Yanira Soundy, El Salvador
En este lugar existen pájaros de hermosos colores que vuelan a los sueños. Ellos viven libres en el espacio donde el sol es una naranja ... Son pájaros que no cantan... a ellos les gusta dibujar en el aire caritas alegres, confundirse en los paisajes y besar a las plantas, se bañan bajo las nubes y viven en el jardín de Dios. Al igual que estos pájaros también hay niños que no oyen, ellos hablan con las manos y aprenden del tacto y de la vista el ritmo de su música interior. A todos esos niños, niñas y pájaros, dedico este pequeño libro.
Yanira Soundy
MIS MANOS MÁGICAS
Queridos niños de El Salvador y de todo el mundo:
Durante unos instantes yo voy a convertirme en un personaje más de Yanira Soundy. Si yo estoy ahora con vosotros es porque ella me ha abierto la puerta de su corazón, que, en estos momentos, tiene la forma de este libro. Estoy seguro de que vosotros ya sabéis que un libro no es un montoncito de papeles llenos de garabatos que algunos llaman letras. En un libro hay castillos con princesas cautivas, jardines con estrellas, periquitos que recitan versos o piscinas con sapos enamorados.
Pero la que más enamorada anda de árboles, personas, pájaros, nubes y aguas es la propia escritora: Yanira Soundy. Y su amor lo reparte a manos llenas sobre todo lo que existe, pero muy especialmente, sobre los seres que más lo necesitan, es decir: los que tienen algún defecto: los niños que no oyen, los que son débiles y feos, como Quique, Luna de azúcar, la niña que pide limosna sin que nadie le haga caso, la hormiguita coja o el perro que nació con tres patas y que aprendió a hacer todo lo que hace un perro: “Salta sobre el sofá y nuestras camas, sube y baja las gradas y todo lo que se deja en la mesa de la sala desaparece por arte de magia. Blacky colecciona adornos, lapiceros, estuches, borradores, agendas, carritos y piernas de muñecas”.
Yanira nos enseña que el mundo verdadero es el que llevamos cada uno en el alma y en la imaginación. Cerrad los ojos un momento, tapaos los oídos y expresad un deseo (sin que nadie os oiga) pero con fuerza y con fe. Quiero aprender a cantar como los pájaros, a bailar como los árboles bailan con la brisa, quiero que todos me quieran... ¡Y a ver qué pasa!
Gracias a la magia de Yanira yo he podido ¡de un salto! atravesar el mar y atravesar todos los años que me separan de ella y, columpiándome sobre sus palabras he podido jugar con ella y con sus primos (cuando eran niños) a creernos árboles de cuyas ramas colgaban los mejores tesoros o a imaginar que el cielo “era un jinete azul” que nos invitaba a un paseo sobre el mar y la tarde.
La mirada de Yanira Soundy penetra en el secreto de las cosas y, en especial, de los seres más pequeños, como las hormigas. Esas hormigas que llevan lamparitas en las patas y en sus “cabezas doradas música y sorbete”. Y ¿qué os voy a decir de la hormiguita coqueta y un poco coja, todavía? Pues no pienso deciros nada. Buscadla y queredla.
Buscad y quered también al Señor Silencio, a la muñequita que se muere de pena porque no viene a visitarla el sol, a Don Pepe, a Victoriano Piano, bebedor y amigo de artistas y al pintor Edgard Soundy, quien vuelve de la muerte para enseñar a sus nietos los colores del mundo.
Con Yanira todos aprenderemos a sentir mejor; los que tenéis cinco sentidos, los tendréis más afinados y despiertos, después de leer Manos mágicas. Y a los que os falte alguno, como el oído o la vista, aprenderéis a inventarlos con ayuda de la imaginación y del amor.
Por cierto, y ahora que no nos oye nadie: a mí me falta también la luz de los ojos, pero suelo sustituirla con la luz del corazón.
Gracias, queridos niños, por haberme prestado vuestra atención. Os dejo en buenas manos: las Manos mágicas de Yanira Soundy.
José Mas
LA RISA
Una risa fresca y de color rosa,
grita llena de alegría dentro de una boca.
Una risa de dulce, chocolate y caramelo,
bosteza de sueño frente al espejo.
La risa se vuelve chiquita, más chiquita y de pronto se duerme, ronca y sueña.
Ven luna serena,
haz que sea mi risa tierna,
humilde y buena.
Según la Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 1: se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo excepción.
EL SAPO ENAMORADO
Dentro de una enorme piscina que tenía forma de trébol, estaba un enorme sapo. Sus ojos llenos de brillo jugaban a brincar como chibolas de colores. A mi me parecía divertido observarlo encima de una alfombra verde que flotaba en aquel sitio. El sapo pensaba con seguridad que estaría a salvo. El soñaba con correr detrás de las ninfas en medio de corrientes frescas y perseguir un océano fantástico y a los imperios de estrellas.
¡Pobre sapo!, buscaba el amor y en sus ojos sólo se miraba el mundo con su charco de agua sucia y el vuelo presuroso de los pericos a las cinco de la tarde.
El sapo cloaba imitando a las ranas, daba brincos con una impaciente sonrisa...Sus ojos negros y grandes se pegaban a la orilla de la piscina para verla por dentro. Era un sapo enamorado de una fuente de agua que estaba justo en el centro . De pronto otro sapo más joven y con menos experiencia –pum- cayó sobre él. Al verlo yo le grité que lo dejará tranquilo pues el sapo enamorado quería estar solo con su fuente de cristal. Pero el otro sapo no hizo caso.. a él le gustaba también ese lugar porque habían muchos insectos y no le importaba ahogar a su compañero con tal de comérselos.
La desgracia ocurrió frente a mis ojos el sapo enamorado fue hundiéndose poco a poco muriendo ahogado, mientras el otro sapo comía y comía....hasta no poder más y ahogarse en el fondo de la piscina.
Me senté en el suelo de piedra para ver la tragedia y tratar de comprender porque pasan esas cosas. La fuente en el centro de la piscina continuaba cantando con su voz de cristal...
***
No debemos pisotear a otros para conseguir lo que nosotros deseamos. Recordemos que el amor a nuestros semejantes nos hace más hermosos a los ojos de Dios.
EL TESORO
-¿Cómo serán los hormigueros por dentro? -Me preguntaba.
Siempre sentí esa curiosidad y quise hacerme bien chiquita entrar en ellos y conocerlos. Me encantaba ver a las hormigas antes del invierno. Parecía n hilos de colores negros, rojos, amarillos y blancos. Todos en movimientos jugando a llevar pan de azúcar, dulces y rodajas de jamón en miniatura a sus escondites secretos.
Cierto día a orillas del lago de Coatepeque mientras me preparaba un enorme emparedado de jamón con queso y hacía mis deberes, se me ocurrió ir a recoger aceitunas. - Son tan moraditas y ricas.- Me decía . Así que empecé a recoger una a una mientras las hormiguitas comían dulce y hojas rojas cerca de mis pies descalzos. Me acerqué a ellas y pude ver como llevaban en sus patas, lamparillas temblorosas para buscar en la noche a la más bella de las flores y pedirle que les regalase polen. Otras caminaban cuesta arriba en el muro de piedra del Autoclub. Era divertido ver sus cabezas doradas adornadas con música y sorbete. Y en sus caritas unas enormes chapas que parecían sonreír.
Quería hacerme chiquita y caminar junto a ellas bien pegadita al suelo. Pero en esas estaba cuando de pronto ¡Ayayay ayúdenme! Las hormiguitas enojadas se habían transformado en puntitos amarillos con cabecitas de alfileres que me picaban en todo el cuerpo. Corrí muy rápido a la piscina para niños y mi papá logró alzarme entre sus brazos y sumergirme en el agua . ¡Que alivio!!
Alcancé a ver como las hormiguitas nadaban en el agua y tosían una y otra vez sacudiéndose como puntitos en el horizonte de un enorme paisaje.
Mi mamá me echó miel en las ronchas cuidando que el ejército de hormigas no volviera a molestarme. Mis aceitunas quedaron en el tesoro de las hormigas y no pude rescatarlas.
Artìculo 1 Declaraciòn Universal de los Derechos Humanos.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
LAS CHICHARRAS
El lago de Coatepeque dormía en calma. Los árboles cargados de nísperos y aguacates parecían llorar con el chillido de las chicharras. Era Semana Santa. y la pequeña cabaña iluminada tenía olor a tortillas recién hechas. ¡Que delicioso comeríamos tortillas con queso de coajada y frijolitos parados para nuestro desayuno!. Hacía un poco de frío así que yo decidí no levantarme tan temprano para ir a pescar con mi papá. Lo alcancé a ver seleccionando a los chimbolos más grandes y a las lombrices de tierra más gordas, para usarlos como carnada con las mojarras. Mi mamá platicaba con tía Ina y yo no ponía atención a su conversación. Solo miraba a través de la ventana las lanchas y los esquiadores haciendo piruetas en el lago. Era hermoso imaginar en el agua las vocales dibujadas por los esquis y al fondo los anteojos del lago, escondiendo casas y quién sabe cuántos secretos.
Yo no entendía muy bien el significado de la Semana Santa, tenía cinco años y lo único que sabía era que las chicharras lloraban por alguien y morirían haciendo un sacrificio por algo. Me encantaba ir de árbol en árbol arrancando los cascarones de las chicharras muertas. Pero esa mañana algo me haría cambiar de opinión respecto a esos insectos. Mi hermano y su amigo René esperaron a que mi mamá y tía Ina me dejarán sola en el cuarto y empezaron a echar sobre mí chicharras vivas por arriba del techo. La lluvia de chicharras caía sobre mi cabeza y en mi espalda como si fueran enormes cucarachas. Habían cerrado la puerta del cuarto con llave y yo gritaba desesperada:¡ Auxilio!. No sé cuánto tiempo pasó desde que hicieron semejante travesura hasta que mi madre abrió la puerta, lo cierto es que desde entonces tuve horror a esos insectos. Lloré tanto que no recuerdo si castigaron o no a mi hermano y a su amigo.
Mi nana Alicia me quitó la pijama y echó calamina a mi cuerpecito tembloroso, luego me puso otra ropa y envolviéndome con una colcha me dio leche caliente, frijolitos y tortillas con coajada, entre lágrimas y sollozos comí el desayuno. Mientras tía Ina se encargaba de regañar a los causantes de mi tragedia. Esa Semana Santa nunca pude olvidarla. Papá pesco más de veinticinco mojarras y después de contarle lo sucedido, muy pacientemente me acarició la cara y comenzó a preparar el suculento almuerzo, su platillo favorito: sopa de mojarras.
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No debemos maltratar a nuestros hermanos, recordemos que cualquier daño físico o mental puede ocasionar un trauma difícil de superar. Recuerda que según la Convención sobre los Derechos del Niño, ningún menor puede ser objeto de medidas arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación.
LA COLOCHA SUELTA Y BLACKY DOS
Como todas las tardes Bichu: “La Colocha Suelta” , se escapa a buscar a su novio en los jardines de la colonia Arce. El aire es tibio y trae largos ríos de silencios. Antes de salir de paseo, nuestra perrita Bichu se arregla frente al espejo. Se mira distinta y linda aunque más flaca, pues come muy poco desde que está enamorada.
A la “Colocha Suelta” no le ha costado mucho acostumbrarse a la nueva casa, y al parecer le gusta vivir en ese sitio pues ha encontrado muchos amigos.
Son como las nueve de la mañana... rash! Rash” tocan la puerta, ¿será que?....
Me asomo a ver quién hace ese ruido. Veo hacia arriba y no hay nadie.. veo hacia abajo y allí está....un perro elegante, de pelo negro y blanco, un poco más grande que Bichu . Ladra y me pregunta con los ojos ¿Dónde está Bichu?...Al abrir la puerta entra muy airado y mueve su cola. La “Colocha Suelta” se escapa y yo no digo nada.
Al darse cuenta la abuela...se enoja y nos dice a todos que debemos cuidar a nuestra perrita. Y mucho más ahora que está temblando la tierra a cada rato.
Han pasado varios días y dos terremotos han sacudido El Salvador. Mi familia y yo hemos vuelto a la Miramonte, pero a Bichu no le ha gustado para nada nuestra mudanza, tiene los ojos llorosos y sólo pasa echada en el jardín.
Hace algunas semanas, nos dimos cuenta que tiene la pancita más redonda, come mucho y sube hasta el cielo pidiéndonos dulces, mermeladas, huevos duros y pan francés. Mi mamá la regaña por comelona. Pero a nosotros nos encanta que coma y coma. También le ha dado por mojar su cara en el charco de agua limpia y serena del jardín. Se mira maravillosa coqueteándole al agua. Quizás, aún está nerviosa por los terremotos y por eso no juega como antes a buscar en el aire nuestros besos .
La luz de la luna acaricia los finos tallos celestes y las rosas rojas del traspatio, Bichu descansa acostada panza arriba sobre el césped y las piedras informes. Se ha transformado en una enorme bolita de nervios.
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¡Sorpresa!: Tres meses han pasado desde que regresamos a nuestra antigua casa. ¡Bichu ya es mamá! . Ella tuvo dos cachorros. Pero sólo el más pequeño sobrevivió. Poco a poco Bichu nuestra “Colocha suelta” ha aprendido a limpiarlo, darle de comer y cuidarlo. No se separa de él ni un instante. Es una buena mamá.
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¡Al fin pudimos ver a su crío!
Creció el cachorro y Bichu lo sacó de su escondite. Era un perrito colocho blanco y negro, pero sólo tenía tres patas las dos traseras y una adelante.
Nunca antes habíamos tenido un perrito como este, por eso lo llevamos al veterinario para chequearlo . Nuestra sorpresa fue que él nos dijo que debíamos sacrificarlo pues a su parecer sufriría mucho al crecer y darse cuenta que no es un perro igual a los demás. Al escuchar al señor veterinario, nuestra perrita Bichú se puso muy triste, sus ojitos se llenaron de lágrimas. Nosotros no comprendimos porque el veterinario nos dijo tal monstruosidad .
De modo que decidimos hablar con Bichu y explicarle lo afortunada que debía sentirse al tener como hijo un perrito tan lindo, melenudo y valiente. Le hablamos de cuántos perritos son atropellados por automovilistas irresponsables, estos animalitos han tenido que ser amputados de sus patas y sin embargo, han aprendido a valerse por si mismos, son perritos que disfrutan del sol ,la lluvia y los árboles, perritos que ladran y saltan de emoción.
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Bautizamos al hijo de Bichu con el nombre de Blacky Dos.
Camila le enseñó a caminar, correr, subir y bajar gradas. Ella quiere mucho a su perrito y cuando pinta las estrellas en cartones azules, Blacky Dos corre con sus tres patas y las graba como pequeñas mariposas en el firmamento; este perrito si que ha demostrado que tiene gran valentía y fuerza de voluntad. Ya aprendió a correr y es muy travieso... salta sobre el sofá y nuestras camas , sube y baja las gradas y todo lo que se deja en la mesa de la sala desaparece por arte de magia. Blacky colecciona adornos, lapiceros, estuches, borradores, agendas, carritos y piernas de muñecas.
Este perrito tiene un enorme corazón y su mamá Bichu sigue cuidándolo de vez en cuando, pues también ella ha aprendido que para dejarlo crecer fuerte él necesita tener confianza ensimismo, espacio y libertad.
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La Convención nos dice que todos los menores que padecen de alguna limitación física tienen derecho a que se les proporcionen cuidados especiales, educación y mucho amor. Para gozar de los derechos humanos no importa el color de la piel, si somos mujeres u hombres, sordos o ciegos, si tenemos o no alguna discapacidad, no importa la religión que practiquemos o si nacimos dentro o fuera del matrimonio, o si somos de un país u otro. Todos somos iguales ante la Ley y no pueden establecerse limitaciones para el goce de nuestros derechos. Los menores tienen derecho a un acceso efectivo a la educación, capacitación y preparación para lograr su integración social, desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medida posible.
BICHU
La colonia Miramonte parece desierta. Es domingo y son las siete de la mañana. Hace dos semanas Bichu, nuestra perrita enamorada, hizo un hoyo en el zaguán de la casa para escaparse a la calle y buscar a su novio. Todo ocurrió un día domingo. Desde entonces la buscamos desesperadamente. El hoyo que ella hizo era realmente pequeño y nosotros pensamos que Bichú no pudo salir por ese sitio, alguna persona tuvo que jalarla para robársela.
Ella era una perrita muy inteligente, que jugaba a dar vueltas en el suelo, y perseguía los carros de las nubes que corrían detrás de una luz clarísima en el aire..Su pelo blanco y negro se alborotaba y en su carita se dibujaban corazones de besos. Bichu había aprendido lenguaje de signos. Ella sabía muchas palabras en señas y disfrutaba al seguir las instrucciones que le dábamos. Era una perrita muy dulce pero con un gran defecto era muy enamorada y callejera.
Al abrir la puerta, Bichu salía hecha un cohete espacial y sus manchas negras se convertían en huellas que dejaba a su paso, para que sus enamorados la siguieran.
Desde ese entonces su hijo Blacky Dos la busca todas las noches, cuando mira su canasto vacío, sus cobijas y la pelota de hule que tanto le gustaba . El sufre al no poder jugar con su mamá y nos mira triste y decaído.
La casa se siente distinta sin nuestra perrita, pensamos en los graves peligros que puede estar atravesando, en su inseguridad y sus miedos a las tormentas y a los relámpagos. Recordamos tantas cosas de Bichú...su risita coqueta, sus ojos dulces al pedir paletas de chocolate y fresa, su temblor en las patas cuando empezaba a llover y se iba la luz, entonces ella corría a esconderse debajo de las camas. No podremos olvidar su ejemplo de valentía al descubrir que ella tendría que convertirse en una madre especial y enseñarle a su hijito Blacky Dos a caminar con tres patas. Ella lo lamía en sus patitas, ladrándole para motivarlo a comenzar a arrastrarse. Poco a poco el perrito fue tomando confianza y logró pararse, Bichu estaba feliz, movía su cola y corría por toda la casa llamando nuestra atención. Luego empezó a enseñarle a subir las gradas. Ella se paraba arriba y lo llamaba, Blacky Dos logró aprender a subir y bajar gradas y a pesar de lastimarse en varias ocasiones, no dejó de hacerlo. Bichú estaba feliz y nosotros aplaudíamos su amor de madre.
Blacky Dos llora por su mamá a pesar de nuestros cuidados y cariños. Bichu no apareció por ningún lado. La buscamos de casa en casa mientras su hijo esperaba pegadito a la puerta.
Todo fue imposible. Bichu no apareció. Blacky Dos nos miró lleno de tristeza. Ahora tendrá que ser valiente y fuerte para que Bichu desde donde se encuentre se sienta orgullosa de saber que su hijo aprendió a valerse por si mismo.
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Los menores tienen derecho a jugar, divertirse, a gozar de sus mascotas y todo lo que les sirva para su formación. Ninguna persona tiene derecho de robarse a un perro que tiene dueño y no puede privarlo de su libertad y del amor de sus amos.
¡Shhhh....!
El señor silencio era tan grande que nos parecía una inmensa sombrilla celeste sobre nuestras cabezas. Todo –absolutamente todo-se había transformado en una enorme y fantástica visión.
En nuestra casa, los colores saltaban como puntitos de hilos y sin ir más lejos, nuestros zapatos sacaban sus lenguas una y otra vez: plash, plash, plash....
De pronto un aire fresco había entrado a nuestro escondite y de un zaz todos los cuadernos se abrían para dejarnos leer sus mensajes envueltos en sueños. Eran mensajes difíciles de entender: letras escritas con burbujas de aire y manos pequeñas. Todos ellos flotaban hasta entrar en las pantallas gigantes de color neón, que traducían al español hermosos poemas frente a las escuelas.
El silencio era tan grande, y las puntas de nuestros dedos demasiados pequeños, no podíamos lograr atraparlo...Así que después de jugar, nos acostamos sobre la grama del patio y vimos su silueta en las figuras hechas por las nubes: gatos, perros y trencitos de azúcar, coloreándolos con las flores y las frutas maduras de los árboles.
El señor Silencio realmente era inmenso....los colores amarillos del sol le habían pintado el rostro y el calor lo hacía ver mucho más gordo.
Hasta que una risa atravesó mi azul y el señor silencio abandonó la casa.
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Todos los menores no oyentes tienen derecho de aprender el español escrito como un su segunda lengua o idioma. Es obligación del Estado velar por que se cumpla dicha enseñanza como parte fundamental de su educación. El español correctamente escrito facilitará a los menores sordos el estudio en sus centros escolares. También debe crearse la carrera de Intérpretes para el lenguaje de señas Salvadoreñas y del Americano. Los intérpretes deben tener dominio y fluidez del lenguaje de señas, familiarización de la cultura de la comunidad sorda, agilidad mental, altos valores éticos y estar acreditados por los usuarios de sus servicios.
EL SOL
Una mañana del mes de septiembre llegamos a Salinitas. Un lugar donde el mar tiene caracoles de música, corales y rocas como rompeolas. Cuando la marea baja, el mar nos regala una enorme y larga piscina salada donde pueden observarse infinidad de pecesitos dorados, rojos y anaranjados. Esa mañana el agua estaba muy calientita, el sol caluroso había bajado del cielo a bañarse con sus chapas rojas. Uf... empezó de pronto a entrar al agua que venia del fondo del mar...
-¡Que helada!
-El sol ha dejado de bañarse y se ha puesto a secar con sus gafas negras.
EL POLLITO PINTO.
¿Sabes tú que la seña que haces con las puntitas juntas de tus dedos índice y pulgar sobre tu mano izquierda se llama Pinto?... ¡Que pollito más travieso! ...Picotea una y otra vez la tierra. Es un pollito alegre y simpático. Busca a su mamá gallina entre las flores que asoman a ambos lados de tu nariz. A Pinto le encanta jugar con la grama que está debajo de tu barbilla y encuentra hermosos colores.... su mamá sonríe al verlo correr, saltar y soñar.- El pollito juega y busca su comida favorita: una enorme lombriz de tierra. ¡Viva!¡La encontró!
Mamá gallina corre orgullosa, extendiendo sus alas para abrazarlo.
¡Que delicioso es dormir abrigadito y pegadito a mamá! –dice el pollito y se echa a dormir luego del suculento almuerzo.
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Todos los menores tienen derecho a la alimentación, abrigo, un nombre, una nacionalidad y a un hogar. Deben ser protegidos contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No debe permitirse trabajar a los menores antes de una edad adecuada, ni debe permitírsele dedicarse a ocupaciones o empleos que perjudiquen su salud, educación, desarrollo físico, mental y espiritual. Los menores no pueden ser esclavos ni sirvientes, ni ser utilizados en trabajos forzados.
¿CÓMO CANTA EL MAR?
El mar es un Inmenso azul que canta una canción de amor.
Sobre él vuelan las gaviotas, los pelicanos y otros pájaros alegres
Sus alas me recuerdan los adioses de los pañuelos y
el ritmo de mis manos cuando habló de la libertad.
El mar tiene muchas rocas y algas,
aguas que sumergen tesoros y peces
y está hecho de sal y música sobre sus olas.
Parece un cielo acostado,
tan largo y cerrado.
En ocasiones pienso: ¿Cómo canta el mar?
Mi mamá me ha dicho que es ronco e inquieto.
Ha extendido mis manos sobre una vejiga inflada
y sentada frente al mar, he sentido el sonido de sus aguas..
El mar parece el pecho de un gigante hecho de espumas...
El me habla con sus ondas y yo le sonrío.
¡Que inmenso y grandioso es el mar!
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Los menores sordos tienen derecho a recibir terapias de lenguaje, lectura labial y entrenamiento auditivo. Deben ser educados en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad, paz y fraternidad, su educación debe ser integral y equitativa, sin ningún tipo de discriminación.
MANOS MÁGICAS
a Fátima Stübig
Sus manos, nubes blancas que invitan a jugar piñata con el lobo y los pollitos.
Mariposas azules de un vestido nuevo. Lunas de azúcar en la ventana.
Dos dulces que dicen mica a las crayolas. Un sol y un brillo con pizarras blancas.
Ellas rompen el silencio, y buscan entre los labios las palabras, son un mundo de colores pequeños y gordos, colores de grama, agua, manzana y naranjada.
Ellas le hablan del viento y de la lluvia, de la barquita que se aleja, y del avión que corre sin zapatos a las estrellas.
Rompen su enojo y la tristeza, y le acarician la voz con su ternura.
Son muñecas, queso, pan dulce, bolsón y galletas, letras y números para el cartón de sus montañas.
Sus manos, vuelan en el aire para hablarle de cuentos y hadas. Países mágicos, donde los caballos tienen alas y las flores pies. Países mágicos donde los niños corren y cantan a una sola voz.
Sus manos, vuelan en el aire y le llaman a clase.
-Empecemos de nuevo: uno, dos, tres.
Dos pajaritos blancos vuelan y llegan a la Virgen.
La niña dice "mamá" y su voz de juguete se columpia en un enorme arco iris de frutas.
¡El sol ha empezado a iluminar el horizonte!
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La lengua de señas es fundamental para el desarrollo de todos los menores sordos y en la comunicación con su familia. Si tienes hermanos sordos enséñales español, aprende su lenguaje y disfruta de su compañía viendo películas con subtítulos.
EL LENGUAJE DEL CORAZÓN.
a Rebeca.
El agua habla con un suave murmullo a la enorme vereda. Las rosas húmedas abren sus capullos y unas casitas blancas alegran el paisaje del Cerro Verde.
Allí junto a las nubes, una paloma canta y hace su nido en el techo de una casa.
-Cu cú, cucú.
¡Qué nublado está el cielo!
-Cucú, cucú.
¿Se ha ido el sol? ¿Vendrá el invierno?
Adentro de la casa donde la paloma canta, hay una niña muy simpática que juega a atrapar el sol con sus crayolas, ella se llama Anita.
Cucú, cucú.
¡Qué nublado está el cielo!
Cucú, cucú.
¿Qué es todo esto?
Ha llegado la luna perezosa a la ventana, Anita reza en señas que bostezan por el sueño.
Miles de Mariposas amarillas se le escapan de las manos para pintar caritas alegres en las paredes de su cuarto.
Anita se ha quedado dormida. Mientras la luna se transforma en su almohada y las estrellas corretean por sus sueños.
¡ Cucú, cucú: La paloma canta!
Afuera el viento juega a columpiarse con las hojas. Amanece de nuevo.
La niña sonríe y canta con sus manos extendidas.
Anita toma entre sus dedos las puntitas de su falda y empieza a bailar descalza dentro del silencio. Su mamá llega en cuclillas y la abraza...
Cu cú, cu cú
Vuelve a cantar la paloma en el techo de su casa.
Anita guarda rápidamente los sueños, su música interior y todos los colores dentro de una hermosa cajita larga.
Cu cú, cu cú ...sus hermanitos despiertan. La leche caliente está servida y los bolsones esperan para ir a la escuela.
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Cuando un menor sordo aprende el español paralelamente al lenguaje de señas, se integra más fácilmente al mundo de los oyentes y obtiene mejores resultados académicos. Por eso es importante que el Estado lo enseñe en las escuelas y colegios donde sean escolarizados.
QUIQUE Y LA HORMIGUITA.
Es domingo y el sol está triste. No puedo verlo.
Las nubes oscuras cubren todas las montañas y los pájaros agitan las hojas de los árboles.
Hace mucho calor y no hay viento. Me siento solo..
Pienso en mi mamá y en lo que estará llorando por no verme.
¡Pobre mamá!
Quisiera poder ser un niño alegre pero no puedo. Mi corazón está triste.
Veo a los demás niños correr y saltar felices, ellos pueden hacerlo. Yo no.
Por eso me fui de casa. Soy tan feo y lloro tanto que prefiero esconderme de todos.
Me duele el pecho, me canso y no puedo jugar.
Me llaman Quique y tengo nueve años de edad.
Hay nueve estrellas en el ancho espejo del pavimento
Me he escapado junto a ellas en su mundo pequeño donde no tiemblan mis piernas.
Pienso en mamá y en lo que estará llorando por no verme.
-Que haces? ...se escucha una voz ronca y chiquita.
Enrique vuelve a ver hacia atrás y....
-Acá abajo, ehh ¡!!
Es una linda hormiguita color amarillo, de ojos muy coquetos y antenitas pizpiretas. Lleva un vestido azul marino con lazos rojos y unos zapatos de tela muy suaves de color anaranjado.
-Que te pasa ?¿Por qué caminas solo?¿Acaso no sabes que existen muchos peligros para los niños?
-Mi mamá llora al verme sin poder jugar como los demás niños, y yo me siento cansado. Me duelen las piernas y el pecho. Me voy de casa.
-Que dices? Vas a dejar a tu mamita?
Amiguito tienes que saber que en la vida unas personas son mas fuertes que otras, hay niños sanos y otros enfermos. Pero no por eso los niños enfermos abandonan a sus mamás y se van por las calles enfrentando toda clase de peligros.
Tu mamá no se sentirá feliz si tu no estás con ella. Aunque te cueste más aprender cosas o no puedas correr como los otros niños...
-Que hacen las hormigas cuando se lastiman y son un estorbo para sus mamás?
Los hijos nunca son un estorbo para las mamás. Hace muchos años en una mañana de primavera, mientras nos preparábamos para el invierno un niño me pateó la patita izquierda. Mi mamita me vió desde lejos y no dudó ni un instante en ayudarme. Dejó a un lado una enorme hoja color naranja y me cargó hasta nuestro hormiguero.
Tardé mucho tiempo en curarme y mírame aún cojeo un poquito, pero eso no me da pena pues yo soy así y nadie puede verme de menos por eso.
Debes aprender a aceptarte como eres, debes salir adelante y tener fuerzas.
Hoy yo tengo mi propio hormiguero y cuido de mi mamá pues ya esta muy cansada.
-Tenés razón voy a regresarme a mi casa.
-Quique... Solloza la mamá de Enrique al verlo.
-Perdóname mamá no volveré a dejarte nunca. Estaba confundido y pensaba que yo te hacía sufrir al no poder correr ni respirar como los otros niños.
-Hijo tu eres mi alegría y sin ti no habría una razón para seguir viviendo.
La hormiguita sonrió. Quique le dio gracias por sus consejos y abrazado a su madre regresó a su hogar.
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Todas las familias especiales tienen derecho a recibir tratamiento psicológico y la debida rehabilitación para los menores que padecen alguna limitación física.
EL SAPITO RARíN
Los pájaros, las hormigas y las cigarras cabeceaban de sueño en un rincón del pequeño rancho. El silencio llenaba el aire de tristeza, pues recordaban con nostalgia las travesuras de su amigo el sapito "Rarin".
"Rarín" el sapo más inquieto que existía sobre la Tierra, soñaba con viajar algún día a la ciudad y como a su mamá no le gustaba la idea, pasaba horas enteras frente a los espejos de las hojas pensando en la forma de escapar de aquel sitio para vivir lejos del bosque.
Sus amigos, le habían dicho en varias oportunidades lo bonita que era su familia, un grupo de sapitos inteligentes y buenos, pero Rarín, no la apreciaba y lo único en que pensaba era en vivir lejos. Entonces subía a las montañas de los sueños, para ver desde allí las ciudades que anhelaba conocer.
El cielo temblaba de emoción al escucharlo croar dulcemente. Los árboles callaban entre las hierbas mágicas y el viento jugaba con los ojitos brillantes de Rarín.
Al amanecer de un día domingo, Rarín despertó y decidió que era hora de marcharse...
-Voy camino a mi ciudad, para buscar la felicidad ¡croa, croa, croa!
Hubo muchos amaneceres en el viaje, amaneceres que lo llenaban de soledad. Hasta que un mal día llego al sitio esperado. Escuchó por vez primera la voz de la civilización y no le gustó. Había un ruido inmenso, cosas extrañas de metal se movían en grandes círculos , llenando el aire de un olor insoportable, a lo que los seres humanos llamaban humo.
El sueño se desvanecía frente a sus ojos espantados, y cuando pudo contemplar la ciudad...
-Ayyyyyyyy! Gritó lleno de espanto.
Pues muchos hombres que talaban otro bosque casi le arrancan una pata con un tractor .
- ¡Qué susto!.
Rarín dio un brinco tan enorme que cayó dentro de un charco de pintura y decidió volver a su hogar, para avisar a todos los animales del enorme peligro que venía en camino y de esa tierra sin plantas, sola y desierta.
En el camino el calor era insoportable, el sol reclamaba un sitio más alto en el horizonte, la ciudad estaba desierta y la gente cortaba y cortaba más árboles.
Al llegar a casa encontró a su madre croando tristemente, aferrada a la esperanza de que su hijito regresaría algún día.
-¡Mamita! he vuelto para quedarme, la vida en la ciudad es muy difícil. No hay árboles, ni pantanos, ni bosques, todos han desaparecido .
-No te preocupes Rarín, que este bosque es secreto y nadie dañará a nuestros árboles.
Rarín que estaba muy cansado, poco a poco se fue quedando dormido en el regazo de su madre, comprendiendo por fin, la importancia de tener una familia y un sitio seguro donde vivir.
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No debemos permitir que en nuestro país se destruyan más bosques, es tiempo de cuidar las áreas protegidas y reforestar El Salvador. Los menores tienen derecho a crecer con buena salud, cuidados especiales y disfrutar además de la alimentación, vivienda y servicios médicos, de recreo y parques forestales que permitan su pleno desarrollo físico y sicològico.
EL ABUELO
Hoy después de tanto tiempo, te imagino en los rayos de luz, en la suavidad de los pétalos, en la dulzura de los trinos. En mis noches inciertas, en las sombras que te sigue susurrando.
No hay flores en las ramas, y mi voz se adormece en un remanso.
Te imagino en el sollozo del agua, en las azules madrugadas del sueño, íntimo, entrañable, como un niño en un paisaje de cigüeñas y campanas, inventando historias con el alma en la mirada. Enseñando a tus nietos a pintar una luna silenciosa en cada lirio.
Junto al rumor de tu pecho. Pareces hablarle del mar, de una leyenda y de un verso. Del amor silencioso que es tuyo y mío.
Hoy te he sentido llegar en la honda calma, donde vuelvo a ver tus brazos que renuevan los colores del campo. En el azul eterno, en el tibio calor de mis caricias...
Estas aquí, junto a nosotros, como el alma de un ave que remonta el vuelo.
Mimí, nuestra perrita, salta alegremente como si pudiera verte.
Estas aquí, narrando cuentos de viejos castillos, con princesas que sueñan una música de alas.
Canta la fuente del jardín, y junto a mis hijos, persigo la vaga libélula de una ilusión, pintamos islas de rosas fragantes, pájaros melódicos y fugitivos resplandores.
Han pasado tantos años, con nuevos cantos, trinos, perfumes, y auroras, pero aquel amor nuestro es el mismo.
Padre, déjame llegar a ti esta mañana, para descubrir los colores de nácares y rosas, esos que, un día, me enseñaste a pintar, sobre tus lienzos.
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Todos tenemos derecho a ser reconocidos por nuestros padres, tener un nombre y una nacionalidad. Todos los menores tienen derecho a crecer en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material. La sociedad y las autoridades públicas tienen la obligación de cuidar especialmente a los menores sin familia o que no tengan los medios adecuados de subsistencia.
LAS CANAS DE DON PEPE
Han pasado doce años desde que don Pepe llegó a esta casa para instalarse en uno de sus cuartos.
Él venía de la costa, donde los colores son más intensos, y el mes de mayo es tibio y oloroso. En ese lugar jugaba con la luna y sus lágrimas de plata y su vida era tranquila, a pesar de su locura de volar a cualquier parte del planeta. Por esta razón, siempre tenía listo su equipaje. Vivía ilusionado contándole a los cocoteros sus sueños. Él recitaba versos y besaba el rocío, guardando como recuerdos hojas de tantos colores verdes que no podes imaginar. Don Pepe era desde ese entonces un señor muy ordenado, limpio y muy inteligente aunque un poco presumido.
Un día tomó su maleta y decidió abandonar los cocoteros, las playas, el aire fresco y las aguas saladas para venirse a vivir a San Salvador.
No recuerdo que mes del año era, pero de repente, él señor don Pepe se cansó de volar y trabajar para conseguir sus alimentos y prefirió hospedarse en mi casa.
Todos los recibimos alegres, su risa despertaba nuestros sentidos, él nos recitaba versos y pedía a cambio un buen trozo de pan dulce, mango verde o algún antojo propio de su edad.
Así se fue quedando en casa hasta que decidió vivir con nosotros para siempre.
Un día de tantos llegó también otro huésped, un señor mucho más fino y serio, y se convirtió en su vecino de cuarto.
Don Pepe gozaba con hacerle bromas y demostrar a diestra y siniestra su enorme talento, el otro huésped sólo silbaba. Fue tanto el placer de contar con un buen vecino, que hasta le puso apodo "Ricky Martín" como un elogio a su simpatía y belleza.
Un día de tantos, mi madre en su afán de atender a don Pepe, decidió pintar de blanco su dormitorio, en esas estaba cuando de pronto ¡plash! Pepe se deslizó y cayó adentro del recipiente de pintura.
-¡Auxilio! Gritaban con angustia mi madre y don Pepe..
Mamá corrió a traer agua limpia y lo bañó, pero don Pepe estaba desmayado.
¡Para un perico es fatal caer dentro de un bote de pintura!.
Al llamarme por teléfono para llevar a Pepé de emergencia al veterinario llegué de inmediato, el periquito fue reaccionando a nuestros cuidados y empezó a decir palabras que no podían entenderse.
Ricky, el periquito australiano, había presenciado toda la tragedia y no hacia otra coas más que pedir a San Martín de Porres su ayuda para que Tata Chus no se llevará a su amigo al cielo.
Pepé bebió mucho agua y descansó.
Al día siguiente, abrí la puerta de su cuarto, y él me dijo: -¡Hurra periquito real!.
Don Pepe estaba más fuerte y contento, pero había algo extraño en él y no era "la vida loca" ni nada parecido. Pepe se miraba en el espejo rozando su cabeza con sus patas. Sus hermosas plumas verdes se habían convertido en plumas blancas. Desde entonces mi mamá le llama don Pepe canoso.
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Los pericos deben ser cuidados y protegidos, pues están en peligro de extinción . No deben ser enjaulados. Pero recuerda que los menores son quienes en todas las circunstancias tienen que figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
GUAPILIN
Era domingo, se escuchaban los ladridos de Guapilín al vernos bajar en nuestra camioneta roja por la vieja cuesta de piedra.
Todo estaba lleno de naranjos y palmas. La pequeña piscina encendida de púrpura, parecía esperarnos, fresca y cristalina.
El cielo con encajes tejía nuestros sueños y el lago con su velo azul tendía su seda en los capullos.
Mis primos y yo, habíamos preparado en aquella tarde de octubre, una fiesta de cumpleaños.
El canto húmedo de los pájaros hacia bailar a los árboles...
Eramos unos niños inquietos. Nos gustaba pensar que el cielo era un jinete azul que robaba en el corazón a la tarde y que había llovido desde un día antes estrellas en el lago para que viéramos un reflejo de zafiros azules sobre el agua.
Desde entonces Mario ya hablaba de astros de plata y planetas llenos de espuma; Jaqueline de como un día iría a la India; Ronald decía que el yoga era el camino a la purificación del cuerpo y Flor reía al verlos discutir sobre estas cosas, pues lo único realmente importante, era conocer la catedral de Notre Dame de París y vivir en el extranjero.
Mi hermano decía que estabamos locos, pero nosotros opinábamos lo contrario, al verlo amar las matemáticas.
Yo los observaba en silencio, imaginándolos como personajes de mis libros, con un penetrante brillo, con un secreto preso en sus almas...
***
Hoy nuestros corazones no se columpian más en mariposas, estamos de nuevo en este sitio, donde las tardes tienen un halo de sueño, de playa azul y agua de cocos.
Hay lienzos de un lago sin viento ni cielo, relatos de una divina presencia que cura enfermos y materializa flores sobre profundas rocas, amores en francés, un vaho de neblina bajo la primer estrella y un misterio en el ala invisible de los versos.
A solas están aquel viejo carrusel de claveles, el nido con su caja de música, el zumbido de las abejas, la estrella errante ya olvidada, las hormigas, la inquietud de nuestros sueños.
Y aquellos niños son árbol, rosa, estrella, nube y pájaro, la canción más escondida, la alta noche quieta...
Volvemos a tirar las redes con sus hilos gastados, para recoger aquel brillo penetrante de estrellas.
Y cada uno de nosotros piensa en aquella música desvanecida, en cuanto hemos vivido, en el último camino recorrido, en el eco de una campana crepuscular en la iglesita del pueblo.
Creemos escuchar a "Guapilín", nuestro perro aguacatero, mientras el cielo espejea entre los árboles cargados de nísperos. No hay pastel de cumpleaños, solo páginas blancas que apresuro a llenar con los recuerdos.
Aquel perro se ha ido, pero su descendencia corretea jugando sobre la grama, todo parece empezar para nosotros, mis hijas acarician los mismos árboles, y ríen al escuchar ladrar a los cachorros, los pájaros saltan de rama en rama, y la vida tiene sabor a miel y olor a lirio.
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La familia y su convivencia son muy importantes para las personas. Visiten a sus familiares demuéstrenle su cariño.
REBECA
Niña de música frutal y pupilas claras, estrella del mar, perla y perfume.
Esta noche te he visto hecha inquietud y poesía, descubriendo la miel de tu dedo pulgar entre los labios.
Niña que se bebe el campo azul y me ofrece el pomposo castillo de un árbol, muestras la cara al sol igual que un viento fuerte y miras el mundo como un halcón con nuevas alas.
Te abrazo y el tiempo es tan pequeño, la luz se vuelve poca y reposas por fin entre mis brazos.
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Ser madre es el regalo más bello que puede darnos Dios. Los menores deben crecer por regla general, junto a sus madres y padres, quienes están obligados a satisfacer las necesidades espirituales y materiales de sus hijos e hijas.
EL VIAJERO
Es un hombre joven que siempre lleva consigo dos maletas. Sus brazos caen como alas y en su mirada se dibujan círculos de sueños. Camina despreocupado y alegre por las calles de San Salvador. Lleva una sonrisa en los labios y los cabellos castaños, sueltos y enredados. Mira con agrado a quienes pasamos a su lado. En ocasiones lleva bolsas plásticas y parece que guarda en ellas sus amores y sus quejas.
No habla a las personas, parece amigo de los días y las noches. Su paso tiene ritmo de quién va de prisa donde han nevado las estrellas. Aprieta entre sus dedos los sueños.
Me pregunto: ¿habrá escapado de alguna prisión ubicada en un castillo?.
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Las personas que padecen enfermedades mentales y deambulan por las calles deben ser atendidas por el Estado según cada caso particular.
EL AMOR
Vamos a reírnos de la vida
y con nuestros labios alegres.
Pondremos turrón al gusto y al silencio..
Vamos a jugar en nuestra casa.
Bajo un cielo de árboles azules,
donde nuestras flores sean luces de plata
y sus aromas las palabras.
Ven juguemos en el aire con los signos,
inventemos el amor con nuestros gestos.
El corazón escucha más en el silencio,
al sentir el sonido de la lluvia.
Dibujemos nubes de uvas,
hermanos de azúcar y un sol de hojas blancas,
ríe tu también..
Porque tus ojos están llenos de luz
y mis manos de amor en movimiento
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El amor terrenal más grande es de una madre por sus hijos.
VICTORIANO PIANO
Vuelve alegremente de las tempranas arboledas. Bebe el agua con alcohol, tranquilo –en soledad- con mares blancos.
Victoriano Piano, barniza las guirnaldas, vuela en los cometas y como un tallo gris, se quiebra bajo el agua masticando sus lamentos.
Habla del campo y de la milpa húmeda que enjuga el llanto de los pobres, de cuando dejó atrás las gallinas con sus sobresaltos, de cómo aulló “El Gincho” –su perro aguacatero- al saber que él se iría, borrándolo todo con la opaca polvareda de su pueblo , para venir a trabajar a la ciudad, luego de perder a toda su familia.
Conoció por casualidad a los grandes escritores de la época, quienes le ofrecieron posada.
Así llegó a la casa de mi madre, donde se quedó por largos años.
Cuando mi abuela y mi tío murieron, Victoriano Piano se trasladó a vivir a nuestra casa, donde cada mueble era su obra maestra.
Lo vi emborracharse tantas veces desde entonces...
Hablaba de doña Claudia con sus rosas pensativas, de don Salarrué con sus manos fugaces jugando a ser alondras, don Ricardo, pastor amanecido que dormía en los vellones de los trigos, don Hugo sinfonía de nubes y de pájaros...
Y yo gozaba al escuchar sus historias...
Luego el viento marinero se los llevaba a todos, y Victoriano Piano quedaba en el abandono crepuscular , estremeciendo al agua con sus lamentos, en un puerto de astros.
El tiempo pasó y el mar siguió besando la fina enagua en la arena.
Cuando bebía, se desaparecía por largas temporadas. Luego volvía a casa diciendo a mi madre:
“Sigo trabajando con artistas sino veya niña Amalita, allí tiene a don Carlitos Balaguer, yo le enseñé a tocar la guitarra y mire como escribe, y a la niña Yani, quién lo iba a pensar, ah.....si estuviera vivo don Ricardo.”
Cuando murió mi padre, Victoriano Piano, no vivía con nosotros.
Apareció con la cara aturrada, el pelo sin pintar, y sus barbas blancas.
“Porque no me morí yo, sino el patrón; tan buena gente que era” dijo llorando.
Y volvió, para cuidarnos a mi madre y a mi, -según decía sonando la vaina del machete en la acera de la casa.-
Pero como siempre, el vicio fue más fuerte. Y se marchó otra temporada.
Cuando regresaba, nos contaba historias de grillos saltando en sus pantalones, y de sapos que caían sobre su cabeza, para echarle maldiciones.
Sufría delirios de sombras escuálidas y brujas en el cementerio.
Soñaba ser un capitán celeste, un águila roja en el desierto, el mejor ebanista del universo.
“Y es que con Victoriano Piano no hay rana que pegue tres brincos”, decía dejando entrever los enormes huecos de sus dientes.
No he vuelto a verlo desde entonces. Quizá porque se volvió forastero del tiempo, en el recuerdo.
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Los vicios como el alcohol y las drogas destruyen la vida de las personas.
PALABRAS A CAMILA
Hoy me recliné sobre la hierba como una niña traviesa y te invité a volar en las ideas de los sueños.
Me hablaste del amor en cada estrella y de mi rostro en la luna del agua.
Pintabas sobre tu falda con las acuarelas de mi padre: peces de seda y flores acuáticas. Mientras yo te hablaba de las tardes en las que él y yo perseguíamos golondrinas y libélulas sobre una línea de azul intenso...
¡Qué difícil fue crecer, escalar los pinares y levantarme en vuelo!...
¡Qué difícil fue llamar a cada cosa por su nombre, sin ser engañada por los sueños!...
Quisiera explicarte los viejos proyectos que jamás concluí, enseñarte que en la vida las mujeres no debemos ser precipitadas.
Déjame llenarte de verbos unidos a la lluvia y caminar por esta playa, donde desembocan los ríos más anchos.
Déjame enseñarte a creer en Dios, ciñendo tu corazón sin prisa a mi recuerdo.
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Escucha la experiencia vivida por tus padres y aprenderás a no cometer sus mismos errores.
LAS FLORES PENSATIVAS.
¿Has visto alguna vez una flor pensativa?
En un lejano lugar llamado floripondea, justo en la colina más alta, viven las flores pensativas. En ese sitio las flores tienen forma de campanas y son dulces y muy firmes – es decir fuertes de sus tallos- al llegar el mediodía las flores pensativas piensan mucho en las primaveras y las lunas que acarician sus pétalos rojos.
Floripondea es un lugar mágico, hay nidos enormes que son habitados por pájaros miniaturas. También zumban muchas abejitas amarillas y los aromas de los narajanles se huelen a kilómetros de distancia. No hay seres humanos. Los árboles crecen libremente y el aire con su silbido de diamante les toca el tronco, los tallos, las hojas y bum...bota los frutos para que las ardillas y otros animalitos los coman en tremendas fiestas. Asi es Floripondea el lugar mas verde del planeta Tierra donde las flores piensan, los pájaros son tan pequeños como las abejitas amarillas y los árboles gigantes. Un lugar sin fronteras, donde el aire es tibio y los sueños existen.
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Deja volar tu imaginación , inventa lugares hermosos y escribe historias, versos y prosas.
CAMINITOS
Vamos a caminar por lugares diferentes, donde las dormidas aguas del estanque de pronto cantan, y los colores del campo nos recuerdan la belleza del lenguaje universal de Dios; el Amor.
En estos caminos hay garzas, cisnes, jardines, un castillo, luces, campos, puentes y ciudades hermosas.
EL CASTILLO VENTUROSO
Desde pequeña tuve miedo a los castillos, quizás por lo que había leído en cuentos y leyendas. Los imaginaba altos y de paredes tan gruesas que impedían escuchar los gritos de quienes eran torturados en sus sótanos.
Imaginaba grandes calabozos, gente medio desnuda encadenada a grandes pilares de piedra, candelabros con muy poca luz, y un chorro de agua saliendo de las mandíbulas de algún león incorporado a la pared principal.
Según cuentan los viejitos que venden dulces en las aceras frente al Castillo Venturoso este fue construido como una réplica de un castillo suizo, por tres señoras millonarias que gustaban de cosas extravagantes. Al pasar por primera vez frente a este lugar, pensé que era igual a los de los cuentos de miedo.
Gozaba con imaginar a estas señoras vestidas con encajes y grandes sombreros franceses. Las veía bajando las altas escaleras, hasta llegar al sótano del castillo donde nadie podía escucharlas y todo tenía un velo azul de misterio.
En mis sueños la mujer más joven llevaba siempre un pañuelo entre los dedos serpenteando el aire y las otras, un candelabro de luz amarilla en cada mano.
Las hermanas hacían ritos celestiales, dentro de una pequeña capilla y cuando el invierno cubría el famoso castillo, este tomaba un aspecto fantasmal.
Las hojas curiosas volaban con el viento hasta entrar por las ventanas del castillo, era en ese momento cuando el chillido de un espanto, quebraba el silencio del lugar. Entonces, aparecía un ave de mal agüero, que gozaba con posarse en el pico más alto del castillo
Las hermanas deambulaban por los salones, en altas horas de la noche, esperando que alguna estrella perdida decidiera quedarse prendida en sus faldones. Y cuando amanecía, salían a la calle para vender botellas de vino . Según la leyenda esas bebidas tenían un poder mágico pues al tomarlas el cuerpo danzaba en la luz. El licor estaba hecho con el fulgor de las estrellas, que caían en la lluvia.
Al mediodía el castillo se cubría de un olor a incienso sagrado, que llenaba el aire de un hechizo que unía el azul del cielo, con los reflejos de los pisos de mármol.
Muchas veces al pasar frente al viejo castillo, lo imaginé con las puertas abiertas y pude ver en más de una ocasión, los rostros de aquellas hermanas.
Nunca me atreví a entrar quizás por temor a que la historia que yo había formado fuera sólo una ilusión.
Quería seguir imaginándolas como bellos fantasmas entreabriendo cajitas luminosas, junto a las flores de valiosos jarrones italianos, hablando a su mayordomo en francés, rezando sus plegarias en latín, y bajando a aquel sótano en las noches de tormentas, para ocultar sus crucifijos y castigar a sus sirvientas.
EL CERRO VERDE
En un lugar donde el paisaje se tiñe de niebla y el alma cobra fortaleza, se encuentra el Cerro Verde...
Sobre la cumbre helada invaden al corazón dormido, las puestas de sol, las noches de luna, el cielo distante...
Se distinguen en el paisaje el lago de Coatepeque y el Volcán de Santa Ana, mientras comienzan a extenderse sombras circulares en los caminos de la tarde.
El perezoso bostezo del Volcán de Izalco en un marco inconfundible de deleite espiritual, permanece ante los ojos del turista, rebelde y altanero, asido a su soledad...
Los vientos aromados danzan en el horizonte, brota un espíritu nuevo, quemando el tiempo en el azul del mediodía; todo invita a embarcarse a un lugar donde ni el pensamiento nos alcance.
Despiertan los cálices rosados, el viento responde al eco soñoliento del Izalco, sonríen las auroras y vuelvo a la cumbre a sorprender de pronto el horizonte con su luz indecisa...
Recuerdo mi niñez, cuando preguntaba de las flores, de las aves, la brisa jugueteaba con mis cabellos; miraba el volcán tan enorme como el Dios de los cerros, me gustaba correr tras los pájaros errabundos hasta cansarme y luego, sentada en la hierba dejaba pasar las horas...
Hoy, cuando vuelvo a él, descubro en mí un sueño breve, contemplo las abiertas distancias y su aire anima mi espíritu...tendida en el musgo y los helechos escucho el trino de los pájaros, mientras bailan frente a mí las briznas y mariposas....
Cuando pase el tiempo, el volcán habrá dejado de soñar, el eco de su voz resonará de nuevo y el ardiente fuego se alzará en forma de cascadas suspendidas para iluminar el paisaje.
GOLDEN GATE
Mullía la marea, con suavidad callada, intacta y límpida como un cristal, inadvertidamente...
Mi padre, me narraba cómo estaba construido el puente de Golden Gate, mientras yo me dedicaba a observar la extensión infinita de la Bahía de San Francisco.
Recordaba aquel óleo pintado por él, todo era idéntico...
Allí estaba la Puerta de Oro, permitiendo el paso a seis filas de vehículos, con una estructura de acero, y a setenta metros de altura sobre la superficie del agua.
Un rumor a olas llegaba con el viento, mientras cruzábamos el puente con un temblor de alegría y asombro.
Mi sangre pulsaba rápidamente, queriendo capturar la fuga interminable de todos mis recuerdos.
Un rubio oro llenaba el horizonte, el agua sin margen me perdía lejos.
Fulgía una luz trémula, iluminando San Francisco, el aire nos hacía advertir la cercanía de la ciudad.
La Bahía era plenitud y goce. Golden Gate reía haciendo alarde de la ingeniería moderna, mientras anidaban las gaviotas en sus cables.
Así en ese paisaje, miraba en silencio miles de veleros navegando en la Bahía.
Donde todo se desvanecía, cubriéndose de neblina. San Francisco adquiría proporción y colorido, llenándome de fantasía.
NUEVA YORK
La ciudad mayor de América por su población, compuesta por hombres y mujeres procedentes de todas las latitudes de la tierra es Nueva York.
Donde huyen las lóbregas sombras entre rascacielos y el horizonte se inflama frente a las formas arquitectónicas más sofisticadas. En este lugar se levanta la aurora, mientras se escapa el pensamiento bajo algún rayo de sol...
Nueva York sin rubicundas rosas permanece quieta ante mis ojos, perdiéndose en la línea del horizonte..Unida entre sí y con tierra firme a través de puentes, túneles y avenidas, surca el aire en vuelo mientras de lejos la nieve brilla en la soledad más remota.
Caminando por Broadway de la calle 34 crucé Times Square, llegando a la calle 59, en Columbus Circle donde aproveché para leer los cines, teatros y salas de diversión más concurridos. El colorido de las luces parecían desprenderse de los letreros como un espíritu de llamas ateridas...
Escuché a lo lejos la música de un violín, era un restaurante español, entré a el, donde sonrisas amables, olores de floridos huertos y nostalgias, de algunos emigrantes llegaban hasta mí. Me pareció en ese momento estar en casa.
Nueva York con sus grandes museos y sus muros inmensos me habían hecho sentir la nostalgia de mi patria.
Iba naciendo la noche y absorta como una niña observaba los comercios sobre la Quinta Avenida, aquella arquitectura fiel al vívido azul de la bahía, enamorándome de melancolía.
Imaginé entonces a los niños de las casas de cartón frente a las vitrinas, contemplando los juguetes electrónicos más novedosos y los momentos felices que pasarían tan sólo con mirarlos.
Hasta entonces no sabía porqué retornaba a mi patria en los pensamientos... Tal vez sería el frío que dejaba mudas y heladas mis manos o el gris de las nubes al caer la nieve monótona y triste.
Nunca podría olvidar aquel pedacito de tierra florida, su agradable acogimiento, su pobreza y la alegría sin límites de su gente.
La colosal Estatua de la Libertad, me pareció desvanecerse a lo lejos en una isla de la bahía de Nueva York, desde lo más alto de su cabeza pude contemplar las aguas cristalinas y un navío distante, mientras el pudor inútil de mi traje era vulnerado por el viento.
Sonreía a la belleza del paisaje, donde los puentes de las sierras nubladas, se divisaban en la lejanía.
El ruido terco del agua me invitaba a viajar llena de asombro, recordando las tardes en San Salvador, la frescura de las rosas y los trinos, comparándolas con la inmensidad de Nueva York, bañado por los fulgores de la aurora...
Manos Mágicas
a Camila, Rebeca y Edgard.
En este lugar existen pájaros de hermosos colores que vuelan a los sueños. Ellos viven libres en el espacio donde el sol es una naranja ... Son pájaros que no cantan... a ellos les gusta dibujar en el aire caritas alegres, confundirse en los paisajes y besar a las plantas, se bañan bajo las nubes y viven en el jardín de Dios. Al igual que estos pájaros también hay niños que no oyen, ellos hablan con las manos y aprenden del tacto y de la vista el ritmo de su música interior. A todos esos niños, niñas y pájaros, dedico este pequeño libro.
Yanira Soundy
MIS MANOS MÁGICAS
Queridos niños de El Salvador y de todo el mundo:
Durante unos instantes yo voy a convertirme en un personaje más de Yanira Soundy. Si yo estoy ahora con vosotros es porque ella me ha abierto la puerta de su corazón, que, en estos momentos, tiene la forma de este libro. Estoy seguro de que vosotros ya sabéis que un libro no es un montoncito de papeles llenos de garabatos que algunos llaman letras. En un libro hay castillos con princesas cautivas, jardines con estrellas, periquitos que recitan versos o piscinas con sapos enamorados.
Pero la que más enamorada anda de árboles, personas, pájaros, nubes y aguas es la propia escritora: Yanira Soundy. Y su amor lo reparte a manos llenas sobre todo lo que existe, pero muy especialmente, sobre los seres que más lo necesitan, es decir: los que tienen algún defecto: los niños que no oyen, los que son débiles y feos, como Quique, Luna de azúcar, la niña que pide limosna sin que nadie le haga caso, la hormiguita coja o el perro que nació con tres patas y que aprendió a hacer todo lo que hace un perro: “Salta sobre el sofá y nuestras camas, sube y baja las gradas y todo lo que se deja en la mesa de la sala desaparece por arte de magia. Blacky colecciona adornos, lapiceros, estuches, borradores, agendas, carritos y piernas de muñecas”.
Yanira nos enseña que el mundo verdadero es el que llevamos cada uno en el alma y en la imaginación. Cerrad los ojos un momento, tapaos los oídos y expresad un deseo (sin que nadie os oiga) pero con fuerza y con fe. Quiero aprender a cantar como los pájaros, a bailar como los árboles bailan con la brisa, quiero que todos me quieran... ¡Y a ver qué pasa!
Gracias a la magia de Yanira yo he podido ¡de un salto! atravesar el mar y atravesar todos los años que me separan de ella y, columpiándome sobre sus palabras he podido jugar con ella y con sus primos (cuando eran niños) a creernos árboles de cuyas ramas colgaban los mejores tesoros o a imaginar que el cielo “era un jinete azul” que nos invitaba a un paseo sobre el mar y la tarde.
La mirada de Yanira Soundy penetra en el secreto de las cosas y, en especial, de los seres más pequeños, como las hormigas. Esas hormigas que llevan lamparitas en las patas y en sus “cabezas doradas música y sorbete”. Y ¿qué os voy a decir de la hormiguita coqueta y un poco coja, todavía? Pues no pienso deciros nada. Buscadla y queredla.
Buscad y quered también al Señor Silencio, a la muñequita que se muere de pena porque no viene a visitarla el sol, a Don Pepe, a Victoriano Piano, bebedor y amigo de artistas y al pintor Edgard Soundy, quien vuelve de la muerte para enseñar a sus nietos los colores del mundo.
Con Yanira todos aprenderemos a sentir mejor; los que tenéis cinco sentidos, los tendréis más afinados y despiertos, después de leer Manos mágicas. Y a los que os falte alguno, como el oído o la vista, aprenderéis a inventarlos con ayuda de la imaginación y del amor.
Por cierto, y ahora que no nos oye nadie: a mí me falta también la luz de los ojos, pero suelo sustituirla con la luz del corazón.
Gracias, queridos niños, por haberme prestado vuestra atención. Os dejo en buenas manos: las Manos mágicas de Yanira Soundy.
José Mas
LA RISA
Una risa fresca y de color rosa,
grita llena de alegría dentro de una boca.
Una risa de dulce, chocolate y caramelo,
bosteza de sueño frente al espejo.
La risa se vuelve chiquita, más chiquita y de pronto se duerme, ronca y sueña.
Ven luna serena,
haz que sea mi risa tierna,
humilde y buena.
Según la Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 1: se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo excepción.
EL SAPO ENAMORADO
Dentro de una enorme piscina que tenía forma de trébol, estaba un enorme sapo. Sus ojos llenos de brillo jugaban a brincar como chibolas de colores. A mi me parecía divertido observarlo encima de una alfombra verde que flotaba en aquel sitio. El sapo pensaba con seguridad que estaría a salvo. El soñaba con correr detrás de las ninfas en medio de corrientes frescas y perseguir un océano fantástico y a los imperios de estrellas.
¡Pobre sapo!, buscaba el amor y en sus ojos sólo se miraba el mundo con su charco de agua sucia y el vuelo presuroso de los pericos a las cinco de la tarde.
El sapo cloaba imitando a las ranas, daba brincos con una impaciente sonrisa...Sus ojos negros y grandes se pegaban a la orilla de la piscina para verla por dentro. Era un sapo enamorado de una fuente de agua que estaba justo en el centro . De pronto otro sapo más joven y con menos experiencia –pum- cayó sobre él. Al verlo yo le grité que lo dejará tranquilo pues el sapo enamorado quería estar solo con su fuente de cristal. Pero el otro sapo no hizo caso.. a él le gustaba también ese lugar porque habían muchos insectos y no le importaba ahogar a su compañero con tal de comérselos.
La desgracia ocurrió frente a mis ojos el sapo enamorado fue hundiéndose poco a poco muriendo ahogado, mientras el otro sapo comía y comía....hasta no poder más y ahogarse en el fondo de la piscina.
Me senté en el suelo de piedra para ver la tragedia y tratar de comprender porque pasan esas cosas. La fuente en el centro de la piscina continuaba cantando con su voz de cristal...
***
No debemos pisotear a otros para conseguir lo que nosotros deseamos. Recordemos que el amor a nuestros semejantes nos hace más hermosos a los ojos de Dios.
EL TESORO
-¿Cómo serán los hormigueros por dentro? -Me preguntaba.
Siempre sentí esa curiosidad y quise hacerme bien chiquita entrar en ellos y conocerlos. Me encantaba ver a las hormigas antes del invierno. Parecía n hilos de colores negros, rojos, amarillos y blancos. Todos en movimientos jugando a llevar pan de azúcar, dulces y rodajas de jamón en miniatura a sus escondites secretos.
Cierto día a orillas del lago de Coatepeque mientras me preparaba un enorme emparedado de jamón con queso y hacía mis deberes, se me ocurrió ir a recoger aceitunas. - Son tan moraditas y ricas.- Me decía . Así que empecé a recoger una a una mientras las hormiguitas comían dulce y hojas rojas cerca de mis pies descalzos. Me acerqué a ellas y pude ver como llevaban en sus patas, lamparillas temblorosas para buscar en la noche a la más bella de las flores y pedirle que les regalase polen. Otras caminaban cuesta arriba en el muro de piedra del Autoclub. Era divertido ver sus cabezas doradas adornadas con música y sorbete. Y en sus caritas unas enormes chapas que parecían sonreír.
Quería hacerme chiquita y caminar junto a ellas bien pegadita al suelo. Pero en esas estaba cuando de pronto ¡Ayayay ayúdenme! Las hormiguitas enojadas se habían transformado en puntitos amarillos con cabecitas de alfileres que me picaban en todo el cuerpo. Corrí muy rápido a la piscina para niños y mi papá logró alzarme entre sus brazos y sumergirme en el agua . ¡Que alivio!!
Alcancé a ver como las hormiguitas nadaban en el agua y tosían una y otra vez sacudiéndose como puntitos en el horizonte de un enorme paisaje.
Mi mamá me echó miel en las ronchas cuidando que el ejército de hormigas no volviera a molestarme. Mis aceitunas quedaron en el tesoro de las hormigas y no pude rescatarlas.
Artìculo 1 Declaraciòn Universal de los Derechos Humanos.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
LAS CHICHARRAS
El lago de Coatepeque dormía en calma. Los árboles cargados de nísperos y aguacates parecían llorar con el chillido de las chicharras. Era Semana Santa. y la pequeña cabaña iluminada tenía olor a tortillas recién hechas. ¡Que delicioso comeríamos tortillas con queso de coajada y frijolitos parados para nuestro desayuno!. Hacía un poco de frío así que yo decidí no levantarme tan temprano para ir a pescar con mi papá. Lo alcancé a ver seleccionando a los chimbolos más grandes y a las lombrices de tierra más gordas, para usarlos como carnada con las mojarras. Mi mamá platicaba con tía Ina y yo no ponía atención a su conversación. Solo miraba a través de la ventana las lanchas y los esquiadores haciendo piruetas en el lago. Era hermoso imaginar en el agua las vocales dibujadas por los esquis y al fondo los anteojos del lago, escondiendo casas y quién sabe cuántos secretos.
Yo no entendía muy bien el significado de la Semana Santa, tenía cinco años y lo único que sabía era que las chicharras lloraban por alguien y morirían haciendo un sacrificio por algo. Me encantaba ir de árbol en árbol arrancando los cascarones de las chicharras muertas. Pero esa mañana algo me haría cambiar de opinión respecto a esos insectos. Mi hermano y su amigo René esperaron a que mi mamá y tía Ina me dejarán sola en el cuarto y empezaron a echar sobre mí chicharras vivas por arriba del techo. La lluvia de chicharras caía sobre mi cabeza y en mi espalda como si fueran enormes cucarachas. Habían cerrado la puerta del cuarto con llave y yo gritaba desesperada:¡ Auxilio!. No sé cuánto tiempo pasó desde que hicieron semejante travesura hasta que mi madre abrió la puerta, lo cierto es que desde entonces tuve horror a esos insectos. Lloré tanto que no recuerdo si castigaron o no a mi hermano y a su amigo.
Mi nana Alicia me quitó la pijama y echó calamina a mi cuerpecito tembloroso, luego me puso otra ropa y envolviéndome con una colcha me dio leche caliente, frijolitos y tortillas con coajada, entre lágrimas y sollozos comí el desayuno. Mientras tía Ina se encargaba de regañar a los causantes de mi tragedia. Esa Semana Santa nunca pude olvidarla. Papá pesco más de veinticinco mojarras y después de contarle lo sucedido, muy pacientemente me acarició la cara y comenzó a preparar el suculento almuerzo, su platillo favorito: sopa de mojarras.
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No debemos maltratar a nuestros hermanos, recordemos que cualquier daño físico o mental puede ocasionar un trauma difícil de superar. Recuerda que según la Convención sobre los Derechos del Niño, ningún menor puede ser objeto de medidas arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación.
LA COLOCHA SUELTA Y BLACKY DOS
Como todas las tardes Bichu: “La Colocha Suelta” , se escapa a buscar a su novio en los jardines de la colonia Arce. El aire es tibio y trae largos ríos de silencios. Antes de salir de paseo, nuestra perrita Bichu se arregla frente al espejo. Se mira distinta y linda aunque más flaca, pues come muy poco desde que está enamorada.
A la “Colocha Suelta” no le ha costado mucho acostumbrarse a la nueva casa, y al parecer le gusta vivir en ese sitio pues ha encontrado muchos amigos.
Son como las nueve de la mañana... rash! Rash” tocan la puerta, ¿será que?....
Me asomo a ver quién hace ese ruido. Veo hacia arriba y no hay nadie.. veo hacia abajo y allí está....un perro elegante, de pelo negro y blanco, un poco más grande que Bichu . Ladra y me pregunta con los ojos ¿Dónde está Bichu?...Al abrir la puerta entra muy airado y mueve su cola. La “Colocha Suelta” se escapa y yo no digo nada.
Al darse cuenta la abuela...se enoja y nos dice a todos que debemos cuidar a nuestra perrita. Y mucho más ahora que está temblando la tierra a cada rato.
Han pasado varios días y dos terremotos han sacudido El Salvador. Mi familia y yo hemos vuelto a la Miramonte, pero a Bichu no le ha gustado para nada nuestra mudanza, tiene los ojos llorosos y sólo pasa echada en el jardín.
Hace algunas semanas, nos dimos cuenta que tiene la pancita más redonda, come mucho y sube hasta el cielo pidiéndonos dulces, mermeladas, huevos duros y pan francés. Mi mamá la regaña por comelona. Pero a nosotros nos encanta que coma y coma. También le ha dado por mojar su cara en el charco de agua limpia y serena del jardín. Se mira maravillosa coqueteándole al agua. Quizás, aún está nerviosa por los terremotos y por eso no juega como antes a buscar en el aire nuestros besos .
La luz de la luna acaricia los finos tallos celestes y las rosas rojas del traspatio, Bichu descansa acostada panza arriba sobre el césped y las piedras informes. Se ha transformado en una enorme bolita de nervios.
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¡Sorpresa!: Tres meses han pasado desde que regresamos a nuestra antigua casa. ¡Bichu ya es mamá! . Ella tuvo dos cachorros. Pero sólo el más pequeño sobrevivió. Poco a poco Bichu nuestra “Colocha suelta” ha aprendido a limpiarlo, darle de comer y cuidarlo. No se separa de él ni un instante. Es una buena mamá.
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¡Al fin pudimos ver a su crío!
Creció el cachorro y Bichu lo sacó de su escondite. Era un perrito colocho blanco y negro, pero sólo tenía tres patas las dos traseras y una adelante.
Nunca antes habíamos tenido un perrito como este, por eso lo llevamos al veterinario para chequearlo . Nuestra sorpresa fue que él nos dijo que debíamos sacrificarlo pues a su parecer sufriría mucho al crecer y darse cuenta que no es un perro igual a los demás. Al escuchar al señor veterinario, nuestra perrita Bichú se puso muy triste, sus ojitos se llenaron de lágrimas. Nosotros no comprendimos porque el veterinario nos dijo tal monstruosidad .
De modo que decidimos hablar con Bichu y explicarle lo afortunada que debía sentirse al tener como hijo un perrito tan lindo, melenudo y valiente. Le hablamos de cuántos perritos son atropellados por automovilistas irresponsables, estos animalitos han tenido que ser amputados de sus patas y sin embargo, han aprendido a valerse por si mismos, son perritos que disfrutan del sol ,la lluvia y los árboles, perritos que ladran y saltan de emoción.
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Bautizamos al hijo de Bichu con el nombre de Blacky Dos.
Camila le enseñó a caminar, correr, subir y bajar gradas. Ella quiere mucho a su perrito y cuando pinta las estrellas en cartones azules, Blacky Dos corre con sus tres patas y las graba como pequeñas mariposas en el firmamento; este perrito si que ha demostrado que tiene gran valentía y fuerza de voluntad. Ya aprendió a correr y es muy travieso... salta sobre el sofá y nuestras camas , sube y baja las gradas y todo lo que se deja en la mesa de la sala desaparece por arte de magia. Blacky colecciona adornos, lapiceros, estuches, borradores, agendas, carritos y piernas de muñecas.
Este perrito tiene un enorme corazón y su mamá Bichu sigue cuidándolo de vez en cuando, pues también ella ha aprendido que para dejarlo crecer fuerte él necesita tener confianza ensimismo, espacio y libertad.
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La Convención nos dice que todos los menores que padecen de alguna limitación física tienen derecho a que se les proporcionen cuidados especiales, educación y mucho amor. Para gozar de los derechos humanos no importa el color de la piel, si somos mujeres u hombres, sordos o ciegos, si tenemos o no alguna discapacidad, no importa la religión que practiquemos o si nacimos dentro o fuera del matrimonio, o si somos de un país u otro. Todos somos iguales ante la Ley y no pueden establecerse limitaciones para el goce de nuestros derechos. Los menores tienen derecho a un acceso efectivo a la educación, capacitación y preparación para lograr su integración social, desarrollo cultural y espiritual, en la máxima medida posible.
BICHU
La colonia Miramonte parece desierta. Es domingo y son las siete de la mañana. Hace dos semanas Bichu, nuestra perrita enamorada, hizo un hoyo en el zaguán de la casa para escaparse a la calle y buscar a su novio. Todo ocurrió un día domingo. Desde entonces la buscamos desesperadamente. El hoyo que ella hizo era realmente pequeño y nosotros pensamos que Bichú no pudo salir por ese sitio, alguna persona tuvo que jalarla para robársela.
Ella era una perrita muy inteligente, que jugaba a dar vueltas en el suelo, y perseguía los carros de las nubes que corrían detrás de una luz clarísima en el aire..Su pelo blanco y negro se alborotaba y en su carita se dibujaban corazones de besos. Bichu había aprendido lenguaje de signos. Ella sabía muchas palabras en señas y disfrutaba al seguir las instrucciones que le dábamos. Era una perrita muy dulce pero con un gran defecto era muy enamorada y callejera.
Al abrir la puerta, Bichu salía hecha un cohete espacial y sus manchas negras se convertían en huellas que dejaba a su paso, para que sus enamorados la siguieran.
Desde ese entonces su hijo Blacky Dos la busca todas las noches, cuando mira su canasto vacío, sus cobijas y la pelota de hule que tanto le gustaba . El sufre al no poder jugar con su mamá y nos mira triste y decaído.
La casa se siente distinta sin nuestra perrita, pensamos en los graves peligros que puede estar atravesando, en su inseguridad y sus miedos a las tormentas y a los relámpagos. Recordamos tantas cosas de Bichú...su risita coqueta, sus ojos dulces al pedir paletas de chocolate y fresa, su temblor en las patas cuando empezaba a llover y se iba la luz, entonces ella corría a esconderse debajo de las camas. No podremos olvidar su ejemplo de valentía al descubrir que ella tendría que convertirse en una madre especial y enseñarle a su hijito Blacky Dos a caminar con tres patas. Ella lo lamía en sus patitas, ladrándole para motivarlo a comenzar a arrastrarse. Poco a poco el perrito fue tomando confianza y logró pararse, Bichu estaba feliz, movía su cola y corría por toda la casa llamando nuestra atención. Luego empezó a enseñarle a subir las gradas. Ella se paraba arriba y lo llamaba, Blacky Dos logró aprender a subir y bajar gradas y a pesar de lastimarse en varias ocasiones, no dejó de hacerlo. Bichú estaba feliz y nosotros aplaudíamos su amor de madre.
Blacky Dos llora por su mamá a pesar de nuestros cuidados y cariños. Bichu no apareció por ningún lado. La buscamos de casa en casa mientras su hijo esperaba pegadito a la puerta.
Todo fue imposible. Bichu no apareció. Blacky Dos nos miró lleno de tristeza. Ahora tendrá que ser valiente y fuerte para que Bichu desde donde se encuentre se sienta orgullosa de saber que su hijo aprendió a valerse por si mismo.
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Los menores tienen derecho a jugar, divertirse, a gozar de sus mascotas y todo lo que les sirva para su formación. Ninguna persona tiene derecho de robarse a un perro que tiene dueño y no puede privarlo de su libertad y del amor de sus amos.
¡Shhhh....!
El señor silencio era tan grande que nos parecía una inmensa sombrilla celeste sobre nuestras cabezas. Todo –absolutamente todo-se había transformado en una enorme y fantástica visión.
En nuestra casa, los colores saltaban como puntitos de hilos y sin ir más lejos, nuestros zapatos sacaban sus lenguas una y otra vez: plash, plash, plash....
De pronto un aire fresco había entrado a nuestro escondite y de un zaz todos los cuadernos se abrían para dejarnos leer sus mensajes envueltos en sueños. Eran mensajes difíciles de entender: letras escritas con burbujas de aire y manos pequeñas. Todos ellos flotaban hasta entrar en las pantallas gigantes de color neón, que traducían al español hermosos poemas frente a las escuelas.
El silencio era tan grande, y las puntas de nuestros dedos demasiados pequeños, no podíamos lograr atraparlo...Así que después de jugar, nos acostamos sobre la grama del patio y vimos su silueta en las figuras hechas por las nubes: gatos, perros y trencitos de azúcar, coloreándolos con las flores y las frutas maduras de los árboles.
El señor Silencio realmente era inmenso....los colores amarillos del sol le habían pintado el rostro y el calor lo hacía ver mucho más gordo.
Hasta que una risa atravesó mi azul y el señor silencio abandonó la casa.
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Todos los menores no oyentes tienen derecho de aprender el español escrito como un su segunda lengua o idioma. Es obligación del Estado velar por que se cumpla dicha enseñanza como parte fundamental de su educación. El español correctamente escrito facilitará a los menores sordos el estudio en sus centros escolares. También debe crearse la carrera de Intérpretes para el lenguaje de señas Salvadoreñas y del Americano. Los intérpretes deben tener dominio y fluidez del lenguaje de señas, familiarización de la cultura de la comunidad sorda, agilidad mental, altos valores éticos y estar acreditados por los usuarios de sus servicios.
EL SOL
Una mañana del mes de septiembre llegamos a Salinitas. Un lugar donde el mar tiene caracoles de música, corales y rocas como rompeolas. Cuando la marea baja, el mar nos regala una enorme y larga piscina salada donde pueden observarse infinidad de pecesitos dorados, rojos y anaranjados. Esa mañana el agua estaba muy calientita, el sol caluroso había bajado del cielo a bañarse con sus chapas rojas. Uf... empezó de pronto a entrar al agua que venia del fondo del mar...
-¡Que helada!
-El sol ha dejado de bañarse y se ha puesto a secar con sus gafas negras.
EL POLLITO PINTO.
¿Sabes tú que la seña que haces con las puntitas juntas de tus dedos índice y pulgar sobre tu mano izquierda se llama Pinto?... ¡Que pollito más travieso! ...Picotea una y otra vez la tierra. Es un pollito alegre y simpático. Busca a su mamá gallina entre las flores que asoman a ambos lados de tu nariz. A Pinto le encanta jugar con la grama que está debajo de tu barbilla y encuentra hermosos colores.... su mamá sonríe al verlo correr, saltar y soñar.- El pollito juega y busca su comida favorita: una enorme lombriz de tierra. ¡Viva!¡La encontró!
Mamá gallina corre orgullosa, extendiendo sus alas para abrazarlo.
¡Que delicioso es dormir abrigadito y pegadito a mamá! –dice el pollito y se echa a dormir luego del suculento almuerzo.
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Todos los menores tienen derecho a la alimentación, abrigo, un nombre, una nacionalidad y a un hogar. Deben ser protegidos contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No debe permitirse trabajar a los menores antes de una edad adecuada, ni debe permitírsele dedicarse a ocupaciones o empleos que perjudiquen su salud, educación, desarrollo físico, mental y espiritual. Los menores no pueden ser esclavos ni sirvientes, ni ser utilizados en trabajos forzados.
¿CÓMO CANTA EL MAR?
El mar es un Inmenso azul que canta una canción de amor.
Sobre él vuelan las gaviotas, los pelicanos y otros pájaros alegres
Sus alas me recuerdan los adioses de los pañuelos y
el ritmo de mis manos cuando habló de la libertad.
El mar tiene muchas rocas y algas,
aguas que sumergen tesoros y peces
y está hecho de sal y música sobre sus olas.
Parece un cielo acostado,
tan largo y cerrado.
En ocasiones pienso: ¿Cómo canta el mar?
Mi mamá me ha dicho que es ronco e inquieto.
Ha extendido mis manos sobre una vejiga inflada
y sentada frente al mar, he sentido el sonido de sus aguas..
El mar parece el pecho de un gigante hecho de espumas...
El me habla con sus ondas y yo le sonrío.
¡Que inmenso y grandioso es el mar!
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Los menores sordos tienen derecho a recibir terapias de lenguaje, lectura labial y entrenamiento auditivo. Deben ser educados en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad, paz y fraternidad, su educación debe ser integral y equitativa, sin ningún tipo de discriminación.
MANOS MÁGICAS
a Fátima Stübig
Sus manos, nubes blancas que invitan a jugar piñata con el lobo y los pollitos.
Mariposas azules de un vestido nuevo. Lunas de azúcar en la ventana.
Dos dulces que dicen mica a las crayolas. Un sol y un brillo con pizarras blancas.
Ellas rompen el silencio, y buscan entre los labios las palabras, son un mundo de colores pequeños y gordos, colores de grama, agua, manzana y naranjada.
Ellas le hablan del viento y de la lluvia, de la barquita que se aleja, y del avión que corre sin zapatos a las estrellas.
Rompen su enojo y la tristeza, y le acarician la voz con su ternura.
Son muñecas, queso, pan dulce, bolsón y galletas, letras y números para el cartón de sus montañas.
Sus manos, vuelan en el aire para hablarle de cuentos y hadas. Países mágicos, donde los caballos tienen alas y las flores pies. Países mágicos donde los niños corren y cantan a una sola voz.
Sus manos, vuelan en el aire y le llaman a clase.
-Empecemos de nuevo: uno, dos, tres.
Dos pajaritos blancos vuelan y llegan a la Virgen.
La niña dice "mamá" y su voz de juguete se columpia en un enorme arco iris de frutas.
¡El sol ha empezado a iluminar el horizonte!
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La lengua de señas es fundamental para el desarrollo de todos los menores sordos y en la comunicación con su familia. Si tienes hermanos sordos enséñales español, aprende su lenguaje y disfruta de su compañía viendo películas con subtítulos.
EL LENGUAJE DEL CORAZÓN.
a Rebeca.
El agua habla con un suave murmullo a la enorme vereda. Las rosas húmedas abren sus capullos y unas casitas blancas alegran el paisaje del Cerro Verde.
Allí junto a las nubes, una paloma canta y hace su nido en el techo de una casa.
-Cu cú, cucú.
¡Qué nublado está el cielo!
-Cucú, cucú.
¿Se ha ido el sol? ¿Vendrá el invierno?
Adentro de la casa donde la paloma canta, hay una niña muy simpática que juega a atrapar el sol con sus crayolas, ella se llama Anita.
Cucú, cucú.
¡Qué nublado está el cielo!
Cucú, cucú.
¿Qué es todo esto?
Ha llegado la luna perezosa a la ventana, Anita reza en señas que bostezan por el sueño.
Miles de Mariposas amarillas se le escapan de las manos para pintar caritas alegres en las paredes de su cuarto.
Anita se ha quedado dormida. Mientras la luna se transforma en su almohada y las estrellas corretean por sus sueños.
¡ Cucú, cucú: La paloma canta!
Afuera el viento juega a columpiarse con las hojas. Amanece de nuevo.
La niña sonríe y canta con sus manos extendidas.
Anita toma entre sus dedos las puntitas de su falda y empieza a bailar descalza dentro del silencio. Su mamá llega en cuclillas y la abraza...
Cu cú, cu cú
Vuelve a cantar la paloma en el techo de su casa.
Anita guarda rápidamente los sueños, su música interior y todos los colores dentro de una hermosa cajita larga.
Cu cú, cu cú ...sus hermanitos despiertan. La leche caliente está servida y los bolsones esperan para ir a la escuela.
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Cuando un menor sordo aprende el español paralelamente al lenguaje de señas, se integra más fácilmente al mundo de los oyentes y obtiene mejores resultados académicos. Por eso es importante que el Estado lo enseñe en las escuelas y colegios donde sean escolarizados.
QUIQUE Y LA HORMIGUITA.
Es domingo y el sol está triste. No puedo verlo.
Las nubes oscuras cubren todas las montañas y los pájaros agitan las hojas de los árboles.
Hace mucho calor y no hay viento. Me siento solo..
Pienso en mi mamá y en lo que estará llorando por no verme.
¡Pobre mamá!
Quisiera poder ser un niño alegre pero no puedo. Mi corazón está triste.
Veo a los demás niños correr y saltar felices, ellos pueden hacerlo. Yo no.
Por eso me fui de casa. Soy tan feo y lloro tanto que prefiero esconderme de todos.
Me duele el pecho, me canso y no puedo jugar.
Me llaman Quique y tengo nueve años de edad.
Hay nueve estrellas en el ancho espejo del pavimento
Me he escapado junto a ellas en su mundo pequeño donde no tiemblan mis piernas.
Pienso en mamá y en lo que estará llorando por no verme.
-Que haces? ...se escucha una voz ronca y chiquita.
Enrique vuelve a ver hacia atrás y....
-Acá abajo, ehh ¡!!
Es una linda hormiguita color amarillo, de ojos muy coquetos y antenitas pizpiretas. Lleva un vestido azul marino con lazos rojos y unos zapatos de tela muy suaves de color anaranjado.
-Que te pasa ?¿Por qué caminas solo?¿Acaso no sabes que existen muchos peligros para los niños?
-Mi mamá llora al verme sin poder jugar como los demás niños, y yo me siento cansado. Me duelen las piernas y el pecho. Me voy de casa.
-Que dices? Vas a dejar a tu mamita?
Amiguito tienes que saber que en la vida unas personas son mas fuertes que otras, hay niños sanos y otros enfermos. Pero no por eso los niños enfermos abandonan a sus mamás y se van por las calles enfrentando toda clase de peligros.
Tu mamá no se sentirá feliz si tu no estás con ella. Aunque te cueste más aprender cosas o no puedas correr como los otros niños...
-Que hacen las hormigas cuando se lastiman y son un estorbo para sus mamás?
Los hijos nunca son un estorbo para las mamás. Hace muchos años en una mañana de primavera, mientras nos preparábamos para el invierno un niño me pateó la patita izquierda. Mi mamita me vió desde lejos y no dudó ni un instante en ayudarme. Dejó a un lado una enorme hoja color naranja y me cargó hasta nuestro hormiguero.
Tardé mucho tiempo en curarme y mírame aún cojeo un poquito, pero eso no me da pena pues yo soy así y nadie puede verme de menos por eso.
Debes aprender a aceptarte como eres, debes salir adelante y tener fuerzas.
Hoy yo tengo mi propio hormiguero y cuido de mi mamá pues ya esta muy cansada.
-Tenés razón voy a regresarme a mi casa.
-Quique... Solloza la mamá de Enrique al verlo.
-Perdóname mamá no volveré a dejarte nunca. Estaba confundido y pensaba que yo te hacía sufrir al no poder correr ni respirar como los otros niños.
-Hijo tu eres mi alegría y sin ti no habría una razón para seguir viviendo.
La hormiguita sonrió. Quique le dio gracias por sus consejos y abrazado a su madre regresó a su hogar.
+++
Todas las familias especiales tienen derecho a recibir tratamiento psicológico y la debida rehabilitación para los menores que padecen alguna limitación física.
LUNA DE AZUCAR
Una niña trabaja en la calle. Y me mira.
Es una niña hermosa. Tiene la carita redonda y la piel blanca.
No sé cómo se llama pero yo le podré un nombre: luna de azúcar.
Ella camina descalza sobre el pavimento y pide limosna. Nadie le da nada.
Entonces mastica chicle y mueve la cabeza hacia ambos lados...
Izquierda...derecha...derecha...izquierda
Luna de azúcar vuelve a mirarme y sonríe.
Gracias a ella, nunca antes me sentí tan afortunado como hoy. Mamá inicia la marcha en el auto y me revisa el cinturón de seguridad, los carros avanzan sobre el boulevard.
Siento el calorcito de mamá. Doy gracias a Dios por tenerla conmigo
Atrás queda Luna de azúcar pidiendo limosna.
Yo rezo. Duermo.
+++
Siempre debes usar el cinturón de seguridad y orar a Dios por todos los niños y niñas que viven en las calles.
LA MUÑEQUITA Y EL SOL.
Hace ya tantas noches y días que no lo veo. Dijo la muñeca de trapo al elefante color púrpura.
Era un pobre sol que siempre venía a visitarla. Rubio y flaco, mal vestido y siempre estaba callado.
Ella le miraba entre los papeles que guarda mamá. Y las preguntas corrían a jugar con sus zapatos.
Ja Ja Ja . Reía Ramón, su viejo amigo color azabache, al verla sufrir enamorada. Pero aunque no lo reconociera , la muñeca de trapo tenía un corazón y le extrañaba... ella necesitaba el calorcito que el sol le regalaba todas las mañanas.
Vaya muñeca estás enamorada; decía Ramón en tono mayor mientras tocaba las panderetas.
Y de pronto la distancia se volvió larga, como un enorme chorro de limón y el cielo se transformó en un gran sombrero gris sobre su cabeza.
¿Dónde estará el sol? .Se preguntaba.
Ella no sabía cuanto lo necesitaba, hasta que lo perdió. Sentía que moriría en medio del frío mientras las piedras se volvían arena y las huellas de su amigo se perdían con el viento.
Y el sol emprendió la vuelta a la tierra y de pronto regresó. La muñequita feliz corrió a la ventana del cuarto de mamá, y le gritó : Te amo!
El sol siempre callado, le sonrió.
+++
En ocasiones no nos damos cuenta del valor de los amigos y de nuestras familias hasta que las perdemos, por eso debemos cuidarlos y respetarlos siempre.
LA LUCIÉRNAGA
-....Y volverán, no lo dudes- decía el pequeño duende azul en cada nuevo sueño de la mañana Pero aquello era incierto, el pañuelo de luz no se agitaba igual que antes diciéndome: -Aguarda por mí en la montaña.
La flor pensativa ya no hacía alarde de su corpiño rojo..y mi alma que antes estaba llena de ilusiones blancas, se había vuelto triste, muy triste...
Vivía sin ella, a solas, en la distancia como una pobre extraviada que no sabe dónde ir.
Pensaba en otras cosas, pero siempre volvía a su señal de luz en los cristales.
Le buscaba en el cielo leve y quieto, pero ella no estaba.
Volvía mis ojos a las olas, luchando hasta cansarme.
Le buscaba en el sueño que le presiente, en mis rezos, en mis ansias y recuerdos.
Volvía mis ojos a la higuera hojosa, a las urracas en fiesta, al rumor de la casa, al viento, a la soledad, pero tampoco estaba.
Le busqué en el tiempo para que no se escapara, donde podía acariciarla con sabia avaricia, hasta apagar mi sed destejiendo su misterio.
-¿Quieres volar?- me preguntó en secreto.
Yo, un poco tímida, escogí la luz más tenue y me vestí con ella. Luego le acompañé a una hoja helada y desde allí iluminamos la noche, la maravilla del tiempo, la eternidad...
+++
No debemos perder la esperanza, la ilusión y la alegría de vivir. Es derecho de todos los menores el tener un futuro mejor. Por eso el Estado debe utilizar adecuadamente todos sus recursos para que los programas sociales beneficien a la mayor cantidad de menores salvadoreños.
EL TIEMPO
El tiempo pasa con su vestido largo y lleno de flores blancas.
Las lágrimas le sonríen.
Ha salido el sol y la alegría.
El tiempo pasa orgulloso con su cabeza de reloj marcando las horas. Y no sabe dónde ir pues está perdido entre edificios, puertas y ciudades de cemento.
Una vieja escoba lo observa en el silencio . El suelo ríe y los tejados de las casas murmuran chismes con el viento.
El tiempo está cansado de buscar cosas hermosas. ..la belleza no está en las apariencias.
Es el momento de mirar el cielo, las nubes y correr por los campos verdes refrescándose los ojos.
El tiempo pasa y después corre, corre lejos.
+++
La verdadera belleza está en el corazón de las personas, el dinero y la juventud son efímeros y no dan la felicidad.
Una niña trabaja en la calle. Y me mira.
Es una niña hermosa. Tiene la carita redonda y la piel blanca.
No sé cómo se llama pero yo le podré un nombre: luna de azúcar.
Ella camina descalza sobre el pavimento y pide limosna. Nadie le da nada.
Entonces mastica chicle y mueve la cabeza hacia ambos lados...
Izquierda...derecha...derecha...izquierda
Luna de azúcar vuelve a mirarme y sonríe.
Gracias a ella, nunca antes me sentí tan afortunado como hoy. Mamá inicia la marcha en el auto y me revisa el cinturón de seguridad, los carros avanzan sobre el boulevard.
Siento el calorcito de mamá. Doy gracias a Dios por tenerla conmigo
Atrás queda Luna de azúcar pidiendo limosna.
Yo rezo. Duermo.
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Siempre debes usar el cinturón de seguridad y orar a Dios por todos los niños y niñas que viven en las calles.
LA MUÑEQUITA Y EL SOL.
Hace ya tantas noches y días que no lo veo. Dijo la muñeca de trapo al elefante color púrpura.
Era un pobre sol que siempre venía a visitarla. Rubio y flaco, mal vestido y siempre estaba callado.
Ella le miraba entre los papeles que guarda mamá. Y las preguntas corrían a jugar con sus zapatos.
Ja Ja Ja . Reía Ramón, su viejo amigo color azabache, al verla sufrir enamorada. Pero aunque no lo reconociera , la muñeca de trapo tenía un corazón y le extrañaba... ella necesitaba el calorcito que el sol le regalaba todas las mañanas.
Vaya muñeca estás enamorada; decía Ramón en tono mayor mientras tocaba las panderetas.
Y de pronto la distancia se volvió larga, como un enorme chorro de limón y el cielo se transformó en un gran sombrero gris sobre su cabeza.
¿Dónde estará el sol? .Se preguntaba.
Ella no sabía cuanto lo necesitaba, hasta que lo perdió. Sentía que moriría en medio del frío mientras las piedras se volvían arena y las huellas de su amigo se perdían con el viento.
Y el sol emprendió la vuelta a la tierra y de pronto regresó. La muñequita feliz corrió a la ventana del cuarto de mamá, y le gritó : Te amo!
El sol siempre callado, le sonrió.
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En ocasiones no nos damos cuenta del valor de los amigos y de nuestras familias hasta que las perdemos, por eso debemos cuidarlos y respetarlos siempre.
LA LUCIÉRNAGA
-....Y volverán, no lo dudes- decía el pequeño duende azul en cada nuevo sueño de la mañana Pero aquello era incierto, el pañuelo de luz no se agitaba igual que antes diciéndome: -Aguarda por mí en la montaña.
La flor pensativa ya no hacía alarde de su corpiño rojo..y mi alma que antes estaba llena de ilusiones blancas, se había vuelto triste, muy triste...
Vivía sin ella, a solas, en la distancia como una pobre extraviada que no sabe dónde ir.
Pensaba en otras cosas, pero siempre volvía a su señal de luz en los cristales.
Le buscaba en el cielo leve y quieto, pero ella no estaba.
Volvía mis ojos a las olas, luchando hasta cansarme.
Le buscaba en el sueño que le presiente, en mis rezos, en mis ansias y recuerdos.
Volvía mis ojos a la higuera hojosa, a las urracas en fiesta, al rumor de la casa, al viento, a la soledad, pero tampoco estaba.
Le busqué en el tiempo para que no se escapara, donde podía acariciarla con sabia avaricia, hasta apagar mi sed destejiendo su misterio.
-¿Quieres volar?- me preguntó en secreto.
Yo, un poco tímida, escogí la luz más tenue y me vestí con ella. Luego le acompañé a una hoja helada y desde allí iluminamos la noche, la maravilla del tiempo, la eternidad...
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No debemos perder la esperanza, la ilusión y la alegría de vivir. Es derecho de todos los menores el tener un futuro mejor. Por eso el Estado debe utilizar adecuadamente todos sus recursos para que los programas sociales beneficien a la mayor cantidad de menores salvadoreños.
EL TIEMPO
El tiempo pasa con su vestido largo y lleno de flores blancas.
Las lágrimas le sonríen.
Ha salido el sol y la alegría.
El tiempo pasa orgulloso con su cabeza de reloj marcando las horas. Y no sabe dónde ir pues está perdido entre edificios, puertas y ciudades de cemento.
Una vieja escoba lo observa en el silencio . El suelo ríe y los tejados de las casas murmuran chismes con el viento.
El tiempo está cansado de buscar cosas hermosas. ..la belleza no está en las apariencias.
Es el momento de mirar el cielo, las nubes y correr por los campos verdes refrescándose los ojos.
El tiempo pasa y después corre, corre lejos.
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La verdadera belleza está en el corazón de las personas, el dinero y la juventud son efímeros y no dan la felicidad.
EL SAPITO RARíN
Los pájaros, las hormigas y las cigarras cabeceaban de sueño en un rincón del pequeño rancho. El silencio llenaba el aire de tristeza, pues recordaban con nostalgia las travesuras de su amigo el sapito "Rarin".
"Rarín" el sapo más inquieto que existía sobre la Tierra, soñaba con viajar algún día a la ciudad y como a su mamá no le gustaba la idea, pasaba horas enteras frente a los espejos de las hojas pensando en la forma de escapar de aquel sitio para vivir lejos del bosque.
Sus amigos, le habían dicho en varias oportunidades lo bonita que era su familia, un grupo de sapitos inteligentes y buenos, pero Rarín, no la apreciaba y lo único en que pensaba era en vivir lejos. Entonces subía a las montañas de los sueños, para ver desde allí las ciudades que anhelaba conocer.
El cielo temblaba de emoción al escucharlo croar dulcemente. Los árboles callaban entre las hierbas mágicas y el viento jugaba con los ojitos brillantes de Rarín.
Al amanecer de un día domingo, Rarín despertó y decidió que era hora de marcharse...
-Voy camino a mi ciudad, para buscar la felicidad ¡croa, croa, croa!
Hubo muchos amaneceres en el viaje, amaneceres que lo llenaban de soledad. Hasta que un mal día llego al sitio esperado. Escuchó por vez primera la voz de la civilización y no le gustó. Había un ruido inmenso, cosas extrañas de metal se movían en grandes círculos , llenando el aire de un olor insoportable, a lo que los seres humanos llamaban humo.
El sueño se desvanecía frente a sus ojos espantados, y cuando pudo contemplar la ciudad...
-Ayyyyyyyy! Gritó lleno de espanto.
Pues muchos hombres que talaban otro bosque casi le arrancan una pata con un tractor .
- ¡Qué susto!.
Rarín dio un brinco tan enorme que cayó dentro de un charco de pintura y decidió volver a su hogar, para avisar a todos los animales del enorme peligro que venía en camino y de esa tierra sin plantas, sola y desierta.
En el camino el calor era insoportable, el sol reclamaba un sitio más alto en el horizonte, la ciudad estaba desierta y la gente cortaba y cortaba más árboles.
Al llegar a casa encontró a su madre croando tristemente, aferrada a la esperanza de que su hijito regresaría algún día.
-¡Mamita! he vuelto para quedarme, la vida en la ciudad es muy difícil. No hay árboles, ni pantanos, ni bosques, todos han desaparecido .
-No te preocupes Rarín, que este bosque es secreto y nadie dañará a nuestros árboles.
Rarín que estaba muy cansado, poco a poco se fue quedando dormido en el regazo de su madre, comprendiendo por fin, la importancia de tener una familia y un sitio seguro donde vivir.
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No debemos permitir que en nuestro país se destruyan más bosques, es tiempo de cuidar las áreas protegidas y reforestar El Salvador. Los menores tienen derecho a crecer con buena salud, cuidados especiales y disfrutar además de la alimentación, vivienda y servicios médicos, de recreo y parques forestales que permitan su pleno desarrollo físico y sicològico.
EL ABUELO
Hoy después de tanto tiempo, te imagino en los rayos de luz, en la suavidad de los pétalos, en la dulzura de los trinos. En mis noches inciertas, en las sombras que te sigue susurrando.
No hay flores en las ramas, y mi voz se adormece en un remanso.
Te imagino en el sollozo del agua, en las azules madrugadas del sueño, íntimo, entrañable, como un niño en un paisaje de cigüeñas y campanas, inventando historias con el alma en la mirada. Enseñando a tus nietos a pintar una luna silenciosa en cada lirio.
Junto al rumor de tu pecho. Pareces hablarle del mar, de una leyenda y de un verso. Del amor silencioso que es tuyo y mío.
Hoy te he sentido llegar en la honda calma, donde vuelvo a ver tus brazos que renuevan los colores del campo. En el azul eterno, en el tibio calor de mis caricias...
Estas aquí, junto a nosotros, como el alma de un ave que remonta el vuelo.
Mimí, nuestra perrita, salta alegremente como si pudiera verte.
Estas aquí, narrando cuentos de viejos castillos, con princesas que sueñan una música de alas.
Canta la fuente del jardín, y junto a mis hijos, persigo la vaga libélula de una ilusión, pintamos islas de rosas fragantes, pájaros melódicos y fugitivos resplandores.
Han pasado tantos años, con nuevos cantos, trinos, perfumes, y auroras, pero aquel amor nuestro es el mismo.
Padre, déjame llegar a ti esta mañana, para descubrir los colores de nácares y rosas, esos que, un día, me enseñaste a pintar, sobre tus lienzos.
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Todos tenemos derecho a ser reconocidos por nuestros padres, tener un nombre y una nacionalidad. Todos los menores tienen derecho a crecer en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material. La sociedad y las autoridades públicas tienen la obligación de cuidar especialmente a los menores sin familia o que no tengan los medios adecuados de subsistencia.
LAS CANAS DE DON PEPE
Han pasado doce años desde que don Pepe llegó a esta casa para instalarse en uno de sus cuartos.
Él venía de la costa, donde los colores son más intensos, y el mes de mayo es tibio y oloroso. En ese lugar jugaba con la luna y sus lágrimas de plata y su vida era tranquila, a pesar de su locura de volar a cualquier parte del planeta. Por esta razón, siempre tenía listo su equipaje. Vivía ilusionado contándole a los cocoteros sus sueños. Él recitaba versos y besaba el rocío, guardando como recuerdos hojas de tantos colores verdes que no podes imaginar. Don Pepe era desde ese entonces un señor muy ordenado, limpio y muy inteligente aunque un poco presumido.
Un día tomó su maleta y decidió abandonar los cocoteros, las playas, el aire fresco y las aguas saladas para venirse a vivir a San Salvador.
No recuerdo que mes del año era, pero de repente, él señor don Pepe se cansó de volar y trabajar para conseguir sus alimentos y prefirió hospedarse en mi casa.
Todos los recibimos alegres, su risa despertaba nuestros sentidos, él nos recitaba versos y pedía a cambio un buen trozo de pan dulce, mango verde o algún antojo propio de su edad.
Así se fue quedando en casa hasta que decidió vivir con nosotros para siempre.
Un día de tantos llegó también otro huésped, un señor mucho más fino y serio, y se convirtió en su vecino de cuarto.
Don Pepe gozaba con hacerle bromas y demostrar a diestra y siniestra su enorme talento, el otro huésped sólo silbaba. Fue tanto el placer de contar con un buen vecino, que hasta le puso apodo "Ricky Martín" como un elogio a su simpatía y belleza.
Un día de tantos, mi madre en su afán de atender a don Pepe, decidió pintar de blanco su dormitorio, en esas estaba cuando de pronto ¡plash! Pepe se deslizó y cayó adentro del recipiente de pintura.
-¡Auxilio! Gritaban con angustia mi madre y don Pepe..
Mamá corrió a traer agua limpia y lo bañó, pero don Pepe estaba desmayado.
¡Para un perico es fatal caer dentro de un bote de pintura!.
Al llamarme por teléfono para llevar a Pepé de emergencia al veterinario llegué de inmediato, el periquito fue reaccionando a nuestros cuidados y empezó a decir palabras que no podían entenderse.
Ricky, el periquito australiano, había presenciado toda la tragedia y no hacia otra coas más que pedir a San Martín de Porres su ayuda para que Tata Chus no se llevará a su amigo al cielo.
Pepé bebió mucho agua y descansó.
Al día siguiente, abrí la puerta de su cuarto, y él me dijo: -¡Hurra periquito real!.
Don Pepe estaba más fuerte y contento, pero había algo extraño en él y no era "la vida loca" ni nada parecido. Pepe se miraba en el espejo rozando su cabeza con sus patas. Sus hermosas plumas verdes se habían convertido en plumas blancas. Desde entonces mi mamá le llama don Pepe canoso.
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Los pericos deben ser cuidados y protegidos, pues están en peligro de extinción . No deben ser enjaulados. Pero recuerda que los menores son quienes en todas las circunstancias tienen que figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
GUAPILIN
Era domingo, se escuchaban los ladridos de Guapilín al vernos bajar en nuestra camioneta roja por la vieja cuesta de piedra.
Todo estaba lleno de naranjos y palmas. La pequeña piscina encendida de púrpura, parecía esperarnos, fresca y cristalina.
El cielo con encajes tejía nuestros sueños y el lago con su velo azul tendía su seda en los capullos.
Mis primos y yo, habíamos preparado en aquella tarde de octubre, una fiesta de cumpleaños.
El canto húmedo de los pájaros hacia bailar a los árboles...
Eramos unos niños inquietos. Nos gustaba pensar que el cielo era un jinete azul que robaba en el corazón a la tarde y que había llovido desde un día antes estrellas en el lago para que viéramos un reflejo de zafiros azules sobre el agua.
Desde entonces Mario ya hablaba de astros de plata y planetas llenos de espuma; Jaqueline de como un día iría a la India; Ronald decía que el yoga era el camino a la purificación del cuerpo y Flor reía al verlos discutir sobre estas cosas, pues lo único realmente importante, era conocer la catedral de Notre Dame de París y vivir en el extranjero.
Mi hermano decía que estabamos locos, pero nosotros opinábamos lo contrario, al verlo amar las matemáticas.
Yo los observaba en silencio, imaginándolos como personajes de mis libros, con un penetrante brillo, con un secreto preso en sus almas...
***
Hoy nuestros corazones no se columpian más en mariposas, estamos de nuevo en este sitio, donde las tardes tienen un halo de sueño, de playa azul y agua de cocos.
Hay lienzos de un lago sin viento ni cielo, relatos de una divina presencia que cura enfermos y materializa flores sobre profundas rocas, amores en francés, un vaho de neblina bajo la primer estrella y un misterio en el ala invisible de los versos.
A solas están aquel viejo carrusel de claveles, el nido con su caja de música, el zumbido de las abejas, la estrella errante ya olvidada, las hormigas, la inquietud de nuestros sueños.
Y aquellos niños son árbol, rosa, estrella, nube y pájaro, la canción más escondida, la alta noche quieta...
Volvemos a tirar las redes con sus hilos gastados, para recoger aquel brillo penetrante de estrellas.
Y cada uno de nosotros piensa en aquella música desvanecida, en cuanto hemos vivido, en el último camino recorrido, en el eco de una campana crepuscular en la iglesita del pueblo.
Creemos escuchar a "Guapilín", nuestro perro aguacatero, mientras el cielo espejea entre los árboles cargados de nísperos. No hay pastel de cumpleaños, solo páginas blancas que apresuro a llenar con los recuerdos.
Aquel perro se ha ido, pero su descendencia corretea jugando sobre la grama, todo parece empezar para nosotros, mis hijas acarician los mismos árboles, y ríen al escuchar ladrar a los cachorros, los pájaros saltan de rama en rama, y la vida tiene sabor a miel y olor a lirio.
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La familia y su convivencia son muy importantes para las personas. Visiten a sus familiares demuéstrenle su cariño.
REBECA
Niña de música frutal y pupilas claras, estrella del mar, perla y perfume.
Esta noche te he visto hecha inquietud y poesía, descubriendo la miel de tu dedo pulgar entre los labios.
Niña que se bebe el campo azul y me ofrece el pomposo castillo de un árbol, muestras la cara al sol igual que un viento fuerte y miras el mundo como un halcón con nuevas alas.
Te abrazo y el tiempo es tan pequeño, la luz se vuelve poca y reposas por fin entre mis brazos.
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Ser madre es el regalo más bello que puede darnos Dios. Los menores deben crecer por regla general, junto a sus madres y padres, quienes están obligados a satisfacer las necesidades espirituales y materiales de sus hijos e hijas.
EL VIAJERO
Es un hombre joven que siempre lleva consigo dos maletas. Sus brazos caen como alas y en su mirada se dibujan círculos de sueños. Camina despreocupado y alegre por las calles de San Salvador. Lleva una sonrisa en los labios y los cabellos castaños, sueltos y enredados. Mira con agrado a quienes pasamos a su lado. En ocasiones lleva bolsas plásticas y parece que guarda en ellas sus amores y sus quejas.
No habla a las personas, parece amigo de los días y las noches. Su paso tiene ritmo de quién va de prisa donde han nevado las estrellas. Aprieta entre sus dedos los sueños.
Me pregunto: ¿habrá escapado de alguna prisión ubicada en un castillo?.
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Las personas que padecen enfermedades mentales y deambulan por las calles deben ser atendidas por el Estado según cada caso particular.
EL AMOR
Vamos a reírnos de la vida
y con nuestros labios alegres.
Pondremos turrón al gusto y al silencio..
Vamos a jugar en nuestra casa.
Bajo un cielo de árboles azules,
donde nuestras flores sean luces de plata
y sus aromas las palabras.
Ven juguemos en el aire con los signos,
inventemos el amor con nuestros gestos.
El corazón escucha más en el silencio,
al sentir el sonido de la lluvia.
Dibujemos nubes de uvas,
hermanos de azúcar y un sol de hojas blancas,
ríe tu también..
Porque tus ojos están llenos de luz
y mis manos de amor en movimiento
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El amor terrenal más grande es de una madre por sus hijos.
VICTORIANO PIANO
Vuelve alegremente de las tempranas arboledas. Bebe el agua con alcohol, tranquilo –en soledad- con mares blancos.
Victoriano Piano, barniza las guirnaldas, vuela en los cometas y como un tallo gris, se quiebra bajo el agua masticando sus lamentos.
Habla del campo y de la milpa húmeda que enjuga el llanto de los pobres, de cuando dejó atrás las gallinas con sus sobresaltos, de cómo aulló “El Gincho” –su perro aguacatero- al saber que él se iría, borrándolo todo con la opaca polvareda de su pueblo , para venir a trabajar a la ciudad, luego de perder a toda su familia.
Conoció por casualidad a los grandes escritores de la época, quienes le ofrecieron posada.
Así llegó a la casa de mi madre, donde se quedó por largos años.
Cuando mi abuela y mi tío murieron, Victoriano Piano se trasladó a vivir a nuestra casa, donde cada mueble era su obra maestra.
Lo vi emborracharse tantas veces desde entonces...
Hablaba de doña Claudia con sus rosas pensativas, de don Salarrué con sus manos fugaces jugando a ser alondras, don Ricardo, pastor amanecido que dormía en los vellones de los trigos, don Hugo sinfonía de nubes y de pájaros...
Y yo gozaba al escuchar sus historias...
Luego el viento marinero se los llevaba a todos, y Victoriano Piano quedaba en el abandono crepuscular , estremeciendo al agua con sus lamentos, en un puerto de astros.
El tiempo pasó y el mar siguió besando la fina enagua en la arena.
Cuando bebía, se desaparecía por largas temporadas. Luego volvía a casa diciendo a mi madre:
“Sigo trabajando con artistas sino veya niña Amalita, allí tiene a don Carlitos Balaguer, yo le enseñé a tocar la guitarra y mire como escribe, y a la niña Yani, quién lo iba a pensar, ah.....si estuviera vivo don Ricardo.”
Cuando murió mi padre, Victoriano Piano, no vivía con nosotros.
Apareció con la cara aturrada, el pelo sin pintar, y sus barbas blancas.
“Porque no me morí yo, sino el patrón; tan buena gente que era” dijo llorando.
Y volvió, para cuidarnos a mi madre y a mi, -según decía sonando la vaina del machete en la acera de la casa.-
Pero como siempre, el vicio fue más fuerte. Y se marchó otra temporada.
Cuando regresaba, nos contaba historias de grillos saltando en sus pantalones, y de sapos que caían sobre su cabeza, para echarle maldiciones.
Sufría delirios de sombras escuálidas y brujas en el cementerio.
Soñaba ser un capitán celeste, un águila roja en el desierto, el mejor ebanista del universo.
“Y es que con Victoriano Piano no hay rana que pegue tres brincos”, decía dejando entrever los enormes huecos de sus dientes.
No he vuelto a verlo desde entonces. Quizá porque se volvió forastero del tiempo, en el recuerdo.
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Los vicios como el alcohol y las drogas destruyen la vida de las personas.
PALABRAS A CAMILA
Hoy me recliné sobre la hierba como una niña traviesa y te invité a volar en las ideas de los sueños.
Me hablaste del amor en cada estrella y de mi rostro en la luna del agua.
Pintabas sobre tu falda con las acuarelas de mi padre: peces de seda y flores acuáticas. Mientras yo te hablaba de las tardes en las que él y yo perseguíamos golondrinas y libélulas sobre una línea de azul intenso...
¡Qué difícil fue crecer, escalar los pinares y levantarme en vuelo!...
¡Qué difícil fue llamar a cada cosa por su nombre, sin ser engañada por los sueños!...
Quisiera explicarte los viejos proyectos que jamás concluí, enseñarte que en la vida las mujeres no debemos ser precipitadas.
Déjame llenarte de verbos unidos a la lluvia y caminar por esta playa, donde desembocan los ríos más anchos.
Déjame enseñarte a creer en Dios, ciñendo tu corazón sin prisa a mi recuerdo.
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Escucha la experiencia vivida por tus padres y aprenderás a no cometer sus mismos errores.
LAS FLORES PENSATIVAS.
¿Has visto alguna vez una flor pensativa?
En un lejano lugar llamado floripondea, justo en la colina más alta, viven las flores pensativas. En ese sitio las flores tienen forma de campanas y son dulces y muy firmes – es decir fuertes de sus tallos- al llegar el mediodía las flores pensativas piensan mucho en las primaveras y las lunas que acarician sus pétalos rojos.
Floripondea es un lugar mágico, hay nidos enormes que son habitados por pájaros miniaturas. También zumban muchas abejitas amarillas y los aromas de los narajanles se huelen a kilómetros de distancia. No hay seres humanos. Los árboles crecen libremente y el aire con su silbido de diamante les toca el tronco, los tallos, las hojas y bum...bota los frutos para que las ardillas y otros animalitos los coman en tremendas fiestas. Asi es Floripondea el lugar mas verde del planeta Tierra donde las flores piensan, los pájaros son tan pequeños como las abejitas amarillas y los árboles gigantes. Un lugar sin fronteras, donde el aire es tibio y los sueños existen.
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Deja volar tu imaginación , inventa lugares hermosos y escribe historias, versos y prosas.
CAMINITOS
Vamos a caminar por lugares diferentes, donde las dormidas aguas del estanque de pronto cantan, y los colores del campo nos recuerdan la belleza del lenguaje universal de Dios; el Amor.
En estos caminos hay garzas, cisnes, jardines, un castillo, luces, campos, puentes y ciudades hermosas.
EL CASTILLO VENTUROSO
Desde pequeña tuve miedo a los castillos, quizás por lo que había leído en cuentos y leyendas. Los imaginaba altos y de paredes tan gruesas que impedían escuchar los gritos de quienes eran torturados en sus sótanos.
Imaginaba grandes calabozos, gente medio desnuda encadenada a grandes pilares de piedra, candelabros con muy poca luz, y un chorro de agua saliendo de las mandíbulas de algún león incorporado a la pared principal.
Según cuentan los viejitos que venden dulces en las aceras frente al Castillo Venturoso este fue construido como una réplica de un castillo suizo, por tres señoras millonarias que gustaban de cosas extravagantes. Al pasar por primera vez frente a este lugar, pensé que era igual a los de los cuentos de miedo.
Gozaba con imaginar a estas señoras vestidas con encajes y grandes sombreros franceses. Las veía bajando las altas escaleras, hasta llegar al sótano del castillo donde nadie podía escucharlas y todo tenía un velo azul de misterio.
En mis sueños la mujer más joven llevaba siempre un pañuelo entre los dedos serpenteando el aire y las otras, un candelabro de luz amarilla en cada mano.
Las hermanas hacían ritos celestiales, dentro de una pequeña capilla y cuando el invierno cubría el famoso castillo, este tomaba un aspecto fantasmal.
Las hojas curiosas volaban con el viento hasta entrar por las ventanas del castillo, era en ese momento cuando el chillido de un espanto, quebraba el silencio del lugar. Entonces, aparecía un ave de mal agüero, que gozaba con posarse en el pico más alto del castillo
Las hermanas deambulaban por los salones, en altas horas de la noche, esperando que alguna estrella perdida decidiera quedarse prendida en sus faldones. Y cuando amanecía, salían a la calle para vender botellas de vino . Según la leyenda esas bebidas tenían un poder mágico pues al tomarlas el cuerpo danzaba en la luz. El licor estaba hecho con el fulgor de las estrellas, que caían en la lluvia.
Al mediodía el castillo se cubría de un olor a incienso sagrado, que llenaba el aire de un hechizo que unía el azul del cielo, con los reflejos de los pisos de mármol.
Muchas veces al pasar frente al viejo castillo, lo imaginé con las puertas abiertas y pude ver en más de una ocasión, los rostros de aquellas hermanas.
Nunca me atreví a entrar quizás por temor a que la historia que yo había formado fuera sólo una ilusión.
Quería seguir imaginándolas como bellos fantasmas entreabriendo cajitas luminosas, junto a las flores de valiosos jarrones italianos, hablando a su mayordomo en francés, rezando sus plegarias en latín, y bajando a aquel sótano en las noches de tormentas, para ocultar sus crucifijos y castigar a sus sirvientas.
EL CERRO VERDE
En un lugar donde el paisaje se tiñe de niebla y el alma cobra fortaleza, se encuentra el Cerro Verde...
Sobre la cumbre helada invaden al corazón dormido, las puestas de sol, las noches de luna, el cielo distante...
Se distinguen en el paisaje el lago de Coatepeque y el Volcán de Santa Ana, mientras comienzan a extenderse sombras circulares en los caminos de la tarde.
El perezoso bostezo del Volcán de Izalco en un marco inconfundible de deleite espiritual, permanece ante los ojos del turista, rebelde y altanero, asido a su soledad...
Los vientos aromados danzan en el horizonte, brota un espíritu nuevo, quemando el tiempo en el azul del mediodía; todo invita a embarcarse a un lugar donde ni el pensamiento nos alcance.
Despiertan los cálices rosados, el viento responde al eco soñoliento del Izalco, sonríen las auroras y vuelvo a la cumbre a sorprender de pronto el horizonte con su luz indecisa...
Recuerdo mi niñez, cuando preguntaba de las flores, de las aves, la brisa jugueteaba con mis cabellos; miraba el volcán tan enorme como el Dios de los cerros, me gustaba correr tras los pájaros errabundos hasta cansarme y luego, sentada en la hierba dejaba pasar las horas...
Hoy, cuando vuelvo a él, descubro en mí un sueño breve, contemplo las abiertas distancias y su aire anima mi espíritu...tendida en el musgo y los helechos escucho el trino de los pájaros, mientras bailan frente a mí las briznas y mariposas....
Cuando pase el tiempo, el volcán habrá dejado de soñar, el eco de su voz resonará de nuevo y el ardiente fuego se alzará en forma de cascadas suspendidas para iluminar el paisaje.
GOLDEN GATE
Mullía la marea, con suavidad callada, intacta y límpida como un cristal, inadvertidamente...
Mi padre, me narraba cómo estaba construido el puente de Golden Gate, mientras yo me dedicaba a observar la extensión infinita de la Bahía de San Francisco.
Recordaba aquel óleo pintado por él, todo era idéntico...
Allí estaba la Puerta de Oro, permitiendo el paso a seis filas de vehículos, con una estructura de acero, y a setenta metros de altura sobre la superficie del agua.
Un rumor a olas llegaba con el viento, mientras cruzábamos el puente con un temblor de alegría y asombro.
Mi sangre pulsaba rápidamente, queriendo capturar la fuga interminable de todos mis recuerdos.
Un rubio oro llenaba el horizonte, el agua sin margen me perdía lejos.
Fulgía una luz trémula, iluminando San Francisco, el aire nos hacía advertir la cercanía de la ciudad.
La Bahía era plenitud y goce. Golden Gate reía haciendo alarde de la ingeniería moderna, mientras anidaban las gaviotas en sus cables.
Así en ese paisaje, miraba en silencio miles de veleros navegando en la Bahía.
Donde todo se desvanecía, cubriéndose de neblina. San Francisco adquiría proporción y colorido, llenándome de fantasía.
NUEVA YORK
La ciudad mayor de América por su población, compuesta por hombres y mujeres procedentes de todas las latitudes de la tierra es Nueva York.
Donde huyen las lóbregas sombras entre rascacielos y el horizonte se inflama frente a las formas arquitectónicas más sofisticadas. En este lugar se levanta la aurora, mientras se escapa el pensamiento bajo algún rayo de sol...
Nueva York sin rubicundas rosas permanece quieta ante mis ojos, perdiéndose en la línea del horizonte..Unida entre sí y con tierra firme a través de puentes, túneles y avenidas, surca el aire en vuelo mientras de lejos la nieve brilla en la soledad más remota.
Caminando por Broadway de la calle 34 crucé Times Square, llegando a la calle 59, en Columbus Circle donde aproveché para leer los cines, teatros y salas de diversión más concurridos. El colorido de las luces parecían desprenderse de los letreros como un espíritu de llamas ateridas...
Escuché a lo lejos la música de un violín, era un restaurante español, entré a el, donde sonrisas amables, olores de floridos huertos y nostalgias, de algunos emigrantes llegaban hasta mí. Me pareció en ese momento estar en casa.
Nueva York con sus grandes museos y sus muros inmensos me habían hecho sentir la nostalgia de mi patria.
Iba naciendo la noche y absorta como una niña observaba los comercios sobre la Quinta Avenida, aquella arquitectura fiel al vívido azul de la bahía, enamorándome de melancolía.
Imaginé entonces a los niños de las casas de cartón frente a las vitrinas, contemplando los juguetes electrónicos más novedosos y los momentos felices que pasarían tan sólo con mirarlos.
Hasta entonces no sabía porqué retornaba a mi patria en los pensamientos... Tal vez sería el frío que dejaba mudas y heladas mis manos o el gris de las nubes al caer la nieve monótona y triste.
Nunca podría olvidar aquel pedacito de tierra florida, su agradable acogimiento, su pobreza y la alegría sin límites de su gente.
La colosal Estatua de la Libertad, me pareció desvanecerse a lo lejos en una isla de la bahía de Nueva York, desde lo más alto de su cabeza pude contemplar las aguas cristalinas y un navío distante, mientras el pudor inútil de mi traje era vulnerado por el viento.
Sonreía a la belleza del paisaje, donde los puentes de las sierras nubladas, se divisaban en la lejanía.
El ruido terco del agua me invitaba a viajar llena de asombro, recordando las tardes en San Salvador, la frescura de las rosas y los trinos, comparándolas con la inmensidad de Nueva York, bañado por los fulgores de la aurora...
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Yanira Soundy, es abogada, poeta, narradora. Fundadora y Presidenta de la Fundación Manos Mágicas. Leer más en: Arte Poética-Rostros y versos y Álbum Nocturno.
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