jueves, 8 de abril de 2010

poemas de ana ferrufino

Ana Ferrufino, joven poeta salvadoreña







ES MENTIRA QUE SOY POETA






¡Es mentira que soy poeta, es mentira!
Lo real es la pasión que me involucra en la palabra,
Sola se escribe la misma poesía
en el aire, en la noche, en el alma.
Y quienes escribimos llegamos con la luz del día,
a recoger estrellas y a transportarlas a las páginas.







SILENCIO
7 de marzo de 04





La calma es absoluta.
Un torbellino efímero se embrolla con la luna,
nada se agita, nada se aleja del puro sentimiento.
El corazón es una estatua de estallidos febriles,
Mientras; la caverna moral, el atrio por donde se asoma el asombro.
En esta noche, vegeta lo impredecible: la totalidad indestructible
Y ronca la pausa en el ensueño donde arde el momento.
En el silencio, vive la campiña que no concluye en ningún atisbo…
Suspira el suspiro,
respira el respiro,
ama el amor.
La vida coexiste en un prodigio cuando el alma se eleva hacia la diáfana niebla, hacia el refugio olvidado… la blanca tela del infinito.
En el silencio, la alquimia del sauce intrínseco libera sus brotes.
En el silencio, el pensar esta desnudo y la existencia es un grito.







Viernes 20.





Mañana de Febrero del 2009. Se congela el viento. Tus ojos vuelven. Tus ojos me miran fijamente. Tu lengua es una flor encendida que galopa entre mis labios. La nostalgia tiene cara de afrodita y me calienta la cabeza, las vísceras… el corazón. Calles que ya no veo pero que camino entre letras, manos que no siento por quedarse como tatuaje caballero. Mis nervios son relojes que calculan la hora interminable, el tiempo una chatarra que se estruja en nombre de eternidades. Tú vos me llama. Tu voz me llama hacía un rumbo inexistente. Un pequeño trozo de sangre coagulada se anula a si mismo con golpes extendidos que se tornan lunas de nada. Tu lengua lame mis heridas pero tus ojos son cuchillos que me escupen. Sentimientos polvorientos. Libros que se queman. Nada de esto será igual. Nada traerá tu perfume y letras. Me calcino a mi misma cuando cicatrizo tu nombre. Ni la lluvia puede apagar lo que encendiste con música. En mi sangre trascurres taciturno y extranjero, viajas encima de un barco sobre los mares de mis venas. Te mataré una vez más con un soplo de girasoles sonrientes para encontrar mi propio funeral. Y poderte decir mis más subterráneos deseos con amorosos besos y lágrimas. Siempre fuiste mi espejo quiero decir que para verme tenía que mirarte.








Palabras sin orden más que el de ser.
4- Nov. 2009





Dulce caos, abrígame, destrúyeme para perderme en mí misma.
Sácame la lengua y jálame el pelo, como si fuera la primera vez que me mirás a los ojos.
¡Que esta intensidad se convierta en agua, en océano fogoso y divino, mi guacal más grande donde me baño sonriente!
¡Que estas aguas traguen mis ansias de amarme, de sostener mi brazo en una cara-flor, en una libélula de estrella!
Mis noches son días, entre almohadones mustios o dorados donde alguna vez grité agudamente mi nombre; y como siempre por ser nunca, el sonido me habló en éste oído antiguo haciéndome el amor en forma de arrullo.
Ser, sentido, palabras de nada, fantasmas de miel; quiero un beso de la noche, morir en un instante de respiración hambrienta, acabarme el amor de un trago, todo el amor del mundo en un soplo de mis letras, corromper las estructuras, lo definido, para ser un fragmento pleno y vivo por la extrañeza de la unidad más junta, pieza de mujer con olor a sal enrojecida como caracola exótica en la orilla de la mesa acuática.
Un retumbo agrieta mi voz… quizá mi divinidad resucitada que encuentro cuando me beso estas mis manos largas y flacas, las que imploran entre mis cejas o mis ojos centellados.
Ojos, mis más oscuros y sensibles olfatos que me rompen la realidad a cada paso, porque lo veo todo tan perfectamente creado por la nada y el todo; eso con quien platico de vez en cuando.
Abstracción de mi realidad despeinada, hermosamente rizada hasta las venas de la cabeza, donde no te descubren ni los piojos por ser tan íntimas, un teatro donde se baila con los sentimientos.
Sentido- pasión, madre- niña mía, solo mía, estrújame la sangre, no me sueltes en tu abrazo. Es que tal vez siempre comprenda a la madre tierra eructándome y lactándome. ¡Vómito del mundo, por lo que no es, por lo que falta, por lo que no se comprende!
Colocho, mi niño, mi amor… ¡No me soltés, quedáte en mi brazo para que pintés al universo con los tuyos, aplástame si lo querés, méteme color en la venas hasta destruirme y salir por mi laberinto de rosas color carmesí!
Sé que te voy a encontrar todo colorico porque nunca te pierdo en los acertijos tridimensionales, ni psicodélicos que te inventás; siempre estás aquí.
Escarlata, mi matiz más cálido y agresivo en la suavidad de mi piel… el sabor de lo que llevó en la lengua y que se mueve como serpiente entre tu boca.
Llanto en letras,
infinito arroyo que me lleva a ser paz.
No hay más; no me interesan las estructuras, ni el orden.
Dulce caos confrontándome, haciéndome el amor…
¡Porque soy!



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Ana Ferrufino, Nació en la ciudad de San Salvador, el 21 de mayo de 1982. Estudió la primaria y secundaria en la escuela católica Alberto Masferrer de Santa Tecla y Bachillerato en el colegio García Flamenco de San Salvador. Se graduó en estudios de comunicación social y escritura creativa en el 2002 y se licenció en el 2007 de Psicología, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
Actualmente trabaja en el área de psicología clínica, principalmente con mujeres y niños/as.
Ana ha cultivado la poesía desde lo 8 años; sus escritos son altamente personales e intensos, con un aire romántico y despiadado en donde son perceptibles las sensaciones de nostalgia, el misterio, la libertad, la ensoñación y cierta tragedia humana.
Participó en el año 2002 en los juegos florales de Cojutepeque y ha compartido de forma íntima sus escritos en recitales con artistas y amigos/as en lugares como la casa del escultor de Miguel Martino u otros. [Cortesía del poeta René Chacón]

miércoles, 7 de abril de 2010

poemas de david segundo montesino gonzález


David Segundo Montesino González, joven poeta salvadoreño








Puesto que era un verdadero padre de la patria
al fusilarlo no solo lo fusilaron a él
sino que también fusilaron al amor por Centroamérica.
Roque Dalton.





Tocando Puerto





Me acaricio los ojos cuando me ahogaba
y sintió como mis pasos rompían el viento
como si sudara el corazón con pudor y soledad
me trato de detener en contraviento.

Casi vulgar me habla mi capitán
critica mi ropa, cuando al mar nos entregamos
y mientras, señales en el muelle nos decían adiós
me gritaste que latía un nuevo corazón.

Yo mire las acuarelas mientras pasaba el tiempo
y mi angustia por haberte dejado me consumía
yo estar a tu lado quería.

Y estar aquí un par de años más
con el olor del pulpo con pescado frio
yo quisiera cantarte por ser mi ultima monotonía
y hablar de tu boca por que era un poco mágica, de eso estuve seguro.

Damisela te recuerdo recostada en una pared caliente
descansando mientras las hojas del balcón caen
sobre un otoño que murió por que no sabe como estar vivo.


Un poco de veneno, hirvió sobre las venas
mientras el barco a una tempestad se acerca
y hay un monstruo nuevo que con la lengua nos incita
a pecar frente a ellos y morir entre sus cadenas.

Amada mientras te acaricias el vestido,
búrlate de tus amantes que fueron cómicos y crueles,
aquellos que nunca pudieron dedicar rosas en sus poemas.

Un caliente reposo me espera, al ojo de la tormenta me aferro
estoy empezando a tragar agua y el tesoro nunca lo encontramos.






Naturaleza muerta







No malgastes la tierra, caminante avergonzado,
el sol que un día te quemo los poros, ahora te da una oportunidad de vivir.

Puede que surja algo nuevo e interesante en la cueva,
en lo lejos una cabra te espía, y estas tan inspirado que no puedes notarlo
el camino esta desierto, y no te atreves a hablar con el sol de nuevo
será que eres prófugo del universo, y no puedes regresar,
por que no sabes lo que buscabas, ni lo que encontraste.

Un pastor llama la naturaleza, como un árbol seco y sin alma
el rio le mintió y le susurro palabras de traición
no lo entiendes, aquí nos estamos muriendo
y a lo lejos de todo esta historia, ni los recuerdos van a importar.

No importa si la carne amanece embarrada de polvo
o si tus encías sangran tanto, que no puedes creer que la naturaleza es cruel
y si las nubes desaparecen y penetra una luz que no es sol,
sino estrellas viajeras que van llegando
y los mensajeros que no sirven de nada, tienen los ojos maravillados
y corren de angustia por los rojos caminos.

La madre selva no corre, ni esta asustada,
no pregunta, ni descansa,
caballos salvajes cubren el desierto, por fin llegaron a ser libres,
yo prometo vientos muy livianos, después del caos
una muy buena temperatura y un aire tierno donde ya no estaremos.






Reyes Magos?

Encendieron sus velas apagadas
y buscaron una razón para vivir,
sus pies sobrevolaron el suelo
y el cantar de su voz murió
por quien merecía el silencio.

Perturbados buscaron un paraíso
ya ilusionada su mente de ébano se encuentra
pobre de sus futuros atardeceres
su muerte y su sufrimiento inevitables.

Sin esperanza alguna en el camino
buscaron y encontraron un dios ajeno
que no es de todos pero es igual.
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David Segundo Montesino González. Nació en la ciudad de San Miguel, El Salvador, el día trece de febrero de 1992. Sus estudios de primaria y parte de la secundaria los realizó en el Liceo San Miguel, en la ciudad del mismo nombre. A los 11 años escribió su primer cuento infantil. Se interesa en la poesía desde la edad de 15 años con las obras clásicas del romanticismo europeo y estadounidense, el modernismo en las obras de Darío, y la poesía contemporánea comprometida de los poetas salvadoreños, especialmente Roque Dalton. A los 16 años comienza a escribir sus primeros poemas, actividad que ha mantenido realizando hasta el presente. En el año 2009 obtuvo el primer lugar en el “II Certamen de Poesía Conmemorativa a los Mártires de la UCA” de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, con su poema titulado: “Encomendados”. Actualmente estudia la Licenciatura en Filosofía de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. [Cortesía de René Chacón Linares]