Loida pineda Borja, joven poeta salvadoreña
Dos poemas
Ya no soy solo un corazón que palpita
Soy un instrumento sin viento, sin cuerda y sin ritmo
Latente máquina de plástico y acero
Enloquezco
Y encuentro remanso en cada amanecer
Mi piel es un vestido hecho a la medida del dolor
Tiembla, se eriza y se estremece con él
Estoy hecha jirones
Caminante convertida en títere desconsolado
Careta de risas y lágrimas
Muñeca viva cosida con el hilo de la desesperanza
Vencida en el remanso de la rutina
Prisionera en un pozo seco roído de abandono
Tendría que encajar en la vigilia del insomnio
Pero es cada vez más absurdo
Y la voz metálica que suena como eco
Sólo es el dorso encanecido del olvido.
Porque aunque muerdas un rayo de sol
No acabará la oscuridad de tu voz
Calla y compite con las mariposas
Que aletean su contento y ocultan pesares
Esperan prodigios y mueren en silencio
Rescátame del ruido de grillos y rayos
Ventila mi hogar con olor a pino y albahaca
Espera a mi lado los arrullos de la luna
Calienta mis brazos con los tuyos
Y contempla conmigo la luz de los relámpagos
Se avecinan días de prisas que no quiero correr
Inciertos caminos con anuncios sin sentido
Necesito tu silencio para que guíe mi ceguera.
Cuéntame una vez más sobre tu silencio
Brisa generosa que apagó tu voz
Dime con tu mirada
Los caminos que siguen tus sonrisas.
Ilumina la sombra
Ventila el desasosiego
Calienta mis párpados congelados
En un pesar que avanza en estos días de miserias
Conmueve mis sentidos que solo escapan de ti
Y muere en silencio como las mariposas.
Dos poemas
IV
Ya no soy solo un corazón que palpita
Soy un instrumento sin viento, sin cuerda y sin ritmo
Latente máquina de plástico y acero
Enloquezco
Y encuentro remanso en cada amanecer
Mi piel es un vestido hecho a la medida del dolor
Tiembla, se eriza y se estremece con él
Estoy hecha jirones
Caminante convertida en títere desconsolado
Careta de risas y lágrimas
Muñeca viva cosida con el hilo de la desesperanza
Vencida en el remanso de la rutina
Prisionera en un pozo seco roído de abandono
Tendría que encajar en la vigilia del insomnio
Pero es cada vez más absurdo
Y la voz metálica que suena como eco
Sólo es el dorso encanecido del olvido.
V
Porque aunque muerdas un rayo de sol
No acabará la oscuridad de tu voz
Calla y compite con las mariposas
Que aletean su contento y ocultan pesares
Esperan prodigios y mueren en silencio
Rescátame del ruido de grillos y rayos
Ventila mi hogar con olor a pino y albahaca
Espera a mi lado los arrullos de la luna
Calienta mis brazos con los tuyos
Y contempla conmigo la luz de los relámpagos
Se avecinan días de prisas que no quiero correr
Inciertos caminos con anuncios sin sentido
Necesito tu silencio para que guíe mi ceguera.
Cuéntame una vez más sobre tu silencio
Brisa generosa que apagó tu voz
Dime con tu mirada
Los caminos que siguen tus sonrisas.
Ilumina la sombra
Ventila el desasosiego
Calienta mis párpados congelados
En un pesar que avanza en estos días de miserias
Conmueve mis sentidos que solo escapan de ti
Y muere en silencio como las mariposas.
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Leer más de esta joven poeta salvadoreña en la sección de Nueva palabra de Arte Poética-Rostros y Versos.
3 comentarios:
Hola! no había visto este post!!! gracias por publicarlo. Un saludo.
Pero sí supongo que está enterada del material en ARTÉPOÉTICA, que hace tiempos me envió René Chacón. De esa selección son los que subí al blog.
André Cruchaga
Sí, de eso sí estoy enterada. Muchísimas gracias!!! Que pase un feliz día.
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