miércoles, 31 de julio de 2013

POEMAS DE FRANCISCO SALDAÑA CONTRERAS

Francisco saldaña Contreras, El Salvador




VIRGEN DE FUEGO

La música brotaba
como volcán en medio del mar.
Brisa
aleteos
murmullos
y ella sonriente
con su vestido en llamas
y con los pies descalzos
(en un rincón los zapatos)
ella con perfume de flores
ella ardiendo
ella al rojo vivo
ella al rojo rojo
ella balanceándose con el viento
de la música.
Ella era la madrugada
y el rocío con sus abanicos de plata
ella la lluvia
ella los ojillos luminosos
de la ciudad
ella haciendo gestos
y hablando de Heráclito Engels Gortari.
Ella      yo
nosotros
encaramados en el último suspiro
de la discoteca
enredándonos en el baile
y en la piña con piquete
y en el humo vertical de los marlboro
mientras
allá afuera
voces lastimeras se desgranaban
como puñados de maíz.




SOLUCIÓN

Darío hijo
el aprendiz
de verdugo
dice que
Yotan no quiere
verme por
               los alrededores
de su oficina
porque siempre ando
serio
malencarado
como si comiera
escorpiones
y tarántulas.

¿Será porque
nací a medianoche?

¿O será por la miseria
que me pagan
y en mis hombros
cargo a diario cinco
                 compañías?

Si él quiere
el problema podemos
                                          arreglarlo:
que me hagan un buen
aumento para brincar de felicidad
y luego me quito las arrugas
y un pedazo de nariz
y así me quedará
un rostro perfecto
con una sonrisa
permanente.




ALLÁ DONDE SE OXIDA MI SANGRE


Todos tararean una canción cualquiera
ajenos al día que camina descalzo por el fango
ajenos al grito de la flor al estallar en sangre
ajenos al dolor que se descascara
                                      en silencio.

Todos ríen
y
critican
y
preguntan
y
escupen
y
se miran como
extraños.

Si supieran que allá donde se oxida
mi sangre
la voluntad se extingue
y para ganar bien
basta memorizar periódicos
tomar café desde las ocho am en adelante
dar vueltas hasta destrompar zapatos
poner los pies sobre el escritorio
y hablar de pistolas
y de carros
y de putas
y de dólares.