ES MENTIRA QUE SOY POETA
¡Es mentira que soy poeta, es mentira!
Lo real es la pasión que me involucra en la palabra,
Sola se escribe la misma poesía
en el aire, en la noche, en el alma.
Y quienes escribimos llegamos con la luz del día,
a recoger estrellas y a transportarlas a las páginas.
SILENCIO
7 de marzo de 04
La calma es absoluta.
Un torbellino efímero se embrolla con la luna,
nada se agita, nada se aleja del puro sentimiento.
El corazón es una estatua de estallidos febriles,
Mientras; la caverna moral, el atrio por donde se asoma el asombro.
En esta noche, vegeta lo impredecible: la totalidad indestructible
Y ronca la pausa en el ensueño donde arde el momento.
En el silencio, vive la campiña que no concluye en ningún atisbo…
Suspira el suspiro,
respira el respiro,
ama el amor.
La vida coexiste en un prodigio cuando el alma se eleva hacia la diáfana niebla, hacia el refugio olvidado… la blanca tela del infinito.
En el silencio, la alquimia del sauce intrínseco libera sus brotes.
En el silencio, el pensar esta desnudo y la existencia es un grito.
Viernes 20.
Mañana de Febrero del 2009. Se congela el viento. Tus ojos vuelven. Tus ojos me miran fijamente. Tu lengua es una flor encendida que galopa entre mis labios. La nostalgia tiene cara de afrodita y me calienta la cabeza, las vísceras… el corazón. Calles que ya no veo pero que camino entre letras, manos que no siento por quedarse como tatuaje caballero. Mis nervios son relojes que calculan la hora interminable, el tiempo una chatarra que se estruja en nombre de eternidades. Tú vos me llama. Tu voz me llama hacía un rumbo inexistente. Un pequeño trozo de sangre coagulada se anula a si mismo con golpes extendidos que se tornan lunas de nada. Tu lengua lame mis heridas pero tus ojos son cuchillos que me escupen. Sentimientos polvorientos. Libros que se queman. Nada de esto será igual. Nada traerá tu perfume y letras. Me calcino a mi misma cuando cicatrizo tu nombre. Ni la lluvia puede apagar lo que encendiste con música. En mi sangre trascurres taciturno y extranjero, viajas encima de un barco sobre los mares de mis venas. Te mataré una vez más con un soplo de girasoles sonrientes para encontrar mi propio funeral. Y poderte decir mis más subterráneos deseos con amorosos besos y lágrimas. Siempre fuiste mi espejo quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Palabras sin orden más que el de ser.
4- Nov. 2009
Dulce caos, abrígame, destrúyeme para perderme en mí misma.
Sácame la lengua y jálame el pelo, como si fuera la primera vez que me mirás a los ojos.
¡Que esta intensidad se convierta en agua, en océano fogoso y divino, mi guacal más grande donde me baño sonriente!
¡Que estas aguas traguen mis ansias de amarme, de sostener mi brazo en una cara-flor, en una libélula de estrella!
Mis noches son días, entre almohadones mustios o dorados donde alguna vez grité agudamente mi nombre; y como siempre por ser nunca, el sonido me habló en éste oído antiguo haciéndome el amor en forma de arrullo.
Ser, sentido, palabras de nada, fantasmas de miel; quiero un beso de la noche, morir en un instante de respiración hambrienta, acabarme el amor de un trago, todo el amor del mundo en un soplo de mis letras, corromper las estructuras, lo definido, para ser un fragmento pleno y vivo por la extrañeza de la unidad más junta, pieza de mujer con olor a sal enrojecida como caracola exótica en la orilla de la mesa acuática.
Un retumbo agrieta mi voz… quizá mi divinidad resucitada que encuentro cuando me beso estas mis manos largas y flacas, las que imploran entre mis cejas o mis ojos centellados.
Ojos, mis más oscuros y sensibles olfatos que me rompen la realidad a cada paso, porque lo veo todo tan perfectamente creado por la nada y el todo; eso con quien platico de vez en cuando.
Abstracción de mi realidad despeinada, hermosamente rizada hasta las venas de la cabeza, donde no te descubren ni los piojos por ser tan íntimas, un teatro donde se baila con los sentimientos.
Sentido- pasión, madre- niña mía, solo mía, estrújame la sangre, no me sueltes en tu abrazo. Es que tal vez siempre comprenda a la madre tierra eructándome y lactándome. ¡Vómito del mundo, por lo que no es, por lo que falta, por lo que no se comprende!
Colocho, mi niño, mi amor… ¡No me soltés, quedáte en mi brazo para que pintés al universo con los tuyos, aplástame si lo querés, méteme color en la venas hasta destruirme y salir por mi laberinto de rosas color carmesí!
Sé que te voy a encontrar todo colorico porque nunca te pierdo en los acertijos tridimensionales, ni psicodélicos que te inventás; siempre estás aquí.
Escarlata, mi matiz más cálido y agresivo en la suavidad de mi piel… el sabor de lo que llevó en la lengua y que se mueve como serpiente entre tu boca.
Llanto en letras,
infinito arroyo que me lleva a ser paz.
No hay más; no me interesan las estructuras, ni el orden.
Dulce caos confrontándome, haciéndome el amor…
¡Porque soy!
__________________
Ana Ferrufino, Nació en la ciudad de San Salvador, el 21 de mayo de 1982. Estudió la primaria y secundaria en la escuela católica Alberto Masferrer de Santa Tecla y Bachillerato en el colegio García Flamenco de San Salvador. Se graduó en estudios de comunicación social y escritura creativa en el 2002 y se licenció en el 2007 de Psicología, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
Actualmente trabaja en el área de psicología clínica, principalmente con mujeres y niños/as.
Ana ha cultivado la poesía desde lo 8 años; sus escritos son altamente personales e intensos, con un aire romántico y despiadado en donde son perceptibles las sensaciones de nostalgia, el misterio, la libertad, la ensoñación y cierta tragedia humana.
Participó en el año 2002 en los juegos florales de Cojutepeque y ha compartido de forma íntima sus escritos en recitales con artistas y amigos/as en lugares como la casa del escultor de Miguel Martino u otros. [Cortesía del poeta René Chacón]