Ilustración: Petrograbado, El Salvador.
Chilanga*
Ciudad tristeza. Ciudad nostalgia.
Tumba precolombina donde quedó la historia
En Hocícala a principios del siglo.
Los que en la puerta de la ranchería
Hablaban poton
Han muerto
Después humedecieron los niños ultralempinos
Los orientales niños lencas de Ozicala
Recolectores del súli
Quebrado sobre la ónmona piedra de moler antigua
Viaja aún por las tabu-nas
Casas tristes de una ciudad triste que se llamó Chilanga.
Tiempos gentiles eran.
En los terraplenes había piedras cuadriculares poseedoras
De enigmas de bordes y cavidades para cántaros eminencias
Elevadas al sur
Eminencias elevadas al sur de las que hoy son ruinas
Y por sobre el río
Adoraron la luna…
De rocío létzaj entre los pasos y los cantos de los sacerdotes.
Mucho antes Pedrarias había ido cien leguas norte sur
Y desde Chorotega —por sobrenombre Fonseca—
Hasta puerto caballos
Estableciendo límites. Y ciudad
Tristeza. Ciudad nostalgia se fue perdiendo.
Ocultándose entre las uñas del tiempo.
Se mandó guardar las picas y
Las puntas de las lanzas construidas después
De la caza de los gigantes proboscidios las piedras grabadas
En túmulos cónicos al rastro de los caminos
Las rocas totémicas del culto solar las figuras de az’ega
El viento aura el río yása el sol zun el árbol
Síya la mujer esposa…
Afuera quedaron sámon el relámpago
Ra la leña para las hogueras
Íkan el fuego ak’úan el venado e íma el maís
Para que en llegando la luz oculta
Los elegidos inviolables y tajantes
Labraran el vientre de la noche.
Se ordenó esperar el grito de guerra
Y los guerreros duermen cubiertos con segmentos de cuarzo
Blanquecino
De un manto arcilloso
Amarillento
Entintados de quina…
Sámon síri murmuraron los brujos —relámpagos de la estrella—
Para templar los cueros la lluvia las palabras la sangre
Las aguas emplumadas de las barrancas
Los puñales de hueso
La flor de los ríos
Los círculos del sol las huellas de los leopardos y
El pico de las águilas…
Luego después
El silencio donde quedó la historia
Ultrajada por los conquistadores
En Hocícala a principios del siglo.
Chilanga*
Ciudad tristeza. Ciudad nostalgia.
Tumba precolombina donde quedó la historia
En Hocícala a principios del siglo.
Los que en la puerta de la ranchería
Hablaban poton
Han muerto
Después humedecieron los niños ultralempinos
Los orientales niños lencas de Ozicala
Recolectores del súli
Quebrado sobre la ónmona piedra de moler antigua
Viaja aún por las tabu-nas
Casas tristes de una ciudad triste que se llamó Chilanga.
Tiempos gentiles eran.
En los terraplenes había piedras cuadriculares poseedoras
De enigmas de bordes y cavidades para cántaros eminencias
Elevadas al sur
Eminencias elevadas al sur de las que hoy son ruinas
Y por sobre el río
Adoraron la luna…
De rocío létzaj entre los pasos y los cantos de los sacerdotes.
Mucho antes Pedrarias había ido cien leguas norte sur
Y desde Chorotega —por sobrenombre Fonseca—
Hasta puerto caballos
Estableciendo límites. Y ciudad
Tristeza. Ciudad nostalgia se fue perdiendo.
Ocultándose entre las uñas del tiempo.
Se mandó guardar las picas y
Las puntas de las lanzas construidas después
De la caza de los gigantes proboscidios las piedras grabadas
En túmulos cónicos al rastro de los caminos
Las rocas totémicas del culto solar las figuras de az’ega
El viento aura el río yása el sol zun el árbol
Síya la mujer esposa…
Afuera quedaron sámon el relámpago
Ra la leña para las hogueras
Íkan el fuego ak’úan el venado e íma el maís
Para que en llegando la luz oculta
Los elegidos inviolables y tajantes
Labraran el vientre de la noche.
Se ordenó esperar el grito de guerra
Y los guerreros duermen cubiertos con segmentos de cuarzo
Blanquecino
De un manto arcilloso
Amarillento
Entintados de quina…
Sámon síri murmuraron los brujos —relámpagos de la estrella—
Para templar los cueros la lluvia las palabras la sangre
Las aguas emplumadas de las barrancas
Los puñales de hueso
La flor de los ríos
Los círculos del sol las huellas de los leopardos y
El pico de las águilas…
Luego después
El silencio donde quedó la historia
Ultrajada por los conquistadores
En Hocícala a principios del siglo.
*índice antológico de la poesía salvadoreña de David Escobar Galindo.
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