“LA MUSA DE TRADICIÓN
POPULAR SALVADOREÑA EN
“CANTARES A
MI PATRIA CHULA” POÉTICA DE ELIO MARTÍNEZ”
Alfonso Velis Tobar
MA. Carleton University
Ottawa, Canadá.
El acto de escribir es de un impulso natural del
alma con esa manera del ser de cada
quien con su visión social como creador y apegado a una conducta moral. Colmado de misterios reales o imaginarios,
don de copiar esa imagen ficticia de la realidad como misión de la poesía, la
literatura. Elio Martínez, poeta de
la musa popular salvadoreña diría. Nació en Huizucar, un pintoresco pueblito,
enclaustrado entre montañas y valles del Departamento de la Libertad en El
Salvador Centroamerica. El amor a la
poesía, lo aprendió por rigor natural
que enseña la vida misma por mandato espiritual en el camino de cultivar la poesía. Poeta que viene del monte, del
cantón más poblado y de la barriada. Por ello él mismo gusta llamarse “el
poeta descalzo.” Suele sentirse orgulloso de proceder de la zona
rural, lejos del mundanal ruido de una ciudad sofocante. Poeta que sabe
cultivar su nativismo, sus vivencias familiares, infancia, sueños, utopías,
muchacho pobre, descalzo, jugando con sus otros amigos, trompos, canicas,
jugando a la chunga, elevando piscuchas, cazando cusucos y tacuazines con su
hondilla, dando de patadas a la pelota, pastando las vacas como un pastor, que me
recuerda a Miguel Hernández (19? 1936),
poeta español pastor de cabras y ovejas que murió fusilado, por la dictadura de
Franco en 1936 y no desmerece su alusión. Así el poeta Elio Martínez, pastando las vacas en el campo, cortando guatera, y
comiendo frutas silvestres, soñando esa fuerza natural de su espíritu, sin
saberse cantor popular sentir el llamado como el mismo lo dice, deseo de
escribir poesía, como si su corazón se lo aconsejara. Poeta campesino,
ingenioso, sabedor de apodos, dichos, acertijos, refranes y sentencias morales;
poeta de palabra sencilla, de lenguaje urbano y rural. Habla como la gente de
nuestra tierra, aplica en sus relatos y
poemas, la gracia y el humor negro. Elio
Martínez escribe a partir de experiencias y recuerdos vividos en la patria
que lo vio nacer. Poeta muy pobre, sus lecturas solo con libros prestados, meditaba en los llanos, subido en arboles de
aguacate, de mango, sentado bajo la sombra de un Amate o del Árbol de fuego, imaginando fantasías, maravillas, fabulas y cuentos amenos, feliz de expresar lo que siente, un bufón,
más bien un juglar popular. Poeta
abrumado de soledad, observador de
detalles, gozos del campo, en compañía
de su perro Nerón, que ladraba a las ardillas voladoras, un tiempo anduvo de
caza de garrobos, punches y cangrejos golpeándose contra las olas del mar, enfrentar
la vida con sus fierros calientes como en su misma poesía lo dice, desde joven
caló sus manos con callos con el trabajo de la tierra, de la jornada de cumplir
la “tarea” del día, de la poda, la peinada de la hierba, el corte de la caña de
azúcar, del café y del tabaco, portando
su azadón, su cuma, su machete a la cintura, vagando por el monte; así se
cataloga el poeta descalzo que en momentos de soledad, escuchando cantos de
pájaros escribía su poesía en lo profundo del valle y los rumores silvestres
del campo. Elio Martínez tiende a
la prosa, a veces a tercetos o cuartetos en su intención los sonidos que riman;
poeta de lenguaje lirico como se caracteriza. En sus variados temas, se
conduele del exilado, de sus compatriotas inmigrantes, refugiados y sufriendo soledad
lejos de la patria: “Aquí en esta tierra // en este templo sagrado // Vino a disipar sus
penas // un humilde refugiado // se
vino de el Salvador // huyendo de aquella guerra // y vino a parar aquí // por
estas lejanas tierras.” Con
naturalidad habla lo que siente “ojala
que los candidatos, que hoy andan de cheros con toda la macuarrada para
conseguir el voto, no se vayan a volver los billetes de a mil, cuando estén en
la guayaba disfrutando de las deliciosas mieles del poder”. Es un popular
cantor de esquinas, de guitarras y serenatas, en su juventud, pero critica todo “Como a las elecciones”
saca a luz, a politiqueros de asambleas,
diputados sinvergüenzas de hoy y desplantes “burocráticos.” Y tampoco olvida el
sentimiento romántico, canta el amor
sensual a Nubia su mujer, en su cotidiano quehacer de tejer el amor en la vida misma “Artista
soñadora // de verdades hermosas // Tu aguja teje y teje // las cosas más
preciosas”… habla con humor en relación a lo sensual, aclama: “Anoche
soñé con ella // que estaba allí conmigo // Y me hablaba tiernamente //
cerquita de mis oídos.” (…) “Pero cuando desperté, // ahí todo terminó //
Porque cuando abrí los ojos, // no estaba mi gran amor.”
Da gracias al creador, por esa
madre abnegada, humilde, mujer trabajadora de la casa y del campo que lo
enseño el buen camino y los libros. Muy sentidas, tristes, sus cartas a la madre escritas desde el duro oficio del
exilio, en que el poeta ama su patria “Chula” la recuerda de una manera
soñadora, creadora. Su madre Clara Luz a
la que elogia en su temario Cansada
se fue mi madre // la muerte se la llevó // Al caer aquella tarde // Recuerdos
bellos dejó // ¿Adónde vas madre mía?.. “ Aquella vendita madre // todo el tiempo
me adoró // desde el día en que nací // hasta el día en que murió”, confía
en el amor maternal, al contar sus decisiones personales: “Madre yo quiero que hoy sepas
// que así como te quiero a ti, // Yo quiero mucho a mi pueblo, // por eso me
voy a luchar” El poeta con la
experiencia del militante, de aquel Frente,
heroico de aquel tiempo Farabundo Martí dice “Yo soy revolucionario nacido en
el Salvador // que luchó junto a los pobres // por una patria mejor”, anhelos del poeta “Para luchar con furia y valor” // junto al pueblo al triunfo
final”, canta con esperanza de
que nuestro pueblo conquiste una vida justa y más humana: ”Obreros
y campesinos // y el pueblo en general // vamos todos con el frente // a la
victoria final” (… ) Refleja un
sentido de militancia de compromiso político con la lucha popular de 1970-80 y su
tono casi épico canta lo sutil por esos ideales de la liberación nacional;
dice: “mi canto y mi voz vivirán // Otros seguirán la lucha…. // ¡Hasta
siempre por tu libertad!” (Mamá déjame luchar, 114) Elio
Martínez sabe
equilibrar su palabra, diluye su visión de mundo en un lenguaje, sin figuras literarias
ni tantas metáforas. Así discierne a personajes populares en la escena de los
hechos históricos. Como cuando habla del hombre nuevo, cuyo mensaje fue de amor
de justicia y libertad. Habla del hombre nuevo y evoca a Monseñor Romero “El gobierno le decía // monseñor ya no moleste // porque estas sus
homilías // le van a causar la muerte”… Así al padre Rutilo Grande “Hermanos voy a contarles // con tristeza y con dolor // la historia de
un sacerdote // que el gobierno lo mato.” Así evoca al Che Guevara, a Sandino, Víctor Jara, Roque Dalton, Neruda,
Farabundo Martí, Jesús, Bolívar en su canto al estilo de las coplas y
bombas populares. Poeta que escribe a partir de sus
experiencias, recuerdos de infancia y
juventud, de su militancia por la causa de la patria y en aquellos tiempos de liberación. Habla desde la voz de la gente humilde, que llora su dolor, las
pobrezas del trovador, del campesino que se unió a la lucha del pueblo. En fin se gozan sus “Cantares a mi patria chula”. Y en sus reflexiones alude a poetas como Roque Dalton(1935-1975) en homenaje: “¡Chas
gracias ñero Roque // por todo ese quinipuchal de chuladas // que nos dejaste
escritas // que cuando las hemos leído… // nos han somatado sin misericordia,
todas las arganias del alma”, notable lenguaje coloquial, agradable,
chistoso cuando poetisa…como cuando exclama “aquellos que primero que te
apoyaron // y reconocieron sus dotes de “hijuepueta” // y revolucionario. ...!
// Ahhh! y esto fue porque te dieron matarile aquellos hijos de la guayaba, //
que supuestamente eran tus “compañeros” de lucha revolucionaria y de ideales” Elio
Martínez habla a calzón quitado sin pelos en la lengua, las verdades, claro a su
modo de lo que significa la musa popular. “Pero en tu caso dale gracias al colchón que
aunque sea tarde, nos hemos acordado de tus huesos”. Y suele hablar con
sarcasmo e ironía de los poetas
asolapados, los “poéticos” “hijos de lacha”, dice de aquellos que
cantan como chismuyos, tísicos y que por ahí andan dando, más vueltas que un
trompo tatarata y todo calaceado aquellos poetas del alpiste, con sus buenos
salarios de lujo, reconfortados en su limbo neoliberal, mientras el pueblo anda
verriondo por la calle. Elio Martínez se
mofa a viva voz de la conducta moral de algunos poetas
“Para todos ellos mejor les digo ¡fli, fli, fli! // Y para vos mi estimado
hermanito de mi alma. …! Salu cheradita Roque! // ¡Hay nos bitles algún día! //
¡En el éter de la vida!” (A la memoria de Roque Dalton, 1983) Una poesía peculiar del poeta descalzo, de su temática, de juglar cantor a manera de
folklore popular. Desde su exilio de vivencia cotidiana fuera de la patria. “vivo
en un edificio de seis pisos, // desde hace más de diez años // En ese lugar
viven gringos, negros, chinos, árabes y latinos. // Y buena cantidad de los que
ahí moran, // son mis compatriotas; // sin embargo… a nadie conozco todavía” (Vida en Estados Unidos, 159).
Me cuenta de sus “petequenes”
y “chaparros”, gozo de poeta bohemio
y mundano, que lleva a su patria en el
alma, sus amigos los compas y las historias de su tierra.
En fin estos
“Cantares a mi patria chula”, es como miscelánea poética, conversacional, al estilo
libre, o rimando tercetos y cuartetos, el amor, el patriotismo, las cartas,
anécdotas, notas, escritas con ironía y
sarcasmo, uso prosaico del
lenguaje, a ejemplo: “El arte de amar” “Esta nota va dirigida en especial, para todos aquellos lentos,
tímidos, lelos, aguacates, dundos tarados, // que no pueden cuentiar un cuerito // y que en
muchas ocasiones son ellas las que se tienen que lanzar // con todo porque el
pobrecito aunque esté bien enculado de la chera, // no tiene ni valor, ni
palabras para piropearla // y por eso,
después cuando otro se las afianza // ahí viene la chilladera y la decepción y
muchos terminan aplicándose: Cruz Calavera y camposanto para no seguir
sufriendo, // más esta bendita vida los
desprecios del ser amado” (….) “!Adiós hermosa princesa! // Dímelo pronto mi
bella. ¿Qué es lo que debo hacer // para bajar esa estrella? // - Pa’ poseer
esta estrella, // mi estimado caballero // lo único que necesitas, // es tener
fama y dinero” (El arte de enamorar”), más
claro no canta un gallo, con este poeta popular de nuestra tierra guanaca, poeta
de habla hermosa en retratos de héroes, mártires, caídos en la lucha. Tal
como en la “Cita clandestina” Deseaba con
tantas ansias // de tenerla entre mis brazos. // Pero cuando no llegó, // mi
alma se hizo pedazos”…poeta de la musa al expresarse al estilo de las
bombas que se cantan al compas de la guitarra (…) “Cuando iba por el camino //
una pregunta me hacia: // ¿Porque no vino la compa, // a la cita de este día”?…
“Yo era un fino caprichoso, // y un
arrogante rebelde // Que aunque el color fuera rojo // yo decía que era verde.”
(…) En esta vendita vida // si no caminas derecho // Cuando vienes a sentir //
estas pagando lo que has hecho” (Reflexión, Pág. 143)
A veces este “Poeta Descalzo Elio Martínez, poetiza breves historias, imaginando experiencias
del pasado, amigos o amigas, símbolo popular: “Con el permiso de ustedes, //
aunque me cause dolor // quiero contar esta historia // que hace tiempo que
pasó” // Se trata de una muchacha, que tanto se enamoró // y fue tan perdidamente // que entregó su
corazón // Cuando el padre se dio cuenta, // de esa relación prohibida // Con
crueldad la castigó // condenándola de por vida. (…) Pero aquella dulce joven
// ya no entendía consejos // seguía viendo a su amado // aunque se enojara el
viejo // El padre lleno de rabia // pensó que era lo mejor llevarse a su hija
lejos // pa’ separar a los dos. … Pero desde que el padre los separó // Aquella
hermosa muchacha, // solo pensaba en su amor. … conforme el tiempo pasaba //
aquella linda florcita // su color palidecía // y se ponía marchita. …Por fin
la triste joven // el creador la escuchó // Y en una fría mañana // pal’ cielo
se la llevó. …Ese día fue a la fuente// y de ahí ya no volvió // la encontraron
casi muerta // del veneno que bebió //…Aquí termina mi historia // si lloro
pido perdón // Porque esto le sucedió, // a la que tanto me amo” (A la que murió de amor), 110) Es
contador de anécdotas narradas desde la
misma experiencia personal de su vida.
Toca temas políticos con
ataques al poder reclama por la injusticia, la explotación de los pobres, bajo
trabajo duro, salarios de hambre y miserables, ante la riqueza de los poderosos
de este país, que hacen dinero con la fuerza de trabajo de la clase proletaria,
sin reconocer beneficios. Elio Martínez,
voz de protesta social y discrepa
todo mal estado de cosa. Usa la ironía, el sarcasmo crudo, dice al pan pan y al
vino vino como aquí lo vemos:
Estaba la Oligarquía // Tranquila de la
vida // Disfrutaban de sus millones // y brindaban con mucha felicidad // por
las grandes ganancias que obtenían, // a costa del sudor de los pobres. // (…)
Con la alborada vinieron las huelgas // y el pueblo poco a poco // se fue
organizando // así como las hormigas // de lo simple a lo complejo // como
quien dice // de lo poquito a lo bastante // de lo particular a lo general.
Tata pueblo…si es justo o injusto. // Lo que hacemos // a vos te dejamos la
última palabra” (El Subversivo, 93.) Sabe introducir fabulas y leyendas
míticas de los ancestros como “El zorro y la gallina” el poeta
quiere dar consejo moral: “En un lugar muy lejano // un zorro era arrastrado // Por las aguas
turbulentas // de un rio crecido y bravo // a la orilla de aquel rio se
encontraba una gallina // y cuando el zorro la vio // este favor le pidió //
Sálveme hermana gallina // se lo pido por piedad // Si usted me hace ese favor
// nunca se arrepentirá // Le prometo amiga mía // que si de esta salgo viva //
se lo juro por diosito // que seré su fiel amigo // Y también se lo prometo //
hablándole muy sincero // Que ya nunca comeré // ni un pollo de su gallinero.
// La inocente gallina creyendo en promesas raras // le tiro un bejuco al rio
// para que del se agarrara // … la gallina como pudo // le ayudo en su
desventura // Salvado a aquel desgraciado // de aquella muerte segura // Pero
aquel astuto zorro // cuando salvado se vio // En vez de darle las gracias //
de un zarpazo la mató // La gallina agonizando // le dijo al zorro de plano:
“Así pagas desgraciado// a quien te tiende la mano” y resalta la
moraleja en la estrofa final que no hay que confiarse de nadie ni con el mas
adulador: “ Así como este pilluelo // hay
muchos en esta vida // Que después que les ayudas // Te siembran siempre la
puya” (El Zorro y la gallina, 95) De aquellas que no hay que confiarse,
que a la vuelta te despedazan y otros
que no agradecen después que les has tendido tu mano, en vez de reconocer el
favor, mejor se vuelven tus enemigos, y
son sinvergüenzas, irresponsables de sus actos. Es bella la historia del
pajarillo, alegoría, como en trance encarnado en el pajarillo que
metafóricamente alude a lo humano: “Un rebelde pajarito // que cantaba muy
bonito // Una tarde lo agarraron // y
en una jaula lo encerraron. // Le quitaron su plumitas // le quebraron
sus patitas // Para ver si desistía // de aquel canto que se ofendía -mas que todo cuando dice – (…) // la
tortura y la prisión que me impuso aquella fiera // No fue nada que pudiera //
doblegar mi decisión // Los que a mí me encarcelaron// no entienden de mi canto // aunque todo torturado
// yo no puedo estar callado. // Y si nunca me
liberan // desde fiero cautiverio //Y cantando seguiré // hasta que haya
libertad” (El pajarillo, 83) Como cuando se queja de un padre ausente
que niño lo abandono “Por algún tiempo vivió una pareja su amor
// Disfrutaron de la vida //
Compartieron su calor”. … Siempre cuenta una historia de amor, una
tragedia, o habla de un padre que desea conocer, habla de las discordias de matrimonios, después de vivir
amor color de rosa, termina con el tiempo sin qué ni para qué, solo para ofenderse, chuchos
y gatos, eso no es felicidad, terminan separándose dejando problemas
emocionales a los hijos que sufren aquel choque y abandono del padre y solo criados
bajo el calor de la madre abnegada por sus hijos, ante la falta del padre: “Así
pasaron los años amándose noche y día // Donde todo era armonía // felicidad y
alegría // . … Y así pasaban los días desde que nació el pequeño // los dos
cuidaban al niño // con amor y con empeño. …” la vida de aquel hogar // fue un infierno sin par // si no era uno
era el otro // que comenzaba a pelear. // El problema se arregló // con la
cruel separación // Papá se fue del hogar // mamá se quedo sin él. //El pequeño
fue creciendo en la casa de mamá // y un buen día le pregunta // Mamá ¿Dónde
está mi papá? // Un día aquel inocente // traveseando un gavetero // Encontró
una vieja foto // de su padre verdadero. …Al mirarla la abrazó // y con llanto
lastimero // Dijo el niño emocionado // ¡Papi lindo yo te quiero” (…) Después
de aquella tragedia // ¿Quién pagó las consecuencias // si aquellos con su
caprichos // o el niño con su inocencia?” (El padre ausente, 80). Poeta que conoce vivir esa ausencia de un padre, ya
que no conoció ninguno, el poeta no sabe
quien fue su padre, dilema que lo martiriza de por vida. Por eso el
poeta dice que por no haber conocido padre alguno, se considera como se tilda el
mismo un “poeta hijo del viento”.
En conclusión poeta
campesino que por su edad responde a la generación de 1970,
a los ánimos de una visión revolucionaria que todos conocemos esa historia violenta, de conocidos poetas que
se fueron a la lucha y donde no todos
fueron poetas consecuentes, se evocaba la gesta del Che Guevara, de la
revolución cubana, Sandino, Farabundo Martí, una literatura subversiva, lo
exigía el momento, la militancia revolucionaria
por la liberación nacional. Toda esa dinámica tiene que ver con la
poética de Elio Martínez, cuando se
conoce su mundo, expresado en aire coloquial,
mas no por ello pierde una visión social. Para cerrar este comentario quiero
aclarar que dentro de esa tradición de la poesía popular salvadoreña es decir
de la musa popular, considero que en nuestro medio de quehacer literario, se
distinguen tres poetas en su orden Salvador
Juárez “Con puro guanaco”, Ricardo
Castro Rivas con “Puro Pueblo” y Elio Martínez con sus “Cantares a mi patria
chula” quienes se distinguen por esa expresión diseñada desde la misma boca
de la gente con el uso de un lenguaje coloquial que los caracteriza hasta con
cierto tono folklórico, que dicen mucho de nuestro pueblo, sus tradiciones, costumbres
y cosas de nuestra tradición, como parte de nuestra identidad nacional.
AVT//08//2020.
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