miércoles, 15 de agosto de 2007

A la poesía_Roque Dalton

Fotografía: Roque Dalton





A la poesía




Agradecido te saludo poesía
Porque hoy al encontrarte
(En la vida y en los libros)
Ya no eres sólo para el deslumbramiento
Gran aderezo de la melancolía.

Hoy también puedes mejorarme
Ayudarme a servir
En esta larga y dura lucha del pueblo.

Ahora estás en tu lugar:
No eres ya la alternativa espléndida
Que me apartaba de mi propio lugar.

Y sigues siendo bella
Compañera poesía
Entre las bellas armas reales que brillan bajo el sol
Entre mis manos o sobre mi espalda.

Sigues brillando
Junto a mi corazón que no te ha traicionado nunca
En las ciudades y los montes de mi país
De mi país que se levanta
Desde la pequeñez y el olvido
Para finalizar su vieja pre-historia
De dolor y de sangre.
©Herederos de Roque Dalton,
Del libro: Poemas clandestinos.UCA-Editores, San Salvador, El Salvador, 2000.
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martes, 14 de agosto de 2007

Río del olvido_Vladimir Baiza

Fotografía: Vladimir Baiza_Tomada por René Chacón Linares





Río del olvido




Sumergirse en El Leteo, bajar a los recuerdos y los sueños,
destrozar del ayer los cauces que te infectan,
las aves que volaron ya no existen, ya no sienten,
no palpitan,
quemar las naos y estandartes.

Borrarme de tu mente, ser como las piedras apabullantes,
cantar que es mejor la muerte,
lo has pensado,
herir con graffiti y arcoiris tu semblante,

luego el silencio,
la nube brotando en el roquedo.
©Vladimir Baiza.
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domingo, 12 de agosto de 2007

Poetas alados_Nora Méndez

Fotografía: Nora Méndez




Poetas alados


A Saúl Ibargoyen



El poeta no congenia con los zapatos
Esos negros arribistas
Sólo buscan el beso de la loza
El rumor pujante de la acera
Y la amistad promiscua con los desinfectantes.

¡El poeta ama sus alas!
Pero el nuevo orden prohíbe a los poetas alados.

Sus vuelos se cancelan
Y registran sus papeles
Por negros o rosas.

En los cuatro puntos cardinales
Se instalan radares,
Queman las mil y una noches,
Los dragones y pegasos.

El poeta no tiene más remedio
Que esconder sus alas rojas
Guardar en zapatos sus garras
Comprarse un paraguas
Y empeñar la alfombra mágica.

Negros zapatos, negros
Todo el día de arriba para abajo.
Pero el poeta sonríe…
Ningún aparato advierte
Ni sospecha el magnífico detalle:
Las cintas de sus zapatos son azules.

El poeta vuela
Sobre la metáfora del aire.
©Nora Méndez
Del libro: Pintura fresca, Colección Poesía, 2006, Vol. III, Imprenta Universitaria, Universidad de El Salvador.
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