad esencial. Es la suya, entonces, una manera de afirmar dicho universo, pleno de ideales y sueños de luz, que tanta falta nos hace a todos, en este difícil proceso de mundialización.

“Vértices de mis hamacas” es una apelación fervorosa con las raíces lúdicas de la infancia, que está en cada uno de nosotros, con un ojo abierto y otro cerrado, dispuesta a despertarse en algún momento de nuestra vida.

La hamaca es cronotopo y travesía. Sus ondulaciones son marcas deícticas: me toca a mí, vos ya te montaste, voy yo, sigue Juan Diego, etc.

Las hamacas son huellas cosmovisionarias en el universo de la cercanía, de lo pequeño, pero necesario y trascendente, para equilibrar el destino.

Sus vaivenes signan el oleaje encendido de la esperanza en los mecates sin fronteras. Su demarcación es territorio recreativo en la identidad holística del factor humano.

Otro acierto de este poemario es la incorporación de diversos elementos de la naturaleza, lo que le confiere el marco de una frondosidad telúrica, un fuego de vida, una existencia estelar desde los rincones precisos de la niñez no globalizada, como un universo de afirmación y disfrute de los juegos tradicionales, que nos han ido arrebatando el ipod, el celular, la computadora o la Internet.

En “Vértices de mis hamacas” hay predilección por las menciones cromáticas: azul, amarillo, verde, celeste, rojo, negro y blanco. Esa condición le confiere una estética visual y mucha vitalidad expresiva. Dicho cromatismo refleja un colorido en el tiempo de los estados anímicos, sobre la base de los influjos de la cotidianeidad.

En el poemario de Juan Diego Castro, la hamaca signa un elemento simbólico de movimiento, de observación. Desde ahí transcurre la vida, por ello, “los dos mecates de mi fuerte hamaca/ se trenzaron en un ángulo de tiempo azul”, es decir, la dimensión espacial se extiende por el mar y la montaña, pero su tono es esperanzador, porque “de las gotas de cabuya/ atan la tablita invisible de mis sueños”.

Este libro reivindica la hamaca, la humaniza y le confiere una cercanía con la realidad cotidiana de cada quien, pues “sentí la luz de sus raíces/ y ardí en el fuego de sus hojas”. El hablante lírico aduce “Amarré la hamaca a un cometa”, ante ello, la hamaca se distancia, pero también se acerca cuando expresa que “rompe en tejados de tiempo, el aire pendular de la vida”. En ese contexto, se le endiña imágenes como “navecilla de mecate”, o bien, como “hamaca de tantos sueños”.

La hamaca extiende su alcance “colgada del universo”, pues opera como una “arteria cósmica de sangre de cabuya/ puerta de salida de la oscuridad”. En otro orden, se le otorga gran dinamismo expresivo positivo “volemos juntos, / atrapando las toronjas de los vientos. De ese modo, la hamaca se convierte en un vector semiótico.

El poemario de Juan Diego rinde un gran homenaje lírico a las musas familiares: Sara, su esposa; Elena, su hija. De Sara, a quien está dedicado el libro, el hablante ofrenda finas construcciones: “Duermo anclado al fondo de tu bahía” / “Navegamos en una tormenta de labios” / “Sueño en la cubierta de nuestra pasión”. En estos versos se advierte la incorporación de elementos marinos, asociados con la delicadeza de la presencia femenina que puebla el libro con vocación de campana.

El hablante poetiza: “Sarita: / Sin dejar de amar, / sin dejar de navegar, armados de luna y sal, / sobre nuestro mar”. La delicadeza de los versos representa un reconocimiento amatorio a uno de los seres especiales que conforman el círculo de afinidades electivas del yo lírico.

En otro apartado, la figura de Sara extiende su red de asociaciones cotidianas “Sara, mi media lunita/ de cebolla y guanábana, / fuego de mi noche/ picante de mi día, / boquita de lago y canela”. En tiempos de alta agresividad familiar, estos poemas dedicados a Sara, significan un reconocimiento y ponen en evidencia, con certeza y honestidad, el lugar que merece la abnegada figura femenina, por derecho propio. Su orbe encara comprensión, entendimiento y amor. Ese es uno de los valores que maneja el presupuesto ético y estético de este libro.

Por ello, el yo lírico no escatima su canto como una ofrenda amorosa “Sé de la pureza que el oleaje de tus praderas da a mi tierra. / Sé cuánto vivifica mi aire el surco de tu cordillera”. Sé que tu piel y mi piel son un planeta”. Este verso final funciona como un sistema recolectivo de gran mérito.

Su hija Elena ocupa, igualmente, un espacio de luz y candor en el mapa lírico del autor costarricense “Dentro de la gran burbuja de hojas azules/ miré tus ojitos intercambiando brillo con los de Elena, / inundación de luz en el valle de mi existencia/ que desbordó el agua limpia de la memoria de su nacimiento”.

Asimismo, la muerte ha tocado las fibras del hablante en el seno familiar “Hermanita mía. / Desde que partiste me resisto a restringir tu territorio. Cada día te visito en los jardines de mi memoria”. Hay una apuesta por un recordar selectivo desde un espacio intangible, privado. No apela, necesariamente, por espacios visibles, sino en una introspección muy válida para ofrendar sus sentimientos de dolor fraternal.

Además, la hamaca retoma su protagonismo, cuando el yo lírico expresa: “Antes de morir/ colgaré mi hamaca/ en la venda de la herrumbrada justicia/ y me columpiaré fuertemente/ sobre los estrados de la inequidad”. La justicia, como un ingrediente imprescindible en la vida de todos los seres humanos, es un valor agregado por el cual el ilustre penalista lucha todos los días desde los estrados, donde también la palabra es otro poder.

Vértices de mis hamacas, confirma la adquisición de un estilo personalísimo: incorpora formas para la arquitectura lúdica del poema: catetos, vértices, triángulos, como una manera de construir la aritmética de la vida “que rompe en tajadas de tiempo/ el aire pendular de la vida”/ “tres vértices más/ de nuestro tiempo de hamaca”.

El texto contiene versos de gran mérito conceptual. Comparto con el lector algunos de ellos: “Cuando me ves así / hacés que los filosos arados de mis ojos/ siembren de azules tallos tres blancos pétalos”, o bien, “tu piel y mi piel, / se fundieron con agujas de zacate/ y forman una sola vela/ fogosa de viento y de sol/ navegante de nuestro mar secreto”.

Vértices de mis hamacas, tercer poemario del Lic. Juan Diego Castro es una obra del sello editorial JURISIS, señal inequívoca de que la poesía ocupa un espacio estelar en su agenda como penalista brillante. En este libro incorpora diversos nudos de significación. El tono amatorio prevalece en muchos de los poemas, así como el índice amoroso, a partir de construcciones finas, donde incorpora hechos esenciales de la cotidianeidad, como una manera de afirmar que la vida y la poesía se encuentran coligadas.

Su abordaje temático focaliza perspectivas personalísimas. Su estilo es preciso y contundente “hasta reventar todos los nuditos/ de tu noche hecha amanecer”. Destaco, con gran ventaja, una especie de ocupación femenina en su libro, pues permite constatar que, valores como el respeto a la dignidad de la mujer, como esposa o hija, el amor y la comprensión dentro del espacio hogareño, son ejes de praxis y no únicamente de discurso, que permiten la vivencia confraternitaria desde el hogar, máxime cuando este espacio ha dejado de ser, en nuestra sociedad, el topos de protección y bienestar.

La poesía costarricense incorpora una voz de madurez para desanudar los nudos de las hamacas en los vértices de una vida intensa, llena de asombro por la vida, el amor, la justicia y dispuesta a conquistar una nueva balanza para la ocupación de la poesía como una manera de reivindicar las fatigas.

El pintor Adrián Gómez aporta doce ilustraciones a los 33 poemas de este libro de Castro Fernández. De mi parte, suscribo algunos señalamientos interpretativos, desde el universo de la hamaca, aquí y ahora, porque cada columpio es una forja en el difícil aprendizaje que es el planeta de cada vida, la de ustedes y la mía, es decir, la humanidad como un todo, con el ojo retrospectivo de la infancia sin fin, desde donde estamos asidos para seguir viviendo.

miguelfajardokorea@hotmail.com

jueves, 24 de septiembre de 2009

DE LOS INTELECTUALES, LIBRANOS SEÑOR (II)

LA PLUMA DE LOS INTELECTUALES






DE LOS INTELECTUALES, LIBRANOS SEÑOR (II)
Por Rafael Mendoza, poeta



En un árticulo de Alexander Alvarado enviado por Norman Douglas el autor examina el pensamiento de Antonio Gramsci acerca de las relaciones entre política y cultura. Creo que es la manera de Norman de corresponder al envío que yo le hice de la primera parte de este artículo que fue publicada recientemente, la que por cierto me devuelve sin hacer ningún comentario. Y Como Gramsci tiene mucho que ver con todo este embrollo me nace en interés por referirme a cuatro puntos específicos que se destacan en el documento de constitución del FIDES.

1.- De acuerdo con dicho documento los “fideles” que se constituyeron en miembros fundadores del Foro de Intelectuales de El Salvador (FIDES), “adquirieron con esa signatura del documento el compromiso de trabajar denodadamente a favor de la cultura y la educación nacional, en convertirse en agentes de cambio...”

Se deduce que es a partir de ahora que se constituirán en eso, que hasta ahora no lo han hecho. ¿Por qué limitan entonces el carácter de intelectuales a “desempleados”, como ellos (se supone que no trabajan ni en gobierno ni en instituciones), cuando otros creadores de literatura y artes, empleados o no, han venido trabajando por todo eso y siendo agentes del cambio?

2.- “El Foro adquirirá personería jurídica, por razones formales, para establecer convenios (...) pero en el fondo se continuará trabajando con el mismo denuedo y mística en beneficio de la nación de Cuscatlán”.
Nos preguntamos: Si los intelectuales conocedores de las disciplinas y los recursos jurídicos necesarios para tramitar la personería jurídica de entidades como el FIDES, dejaran ese trabajo de “burócratas” a fin de no “perder su naturaleza” ni convertirse en “ideólogos del sistema” (ver párrafos 12 a 14 en el documento “INTELECTUALES SALVADOREÑOS COMPROMETIDOS CON LA REVOLUCIÓN CULTURAL” ), sus funciones tendían que ser asumidas por “burócratas” desnaturalizados con ideología de dominación. Tampoco podrá haber funcionarios de otras instancias del sector justicia, ni jueces, ni magistrados que acepten ser intelectuales “comprometidos” con los postulados del FIDES, porque van a tener que renunciar para no contaminarse con la burocracia. ¡Qué terrible! ¡El sistema quedará en manos de los enemigos de clase!
De seguro, por otra parte, que el FIDFES no va a poder establecer convenios con organismos internacionales representados en El Salvador por “intelectuales institucionalizados” porque cada uno de estos es un “encargado de neutralizar y quitarle presión a las demandas reivindicativas de la población, a través de la ejecución de proyectos asistencialistas y con “capacitaciones” y “seminarios” de adormecimiento o entretenimiento para desviar la atención de los ciudadanos de los problemas que le afectan directamente”.(Ver documento y párrafos citados). ¡Y cómo tratar con gente así!A todo esto, ya todos aquellos maestros de arte del CENAR, como intelectuales que son, si sienten que pertenecen también al tipo de intelectual que el FIDES define como revolucionario impoluto, ya deben haber renunciado a sus cátedras. Nos jodimos “con ventana a la calle”, como dicen los cubanos.
3.- “El Intelectual orgánico, es el que trabaja para los oprimidos, este se encuentra inserto y forma parte de las luchas populares, pone su intelecto al servicio de la justicia social, económica y política, aporta desde la particularidad de su disciplina, en muchos de los casos se encuentra desempleado o trabaja independientemente..”
Eso de trabajar “para los oprimidos” es expresión de una doble moral, pues basta preguntarnos a cuantas villas miserias, a cuantos villorrios, a cuantos asilos, a cuantas cárceles, a cuántos orfanatos, llevamos nuestras expresiones artísticas, para darnos cuenta de que el más “proletario” miembro del FIDES juega el juego de trabajar para su propia proyección y no para ningún oprimido. Y si va a salirme alguno de ellos con que es en su obra o con ella como contribuye a erradicar la opresión, veamos en primer término donde están esas muestras “liberadoras”, como no sea en ventas de libros y no a precios populares. Qué decir de los “plásticos”. Posiblemente, los músicos se salven, siempre en escenarios capitalinos o “cafés cafés” de bohemia y romántica nocturnidad. En segundo término, vayamos a lo que sigue:
Fijémonos en esto, que es lo medular de la categorización de intelectuales que nos ofrece el FIDES en los párrafos citados: “El Intelectual orgánico (...) pone su intelecto al servicio de la justicia social, económica y política, aporta desde la particularidad de su disciplina...”
¡Vaya! ¡Exceptuando el calificativo “orgánico” que se le adjunta a “intelectual” y del que ya nos ocuparemos después, algo había en el documento racional y coherente con una concepción científica de intelectual! ¿Qué significa esa afirmación? Pues ni más ni menos que no se debe medir a los intelectuales por su ubicación laboral sino por la postura de su intelecto; si lo pone, pues, “al servicio de la justicia social, económica y política” es eso lo que aporta desde la particularidad de su disciplina como poeta, músico, científico, etcétera. Y poco importa si lo está haciendo desde el cubículo adjunto a la oficina del tirano o desde una celda. Son muchos los casos de escritores que aprovechan las ventajas de contar con “instrumentos de trabajo” en la oficina de gobierno o de una empresa en que trabajan para crear críticas al sistema, manifiestos u obras literarias combativas. Al parecer los amigos del FIDES tomaron el concepto citado que precede de alguna parte sin entender lo que significa “desde la particularidad de su disciplina”, porque de lo contrario se habrían ahorrado la exposición de todo el absurdo contenido que rodea a dicho concepto.

Ahora bien, la expresión “intelectual orgánico (colectivo)” es tomado de Gramsci, pero este teórico italiano se refería con ella a lo que Arcadi Espada (EL PAÍS, Barcelona, 19/4/1997) denomina “el perfil y la función del partido” (el comunista). Cuando se refiere a que un intelectual que provenía de una clase alta, podía optar por comprometerse con la condición de los más desfavorecidos mediante su trabajo intelectual, como un intelectual orgánico; Gramsci estaba asumiendo que el tal venía a ser un intelectual que trabajaría o (al menos iba a colaborar) orgánicamente con el partido. De ahí el segundo adjetivo “colectivo”. Es muy discutible, por tanto, que la calificación de “orgánico” valga para la individualidad intelectual.

Sobre la base de lo expuesto, preguntémonos cuál aporte será más encomiable para “el cambio”, si el de aquel intelectual empleado de cualquier institución, oficina de gobierno o empresa privada, que desde la particularidad de su disciplina pone su intelecto al servicio de la justicia social, económica y política, o la de aquel otro intelectual mantenido por el partido (¡a veces de por vida!) o que cuenta con ingresos que le reporta no una actividad laboral sino algún otro medio de subsistencia. Porque es muy fácil criticar a los “empleados” cuando se cuenta con un “negocito”, una “empresita” o un “changarrito”, como es el caso de algunos intelectuales salvadoreños. Habría que ver también si con estos medios nada proletarios, se trabaja de alguna manera “para los oprimidos”.
4.- Veamos un último absurdo que contiene el documento en sus dos penúltimos párrafos:
“Un partido político de izquierda no es revolucionario si entre sus filas no se encuentran los intelectuales orgánicos, no se puede hacer cambios en la infraestructura ni en la superestructura mucho menos una revolución sin ello.
“Si un partido político que se dice revolucionario no cuenta entre su militancia con intelectuales orgánicos y accede al poder político está condenado a darle continuidad al sistema político y modelo económico de la derecha, y no hará cambios ni tampoco transformaciones, se convierte en partido de izquierda light o dietético, es decir, que no le hará daño al sistema, al contrario lo fortalece.”
Sobre el primero de estos párrafos hay que darse cuenta de cómo el manejo de una expresión o concepto sin conocer su sentido puede llevar a posiciones erradas. Ya hemos dicho que con el concepto “intelectual orgánico” Gramsci se refería a los que están trabajando orgánicamente en un partido, en un colectivo político. De hecho, por tanto, en todo partido político de izquierda y revolucionario los intelectuales que tiene en sus filas son orgánicos.

Y el segundo párrafo revela todo el propósito del documento. Está diciéndole al partido en el poder e indirectamente al actual gobierno, que si no cuentan entre sus filas con los intelectuales orgánicos, los del FIDES (supuestamente son los únicos que se salvan) ambos, FMLN y GOES, van a seguir siendo “dietéticos”. El ridículo mayor ocurre porque, por su lado, el FMLN, no hubiera podido desarrollar la capacidad y fuerza necesarias para acceder al poder sin intelectuales pogresistas en su composición; y en cuanto a las estructuras del actual GOES, es respetable la cantidad de intelectuales que hoy trabajan en sus diferentes dependencias, que no trabajaron ni con anteriores gobiernos ni con instituciones y que habían venido poniendo su intelecto al servicio de la justicia social y los oprimidos. Claro, se comprende lo dicho si por intelectual no solo tomamos a los creadores, sino a todo aquel que elabora pensamiento de relevante impacto social, valiéndose para ello de conocimientos sobre ciencias, letras y otras disciplinas. Porque ese es el otro problema: qué entienden algunos por intelectuales.

Para finalizar, pues, en honor a las muchas críticas que ha recibido la auto denominación de intelectuales que se dan los suscriptores del documento de constitución del FIDES en los medio en que lo han publicado, transcribimos lo que Fernando Savater expone sobre el concepto de intelectuales en un artículo de Alejandro Vázquez Cárdenas (Periódico CAMBIO de Michoacán, 09/04/2008): «Cuando se me pregunta qué es un intelectual sólo se me ocurre una respuesta: considero intelectual a todo aquel que trata a los demás como si fueran intelectuales o para que lleguen a serlo. Será así intelectual el que aspira a hacerle pensar. Y quienes sólo deslumbran no merecen ese nombre, por muchos títulos académicos que posean...». Cita después de la cual nos caerá de maravillas un café orgánico, con azúcar normal y no dietética, por si las moscas...

martes, 22 de septiembre de 2009

¡DE LOS INTELECTUALES, LÍBRAME SEÑOR!

Rafael mendoza, El Salvador [Foto sin marco Aída Párraga]








¡DE LOS INTELECTUALES, LÍBRAME SEÑOR!



Por Rafael Mendoza, poeta





He recibido el documento “INTELECTUALES SALVADOREÑOS COMPROMETIDOS CON LA REVOLUCIÓN CULTURAL” a través de cuatro correos internéticos (¡Sí! Así debe ser el adjetivo. Yo no soy intelectual, soy creador y si no encuentro el término preciso lo creo). Se trata de un pronunciamiento mediante el cual esa agrupación noticia la firma del acta de constitución del Foro de Intelectuales de El Salvador, acto al que –afirman- asistieron treinta y dos personas y que los sustentantes califican de histórico. Tal acontecimiento ocurrió el 12 de septiembre, día que según los forenses quedará grabado “de aquí a la eternidad”. ¡Imaginaos! El telescopio espacial Hubble sigue enviando fotografías de galaxias distantes a 25 millones de años luz y de estrellas que están naciendo, pero pareciera que aquí en Salvador, el tiempo se detuvo el 12 de septiembre de 2009. Por fortuna no es cierto. El problema es que quienes crearon esa bella figura quisieron decir que la fecha será inolvidable. El problema es que no es necesario saber escribir ni expresarse para ser intelectual. ¡En serio!

Vemos pues que hay en el país al menos treinta y dos intelectuales reconocidos como tales y organizados en un foro. Me parece que se han quedado por fuera muchísimos más, entre ellos, los jóvenes matemáticos que la UES prepara como talentos. ¿Será que lo de intelectual, según el Foro (¡Excelente expresión! Digan si no: “según el Foro”, “el Foro dixit”. Buena para el futuro –perdón, no recordaba que el tiempo se ha detenido ya- ¡Cuál futuro!); decía ¿será que lo de intelectual solo se refiere a “músicos, poetas, novelistas, dramaturgos, investigadores científicos”, similares y conexos, como define en sus primeros párrafos el documento que comentamos? ¿O será que todos los demás que no se han incorporado no son considerados aptos? Porque hay que advertir que en ese pronunciamiento, el Foro define los tipos de intelectuales; y sólo los que define como “orgánicos” son los auténticos intelectuales y, por ende, los que merecen pertenecer al Foro. Los de ese tipo son “los que trabajan para los oprimidos... los que están insertos y forman parte de las luchas populares... los que ponen su intelecto al servicio de la justicia social, económica y política... que en muchos casos se encuentran desempleados o trabajan independientemente (¿tienen una editorial, una academia, un hotel u otro tipo de empresa o comercio?)... y no encajan en “el perfil que exige ser funcionario internacional, miembro de una ONG o empleado de Gobierno”.

Esta última condición, ser empleado de gobierno, permite entrever que muchos intelectuales que supuestamente eran miembros del Foro, no deben estar ahí, porque es sabido que aquel personaje que se lamentaba de que “nadie sabe para quien trabaja” trabaja desde hace años en la Procuraduría General de la República (¡En el Gobierno... Fuchi!) y no en la planta baja. Por supuesto que el procurador anterior lo tenía “ninguneado”, pero a pesar de ello ese intelectual siguió ahí e hizo gran parte de su obra dentro del ambiente gubernativo. Y no creemos que por eso haya caído en la definición que de “intelectual burócrata” nos dan en este último documento los del Foro: “perdió su naturaleza, se convierte en ideólogo del sistema, es un empleado más (¡Qué nocivo es ser empleado! ¡Ave María Purísima!)con el agravante (de) que es el encargado de justificar, mantener y perpetuar el sistema político-social y modelo económico de dominación, este tipo de intelectual se convierte en reaccionario...” ¡Jesús del Huerto! ¿Unos pecan por la paga y otros pagan por pecar?

Visto lo anterior, yo mejor renuncio a mi empleo y ahí que mi mujercita, mi hija que trabaja en una ONG y no tiene seguro social, y mis nietecitos, comamos lo que el Señor disponga. Un intelectual no debe trabajar en ninguna institución. ¡Qué jodido! ¡Y si pongo una mi venta de mangos “twiste” en la entrada de mi casa, los intelectuales economistas organizados van a decir que soy “empresario”! ¡Ah!... Dicen los del Foro que “En El Salvador, los intelectuales han sido marginados tanto por la izquierda como por la derecha...” Pero... ¿Cómo entendemos eso? ¿Y que no eran los del Foro los que querían que su recién nombrado Presidente trabajara como Secretario de Cultura en el actual Gobierno que está compuesto por quienes, según dijeron en el anterior manifiesto forense, son “los que quieren seguir usufructuando el continuismo arenero y de derecha en detrimento del pueblo salvadoreño...” Esto debe ser la antítesis de la contradicción que conduce a la formulación del cuestionamiento del método que mueve el cambio de la palanca. Más o menos algo así se lee en el pronunciamiento. Y mejor aquí me quedo porque me doy cuenta de que debo volver a estudiar materialismo científico, histórico y salvatrucho. ¡Y que ni se me ocurra mencionar a Gramsci! ¡Me va a costar entenderlo, como la primera vez, porque no soy un intelectual sino un simple Trabajador de la Cultura dedicado a crear poemas y textos como este! ¿Queréis que os lo demuestre? Ahí os va caros lectores:
¡Santo Dios! ¡Santo fuerte!
Pobre del que en intelectual se convierte!