viernes, 28 de junio de 2013

“APUNTACIONES SOBRE LA NARRATIVA DE MAURICIO VALLEJO MARROQUIN Y OTROS CUENTOS”

Alfonso Velis Tobar




“APUNTACIONES SOBRE LA NARRATIVA DE
MAURICIO VALLEJO MARROQUIN Y OTROS CUENTOS”
                                             Por Alfonso Velis Tobar, MA.
Carletón University, Ottawa, Canadá.
Poeta, escritor, investigador de literatura.
         

          Edgar Mauricio Vallejo Marroquín1958-1981), ante todo poeta, narrador, cantautor salvadoreñoEscritor de ideales revolucionarios,  incorporado a la lucha de los 70s, murió en aras por la justicia y la libertad; un escritor con afán de conformar, con su temática creadora, una conciencia nacional de participación liberadora. Mi objetivo en este estudio, es hablar sobre las generalidades estilísticas y estéticas de su narrativa, que se le conoce hasta hoy, que hemos logrado rescatar, después de que fuera secuestrado y desaparecido para siempre en 1981 por aquellos escuadrones del mal.

Mauricio Vallejo, pudo haber sido, el buen narrador, el buen poeta, de no haber sido asesinado por escuadrones de la muerte, por mentes que planeaban el mal, desaparece durante una época de mucha violencia y sangre en el país. Sus relatos,  a veces narrados con deliciosa ternura y crudos en el hablar; más, que todo, evocan el vivir social, momentos trágicos de nuestra historia. Pero sus relatos en sí,  son amenos y testimoniales, reflejan la idiosincrasia del pueblo y de sus gentes más humildes; o más bien bravos personajes.  Todos sus breves relatos inmediatamente nos introducen en la vida de una sociedad en crisis, violenta, enmarcada en serios problemas sociales y políticos. Nos introduce inmediatamente en la vida de la década de los 70 a los 80s, un periodo de violencia revolucionaria en el país. Mauricio Vallejo Marroquín, poeta muy alegre, joven, con dotes artísticos,  fue  un joven con mucha pasión e imaginación para hacer literatura. Vallejo se deja influir a propósito, por escritores, como él mismo, dice amaba a Salarrué,  Juan Rulfo y otros escritores,  como Kafka, poetas como Neruda, Roque, José Martí, gustaba mucho de los cuentos breves del guatemalteco Augusto Monterroso. Vallejo quería imitar en grande a los grandes,  y en su temática suele recoger tradiciones, leyendas.

          Estamos en torno a los relatos, de Vallejo,  ya inmersos en su lectura,  los cuales, fácilmente nos identifican un escenario político, enmarcado en los meros días  de vivir un proceso revolucionario en 1979, la lucha armada se recrudece mas, es época de secuestros y de escuadrones de la muerte. En las narraciones de Vallejo surgen anécdotas en ese ambiente, tenso y de angustia, nos  ubica en un sistema de injusticia social,  semifeudal, donde se impone, empezando con la violencia institucional que el estado le da al pueblo, pero en sus relato, usualmente, se mescla lo religioso entre las tradiciones y las creencias populares, el consumismo, el miedo, la inseguridad, la alienación, la publicidad,  dentro de un sistema, donde a sus pies crece el hambre; y la corrupción gubernamental,  en medio de un crimen organizado, por los intereses criados, de las familias oligarcas de este país, que manejan el poder político y económico, manteniendo al pueblo en la ignorancia y en la negación de programas sociales que erradiquen la injusticia, la pobreza y vivir con mas dignidad humana.  Aun cuando con nuestro gobierno revolucionario de Farabundo Martí, es una esperanza que comenzó hacerse muy difusa, pero nuestra misma esperanza se pierde la confianza, con el teatro político que nos dan los héroes de ayer. Pero ya expusimos que Vallejo es un escritor dotado de una precoz imaginación plástica, aguda, con  ingenios para crear ficción; que dice mucho de lo nuestro y de la vida nacional.

        Habría mencionar que Mauricio, admiraba mucho a Salarrué y quería imitarlo en su estilo de narrar, sobre todo en aquellos  sencillos cuentos, plasmados de inocencia e ingenuidad infantil, que con maestría  Salarrué supo plasmar con ilusión y fantasía de niño, pintar el ambiente  rural del paisaje salvadoreño, la idiosincrasia tradicional del mundo que evoca y sus gentes muy humildes e ingenuas; la inocencia social va con las manos,  tal como son los pobres humildes de esta tierra. De los que Sal arrué hace un retrato de ellos, a veces caricaturesco. Mauricio parece lograrlo en su libro que dejo sin título, lo llama LA PALAZON, que mas delante comentamos. Mauricio quiere escribir con cierto aire indigenista, es que viéndolo bien, Sal arrué,  en el fondo era amante del espíritu indigenista. Por ello se dice que en sus narraciones Mauricio, se ve influenciado fuertemente por Salarié, se nota en algunos de sus diálogos y escenas del paisaje costumbrista. Otro ejemplo, de Vallejo en querer imitar a Sal arrué, en el habla de sus personajes, lo vemos en la narración novelesca que llama: “Balta” luego la abordamos. Aunque yo le siento las situaciones y suspensos que plantea Juan Rulfo en sus cuentos, pero Vallejo quería acercarse a esas  formas de expresión espiritual desde Salarié, me insistía, lo leía mucho, para captarle su tono y en parte lo intenta cuando lo imita en el uso del lenguaje, a su modo. En síntesis Vallejo crea en la mayoría de su relatos utiliza, un estilo de jerga costumbrista, del habla salvadoreña, de ambiente rural,  lenguaje urbano,  de contenido político y estampas que describe tiene huellas de un realismo social o realismo crítico al mismo tiempo.  Casi todos sus personajes tienen una manera de hablar muy peculiar.  Mauricio sabe hacer uso, de un lenguaje coloquial, popular, de la calle, para decirlo así en lenguaje salvadoreño.



·       “BALTA”, novelita breve, 1980.
    
        Hacia los  años de 1980, pude conocer entre los amigos de Mauricio, un tiraje de mimeógrafo, una narración corta que titula  “BALTA”, una novelita breve diría,  apenas 23 páginas, en folleto mimeografiado para esos tiempos eran comunes los cateos de las patrullas militares por barrios y colonias, casa por casa, retenes en los caminos, podías andar en la lista negra. ¡Dios me guarde! Si te llegaban a encontrar un libro o una señal subversiva, ahí mismo te podían matar frente a la familia. Vallejo, secuestrado, lo más seguro torturado por el enemigo de clase, asesinado,  desaparecido desde un 4 de Julio de 1981, no se volvió a saber de aquel joven alegre, pero al mismo tiempo, por instantes sonriente y muy triste en su semblante. “Balta” es una narración que inmediatamente nos ubica a principios de 1980,  en los meros violentos días, en que el pueblo a través de la voz de monseñor Romero hablaba desde catedral reclamando y pidiendo a los soldados, en nombre de Dios y de este sufrido pueblo, un cese a la represión. Ese mismo ano Monseñor fue sacrificado. Es una narración amena, rica en giros lingüísticos y expresiones folklóricas en dichos y apodos. El personaje principal “Balta”, es alguien de ideas políticas, un activista subversivo, un “compa” revolucionario, alguien muy rebelde que lucha por los intereses del pueblo. Y se trata de la pequeña historia de un cipote en un país pequeño como El Salvador o más bien la historia imbuida de un País Pequeño en un Cipote Pequeño de El Salvador.  Es una narración con sentido testimonial, desarrolla  trama social. Narrada en primera persona, hay un narrador principal imbuido dentro del relato mismo, que se inicia con un monologo interior del mismo Balta,  un “compa” que corre herido después de participar, en una manifestación, viviendo enfrentamientos, con la policía.  La narración marca históricamente una época de violencia social en el país, una lucha de guerra y muerte, lucha de clases  sociales, a vencer o hasta morir, contra un sistema de  opresión; hay enfrentamiento armado entre los grupos guerrilleros que habían surgido hacia los primeros años de los 70s, se siente la represión militar, la injusticia social, el irrespeto a los derechos humanos, es tiempo de organizaciones populares, obreros y campesinos, estudiantes y profesionales que reclaman una vida mejor, pero el régimen fascista, con el ejército y escuadrones solo sabían dar muerte, ejercían terror en contra del pueblo. Por esa época de los 70s a los 80s para los escritores jóvenes entre los que andamos, siempre apoyando la causa y la cultura popular y una guerra por la liberación nacional. Como la Mazacuate, la Golondrina, el Papo cosa poética,  y los de la Pagina literaria los Cinconegritos, Revista Taller. Para entonces poesía y revolución era nuestra meta de militancia y no había que quedarse aislado, había que integrarse, conciencia de ubicarte y luchar por el pueblo, aunque arriesgaras tu vida misma. Era tu forma de conciencia social revolucionaria y en mi caso la mantengo hasta hoy, siempre que vaya por el bien y la felicidad de mi pueblo. Sobre todo poner la imaginación y la palabra, la literatura al servicio del pueblo y por el pueblo con un sentido antiimperialista, te arriesgabas al colaborar en el trabajo. Yo lo hacía con los otros dos Alfonso, por entonces, cosa ya de la historia. Fue la década cuando conocí a Mauricio Vallejo Marroquín, Miguel Joaquín Meza, Hueso Mixco y Horacio Castellanos Moya, Roger Lindo, Nelson Brizuela, compañeros de conciencia social revolucionaria. Pero oigamos a Mauricio, en boca de uno de sus personajes de su novelita:
“Me vi entonces manchado de sangre pero seguí corriendo. Me tentaba con la mano y sentía como lodo. Miraba ya como si tuviera una telita en los ojos. Entonces me agarraron Erasmo y Mauricio y me fueron arrastrando. Iba de apedreador en la actividad y en mi mochila cargaba una "papa" y dos "jugos". Cuando me hirieron corría adelantito de la esquina del Ministerio de Educación, ya para cruzar por la plaza de la iglesia de San José, la quemaron. Por Sears se había quedado Francisco cubriendo la retirada con una "escoba". Pensé que me iba a quedar en el camino”.
“Una hondilla llevaban para toda la hora que tardan en llegar hasta el Lago de Llapango. !Plas! Se soltaban cuereta y piedra de las manos, y la piedra se iba de pájaro gris picoteando el aire en busca del blanco. Virados salían lagartijas y cantiles escabulléndose entre la hojarasca sobre los bordos.
- Espérate... que le voy a tirar a aquel aguacate. -Está verde. -No le hace,       lo que no mata engorda- y se reía Balta. Balta se reía por cualquier cosa. -Dale pues, el otro tiro es mío.-Si quieres tiras con mi cachan flaca.
-No, porque siempre me pego en los dedos.
-Pajero.Cipote pulsudo el Balta. Medio canoso por marca de familia. Canas las tías, canas la abuela, canas los primos, canas el papá, canas los hermanos.    Cabellos de color exprimido por la historia del país.”
      
        En esta narración de Vallejo, se muestra esa forma graciosa en usar el lenguaje en boca de sus personajes, como Balta, expresiones como: “en mi mochila cargaba una "papa" y dos "jugos". Cuando me hirieron”, psicológicamente, se nos ubica en una sociedad en violencia, todos andamos en la caza de todos, de sálvense quien pueda, contra esta clase de ley y orden que da miedo, como decía en uno de mis poemas de esos días y la guerra, que amordaza el pensamiento, que no respeta la libertad de expresión, ni mucho menos respeta los derechos humanos, ni la vida, ni la dignidad humana, reprimiendo con descaro al pueblo; todo eso se siente, en los relatos de Vallejo, momentos de participación revolucionaria, pasajes y temas imbuidos en los problemas nacionales del país.





OTROS RELATOS DE MAURICIO VALLEJO MARROQUIN: “LA PALAZÓN”.   


          Al seguir los rastros de su narrativa, quiero abordar “LA PALAZÓN”, encontrado en la  Revista Literaria Salvadoreña la “Pájara Pinta”, de Segunda Época, Número 1,  Mayo, 1979. Pág. 6. UNO de sus libros del compañero que dejara inéditos a la hora de su muerte: LA PALAZON, libro que calza el mismo título de su cuento La Palazón que abre la lectura. Cada uno de sus textos, presentan una trama marcada, diálogos y acciones concretas. Una narración ingeniosa, testimonial, con situaciones de angustia, tal como sucede con Nicasio y la Rosa, personajes que se ven obligados a oír del enemigo castrense, se siente la represión, se oyen los balazos, sienten el dolor de perder a su perro, asesinado de un balazo en la cabeza por la guardia o los soldados, al momento que eran acechados por el enemigo,  hay un lenguaje popular, escrito con realismo social. Y así otros relatos como: “Un no sé quién vivía” y “En la sangre navega el pez”, cuyas trama hace pensar el estado de crisis social y económica, del crimen organizado de la calle, la inseguridad, como entonces se vivía y como hoy la tensión contra las maras que te pueden sacar hasta los hígados de una estocada en cualquier esquina:

“Toño no halló qué hacer. Aún pensaba en llegar y no en que nadie sabe por dónde lo ponen al brinco triángulo lamiendo espalda y dejando quieto, o manos arriba ponerle cordoncitos. Los otros dos miraban triste sosteniendo su cuchillo. -¡Nombre, no me jodan! No traigo…
-Sacátelo cabrón.
-Nombre, de veras no traigo… ¡Por Dios, no me joda mano!
-¡Agárralo bien Lencho! –Gritó temblando la punta del corvo en el ombligo de Toño- Y no te movás porque ya sabés”.

       Luego otros relatos de La Palazón, como: “CHIPES AL SOL” y “A LILO CABRERA LO VIERON TRISTÓN”. Y luego vistos en nuestra lectura analítica. El primero,  “CHIPES AL SOL”, y otro que versa: “A LILO CABRERA LO VIERON TRISTÓN”. Ambos cuentos tienden a la crónica, cierta trama política de fondo, el problema social, el pánico y la muerte de fondo. Es interesante “CHIPES AL SOL”, porque está elaborado con ingenio creativo, no obstante dotado de cierto surrealismo, más cerca de la fantasía que de lo fantástico, aunque se me oiga raro,  a la manera de una fabula testimonial. Cómo es eso que “Dos chancletas muy pobres, que no tienen ni petate en que caer muertas,  toman vida humana todas muy chicas de pie, filosofan, se sienten abandonadas, juzgan aspectos de la realidad que los circunda. Dos chancletas sucias de hule y boca de pato  debajo de los garrobos por el basural. Chancletas que por casualidad son presa de una muchacha que anda mirujiando hombres y con los pies chuñas les echa el ojete y de dos zancadas se las clavo, o sea que se las puso, por la necesidad misma de andar en “shuñas”, descalza dándose su tropezones. Es un cuento escrito, con sentido de humor, y del grotesco, pero con fantasía astuta e ingenua sagacidad.

         En otra de sus narraciones “A LILO CABRERO LO VIERON TRISTÓN”,  trata de un común personaje del pueblo que vendía a gritos en las calles y las plazas, chicles, dulces, y garrapiñadas de maní y de coco; y además era cantor, pues Lilo Cabrero no quería sentirse triste y por eso cantaba todo el tiempo: Lilo vendía chicles y cantaba para no aburrirse, para no ser triste./ -Estaba sentado/ San Pedro en el sol,/ Con el calzón roto/ Y de fuera enseñando un coyol”.  Lilo Cabrero, quién apaga un ojo para comerse la mitad de su tristeza, entonando canciones del folklore. Hay un lenguaje cotidiano en boca del vulgo y una actitud de lucha, reflejan sus personajes; se encuentra siempre el vox populi en su trama. Otros conocidos Cuentos:CHALATENANGO NARIZ DE MANGO”, “PIN PIRULINO”, “SIETE CUENTOS Y UN PECADO”, que suenan títulos jocosos, los conozco solo por referencias y de los que andamos en su búsqueda.

En Vallejo hay ese narrador con sus giros y construcciones en el manejo de los diálogos, lenguaje que usa con perspicacia, burlándose del sistema y de los aristócratas y vende patrias. Vallejo, si bien es cierto, no profundiza a veces en el carácter psicológico de los personajes, el quiere contar, desahogarse, un leve respiro del momento revolucionario se vive; autor y personaje inmerso en la práctica, consecuente, que significa, el oficio de la poesía, de su militancia, cuenta, la circunstancia de jugarse la vida, de lo que sucede en torno suyo.

         Este libro que vamos comentando “La Palazón”, donde tampoco abusa mucho de vocablos regionales,  pero habla como caracteriza el habla salvadoreña, acercándose a las tradiciones indígenas con admiración, rescate y reivindicación social; luego en otros temas, ironizando a cada instante los males de un sistema, inseguro. Hay relatos  que en su juego oral,  dejan un halito de humor social. Como en su relato corto “Danza de sangre”, donde Tomas, el peluquero, en las fiestas de San Nicolás Obispo, muriéndose de la goma, se ve obligado a bailar en una competencia con tal de ganarse la botella de aguardiente, es una narración jocosa, con cierta sutil picardía, con sentido del humor, llena de gracia y candor de las gentes creyentes y pueblerinas. Los cuentos de Vallejo son un material de tramas interesantes,  como: “Agua de ritual”, donde se invocan filtros de amor en rituales de luna tierna y ceder ante los hechizos de los ojos de venado, como vemos aquí están implícitas las supersticiones, las brujerías y los amuletos conquistan a la mujer de tus sueños. Y aunque no la llames por ningún tecomate. Aunque algunos de sus textos, los siento no del todo acabados, en cuanto a técnica narrativa que usa, es decir como que les falta un final, en otros se da por entendido, en cambio otros son modelo, dignos relatos de antología, como: “Caparazón de añicos”, “Cuando las cipotas cambiaron su risa”, “El mundo del lunar”,  “El bombillo de savia”, “Sangre de cada día”,  abordan estampas sociales, escenas políticas,  lenguaje costumbrista, callejero y popular, como “Sangre para descubrimientos”, donde dos personajes como José y Julio en diálogo de gran borrachera, hasta caer en el deliriun tremens en que viven de tanto chupar.  Grita Julio muy airado: “-… Verdad que cayó vergón, aunque… ni chillar me hizo las tripas. Ve… Vos ni hablás por empinar el codo. ¡Niña Inés!... niña Inés. Mire: ¿Por qué no nos regala otro vasito de agua? Sólo este poquito y nos vamos.
-¡Borrachos!”

        Luego otros cuentos: “Por ahí donde el zope duerme”, guarda cierto sentido fabulesco, tiene magia al poner a conversar, a una culebrita “La Vejuquilla” con un grupito de hormiguitas que van por el camino hacia Belém y regresan a Belem, caminos de Belem, Belem, Belem, y donde las peripecias del maishtrio Chico en no querer ir al dentista. Porque cree más en sus brujerías que curan; claro, vivimos en un mundo de sincretismo religioso, donde se alió lo mítico, lo indígena, con lo popular y la lengua colonizadora. En conclusión, Mauricio Vallejo es de los escritores que debemos rescatar a la historia, porque fueron de esos jóvenes poetas de los 70s, dentro de una generación revolucionaria, como lo fue “Alfonso Hernández”, y otros héroes,  entre los poetas combatientes, que se jugaron la vida misma, entre los avatares de la muerte misma, con un  sentido de utopía soñadora, dentro del quehacer de crear poesía, con sentido de militancia, bajo una  forma de conciencia social liberadora. Escritor de lucidos relatos, quien sabia sonreír ante una realidad de riesgos que le venadeaban la vida misma, sus enemigos de clase lo perseguían, era su destino, ante todo poeta, con su magia para encender fuegos violentos y estrellas con ocote de palabras que dolían, poeta que vivió dentro de un sentido de tragedia y de martirio. (AVT. 10/22/2012



La palazón
Tino bajó volumen a su radio ladeando la cabeza para asegurarse si eran cuetes o balazos los que apachaban el silencio. El cucho de Nicasio espigó las orejas.
-¿Qué fue…?
Nicasio buscó el ruido con la frente. Se compuso los anteojos y se limpió el sudor. Se apelotó un viento esculcando las ramas. Callado se puso aquello. No hacía mucho que se había marchado el día. Apenitas se habían colocado a distanciarse en las canciones, mientras la Rosa echaba ceniza en las brasas.
-Ya no se oyó nada Tino ¿Cómo que fue allá por la tarea de los Chihuis?
-¿Balazos?
-¿A saber? Pero aquí no pasa nada. Vos sabés que las polainas. Como que ya ordenó la Rosa. Bueno. Ya se acerca el acueste…
-Sí. Quizás ya me voy. Como estás recién.
-¡Pst! Hoy no se puede.
-Pues quizás me voy a ver la casa. No sea el diablo que vengan ésos, y allá mi mamá, la Anita y los bichos solos.
-Ya el cura avisó. Pero si de aquí se trata, no te preocupés mano.
-Sí. Ya me voy. No vaya a ser.
El chucho ladró con toda su alma. Tino sintió hondo.
Las piernas de la Rosa se miraban detrás de la cortina del excusado enrollándose en un calzoncito rojo. La casita nueva, seis horcones, cinco vigas, tambaleó con los ladridos.
El chucho ladró de nuevo y más preciso, y la Rosa pronunció más de tres veces el nombre de Nicasio. Por donde los Chihuis había incendio.
De la espesura verde los palos comenzaron a subir, a comerse el asombro. El chucho ladraba reculando hacia los pies de Nicasio. Verde seguían creciendo. Y así chiflaba el viento.
---
-¡Puta!- Exclamó Tino macizando la cacha del corvo. Los estómagos y la espalda se erizaban, se les iba a entiesar la esquina de los labios.
Por  donde los Chihuis se oían el dolor tocando la inmensidad con la punta de las llamas. La palazón tomó forma. Verde se acercaba ahuellando incertidumbre.
El chucho corrió a encimarse sin dejar de ladrar. Moviéndose como boca de cocodrilo quiso morder, acabarse el mal solitito para regresar a los pies de Nicasio. Y fue un solo semillazo, tronó en su cabeza volándola a pedazos en chilguetes rojos y blancoamarillosos que caminaron por el patio en busca de caricia. Tino, quieto.
Como buscando a su mujer, Nicasio salió preciso a mirar por el excusado. De ahí se metió a la casa.
-No se preocupe mi Rosa.
Ya aquello estaba cercado. Las gallinas levantaban sus nahuas y se escurrían junto al gallo por los espacios que dejaba la palazón del infierno que iba engulle y engulle por la fuerza.
-¡Nicasio! ¡Nicasio! –gritaba desesperado Tino- Vení manito. Me joden estos hijos de puta.
La Rosa empujó a Nicasio señalándole con una mueca el lugar donde estaba el corvo. Afuera se oían carcajadas, las casqueadas, mochazón de plantas, y los gritos de Tino.
-¡Suéltenme… suél… tennnmmmme! ¡Nicasio Nicasio- Vení manito.
¡Nicasioooo! Quítame a éstos.
Nicasio se prensó fuerte a la mujer, la apretó con las ganas que da el miedo de ser el merito hijo de Dios, o ser piedra, o tejo por ahí tirado, pero no esa a merced de lo que no se quiere. No estar humillado esperando sacar un as pulsudo que nos libre del juego, no estar renegrito de los ojos machucados por el abrazo.
Tino ya sin fuerza gritaba, se estaba, se estaba ahogando en un llanto saltadito, gutural, brincador, el llanto de la muerte.
-¡Nicas… sio! ¡Niccc…kkgkgasssioooo!
¡Suel-ll-l-l-lttennmmmeee…hijos de…!
Silencio. La palazón chupaba a tino. Verde se había pintado aquello, verde como el gesto de la boca. Cuando los santos se esconden… así sentía la Rosa. Miraba a Nicasio afligida y descorazonada.
-FIFAFIFAFIFAFIFA! No hay San Pedro,
                                   Con el miedo.
                                  Miedo miedo. –Decían unas gringas
                                  Que como que eran el puro tino.
-Ni San Martín
Cachinfín sin fin.
 Ni Virgen de Candelaria
Decían otras.
-Ni San Bartolomé
Pereguéperegué.
Nicasio esculcó sus bolsillos. Las manos frías se amortajaban escogiendo papeles. Afuera danzaba la palazón bruja, y de miedo se acurrucaban las sombras.
Sobando fuerte la cintura de ella, desaforado se soltó hacia afuera.
-¡Yo tengo carnet! ¡A nosotros no!

Publicado en La Pájara pinta Mayo de 1979



Alfonsovelistobar@gmail.com / Coordinador, fundador, Taller Literario “Alfonso Hernández”,  poeta mártir de la revolución salvadoreña. Canadá, El Salvador, Centroamerica. Abril, 2013)

jueves, 27 de junio de 2013

De la Literatura Salvadoreña: “Conversatorio con el poeta José Roberto Cea”

Alfonso Velis Tobar y José Roberto Cea





De la Literatura Salvadoreña:

 “Conversatorio con el poeta José Roberto Cea”


Conversan

Alfonso Velis Tobar
Poeta, escritor, ensayista.
Carleton University. MA.
                                                                                                                   
                                                                                                                   José Roberto Cea
Poeta, escritor, ensayista.

AVT. ¿Cuál es la influencia que reconoces en tu obra poética. Pienso que a veces es difícil sacudirse esas herencias culturales, a las que nosotros debemos darle nuestras propias experiencias, nuestra naturaleza de ser en los temas que nos propongamos crear desde el punto de vista humano, enseñando verdades a los hombres con ese sentido de identidad nacional? ¿Qué opinión tienes acerca de lo planteado?

JRC.  Todo escritor de alguna manera recibe influencias; de ellas hay que saber tomar las mejores para que le ayuden a la realización de una obra personal que aporte a una nueva visión del mundo; a mí me han ayudado mucho los clásicos latinos, como Marcial, Licofrón, la picaresca española, Quevedo, el Popol Vuh, Cesar Vallejo, Henry Miller, el habla del pueblo, sus giros conversacionales, y mi afán por desmitificar aquello fastuoso por falso y engolado.  En cuanto a lo de la Identidad Nacional ella es detectable por manejar una concepción filosófica materialista de la cultura y para tener una visión es necesario conocer el pensamiento teórico, por ejemplo José Martí, Engels, José Carlos Mariátegui, Marx, Aníbal Ponce, Lenin, Franz Fanón, Gramsci, y pensadores de esa visión enraizada en las realidades de sus pueblos; porque pensadores como los mencionados nos hacen ver mejor nuestra realidad, nos hacen afincarnos en lo nuestro para adquirir conciencia nacional liberadora o ampliarla donde ya está esa conciencia, que es producto de una identidad nacional, o más bien se interrelacionan estas concepciones liberadoras.

AVT. En cuanto a tus viajes como una experiencia cultural o personal. ¿Qué nos podrías decir y con quiénes escritores latinoamericanos has compartido, jurados, conversaciones y amistad?

JRC.  Recorrí por tierra toda América del Sur allá por 1972-73. Fui jurado en Casa de las Américas, allí conocí a Julio Cortázar, Mario Benedetti; un viejo extraordinario Luis Vidales; Roger Bartra; Agustín Cueva, Gregorio Selser, Hugo Niño, Jorge Ali Triana, Juan Gelmán, y a Ernesto Cardenal, y en otros eventos a Carmen Naranjo, Sergio Ramírez, Coronel Urtecho, Rogelio Sinan, Carlos Wong y sería interminable citártelos a todos y no vamos a presentar un directorio telefónico.

AVT. ¿Cuál es la causa primordial por qué en nuestra literatura (a tu manera de ver) la mayoría de escritores nos hemos dedicado más al cuento, a la poesía, en cierta medida al teatro y no a la novela? Claro influyen factores económicos, culturales como parte de este subdesarrollo de la cultura editorial misma. ¿Qué  crees tú?


JRC. Es que se cree que la poesía es más fácil, luego el cuento le sigue en esfuerzo y la novela como es una creación de largo aliento, requiere de mayor inversión de tiempo y a veces nos ganan los deseos de ver impresos nuestros nombres, pero hay otros aspectos que se deben tratar en un trabajo especializado y no en una volandera charla como ésta.

AVT. ¿Tu opinión acerca de la Poesía Femenina en El Salvador y en el resto de los países Centroamericanos?


JRC. Suele decirse que la poesía no tiene sexo, pero a veces si se le siente. Aquí en El Salvador hay unos dos autores que son muy femeninos en su escritura poética. En cuanto a la poesía escrita por mujeres ya lo dije en mi “Antología General de la Poesía en El Salvador”, sigue siendo Claudia Lars, el ejemplo más claro y que deben tener presente todas la mujeres que en los últimos años han proliferado por aquí haciendo versos, pero no viene al caso mencionarlas, es perder el tiempo. En cuanto a Centroamérica, los más destacados casos los podemos encontrar en Nicaragua, donde hay un par de nombre que han producido excelente poesía: Vidaluz Meneses y Gioconda Belli, a ellas podemos agregar a Rosario Murillo y Ana Ilce. En Costa Rica el caso más destacado es Ana Istaru, quien ha publicado un libro bellamente erótico. Moravia Ochoa López, y Diana Moran en Panamá. En Guatemala no encuentro a nadie y si como aquí en mi país y en otros países del área aparecen  algunas versificadoras con más lamentos uterinos que poesía autentica.

AVT. Sabemos que tu y otros de tus compañeros de generación de 1956 hicieron planteamientos serios a las generaciones anteriores (1930, 40 y 50) como más de alguna vez lo manifestaron, con el objeto de revalorizar nuestra literatura nacional hacia temas de más solidaridad humana para nuestro pueblo y con esa índole de participación liberadora…Yo creo que ustedes en parte han concretizado estos planteamientos. ¿Qué agregarías tú como parte de esa generación junto a otros de tus compañeros más sobresalientes?

JRC. Lo que puedo agregar es que los más jóvenes revisen lo dicho, lo planteado, para que dejen de loqueras como las que se leen en algunas páginas “literarias” de la prensa “seria” del país, así como en publicaciones ocasionales. Y ahí está nuestra obra, y si algo les dice, pues que tomen lo que les sirva sino que la desechen pero con sus aportes valederos para nuestro pueblo, ese que lucha por liberarse.



AVT. Cuéntanos cómo nació el “Circulo Literario Universitario” y por que decidieron llamarlo “Oswaldo Escobar Velado”. ¿Cuál fue la causa de su desintegración y su labor cultural como grupo. Podrías agregar detalles de Roque Dalton y el guatemalteco Otto René Castillo como conocidos integrantes del grupo, además otros que lo conformaron en aquella época?


JRC. Después que se desintegró el “Círculo Cultural Universitario” fundado por Roque Dalton y Otto René Castillo, un grupo de jóvenes que nos reuníamos en lo que fue la Facultad de Humanidades, donde ahora está el Hotel Ritz, decidimos emprender una acción más coordinada; algunos hacíamos teatro en el teatro universitario con don Edmundo Barbero, otros estudiaban Periodismo, Derecho, Letras, por esos días algunos regresábamos del exilio y queríamos denunciar la opresión que siempre ha padecido nuestro pueblo, y vimos que con esa actividad lo podíamos hacer, y como en ese tiempo, 1961, precisamente el 15 de Julio de ese año había muerto “Oswaldo Escobar Velado”, quien nos había alentado mucho en nuestros inicios, decidimos reorganizar el Circulo Literario Universitario “Oswaldo Escobar Velado”, y de entre los que lo animábamos te cito algunos: Rodolfo Montiel, Alberto Orellana Ramírez, Jorge Campos, Reynaldo Robles, José Luis Henríquez. Publicamos una revista “Taztalut”, tres Cuadernos Universitarios, mis poemas del exilio, una canción a la paz de Orellana Ramírez y un Canto al Indio Aquino de  Rodolfo Montiel, algunas de estas publicaciones con la ayuda económica de AGEUS, y lo que producían estas publicaciones se lo entregábamos a los familiares de los exiliados y presos políticos que vivían aquí.  En cuanto a decir más cosas de Roque y Otto René, algo de ello lo digo en mi libro Letras III publicado para los estudiantes de bachillerato.


AVT. Posteriormente al conocimiento de la labor cultural del Circulo Literario Universitario de 1956 y dando un salto estamos ante el grupo los Cinco en 1967 y es sabido que su actitud como grupo se muestra rebelde dentro de la vanguardia poética de su tiempo. Pues ustedes pretenden en aquella época ser una especie de rompimiento o la renovación poética dentro de la literatura nacional. ¿Qué más podrías agregar como participante?


JRC. En realidad el conocido grupo “Los Cinco” fue una reunión coyuntural para publicar un libro, el que hicimos con nuestro propio esfuerzo ante la imposibilidad de publicar tanto en la Editorial del Ministerio de Educación, como en la Editorial Universitaria, donde si bien es cierto,  que trabajábamos allí, quien la dirigía en ese entonces no hacía esfuerzos reales por publicar nada de nosotros, esto lo logramos hasta después que hicimos la publicación: DE AQUÍ EN ADELANTE(1967), lo cual eso tiene de valioso, que nos abrió algunas puertas, porque hicimos bulla con él, hasta Roque nos mando una carta, un tanto herido porque no lo habíamos incluido en el libro, pero queríamos hacer esa publicación con los que estábamos aquí en el mero ajo salvadoreño.


AVT. ¿Cómo ves a grosso modo el desarrollo de la proyección de las letras nacionales, digamos a partir del año de 1956 hasta nuestros días y quiénes para vos han aportado nuevas formas y contenidos testimoniales a la literatura nacional?


JRC. Desde ese tiempo hay algún avance en el desarrollo de las letras nacionales; pero la mayoría de los que empezaron su labor por ese y posterior tiempo, han callado, se los comió la historia y no vislumbro entre los más jóvenes mayor seriedad para enfrentar su oficio o enfrentar con su oficio una visión de mundo coherente a la concepción de liberación nacional, pero por ello debemos decir que ante la crisis de los valores burgueses, estar atentos a no dejarse ganar por los cantos de sirena, a la publicidad del sistema que en base a estimular ciertos valores los ocupa para sus malsanos intereses y algunos artistas y escritores de cierto valor se prestan para servir de viñetas para el Zorritone y Tiamina 500, por ejemplo, pero eso es publicidad, no reconocimiento a un real valor, no es esa la manera de reconocer ni siquiera sus propios valores, los que propugnan por mantener el “Status quo”; o sea que los jóvenes deben estar avisados al respecto, y no solamente los jóvenes, también los  “ingenuos” no tan jóvenes, y digo ingenuos por no decir una palabrota. En síntesis, te diré que el panorama desde el punto de vista del sistema, su crisis hacia adentro es acelerada, pero los valores que pugnan por vertebrar una conciencia liberadora, una identidad nacional, esos están vivitos y jodiendo la paciencia de las fuerzas oscurantistas, y en ese contexto es que debemos situar las creaciones que vamos a tomar en cuenta, porque no es válida una obra o el nombre de un autor porque sea mencionado hasta en las recetas de cocina, sino que es válido en relación a los valores que manifiesta en su obra, a los valores que propugna con su visión de mundo, en esa situación te diré que el sistema tiene muy poco que enseñar, siempre están con lo mismo de siempre, y para mientras la obra de Roque Dalton, de Manlio Argueta aunque se haya atiquizado, la de Quijada Urias de alguna manera, la de Alfonso Hernández, tú mismo por ejemplo, por tu creatividad poética, tu acuciosidad y preocupación en la investigación histórico literaria del país, Huezo Mixco y otros, son alientos que debemos tener presente, seguir con sumo cuidado porque son aleccionadores y con la de ellos, la mía, pues que la cito al final no porque sea modesto, falsa modestia o modestia aparte, babosadas o subterfugios a que recurren los mediocres, sino que lo hago al final por cortesía; tú sabes que es de las principales en este país, aquí y ahora, porque estoy aquí, aquí me quedé no salí huyendo… Y claro, no soy héroe ni quiero ser mártir, sino un hombre que sabe que su compromiso está aquí, en este paisito, como lo digo en los “Los Herederos de  Farabundo”: “En este paisito, me tocó y no me corro”… ¿Y esto por qué lo hago así? Porque creo en los valores del hombre; en su esencia humana, no en los valores impuestos, así es que mejor pensemos o miremos  bien el asunto: los valores humanos liberadores son los importantes, por ello somos; y es mejor ser que tener. Espero que capten. Pero no creas que me salí del tema, sino que deseaba hacer un telón de fondo para decirte que o confirmarte que, aparte de los mencionados, no hay otros que hayan aportado nuevas formas y contenidos testimoniales a la literatura nacional. Porque para hacer estos aportes hay que estar donde te dije, con el pueblo que lucha por alcanzar una vida más justa y más humana.


AVT. Muchos  lectores se han escandalizado o han gozado con algunos de los poemas de “Mester de Picardía”, publicado en 1977, característico por su erotismo candente, amoroso, social y un dejo de ironía política. Y en particular también se encuentra “Misa Mitin”, donde también hay cierto sarcasmo político, aspectos religiosos y paganos. ¿Qué opinas tú como creador sobre esa clase de puntos de vista de tus críticos?


JRC. Te responderé con comentarios internacionales que han sido múltiples y matizados, no tengo a la mano los recortes y cartas, pero más o menos dicen los siguiente: “Si bien es cierto que en el lenguaje romántico aparecía la mujer, ésta era tratada muy lejanamente o en forma abstracta, mítica, lo cual se puede confirmar en algunas Rimas de G. A. Bécquer; y si bien es cierto que ese lenguaje poético amoroso fue evolucionando hasta aparecer las expresiones de Pablo Neruda, donde la mujer es tratada más directa o concretamente, siempre tiene un halito un tanto mítico; ahora aparece el lenguaje de “Mester de Picardía”, no solamente desmitificando a la mujer de la visión anterior en la cual la idealizaban los autores mencionados y otros de su estilo, sino que la mujer es tratada más como un ser humano, como un sujeto y no como un objeto, como suelen hacerlo el común de autores en una cultura machista, como la que padece la humanidad en su mayor parte, entonces, ante esos planteamientos, ante estos cuestionamientos ¿Qué podemos esperar de los lectores mojigatos? En cuanto a lo de “Misa Mitin”, es otro asunto porque aquí trato, con el sincretismo, revalorar algunos puntos de la religiosidad de nuestra gente, donde se mezclan valores cristianos con asuntos religiosos prehispánicos, porque el cristianismo no sustituyó a la Religión Prehispánica, sino que cayó sobre ella como una capa que de cuando en vez es perforada por algunos valores de la religión antropomorfa que prevalecía en el mundo prehispánico de Nuestra América. De los críticos que  han sabido enfocar este y otros puntos quien mejor los desentrañó fue Miguel Donoso, ellos fueron publicados por aquí hace algunos años.


AVT. Pienso que emprender la tarea de elaboración de cualquier antología es cuestión de gustos, tanto estéticos como del contenido que se proponga el antologador. Sabemos que elaboraste la Antología General de la Poesía en El Salvador, en 1972. ¿Por qué en ella excluiste algunos poetas que actualmente todavía se mantienen un tanto molestos e inconformes al no aparecer en la misma… En cuáles criterios te basaste al no incluir a poetas como Tirso Canales,  Rafael Gochez Sosa, Mauricio de la Selva y otros?


JRC. Lo de las antologías es un problema que debe enfrentarse con humor, aparte de la sabiduría que se tiene al emprender esta tarea. Mi trabajo como tal, fue atacado por muchas gentes y gentecillas, recién salida la “Antología General de la Poesía en El Salvador” (1972). Yo era Secretario de Relaciones Publicas  y Promoción Universitaria en la Universidad de El Salvador y hasta mi oficina llegaban anónimos amenazadores, otros con “mierda”, me poncharon más de alguna vez las llantas del vehículo que usaba entonces, me rompieron los vidrios, en fin qué no me hicieron y dijeron porque fui un tanto drástico con esa labor, pero  el tiempo me dio la razón, los que deje afuera nada han hecho, se los comió el tiempo, la historia como dije anteriormente; los que puse, algunos siguen o realizaron posteriormente a ella alguna labor creadora, pero fue un trabajo realizado a conciencia y como tal, ahora estoy revisando esa obra y ya está bien avanzada, pero ahora saldrá CORREGIDA, DISMINUIDA Y AUMENTADA con nuevos poemas de algunos de los incluidos y otros que no aparecieron y tienen valor para aparecer en ella, pero para que no se molesten los que voy a quitar de ella y para los que no incluiré, también estoy preparando otra ANTOLOGIA GENERAL DE LA PEOR (O NO) POESIA ESCRITA EN EL SALVADOR, allí los meteré. 


AVT. Si tomamos un tema bastante especifico en tu obra: el erotismo y tu mejor muestra lo podemos notar en MESTER DE PICARDIA. En cuanto a eso del sexo son varios los escritores que tocan el tema desde tiempos antiguos (Zafo de Lesbos, Bocacho, Petronio, Plinio y otros) y contemporáneos Miller, Lawrence, Neruda, los poetas chinos etc.) Creo que fue Henry Miller uno de ellos que en alguna parte dijo: que había dos caminos hacia la salvación, uno era el religioso, el otro era el sexual. Según Miller no cree que el sexo sea una fuerza liberadora, es decir lo contrario a tus planteamientos liberadores. ¿Qué reflexión tienes ante ello


JRC. No pierdas de vista que Henry Miller plantea su visión desde y en una sociedad desarrollada, imperialista, superinjusta, yo desde una sociedad penetrada, colonizada, enajenada, y por ello creo que debemos plantearnos todos y desde  y hacia la búsqueda de mayores anhelos de libertad y justicia social para nuestro país, y con él la de Nuestra América, como lo planteaba José Martí por ejemplo.

AVT. ¿Cuál es la circunstancia actual de la Poesía y el Escritor en El Salvador, en cuanto a aspectos literarios, históricos, políticos y sociales en torno a obras que toquen la realidad nacional; menciona algún ejemplo para mayor testimonio dentro de nuestra literatura nacional?

JRC. Creo que esa pregunta la respondo en el contexto de las respuestas anteriores.


AVT. Parece que tienes varias obras inéditas y entre ellas  una obra de teatro ¿Podrías agregar v algo más exacto acerca de ella y cuál es el tema? Pienso que ha de ser muy interesante; además, ¿Cuáles  otras obras inéditas tienes en narrativa o en otro género hasta la fecha?


JRC. No solamente tengo teatro inédito sino también un libro de Cuentos LA PAZ ES HISTORIA CONTADA O ENTRE LA REALIDAD Y LA TELENOVELA. Una novela que aunque premiada en Honduras, no la quieren publicar porque dicen los de la cultura oficial de allá que es peligrosa para situación colonizada de aquel país, es: NINEL SE FUE A LA GUERRA y trata de los años que van por este país, con cartas reveladoras de algunos prohombres de este país, de esos que se dicen educadores de juventudes y todo eso fastuoso. LA GUERRA NACIONAL que trata desde los días de William Walker a los nuestros y es el primero de una trilogía. Otro que se llama CELEBRACIÓN DE LISISTRATA, poesía. Un ensayo histórico critico DE LA PINTURA EN EL SALVADOR, con más de doscientas ilustraciones y 300 páginas; otro ensayo EL SALVADOR EN EL SIGLO XIX. En cuanto al teatro, una pieza se llama TODAVIA ENTRE LA NIEBLA y trata de la época actual, un matrimonio pequeño burgués entra en crisis porque su hijo se incorporó a la lucha de los patriotas salvadoreños, en las montañas, y de ello le echan la culpa a la universidad Católica donde él estudiaba; ese es el conflicto con escenas en el campo y carreteras del país. La otra es una pieza hecha  de tres monólogos y se llama: TRES HOMBRES EN SUS CAMINOS, el primer monologo se titula Pierda el miedo, fuera de supermarquet,  en el otro y el ultimo en un recodo del camino, tratan de nuestra realidad actual. Aparte de ello tengo un libro de literatura para niños y jóvenes que se llama SIHUAPIL TAQUETZALI, este se encuentra dentro de la órbita de CUMBULUM, EL PECESITO DE DARWIN, publicado en costa rica ya por EDUCA.

AVT. ¿Cuál crees tú, que debe ser el papel que debe jugar el escritor en las circunstancias actuales en que se libra una cruenta lucha de clases del pueblo salvadoreño. Pienso que el escritor no debe estar al margen de los problemas del hombre y la sociedad, a  los acontecimientos en la historia en los sueños populares con el objeto de tener una vida mejor dentro de sus anhelos de liberación nacional. Es decir en tu manera de  ver cómo debe contribuir el escritor salvadoreño y/o centroamericano a este proceso revolucionario (este momento peligroso hasta para hablar) para alcanzar la paz y humanización de un conflicto que tiene sus antecedentes históricos, el irrespeto a los derechos humanos, la injusticia social, la represión, y  sus causas económicas, políticas y sociales? 

JRC. La contribución del escritor es escribiendo bien, pero no solamente  se trata de eso antiséptico, sino que se escribe bien, además estando inmerso en la realidad concreta, histórica, como lo están todos los hombres que conforman esta sociedad, entonces tiene que escribir bien desde el punto de vista profesional, pero también desde el punto de vista de su identidad nacional, con ello tendrá clara visión para quién escribe y qué es lo que ésta necesita. Porque ya pasó el tiempo en el cual el escritor se podía refugiar en la ingenuidad, o  la inocencia y no sabía para quien escribía, ahora ya sabemos, que quienes dicen o argumentan que la poesía pura, que la literatura está exenta de compromiso y por ello yo no me meto en política, es porque ya se metieron en política, ya tomaron partido, y ha sido el partido de los satisfechos, de los hartos, por ello es que dicen que el arte es puro y que no sirve más que para el gozo, pues también el gozo hay que disputárselos y que lo tenga la mayoría, que la mayoría goce con los valores estéticos, así es que la mejor forma es tomando conciencia de clase, que ello le proporcionará una conciencia  solamente liberadora, sino que conciencia por hacer mejor  su obra creadora, sea literatura, pintura, música, u otra expresión estética; sencillo, pero jodido, porque no hay escapatoria. Viviendo con la Poesía en una madrugada de terror. El Salvador, 1986.
Alfonsovelistobar@gmail.com / Coordinador, fundador, Taller Literario “Alfonso Hernández”,  poeta mártir de la revolución salvadoreña. Canadá, El Salvador, Centroamerica. Abril, 2013)