Fotografía: Ernesto Bautista, El Salvador.
Entonces habrás invocado celajes marchitos… y 20 puertas dormidas.
Cuando me nombres
Entonces habrás invocado celajes marchitos… y 20 puertas dormidas.
Cuando me nombres
cien soldados de fuego
te buscaran rompiendo cadenas
contra esta pared de silencios
y este grito ahogado en la tierra.
Mas allá de mis escombros
mas allá de las hogueras
donde aun arden cenizas de guerra
donde la piel de la brisa te cobija de lumbre
a ti y al cuerpo sobre ti.
A tu voz que tiembla y a su voz que arrancaré del pecho.
Y con mis gritos de piedra partiré la tierra
y me tragare el silencioy al silencio
y a la piedra y a los cien soldados y al amante.
Y vertiré el sonido de mis labios en la tormenta
y caerán temblando y esparciendo huracanes.
Y sus ramas oscuras tatuadas de luz y relámpagos
te tocaran el pecho y buscaran tus labios
y abrazaras al fuego porque el fuego seré yo
y la tormenta serán mis manos.
Y el grito tomara vuelo
y su amor que va sangrando estrellas
nos tocara la espalda y tu voz abierta
convirtiendo este fuego de piel y tormentas en sombras desbandadas.
Tomados de ¡Silencio!: Puertas dormidas)
Tomados de ¡Silencio!: Puertas dormidas)