Gabriel Otero, El Salvador
CUERNAVACA
¿Cómo no sentir la inesperada
piel de tus tardes?
¿Cómo no dormir en las cúpulas
de tus iglesias?
Si fue tu lluvia la que conjuró
a mi sortilegio.
Si fue tu follaje el que curó
a mi garganta.
Y si en tu cielo desierto
no encuentro el rastro de un oráculo
será la hora de guardar los ojos
en los bolsillos del pantalón
será un nuevo tiempo
para empacarte y llevarte conmigo.
POETICA V
Hace mucho tiempo
me perdí
en la desmemoria
la silueta del volcán
es sólo la quimera
de una mente ociosa
mi polvo lo esparcieron
por los cafetales
mi sangre
fue bebida por medusa
mi nombre
fue inmolado en nombre
de lo insano
pero todavía existo
persisto en la incorregible
búsqueda de mi palabra
VEJEZ
La secuencia vital
ardiendo
Cronos sumergido
en el abismo
la vida que se fuga
en el incienso
es tiempo de coser
una mortaja
de estrellas
POÉTICA VI
La estocada
de un florete
en el mismo
lugar
por ahí
punza
la madrugada
por ahí
duele
el fermento
y sin
tropiezos
de la herida
florean
los versos
sin filigranas
de la destreza
del orfebre
viven
o agonizan
en el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario