CREACIÓN DEL HOMBRE
Del sagrado connubio de Xochipili y Xochiquetzal
nació un portentoso niño.
Y dijeron los Dioses:
“Daremos a la tierra este cuerpo divino
para que en ella sea fruto y flor de prodigios”.
Extendieron el cuerpo tierno y fresco
Por el monte y los valles.
El cabello se volvió blanco algodón.
De sus orejas brotaron dos árboles floridos.
Su nariz se convirtió en el chían.
Sus dedos se tornaron camotes.
Sus diez uñas dieron origen al maíz.
El resto del cuerpo se transformó en mil frutos.
Los Dioses lo llamaron cinteotl,
el que forja alimentos.
Y dijeron los Dioses:
“Hemos de crear al hombre”.
Cada uno de ellos recogió cuatro granos de maíz amarillo,
cuatro granos de negro,
cuatro granos del rojo,
cuatro granos del blanco.
Cuatro veces durante cuatro días
recogieron maíz los cuatro Dioses.
Enseguida molieron y amasaron los granos
y con la blanda pulpa conformaron un cuerpo.
Durante cuatro días lo expusieron al sol.
El quinto día,
el jaguar de la noche lo recontó en su espejo
y el murciélago rojo lo cubrió con su manto.
El sexto,
vino el Águila y acarició su frente.
El séptimo,
el Lagarto sopló sobre su boca.
Se irguió entonces el hombre
y comenzó a caminar sobre la Tierra.
*Poema perteneciente al libro: Yulcuicat, de Pedro Geoffroy Rivas, Ministerio de Educación, Dirección general de Publicaciones, San Salvador, El Salvador, 1965, 54 págs.
2 comentarios:
Estimado Poeta André Cruchaga amigo:
Qué texto grandioso es este del bardo Pedro Geoffroy Rivas! Cósmico, telúrico, centrado en esta dimensión planetaria y universal!
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Muy agradecido, porta frank, por su genuino comentario.
Le envío mis mejores parabienes,
André Cruchaga
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