jueves, 6 de enero de 2011

TRES POEMAS DE JAIME ASCENCIO


Jaime Ascencio, El Salvador



RECUERDOS DE MI NIÑEZ





¡Qué Siendo yo pequeño!-dice mi madre
Quité la vida a generaciones de patitos.
Temblaban como gotas tristes los inocentes.

Pocas veces reprocharon
Que yo recuerde mis hechos.
¡El niño!... fue siempre la excusa.

Con orgullo sostenía en sus manos el arma
Aquel niño a quien perdonaron la vida
En la creencia que los animales
Menos derecho tienen a la vida.

Y las almas
Puras y blancas de los patitos
En su agonía no entendían aquella suerte.
El cascarón siendo oscuro es vida
Con sus luces, la vida, conduce a la muerte.

Un día como tantas veces, repetí con saña el delito.
Con sus cerrados ojitos y frío el piquito
Inerte estaba el cuerpo de un patito.
¿Qué pasó?¡No sé! Pero bajé la tez
Me arrodillé avergonzado.
No sé si recé
Pero una lágrima de arrepentimiento
Rodó cobardemente.

Frente a la cruz de palo sobre su tumba
Los minutos fueron eternos.

Culpa y arrepentimiento
Hicieron mella en mi corazón de niño.


Del libro: Un Mañana Hoy





CUANDO LLORA EL MAR




Se despeina tu nombre cuando llora el mar
Y ya no soy yo mismo.
Soy el mar y en mi seno eres tú la ola

Mi rebeldía es de niño-juguetona-
Y mi amor una flor dormida en la arena.

Vivo
Vives
Vivimos
Cada vez que te derramas como el río
En un hilo
A mi simiente, a mi esencia.

Si no te nombro siéntete dichosa.
Hay sueños prisioneros
Y nunca han de alzar el vuelo otros
Que retoñaron en el desierto.

Ningún sueño se te parece
Porque las llaves de mi alma te pertenecen:
¡Hoy! ¡mañana! Y ¡siempre!... ¡siempre!...

Del libro: Un Mañana Hoy






EN TU MEMORIA



No hay mejor lugar para caer muerto
Que en tu memoria.

Con los años no apelaré inútilmente
A que me quieras como antes.

Los años juntos, han sido suficientes
Para beber y gozar las esencias de la vida.

Debes saber que todo lo que somos carga
Irremediablemente la condena del sueño eterno.

Yo quisiera que esta nuestra unión no acabara
Te amo demasiado para echarte de menos.

Pero ¿qué puedo hacer?¡caerá la tierra oscura
Borrando sin piedad para siempre mi figura y mi
Nombre.

Es imposible frenar este proceso.
No has de escuchar
Pero a último momento diré: ¡He amado, voy en paz!

Pero me pesa pensar que un día me olvidarás.
Tú sabes que yo no merezco un final tan trágico.

Mejor, deja que tu memoria sea mi tumba. Así
Ni la tierra ni el recuerdo ni el olvido te apartarán
De mí.


De libro: Un Mañana Hoy

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