viernes, 4 de enero de 2008

Cuando hablaron los hombres_Ivonne Melgar

Fotografía: Ivonne Melgar, El Salvador





Cuando hablaron los hombres




Todo estaba grabado sobre el lienzo
Arenoso de mis huesos:
Vendrá el amor y te dará su llama
¿Será como el lucero? Le pregunté al sosiego
Será como la risa que se esculpe silente en la tristeza
Como la flor del cactus a la luz de la rosa.

Todo estaba grabado sobre el filo
Infantil de mi epidermis.
Vendrá el amor y te dará su tacto
¿Será como una estrella? Le pregunté al reposo
Será como la espuma que acaricia la rabia
Como el acento sordo de las ambulancias
En plena convención de carcajadas.

Todo estaba grabado sobre el arco
expectante de mis ansias:
vendrá el amor y te dará la flecha
¿Será como la luna? le pregunté a la suerte
Será como el pronóstico del rayo
Cuando nadie esperaba la tormenta
como el reflujo alado de la lluvia colgando en los cristales
cuando el gozo solar impone su tragedia.

Todo estaba grabado sobre la insinuación
de nuestra historia:
vendrá el amor y te dará su cárcel
¿Pero vendrá del cielo
será como una cripta de luciérnagas
como galaxia en ciernes anunciando la noche de mi entrega?
le pregunté a los hombres y mujeres
que anudaron su angustia a nuestro tiempo.

Si
vendrá del cielo
será enemigo del sosiego
del reposo
de la suerte
y la historia
cargado de su luz
vendrá del cielo:
Será un cometa.
Febrero 14, 1988. San Salvador

Sé que estás en todas partes_José Antonio Domínguez

Fotografía: José Antonio Domínguez, El Salvador





Se que estás en todas partes



Arquímedes, hermano.


Llegás al cafetín universitario
te abrazo, sonreís
decís que no has muerto
que estás aquí y en todas partes.
Volvemos a las calles
a deletrear la patria interminablemente
enamorando viejecitas
de mirada triste y lacerada.
Hablamos de la flor silvestre
cortada en madrugada de posta y de recuerdos
de las hormigas cargando el alimento
“sin egoísmos, muy disciplinadas”
de nuestras hijas
intercambiamos fotografías, travesuras y silencios
de la mujer que amamos, nostalgias.
De quienes murieron en el año ochenta
del nombre más querido
del heroísmo de los compás
de las hienas, de los cómplices, de los asesinos…hablamos
Los payasos de la plaza
sueltan poemas tristes en cada carcajada, nosotros callamos.
Hablamos de la eterna embriaguez en plenilunio
de las debilidades y las dudas
de la cobardía y el arrojo
y vos, que la ciudad es una cosa
y la montaña es otra
pero el amor, en primera fila
y a su lado la muerte, me decís.
La catedral se agiganta
es noche
y yo, que aún es temprano
y vos, que las medidas de seguridad
y yo que no te vayas
y vos que estás en todas partes…
Has vuelto a la sombra
he quedado sin fechas, sin señales
para otro contacto
pero hoy sé que estás en todas partes!
Quizá volvás el día cuando todo termine
justo a tiempo para el café de otra tarde
con más de algún poema que se coló en tu agenda
con la sonrisa aquella, de escolar o maestro?
Dirás que basta un silabario de ternura
un cutuquito de yeso
y una aritmética de estrellas
para empezar el futuro.
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jueves, 3 de enero de 2008

Mínimo reino_Rodolfo Herrera

Fotografía: Rodolfo Herrera, El Salvador





Mínimo reino


...y así son transmutados los vínculos
en el mínimo reino recién descubierto
Pablo Neruda



mínimo reino
arrebatado a mi locura
a la sal de mis heridas yuxtapuestas
reiteradas garras
con piel y llanto ajeno recubiertas

mínimo reino
incrustado estás
en la respiración vital
en la caja de sorpresas y deseos
de mi corazón empedernido

mínimo reino
pulso de mi sueño añejado en realidades
magia y razón de madrugadas
sustento y sazón
azul sin fin
infinito amor
mínimo reino
18-06-03
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martes, 1 de enero de 2008

Álbum_Alfanso Hernández

Fotografía: Alfonso Hernández






Álbum




Esta es la ciudad a la que tanto amé como si reposara
Interminablemente en el ombligo de tu cuerpo.
Detrás de su pasado la sensación de las paredes
Torturando la infancia.
Los años cambiaron de lugar y con ellos iniciamos un
Modo de vivir junto a los que nos rodeaban. Después
Vino el invierno. La adoración sublime de tu sexo. Tus
Prepucios ilustraron los caseros piedra sobre piedra.
Ciudad que conoció tu orgasmo. Tu pubis impecablemente
Rodeado por mi cuerpo.
Aquellos años esencialmente destinados para amarte
Subsisten todavía.
No obstante seas la prostituta del barrio…
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jueves, 27 de diciembre de 2007

Respiración cruzada_David Escobar Galindo

Ilustración: Carátula del libro: Respiración cruzada




David, su íntima vivencia




Respiración cruzada (1), Lord Byron Ediciones, España, 2007, es el más reciente libro de poesía publicado por el notable poeta David Escobar Galindo. Poesía de vivencias, —como toda poesía— íntimas que trascienden la propia magia de la palabra. Poesía de aparente “tranquilidad”, pues el poeta está, en permanente trasiego de la vida a la palabra.

La poesía de David, diáfana transparente, sin los vericuetos anquilosantes del hermetismo, sale del aire libre; por eso hay claridad en el mar, el invierno frente a su propio espejo. Su poesía es un viaje del sentimiento a la palabra y de ésta al sentimiento como contenido y continente de las emociones más sentidas y sublimes.

En este libro, como tantos de sus buenos libros, David Escobar Galindo camina sobre el césped feliz de los sueños, resistiéndose a las rabietas de este mundo, signado por el escalofrío agobiante y la respiración oscura de los sentidos. Entonces, Respiración cruzada, constituye una aventura, madura ya, sostenida del propio fuego conquistado, sensorial vuelo, posesa humedad, donde “piel y pensamiento”, forman una amalgama de desvelado rocío.

La poesía de David, siempre es una salutación al optimismo. No hay memoria, ni tiempo en él para enaltecer el caos; quizá esta actitud frente a la vida, lo mantenga en una sed permanente, hacia un universo “donde los cuerpos florecen al soñarse”. El optimismo radica allí, en los manantiales de la semilla y la florescencia.

Respiración cruzada, curiosamente —para mí, desde luego— está constituido por setenta y cinco poemas. Décimas y sonetos, formas donde el poeta “duplica su ingenio” y desborda el espejo, el asombro y “ese supremo éxtasis”, del alma arrobada, casi litúrgico por asomarse al aroma de la mujer amada.

Respiración cruzada, es para leerse en íntima comunión con las acequias, donde la música del agua fluye con la emoción de los almácigos. Pero también es un libro entero y total. La palabra como tema es constante en sus poemas. “La poesía refleja el ‘problema’ de la expresión; en sus versos encontramos los rasgos estilísticos que afirman al hombre y al poeta: desdoblado en el tiempo y las situaciones”(2) vitales.

Respiración cruzada es un paisaje vivo. “Y todo paisaje vivo es un espejo”, “vía de una porfiada (necesaria) armonía”, fluir vital de la conciencia, donde se descubren los milagros del arco iris.


André Cruchaga,
Poeta salvadoreño
Barataria, 27 de diciembre de 2007.

1) David Escobar Galindo. Respiración cruzada. Lord Byron Editores, 1ª. Edición, Madrid, 2007.
2) José Manuel Gallardo Parga. Ensayos de literatura, Madrid, España.


lunes, 24 de diciembre de 2007

A contraluz (Fragmento)_María Eugenia Caseiro

Fotografía: María Eugenia Caseiro, Cuba-USA





Fragmento, Parte I
En esta terquedad.



I

Antes de borrar el parque en que no estás pero te anhelo
he visto nuestras nubes pasar a solas…
Estamos sin embargo acumulados en esta terquedad
de no sabernos, de no acordar la fecha, estamos
cada uno en su trazado trabado al esternón
esperando el plumazo en el diseño,
sin tiempo para transitar nuestros parajes
con niños tan distintos, almizclados de temporalidad;
con el recuento de otros parques distantes
con bicicletas y fuentes fraccionadas
por donde un día la flecha de otro amor que no fue el nuestro,
se cansó de habitar y se deshizo
hollín volante como la suciedad
o como la ceniza
arrasada por el paso de los ciegos.

II

Estamos cada uno
doblando su equilibrio en mansedumbre
con los brazos abiertos
sin caer de la cuerda asediados por esta terquedad,
en la secuela de aquellos que se pierden
por las dulces comisuras de veredas antiguas;
vendedores ambulantes, patinadores, artistas callejeros,
fotógrafos que inusitadamente atesoraron el instante,
los que vinieron a buscar un objeto perdido
y no lograron parte en la originalidad,
los que no tuvieron la suerte de llegar a encontrarse,
aquellos otros que creyendo descubrir en los libros
una razón para hacer de las bancas su timón, se despidieron
y marcharon en busca de otro tiempo que antes no les fue posible.

III

Cuando vino a mentirnos la hoja en blanco
con vuelo de infinitud anunciando otras ciudades
con mujeres solas que ya no lloran a sus hijos
donde habitan vagabundos bosquejados, dichosos
con sus pasos sin pena en días con lisura de espalda,
quisimos transitar nuestros propios perímetros:
tú y yo sobre la inmensidad de la inconsciencia
sin mujeres que lloren a sus hijos, sin vagabundos dichosos,
sin fotógrafos, ni bicicletas, ni vendedores ambulantes….
quisimos nuestro plano, nuestro espacio en el dibujo
nuestro propio parque con sus bancas y sus árboles felices
que guardaran el presente sobre la edad detenida,
el punto neutro de la lealtad en la tabla de los años.
Y logramos empotrarnos en un intervalo,
en el sosiego de empacar las diferencias y partir dejando el pozo
donde tú en tu tiempo, yo en mi tiempo,
esperábamos la continuación olvidados de la costumbre
adoptándonos en el instinto para transitarnos y buscar…
hallar la música que se adaptase a nosotros,
el verso, la estrofa
continente de un jirón de ser, un suspiro, una lágrima
o simplemente una similitud con nuestras biografías.

IV

Siempre cansados de recorrer las tardes,
los pájaros murieron
sin saber que otros pájaros que hoy ocupan su lugar,
han conquistado un sitio en el dibujo
a ser borrado luego para engordar
el pecado de las viejas hechiceras con sus baldes de lluvia
lavando todo cuanto no les fue fácil olvidar
o hacer desaparecer, cuando quedaron proscritas.
Pero nosotros/pintados de blanco en el dintel de nuestra incógnita
nunca nos marchitaremos.
VY no alcanza el boceto, el diseño, el papel, la propia terquedad
que anima el no saber, el no acordar de una buena vez la fecha,
para poner en claro lo que pretendemos,
lo que podemos compactar de nuestras mitades sobrantes
con dicotomías de fuentes,
de existencia, de amores, de parques…
con nuestras muchas, infinitas mitades siempre en medio
extendiéndose los bordes de cada pergamino a procrear
raíces sobre dédalos vivientes.
Y no alcanza este vivir, ni otro cualquiera, ni la posteridad
si es que la hay, para decidirnos a compilar el tiempo;
el de todos los parques, el de cada mitad con sus fracciones,
el de cada torcedura, sus terminales y su composición atómica,
para decirnos que el tiempo del dibujo,
todos los fragmentos y toda la música del mundo,
no basta en esta eternidad tan nuestra que ya no puede pintarse,
que sube a hasta sus límites y luego,
se disipa para envolvernos en la perspectiva que nos busca.
Antes de borrar el parque en que no estás pero te anhelo
con tu tiempo, con tus fuentes, con tu música y con tus mitades,
he decidido esperarte.
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viernes, 7 de diciembre de 2007

Después de la Cafetería Victoria_Walter Iraheta Nerio

Fotografía: Walter Iraheta Nerio, El Salvador-Suiza






Después de la Cafetería Victoria




Algunas tardes
después que nos conocimos
con Lucy
vamos a la cafetería Victoria
tomamos vacas negras
hablamos del horóscopo
de turicentros y países exóticos
a veces hablamos de árboles
o de barcos
a Lucy le gusta la trigonometría
a mí en cambio me gusta la química
Lucy habla de Santa Teresa de Jesús y
San Juan de la Cruz
Yo hablo de
«Marinero en tierra»
de música hablamos bastante
a Lucy le fascina
«La Forza del Destino»
yo prefiero canciones de Carlos Aragón
y la Banda del Sol
a Lucy además le gusta
la canción «El Bardo»
a mí también
me gusta «El amigo que perdí»
en realidad son raras preferencias
porque
nos gusta casi toda la música
después de la cafetería Victoria
caminamos por las calles
subimos por el banco Salvadoreño
nos detenemos a mirar los
ornamentos barrocos de la iglesia El Carmen
y la arquitectura de la Alcaldía
descendemos por Concepción
y miramos los escaparates
del almacén Romero
cruzamos el parque Daniel Hernández
para regresar a la avenida Melvin Jones
a esa hora el sol se esconde
tras las cumbres.
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sábado, 1 de diciembre de 2007

Y bien está que yo, que soy un pobre diablo_Roberto Manzano

Fotografía: Roberto Manzano, Cuba



Y bien está que yo, que soy un pobre diablo…




Y bien está que yo, que soy un pobre diablo,
me cante un salmo: Loado sea el día cuando aparece
en las jambas gastadas, cuando se va
con pañuelos oscuros por las tapias,
y sea para siempre ensalzado en los caminos,
en los recesos de los escolares, en las meriendas
de los obreros, en las curvas blancas
de las cariátides, y entre los mármoles del bosque.

Loada sea el alba cuando lee febril su partitura
y cuando el soldador baja su máscara,
en el instante mismo en que aquel gladiador de la orilla
vio nacer de su casco cuatro águilas caudales.
Loada sea cuando la niña trenza su trenza
y el pequeño varón traza el navío absorto de la noche.
Loada cuando el tímpano asordó las campanas
y la leche cerró su rostro con la nata.

Loada sea la mañana cuando partimos hacia la penuria
sin botones, sin suelas, con cucharas de ácido.
Loada sea cuando el limón fermenta al cemento
y nos satura la melancolía de la sed y del hambre.
Loada porque estamos vivos, latiendo en el espacio,
fluyendo con Heráclito hacia todos los capítulos.

Está muy bien que yo me cante un salmo, que yo sea
el arpista, el que oye, el que dice las gracias
y el deseo. Yo voy por entre el polvo,
y soy de polvo, y urdo mi destino con manos polvorientas.
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lunes, 26 de noviembre de 2007

Libro de Mario I_Osvaldo Hernández

Osvaldo Hernández, El Salvador. (Fotografía: Silvia Elenw regalado)




I



de nadie son estas erradas luces
este chocar de copas
estas cuidadas muecas de vecino bueno

uno se despide de uno ante el espejo
y se echa de nuevo a la calle
pisa las mismas grietas de la acera
el mismo estiércol seco de todos los perros del barrio
menos del tuyo
porque no tienes uno que te ofrezca un rabo alegre si regresas

y repites el mismo camino
y no piensas en la muerte
y la muerte existe y busca y encuentra
pero no la ves
y vuelves de noche y abordas la misma acera y cruzas el umbral
y no la ves
y Mario está sentado envuelto en todos sus dolores
el riñón seco
el cansancio agudo
el hígado obsoleto.
y la bandera blanca del vencido en la mirada
y no la ves
a ella no la ves

pero suena el teléfono e imaginas su voz
y piensas en la línea horizontal en la pantalla
y en Mario
que vacío de dolores
apaga la luz
y sonríe
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miércoles, 17 de octubre de 2007

Carta a un joven poeta X_Rainer María Rilke

Rainer María Rilke

X

París, al día siguiente de Navidad de 1908


Ha de saber usted, querido señor Kappus, cuánto me alegra tener esa hermosa carta suya. Las noticias que me da, reales y francas, como ahora vuelven a serlo, me parecen buenas. Y cuanto más lo pienso, más se afianza en mí la sensación de que son buenas de verdad. Esto, por cierto, quería yo decírselo en ocasión de Nochebuena. Pero por causa del múltiple y continuo trabajo en que vivo envuelto este invierno, me sorprendió la antigua fiesta, llegando tan pronto que apenas tuve tiempo para los recados más urgentes y mucho menos para escribirle. Pero a menudo he pensado en usted durante estos días festivos, imaginando cuán tranquilo debe de estar en su solitario fortín, perdido entre esas montañas desiertas, sobre las que se precipitan los poderosos vientos del sur, como si quisieran engullirlas a grandes trozos.

Debe de ser inmenso el silencio en que hay cabida para tales ruidos y movimientos. Cuando se piensa que por añadidura se agrega a todo eso la presencia del mar lejano, con su propio sonido, constituyendo tal vez el tono más íntimo y entrañable en esa armonía de prehistórica magnitud, entonces ya sólo resta por desearle a usted que, lleno de confianza y de paciencia, deje obrar en su ánimo la grandiosa soledad, que ya nunca podrá ser borrada de su vida, y que en todo cuanto le queda por vivir y hacer, actuará cual anónimo influjo, de un modo continuo y decisivo. Algo así como en nosotros fluye sin cesar la sangre de nuestros antepasados, mezclándose con nuestra propia sangre para formar el ser único, singular e irreproducible que somos, cada cual de nosotros, en cada recodo de nuestra vida.

Sí: me alegro de que usted cuente ahora en su haber esa existencia firme y determinada. Ese título. Ese uniforme. Ese servicio. Todo ese conjunto de cosas tangibles y concretas, que en tales parajes, como los que ahí le rodean, con una guarnición poco numerosa e igualmente aislada, no deja de adquirir un sello de gravedad y urgencia, y que, por encima de cuanto en la carrera militar hay de juego frívolo y pasatiempo, significa servicio siempre alerta, y no sólo admite la observación individual y autónoma, sino que hasta la fomenta y educa precisamente. El hallarnos en circunstancias que nos formen y labren, colocándonos de vez en cuando ante cosas grandes y naturales, es todo cuanto nos hace falta.

También el arte es sólo un modo de vivir. Aun viviendo de cualquier manera, puede uno prepararse para el arte, sin saberlo. En cualquier realidad se está más cerca de él que en las carreras irreales, artísticas a medias, que, aparentando cierto allegamiento al arte, en la práctica niegan y socavan la existencia de todo arte. Como lo hacen, por ejemplo, el periodismo en su totalidad, casi toda la crítica profesional, y las tres cuartas partes de lo que se llama y quiere llamarse literatura.

En pocas palabras: me alegro de que usted se haya salvado del peligro que representa el caer en todo ello 14 y ahora viva, en un lugar cualquiera, solitario y valiente en medio de una ruda realidad. ¡Ojalá pueda el año que está por llegar, mantener y afirmarlo en ella!

Siempre,

Su
Rainer Maria Rilke
Carta final