viernes, 7 de junio de 2013

SOBRE LOS ORİGENES Y FORMACIÓN DE LAS “VANGUARDIAS LITERARIAS” EN EL SALVADOR, CENTROAMERICA”

Alfonso Velis Tobar, El Salvador-Canadá.




“ENTRE LA ENTREVISTA Y EL ENSAYO SOBRE LOS ORİGENES Y FORMACIÓN DE LAS “VANGUARDIAS LITERARIAS” EN EL SALVADOR, CENTROAMERICA”
                                                         CONVERSAN:
Alfonso Velis Tobar.
Poeta, ensayista e investigador.
Carleton University, MA.
Canadá.- El Salvador.
 Floriano Martins.
Poeta, Editor e Ensaista.
Dirige AGULHA Revista de Cultura,
Fortaleza, Brasil.
01FM/  Querido Alfonso, estoy preparando un libro, que reúne documentos y lectura crítica, acerca de los efectos de las “Vanguardias en Hispanoamérica.” Como sabes, las primeras décadas del siglo XX, fueron prodigas en movimientos de Vanguardia y en pocos años, comenzamos a celebrar el Centenario de cada una de ellas. Me parece oportuno preparar  un libro que funcione como un aporte enriquecedor del tema, sin olvidar ningún país, destacando la irrupción de los diversos movimientos, sus proclamas, manifiestos, polémicas, al mismo tiempo que reflexionar sobre su influjo en la tradición lírica y sus posibles efectos en los días actuales. Sin olvidar  tu hermoso país El Salvador, me parece oportuna tu participación, en este coloquio continental. Pienso que tu aporte será útil, enriquecedor, dando luces, imagen al tema planteado en este estudio.  ¿Cuál es el punto inicial de la vanguardia en tu país El Salvador? ¿Cómo era el  ambiente cultural entonces?  
    
    AVT/ Aquí en El Salvador, sucedió o surgió, ese punto inicial de las llamadas “Escuelas o movimientos de Vanguardia”. ¿Por qué, surgen como tales, dentro del ambiente cultural, social de entonces? ¿Cuáles rasgos de ellas, prevalecen dentro del proceso creador de nuestras letras o arte salvadoreños?  Primero, el concepto  “vanguardia”. El término “avant-garde” (“Vanguardia”) o “Ismos de Vanguardia”, aparecen en Francia, en los años de la Primera Guerra Mundial antes de 1920. El dramaturgo, Eugenio Ionesco (1909- 1994), escritor rumano, habla de los movimientos culturales de vanguardia; ponía ejemplos, una de las primeras vanguardias, surgió en el siglo XVIII, llega hasta acaloradas polémicas, entre los críticos de entonces. En aquellos tiempos como hoy, surgen, por las mismas contradicciones sociales, estéticas, culturales, políticas de la época. Todos conocemos la pugna entre el Romanticismo (¿Quién no lo fuera todavía?, se dice), considerado, como Vanguardia en su época, en oposición estética con el Realismo; pues se quería volver a dar imagen de lo real; sabido es, en cualesquier cultura, sin excepción de la nuestra, la salvadoreña,  en todas las épocas del mundo, siempre hay una literatura y un arte, (aunque el sistema sea hostil al espíritu creador), siempre hay algunos autores, andan en búsqueda de plantear en sus obras, por ejemplo, aquí en El Salvador, reflejos de la realidad nacional del momento histórico que se vive.[1]  
        Aquí en El Salvador, las vanguardias, como en cada uno de los países de Centroamerica. Surgen como fuerzas de choque, para decirlo así;  no olvidar que las crisis históricas, provocan un cambio, una ruptura, respondiendo a un florecimiento renovador. Fenómeno literario y artístico, que se vive por esa época en Centroamerica y desde 1920 a 1945 en Europa, entre las dos guerras mundiales. La vanguardia  europea, “manifestaba la problemática que había dejado la Primera Guerra mundial –según juicio de José Roberto Cea-  con la crisis de valores burgueses, puestos en evidencia por esa primera matanza de vidas a nivel industrial  y la angustia de ver cerca otra matanza de mayores proporciones” [2] Aquí en Centroamerica como en Europa (particularmente El Salvador),  nuestras corrientes de Vanguardia, reaccionan contra las normas ya caducas; contra los amoldados gustos estéticos, modernizar, no solo, significa, cambiar lo viejo por lo nuevo; en un sistema, sucede en el mismo proceso creador de la literatura y en el arte; en tiempos de la historia y en todas las realidades del mundo. Claro en lo literario, es la lucha constante por renovar (desde el tema mismo), hasta las expresiones del lenguaje y sus anhelos de romper estilos, metáforas, expresiones inventadas, trazos, formas, simetrías, sonidos, colores en el arte; estas corrientes vanguardistas, nacen, toman auge, luego decaen, son efímeras o siguen perviviendo en el espíritu de algunos creadores y en otras realidades que no son las nuestras.[3]  Es decir cuando también en un lugar, estos movimientos viven su apogeo, en otros lugares van entrando en decadencia, pues sus valores estéticos entran en crisis también, por las  mismas  contradicciones en las cuales se encuentran. Verbigracia aquí, en El Salvador en Centroamérica, poetas, escritores, pintores, músicos; no, nos hemos escapado, a las influencias de la “Vanguardia”, gustos estéticos difícil de sacudirse en el proceso creador en El Salvador;  tierra sufrida, que  tanto amo, sueño. Te digo Floriano, que me duele su historia de epopeyas, de luchas, de sangre, de tragedias y glorias. “Historia triste”, mi país, como dice un poeta de esta tierra.
          Estos tiempos actuales, exigen otras vanguardias renovadoras, necesarias, a erradicar la injusticia social, cambios en la infraestructura económica, para servicio comunitario; y desarrollo de fuentes de salud, educación, trabajo,  cultura, entidades productoras en bien del pueblo; de todos y para todos; salir de esta crisis de sistema obsoleto, es buscar otro mejor, más justo, más humano. Pero este sistema, que por herencia traemos desde el pasado histórico, desde la misma conquista y colonización española; y fue la “burguesía criolla”, la que se implanto, después que se independizo en 1821, quienes se apoderaron de nuestro país, el pueblo siguió lo mismo, sometido  hasta hoy; se acomodaron a un sistema semifeudal en provecho de sus intereses de clase, que sería en el futuro de hoy, la oligarquía, terrateniente, industrial, cafetalera, acapara todo, junto a otros consorcios inversionistas, “Business” (transnacionales). Las crisis sociales buscan, al igual que la naturaleza misma, renovarse; a otro mejor, en bienestar para todos; la fuerza del consumismo amarillista, cambia nuestro paisaje, los intereses creados del capitalismo, la historia misma, la lucha por la dignidad humana, la liberación nacional. Tenemos una literatura que refleja la realidad salvadoreña. Tiene que ver el gozo estético, visto como “una estética Extrema”, como lo califica Miguel Huezo Mixco, en su análisis expositivo de la cultura salvadoreña del siglo XX.[4] Acción de compromiso y acción revolucionaria, porque tiende a romper.  Por eso aquí, cabe la Crítica a la crítica de la historia, en relación al arte, la literatura, la cultura,  y sus  problemas; vistos desde una óptica sociológica materialista. Todo tiene relación con una historia no olvides.

02. FM/  ¿Cuándo esos movimientos de vanguardia surgen o decaen en El Salvador? 

AVT/  ¿Por qué surgen? ¿Cuáles quizás, prevalecen, dentro del proceso creador de nuestras letras o arte salvadoreños?  Sucede que en El Salvador, igual al resto de países de Centroamerica, el apogeo del “Modernismo”, siguió dejando huellas por los años de 1930, 1940.  Se trata aquí de caracterizar o cuestionar la cultura del país en las primeras décadas del siglo XX. Un crítico nuestro,  Juan Felipe Toruño(1898-1978),  nicaragüense, llega al país en 1923, desde su página de “Sábados de Diario Latino”, fue eficaz promotor de las letras por esos años, usa el término “Ultra modernismo” del que se hablaba en Europa,  lo aplica a nuestra literatura, como “Postmodernismo, y otros usan  dentro de la Crítica misma, conceptos como “Modernismo Decadente” [5]
          Román Mayorga Rivas, poeta periodista, funda y dirige el Suplemento Literario Dominical (1910-1911) de  “Diario del Salvador”, y durante la primera visita de Rubén Darío al país, había sido redactor de la famosa Revista de la Quincena, a la cabeza, Francisco Gavidia, Vicente Acosta, eran de los principales animadores. Habría que destacar en la segunda década de 1913-1926, miembros de una sola familia, conocidos como la Dinastía Meléndez Quiñones, con el fin de manejar a su antojo la economía, sometido al pueblo, usan métodos represivos y hacia 1922, ametrallaron una manifestación pacífica de mujeres. Algunos escritores progresistas y otras familias oligarcas, estaban en contra de aquella dictadura civil.
        Desde los inicios del Modernismo, un “maestro ejemplar”, como Francisco Gavidia (1863-1955) y su relación con Rubén Darío (1867-1916), en El Salvador desde 1882, por primera que lo visita, ambos, semilla del Modernismo, que floreció entre 1800 a 1930-1940, ya encontraba la oposición del las “Vanguardias”, que venían surgiendo desde Europa, más que todo en Francia. Nuestro país tampoco pudo sacudirse las vanguardias, así sucedió en Brasil, tu mágico, alegre, país danzante y Amazónico. Incluso, aquí en El Salvador, la poesía cristalina de Claudia Lars (1899-1974), insigne poeta de Nuestra América, con dejos postmodernistas todavía, es influenciada por corrientes de vanguardia.
         Pero en aquellos años 30s del siglo XX, ese “modernismo decadente” (me gusta más este concepto), pues ya no pegaba, pero todavía en la literatura salvadoreña, vibraba en la poética de Hugo Lindo (1917- 1985), Raúl Contreras (1896-1973), Vicente Rosales y Rosales (1894-1980), Ricardo Trigueros de León (1917-1965), Ricardo Martel Caminos (1919), Lilian Serpas (1905-1985), Julio Enrique Ávila (1892-¿?), Gilberto Gonzales y Contreras(1900-1954), Julio Enrique Ávila (1892-1968). Por esa época esos dejos, del modernismo se respiraba en poetas como Alberto Guerra Trigueros (1898-1950), tan solo oigamos: ¡Alma de tiempos idos! ¡Alma! / ! Alma llena de azul, alma serena! / del tiempo aquel en que corrió mi pena/ ¡tan mansamente como mi alegría! (La invocación a Lázaro).  Alberto Guerra Trigueros,  Poeta que en su filosofía estética que planteara, expresa  su dolor, ante la delicada situación de crisis de 1932,  la desintegración social,  económica en que vive la sociedad, la tragedia del pueblo, pedía desde la redacción del diario Patria [fundado con Alberto Masferrer (1868-1932)], que había que resistir, pero sin violencia. Una especie de “Resistencia pasiva” como la califica el compañero de mi generación Miguel Huezo Mixco, quien apunta, el mismo concepto de la trama novelesca de “Hombres contra muerte” de Miguel Ángel Espino, de esos años. Alberto Guerra Trigueros, místico[6], de un espíritu nacionalista liberal, impulsador de la cultura, con una diferencia personal de otros, un simpatizante de Sandino, también.      
        Pero Rubén Darío dejaba más adeptos, el caso más fehaciente, Raúl Contreras, su soneto “El Viaje inútil”, oigamos: “Pues todo era azul en la primer salida…/ Azul la embarcación, azul el puerto; / el corazón, hacia la luz abierto, / soñaba con la tierra prometida.” (El viaje Inútil) Palpable la influencia del bardo nicaragüense hasta en lo simbólico del color “Azul” de su gusto. Contreras, impregnado de los modernistas, se preocupo por embellecer el paisaje salvadoreño, abrió balnearios,  parques, los jardines en diferentes lugares, cuando ocupo la dirección de Turismo.
            Un poeta bohemio, de acento modernista,  cultivador  del verso en depuradas formas métricas,  de tonos liricos musicales, como lo exalta en su “Euterpologio politonal (1938), es Vicente Rosales y Rosales,  pocos poetas como él, de peculiar expresión dariana. Pero según la critica académica, su único poema de valor es: “Invierno”,  de su libro “El bosque de Apolo” (1929), aunque con sesgos de un modernismo agotado, pues lo que más predomina en su estilo, es una poesía sacralizada de un idealismo metafísico, pero “INVIERNO”, refleja ya un giro distinto, cierto humanismo abstracto con carácter socia
`l,  poema que en parte responde a los inicios de una nueva poesía , ya con leves reflejos del Vanguardismo y oigamos: “Brumoso el ideal, la carne inerte…/ Para otro dieron lana las vicuñas…/ En este invierno –macho de la muerte- /¡ Cuántos nos hemos de comer las uñas” ! tres meses de hospital a leche cruda / o terminar mendigo y en muletas./¡hoy esta noche dormirás desnuda/mientras se mueren de hambre los poetas!, Se cuentan casos extraordinarios/ de los que el frio flagelo siniestro;/ con estos casos se hacen hoy los diarios./ ¡Tal vez mañana se refiera el nuestro!”,  poema que según se dice, marca los primeros atisbos del vanguardismo en el país,  poema digno de una antología.  
          El caso del Dr. Hugo Lindo, poeta muy fino en la métrica, novelista, cuentista, diplomático. Muy estudioso de nuestra literatura, al colaborar en la investigación de la Historia literaria salvadoreña. Se va mas alla de la realidad, pues es de vertiente metafísica, a veces mesiánica, onírica, culta es su poesía, oigamos su “Católica biografía del dolor”: “Repítenos Moisés, tu lección primitiva. / ¿ Dinos como los pájaros, llamaradas del canto, / hacían el incendio musical de la aurora en el Edén.[7] Los mencionados poetas desarrollaron la mayor parte de su obra, en elucubraciones de conciencia conformista, reflejan su visión de mundo, nada estimulante al momento histórico que se vivía por esa época en el país, los años de 1930-40, en ellos no hay juicio crítico en su poesía. Claro “estimulante”, a “intereses creados”, personales, el compromiso oficial; ¡Sí!, intelectuales, amoldados a favor de un sistema injusto, egoísta. Sí, comprometidos con gobiernos militares fascistas, con oficios de Embajadores, Ministros, Representantes culturales de gobiernos oficiales, puestos burocráticos Internacionales. Como suele la conducta moral del poeta y es tu conciencia social la que decide y te juzgue; y es tu obra misma que hagas, te salve o te condene, tu proceder ante y por el pueblo, ese proceder de tu conducta moral, tus principios ideológicos, tu militancia por el pueblo,  como creador,  artista, escritor ligado a una clase, en favor de los pobres, en lucha por la justicia social y una nueva sociedad en constante liberación nacional.
       No olvidar estimado amigo Floriano, paralelo a éste (Postmodernismo) de 1920 en adelante, los críticos, hablan aquí en El Salvador, en el género narrativo, por esa época, del llamado “Regionalismo Costumbrista”, el mejor ejemplo, el escritor impresionista Arturo Ambrogi [8](1875-1936), por su pintoresco “Libro del trópico” (1907).  Ambrogi fotografía la escena campestre, la describe en todos sus detalles, es puro “Realismo costumbrista”, de estampas regionales. También se oye hablar del “Realismo social”, una culminación en este movimiento, en la narrativa es,  Salvador Salazar Arrué (1899-1975), su joya literaria: “Cuentos de Barro” (1933), publicado en 1933, en los inicios de la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez (1895-1968). “Salarrue”, como se le conoce, poeta, pintor de corrientes indigenistas, pinta la escena con esa manera del ser salvadoreño, su imaginación rescata, la fantasía humana, la inocencia, plantea  nuestra identidad cultural. Esa sombra del indigenismo se manifiesta también en pintores como José Mejía Vides. Es la época en que se habla de la “poesía pura”, el poeta José Valdés desde la ciudad de Santa Ana, es el vocero,  seguidor principal de ella, por los años 30s; y esto como parte ya de la historia.
          Pero viene otra oleada, ¡OJO!  Quienes marcan en forma más concreta la entrada del “VANGUARDISMO EN EL SALVADOR”,  entre 1930, aunque ya “Neruda y García Lorca estaban influyendo en el ambiente” (Toruño: 344). Esta nueva vertiente,  se concentra en un importante núcleo, el llamado “Grupo Seis.” Venimos hablando de 1930-1940. Estos poetas y narradores salvadoreños, que después de Inverno de Rosales y Rosales, son los precursores, que dan origen a las corrientes “Vanguardistas en El Salvador, destacan el caso del “poeta salvaje” Antonio Gamero (1915-1974), Pedro Geofroy Rivas (1908-1979), Oswaldo Escobar Velado (1919-1961), Cristóbal Humberto Ibarra(1920-1988), Carlos Lovato(1911-1999), Manuel Alonso Rodríguez (1916), Rafael Álvarez Monchez y su principal animadora, Matilde Elena López (1923-2010),  poeta y escritora, que ejerce, la docencia, el teatro y la crítica. Grupo que tienden a desprenderse de un “modernismo decadente”, a diferencia de los poetas metafísicos anteriores, quienes siempre estuvieron bien con Dios y con el medio acomodado que los halagaba. Estos Poetas y escritores,  voces nuevas, rebeldes,  agrupados en Asociaciones Antifascistas. Quieren literatura para el cambio, una poesía de protesta social de toques políticos de izquierda; tienden a romper en formas del lenguaje, temas,  imágenes, metáforas. “No en vano nuestra generación se había definido al presentar en sus inicios su proclama poética en el “Manifiesto de la poesía coral”. No en vano había surgido los grupos de vanguardia, como el grupo Seis, el comité de escritores antifascista, con voluntad de lucha y compromiso con el pueblo”, diría más tarde Matilde Elena López, en autocritica a esta generación de la época en mención.[9]  Se oye hablar de otros, del grupo, como Alfonso Morales (1919- ), Manuel Aguilar Chávez (1914-1957), José María Méndez (1916), Julio Fausto Fernández, Luis Gallegos Valdés, Ricardo Trigueros de León, Serafín Quiteño (1906-1987), Pilar Bolaños, Margot O’conor (después de Van Severen). José Luis Leiva, Renato Cifontes, Rodolfo Jiménez Larios, Francisco  Rodríguez  Infante. Y por entonces Lidia Nogales fue noticia en la poesía, de esa época de 1940, llama la atención, su grito quejumbroso, su lirismo agónico, su persona de anonimato, se atribuye a Raúl Contreras, como invento de ella, “Lidia Nogales”, es una incógnita, noticia, que causa alarde en la poesía de esos años.
           Pero de este mismo grupo, un poeta vanguardistas neto, es Antonio Gamero (1917-1974), rompe con el poema “Buscando tu saliva” que exclama: “En esta constelación de gritos y en este vaivén de olas humanas y difusas, / yo busco la corriente clara de tu saliva –ungüento iluminado de palabras y risas. / Me quito la camisa, el miedo y los zapatos/ y subo por escalas de aire y nada para asaltar y desflorar/ la desnuda verdad de la esperanza.”(“Buscando tu saliva”). Poema extraordinario de Antonio Gamero, marca rompimiento, atisbos “surrealistas” o “superrealistas.” Su poemario TNT (Trinitrotolueno), significa, ya un lenguaje poético personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo europeo. Publicado en 1943. Su titulo TNT escandalizó en su tiempo, obedece una comparación metafórica, con un químico explosivo; su poesía fue como una bomba, que explota ante las viejas formas estéticas del postmodernismo, al contradecir con sarcasmo, la sobriedad de una paz aparente y social de su tiempo; poeta que en el uso de su lenguaje hay crudeza en el hablar, seguidor de este movimiento, Antonio Gamero, es un poeta que denota palpables influencias de las corrientes vanguardistas que entran en El Salvador por esos años.
Pero sonaba la voz vibrante de Pedro Geofroy Rivas (exilado, vive en México un tiempo por causa de la dictadura militar),  quien sorprende con su canto, influido por Neruda y poetas del 27 de España. Al igual que Salarrue, buscan nuestra identidad nacional. Ambos son ya grito vanguardista con cierto lirismo, rescata el pasado prehispánico que nos pertenece (antropólogo social), sus cantos de “Los Nietos del Jaguar”, lo demuestran,  Geofroy Rivas, voz de protesta social, de izquierda,  que se ríe de sí mismo, como de los demás y del mal habido de otros: “Yo soy el que muere pisoteando retoños. / el que rompió el milagro. / el intruso de todas las palabras”…al mariguano que me ha oído discutir con los ángeles”.  Poeta franco, cuando habla, habla con ironía y sarcasmo a sí mismo, auto cuestiona su clase: “Pobrecito poeta que era yo/ burgués y bueno. / Espermatozoide de abogado con clientela. / Oruga de terrateniente con grandes cafetales y millares de esclavos / Embrión de gran señor, violador de mengalas y de morenas siervas campesinas.” [10]
      Pero estos son  poetas que destacan, su grito de protesta contra todo mal estado de cosas.  Otro que sobresale del Grupo SEIS, es Oswaldo Escobar Velado (1919-1961),  abogado y notario,  presa del alcoholismo, su poesía alude a una visión de búsqueda de una conciencia nacional, una conciencia social de patriotismo y lucha (aunque de una familia de literatos y de extracción burguesa), siempre fue un poeta rebelde con  el grito de los pobres, los títulos de sus libros lo reflejan desde su “Patria Exacta” (influido quizás por el canto general también.[11] Influido por Neruda, -según Felipe Toruño-, Escobar Velado escribió por ejemplo: “Que despierte el cura Cañas”, Neruda había escrito “Que despierte el Leñador”, solo ahí notemos los efectos de la influencia nerudiana. Pero es una nueva  poesía de vanguardia en El Salvador. Este poeta también sufre cárcel y exilio  alguna vez. Pero es poeta que acusa, denuncia, de fondo su religiosidad de cristiano militante a través de la poesía: “Este Cristo sangrante que mi mano señala/ se llama Centroamérica/ la piedra de su iglesia se levanta en Bolívar, / Morazán sostiene su bandera de siglos/ y en un coro de niños su mineral estatua / nos abre su esperanza.” (“Cristoamérica”, 1952) y oigamos unos versos más, rescata a personajes de nuestra historia nacional: “Moriré no hay duda, pero quedará mi grito/ como tambor sonando./ moriré y en mi muerto os invito/ a continuar gritando./ ayer decía, dije, que andaba la injusticia por el mundo como perro loco./ Pero hoy a que decir vale tan poco…/ ¿Verdad Luna Y Zapata?... ¿No es cierto Farabundo?/La justicia camina sin cesar y sabe/a quien ha de golpear eternamente.” (Moriré….Morirá) Quizás, Escobar Velado trajo una poesía revolucionaria de su época, aunque dicen las malas lenguas y la mía, que no es muy buena. Que Escobar Velado con todo lo rebelde que era con su poesía, dicen que en un tiempo  de apuros,  fue un tiempo asesor de la Guardia Nacional, esas son algunas contradicciones de practica ideológica, de conducta,  no acordes con su poesía, que le achacan su conducta moral como escritor y como sucede en tiempos actuales. En carta del 30 de Sept.1951, enviada a su persona,  desde Argentina por el Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias (1899-1973), le manifiesta: “Lo que de su poesía me atrae es la forma directa, inmediata. (…), nervio de una poemática futura, para nuestras tierras aun en lucha de reivindicación. El verso-dardo, el verso flecha-envenenada, el verso piedra de hondero apasionado. (…) Siga produciendo a lo vivo, sangre y espíritu, tierra y canto, que nuestra Centroamerica todavía tiene que decir al mundo.”  Su rebeldía  se apegaba a una práctica democrática que permitía por momentos el régimen opresor, de entonces, de que había cierta libertad de expresión un tanto disimulada.
       Entonces esos movimientos de vanguardia que se han dado,  surgen o decaen, en El Salvador; y también, ¿Por qué no decir? que prevalecen, somos una vanguardia nueva, no la evadimos, que nos manifestamos distinta a otras realidades; vanguardias, que surgen en sus propia atmosfera,  en relación a nuestros problemas históricos que enfrentamos. Los halitos de las vanguardias, siguen prevaleciendo en algunos aspectos en las expresiones, miren los dejos existencialistas y surrealistas que caracterizan la obra creadora de algunos poetas de ayer, de nosotros, hasta algunos jóvenes escritores contemporáneos de hoy; por lo menos,  en los usos del lenguaje, más que todo en la literatura, las generaciones de ayer y hoy que vivimos, contemporáneos, quienes debemos ante las crisis, romper, inventando otros géneros, estilos, átomos estéticos para el cambio, la realidad a través del aporte del lenguaje y de la imaginación con la literatura, reflejando la realidad hecha ficción y ficción de la realidad, valga la redundancia...
        Y en eso de tu pregunta, ¿Cuándo, esos movimientos de vanguardia surgen o decaen en El Salvador?  Creo, que ya hicimos un esbozo histórico en todos sus detalles.  Para mí, como crítico, es más fácil afirmar, cuándo surgen aquí en El Salvador las “Vanguardias”, que intentar adivinar o afirmar, cuándo ellas decaen aquí en El Salvador. Toruño, un crítico nuestro,  tácitamente afirma que en 1945. Estoy en desacuerdo total con él, y en qué se basa Toruño al afirmar; porque, recuérdese, el espíritu humano, la creación misma, no se puede parar en esa forma. No hay barreras de concreto al espíritu junto a la historia siempre se cuela, en “coladera”.  Los estilos algunos prevalecen en el espíritu creador por tiempos ilimitados. Lo cierto, que es deber preguntarnos, oír más opiniones de otros críticos acerca del tema que tratamos, no todos pensamos o planteamos igual las cosas, donde también en tu visión ideológica de conciencia social está implícita; incluso en este trabajo mismo, como crítico, como investigador humanista. Esta es mi opinión a tu encuesta.  Preguntarnos, si todavía algunas vanguardias prevalecen, y en qué sentido se dan hasta hoy, se dieron, aquí en El Salvador y Centroamerica, o siguen dejando sus huellas. De antemano, por ejemplo. Nosotros “tú” y “yo”, sabemos de los poetas antiguos,  modernos y contemporáneos,  aquellos “poeta problemas”, poetas de vanguardia que gustan, que nos han enseñado o influenciado algo en el espíritu creador. Para mi cada época son vanguardias, arte y literatura, pues las vanguardias se usan para romper,  combatir  lo absoleto, la injusticia de un sistema, para cambiar a mejores cosas. Desde mi punto de vista muy personal, pienso que las vanguardias no son un objeto lejano,  concepto de arqueología estética del pasado,  de estilos, características y formas propias; lo cierto que en el rompimiento, surgen corrientes estéticas que chocan,  pero hay una dominante que prevalece con el tiempo;  yo no sé. Hubo un tiempo, recuerdan,  que se regresa al clasicismo, durante la época renacentista, se buscaban nuevos valores para la vida humana y social; es lo mismo hoy. Espero amigo Floriano, que esto ilustre algo el propósito de tu pregunta.

FM/ ¿Cómo era el ambiente cultural de entonces en El Salvador por esos años? 
AVT/  Podría decirte estimado Floriano,  es necesario hacer historia con detalles, porque quiero, que tengas imágenes claras de la poética vanguardista en aquellos tiempos. ¿Cómo era el ambiente cultural de entonces en El Salvador?”  Quiero enfatizarte. Una dictadura militar imponía su aparato represivo por esa época, los 30 y los 40s en adelante. El Salvador no estaba exento de las repercusiones políticas, económicas de fuera y por dentro su crisis misma. No olvidar, hacia 1920, finaliza la revolución mejicana y su hecho influencia en esa época en la literatura de la revolución, los corridos mejicanos. Es época de cambios en el mundo, el Imperialismo busca reajustarse con la guerra a su favor, consolida más su hegemonía, influye la crisis del Capitalismo internacional de 1929, la bolsa de valores al suelo, las guerras mundiales, los problemas sociales y políticos en Centroamérica. Se vive el enfrentamiento del General Cesar Augusto Sandino, luchando por la Soberanía Nacional de Nicaragua, contra la intromisión de los “Mariner Yanquis” desde 1928. Aquí mismo en El Salvador, la crisis más profunda y más violenta; la caída del café en el precio internacional, recurso económico de primera mano, golpea los privilegios de la oligarquía industrial, terrateniente y la burguesía salvadoreña. Las contradicciones de clases nos conducen a un levantamiento popular, guerra de insurrección civil de seis meses desde enero de 1932. El Salvador con la voz del gran líder, símbolo de la revolución salvadoreña hasta hoy en la historia, héroe nacional Farabundo Martí (1899-1932) y otros, se lanzan en “sublevación popular” contra el tirano General Hernández Martínez (1898-1967), en 1932,  reprime el movimiento, casi 30,000 -según los críticos-, muertos masacrados (el etnocidio indígena del occidente del país más grande de América Latina), sofrenando la voz del pueblo, la democracia y la libertad, una dictadura de 13 años hasta su caída en 1944 en el país.[12]
          Y durante la dictadura el “ambiente cultural” de aquel entonces, se manifiesta apegado al ambiente político del régimen. No hay libertad de expresión, no hay una institución de la cultura,  se dará un poco después que se funde Bellas Artes, todo es censurado y algunos literatos al servicio del dictador, seguidores del oficialismo partidista de “Pro-Patria”. Pero hay una conducta moral en Salarrue con su “Carta a los Patriotas” alude a la lucha y los elogios heroicos de  Farabundo Martí y su rechazo a la matanza, su ironía en algunos de sus cuentos. Se proliferaron las salas de cine, los Circos, los “payasos”, las fiestas populares, como espectáculos populares, de entretención, de masa, se trata de tener al pueblo absorbido en una vida popular. Una cosa muy peculiar en la administración del Dictador,  decreta la “Ley Moratoria”, para sufragar en parte la crisis. Crea el Banco Central de Reserva y créditos agrícolas como incentivos a la producción. Se publican las obras de Alberto Masferrer, su “Mínimum Vital”. Esas y posteriores décadas, se exhiben películas al público, películas de las épocas del siglo de oro mexicano, películas gringas mostrando sus paraísos,  despertando el sueño americano; filmes con espíritu nacionalista para desvirtuar la imagen dolorosa de la reciente tragedia de sangre que acababa de pasar. Circula por entonces la “Revista oficial Amatl”, patrocinada por la Secretaria de Instrucción Pública.  La Dictadura centraliza la prensa escrita, funda el “Diario Nuevo” en 1933, dirección de Francisco Espinosa y circula “La Republica”, un agregado del “Diario Oficial”. El Dr. Rafael Lara Martínez, extraordinario investigador afirma que, “indigenismo en pintura y regionalismo en literatura constituyen dos pilares sólidos que sostienen la política cultural del martinato”[13], yo diría también “indigenismo en Literatura”,  por el costumbrismo indigenista, las estampas que se dan con el  realismo social de Salarrué,  fiel exponente de este movimiento y circula también una poesía de sentimiento lirico en voces femeninas, como Lilian Serpas (1905-1985). Así como un  indigenismo costumbrista, se refleja en la pintura de José Mejía Vides.
       El marco histórico en que estos poetas y artistas realizan su obra, el país nuestro y el mundo entero, enfrentaban en ese momento, los problemas de las dos guerras mundiales. Para entonces, aquí en El Salvador en Latinoamérica, vivíamos los resabios de la tragedia social; repito, el dictador Martínez, reprimía con sangre, exilio, cárcel, fusilamiento, los sectores revolucionarios del pueblo, que luchaban por los mayores anhelos de libertades democráticas; ya desde 1929, valga decir, el año en que se funda el Partido Comunista Salvadoreño, brazo de vanguardia proletaria, a la cabeza de Farabundo Martí (1893-1932), Miguel Mármol, Ismael Hernández y el mexicano Jorge Fernández Anaya y otros.  Pero aun contra esa falta de libertad de expresión, la Revista “Estrella Roja” del Partido Comunista y otras revistas y manifiestos universitarios, políticos, culturales,  circulaban clandestinamente. Por entonces, aquella situación o ambiente cultural, años de la dictadura, aquí en El Salvador, hay literatura censurada, la libertad de expresión censurada, sometida al capricho dictatorial, después de la represión, supuestos paradójicos, se incrementan toda clase de espectáculos artísticos, se presentan dramas de entretenimiento al público, como: Pero también los indios tienen corazón” y “Pájaros sin nido”, Martínez funda el Circuito de Teatro Nacionales,  por ello durante el martinato hay una “masificación de espectáculos teatrales.”, como expone, el joven critico Cañas-Dinarte en sus planteamientos.[14],  para aplacar, explicar y justificar los hechos acaecidos, dolorosos ante las acciones subversivas de los comunistas; según el dictador, los responsables de poseer esas ideas extrañas en la cabeza. Por lógica surge una literatura clandestina, anónima, por miedo a la represión, una cultura bajo ley marcial,  estados de sitio, tensiones políticas, los orejas como siempre, nadie podía transitar después de las nueve de la noche, prohibidas las reuniones de más de tres en las calles, una sociedad inmersa en el despotismo militar por la fuerza, un pueblo que se rebela contra un sistema injusto, opresor y de corte fascista; mientras que también, en la misma década de los 30s. 40s., como Franco en España entre 1936-1939 hasta 1975, Mussolini en Italia, y Martínez en El Salvador, censuraban toda literatura contraria a la política de la cultura oficial y “oficiosa”. Para conocimiento, el papel jugado por algunos escritores, de renombre, aquí en El Salvador. “Censores de Prensa” del dictador Martínez eran los bastante conocidos, escritores como Arturo Ambrogi,  el poeta Gilberto González y Contreras; el profesor Saúl Flores, Luis Escamilla, aportan en programas de Educación,  gozando de los patrocinios oficiales. Y aquí en Latinoamérica época de dictadores, como: Jorge Ubico en Guatemala, Martínez, Somoza en Nicaragua, Batista en Cuba, Carias Andino en Honduras, Duvalier en Haití,  Stroessner en Uruguay, más después Pinochet en Chile, guardianes militares del imperialismo Norteamericano. De quien tampoco El Salvador,  no se escapa de las garras de dominación, dependencia económica, penetración “Neo colonizadora”,  manejos de nuestros destinos como pueblo; insoportable el abuso de nuestra soberanía e identidad cultural que ejerce en nosotros como sociedad colonizada. Abuzan de la pureza del lenguaje, imponen el dólar, llevando más al pueblo, a la miseria, al hambre sin techo, salud, ni bienestar social. Nuestro entorno salvadoreño,  después de la guerra revolucionaria de los 80s, 90s., la realidad salvadoreña de nuestros ojos, refleja una aparente realidad virtual de progreso, una falsa imagen de progreso modernista; sofisticado, no extrañan escaleras eléctricas,  luces, rótulos de colores en inglés,  que cambian la imagen de las cosas,  publicitan la realidad del consumismo importado, entre el caos, el pánico social; entre las maras que acechan en una esquina a un pobre cristiano, las drogas y el crimen organizado,  la corrupción de un gobierno oligárquico que siempre ha querido el poder, una falsa imagen “bonita” de progreso ante la mirada, supuesto desarrollo en ciertos sectores con rótulos fosforescentes, como una pequeña aldea de Nueva York,  pero que en realidad,  esa imagen solo demuestra el subdesarrollo mismo del atraso en que vivimos. Pues hay que descolonizar la conciencia, al mismo tiempo que se descoloniza la sociedad. Y esto amigo Floriano, pareciera que me saliera del tema, de nuestra platica, pero no, es parte de esta realidad, las relaciones sociales, culturales, económicas, ante los ojos de la historia misma que vivimos, no son ignoradas por el oficio de la literatura y el arte como una forma de nuestra conciencia social.
       Pero hay que ser objetivos, optimistas y no fatalistas, porque en este escenario, con los ojos del presente 2013, que vivimos; después de tantas luchas y fraudes de gobiernos demagógicos y militares de corte fascista, de años anteriores a la guerra, que vinieron oprimiendo, callando con sangre y muerte al pueblo.  Y todos esos hechos no los ignora la literatura, porque no es indiferente a los problemas nacionales. Gobiernos represivos, Irrespetando los derechos humanos, que nos llevaron a una guerra revolucionaria, finalizada por los acuerdos de paz de 1992,  y si somos críticos, hasta el 2009, se pudo al fin ganar  el Gobierno Popular Revolucionario del FMLN, arrebatado con voluntad democrática, de las mismas manos de un gobierno, corrupto, neoliberal de carácter oligárquico (ARENA).  Se acerca otro periodo de contienda electoral para el 2014, valga decirlo. Por eso debemos a costa de todo,  mantener este gobierno revolucionario del FMLN, porque con el poder político en manos del pueblo; y aunque el poder económico en manos de la oligarquía, trata de bloquear y desestabilizar el gobierno revolucionario. Y confiando en los políticos honestos, es nuestra única esperanza que existe para ir haciendo otra patria mejor; y la posibilidad real, de implantar para el pueblo, leyes, reformas, programas y proyectos sociales, que sin duda favorecen a las grandes mayorías de nuestro país; un gobierno que permita avances en su modernización y eficiencia a favor del pueblo, incluyendo la protección al medio ambiente, programas, reformas, que erradiquen en parte la injusticia social en que se vive. Aunque a veces desconfiemos de la honestidad de los políticos, pues algunos que lucharon, como que perdieron ya su visión combativa de ayer,  en lucha contra sus enemigos de clase, en lucha contra el imperialismo, pues algunos compas, se volvieron por “a” o “b” razones otros acomodados, que ya invierten,  y perdieron su visión de clase, arribando a otra; donde ya están bien con su Dios y con su estomago; perdieron su sensibilidad de conciencia social a favor del pueblo. Es otra coyuntura,  pero no hay que caer en la miopía, volverse elitistas, sectarios dentro de la lucha revolucionaria. Aunque hay políticos, artistas, escritores y poetas honestos, que debemos seguir, mantener una moral combativa de “vanguardia” (valga el concepto mismo que explicamos), necesitamos políticos de vanguardia, una literatura de vanguardia,  un arte de vanguardia, los guerreros dicen “vamos a la vanguardia”. Debemos estar alertas y  apoyar los designios del gobierno del FMLN  a favor del pueblo y alertas  a las maniobras del imperio para impedirlo, apoyando el sector  de sus intereses. Mantener este gobierno revolucionario del Frente Farabundo Martí, es tarea moral de todos, consciente de defenderlo históricamente, bien o mal se han cometido errores,  luego sentiremos al tiempo sus beneficios para el pueblo; eso gana adeptos al gobierno revolucionario, a engrandecer un partido, como el frente, encaminando el desarrollo social, económico, político y cultural  en beneficio de la felicidad,  la justicia social para todos los sectores populares; ir acorralando a la hegemonía elitista del poder económico,  que acapara con todo, nacionalizar nuestros recursos en favor del pueblo,  socializar poco a poco nuestro sistema en beneficio de todos y por todos, sin diferencias de clases antagónicas. Hay que jugárselas como a los tres mosqueteros en la historia. Uno para todos y todos para uno. Esto es una especie de recuento, más o menos,  de cómo era, es, el  ambiente cultural, también te planteo lo político, la situación económica en crisis, durante  la dictadura de Martínez, con reflejos hasta hoy, antes y después de los sucesos revolucionarios de los 80s los 90s. Pero  en los 30s en adelante,  aquí eran momentos en que entraban las Vanguardias y si algunas decayeron otras prevalecen en cierto sentido,  espero querido Floriano que esto ilustre tu pregunta al tema planteado.

    03 F.M.| Los movimientos locales, ¿Estaban de acuerdo con las ideas de las Vanguardias Europeas correspondientes o acaso agregaban algo distinto?     
   AVT. / Creo que la repuesta anterior también contesta en parte esta pregunta. Porque las Vanguardias, como fuerzas de reacción estética ante los problemas internacionales y nacionales repercuten a través del espíritu mismo; aquí, por las mismas contradicciones de clase que vivimos; siempre ha habido,  estilos y formas en desacuerdo con la cultura dominante, cultura oligárquica, burguesa con sus propios gozos estéticos, como tú sabes; enfrentada a una cultura popular, una cultura proletaria, de empuje exige militancia; aquí siempre se ha dado una cultura de liberación nacional, con actitud antiimperialista. Una especie de cultura de la Resistencia, aguerrida  dentro de la lucha revolucionaria; pero no resistencia pasiva, sino en lucha constante, en alertas consignas de guerra “hasta vencer o morir”. El Salvador, no es una excepción en Centroamerica, por ello, surgen voces muy características, esta nueva vanguardia revolucionaria en Centroamerica busca desplazar lo absoleto de un sistema, que exige vivir en forma más humana, más civilizada,  para todos. La literatura no es sentimiento de algo inerte, ni muerto,  ni de hechos estancados, pues tiene vida creadora a través de un espíritu renovador. En la poesía se detecta más esta facultad. Por ello el arte y la literatura, que en realidad tienen un valor autentico, humano, aunque no presenta soluciones a los problemas nacionales, pero contribuyen a reflejar esa crisis, denuncian o protestan contra los males dictatoriales, la inconformidad social, contra todo aquel despotismo, sofrenando la libertad humana. Una sensibilidad nueva, por esa realidad de los 30-40 es la realidad de un mundo,  que se resquebraja frente a dos guerras mundiales, como sucede en las sociedades nuestras en el occidente de América. Aunque también, en nuestro medio las vanguardias buscan romper, incluso pueden, hasta cambiar las mismas tradiciones del medio en que surgen.  Aquí se dieron y siguen dándose en alguna medida, con efectos de otras constantes históricas y estéticas dentro de la realidad misma que vivimos y enfrentamos.
        Quiero decirte amigo Floriano, a mi modo de pensar, la Vanguardia que se plantea en los años 30s en Centroamerica, en  Hispanoamérica, se da en forma distinta, cómo se gesta en Europa. Aunque hay puntos de contacto con esas ideas estéticas a través del espíritu mismo. Caso particular aquí, en El Salvador  y en Nicaragua. Por ejemplo en Nicaragua, la vanguardia es distinta a la europea, que son otra realidad distinta a Nicaragua y  El Salvador, sucede lo mismo con los demás países de la región.  La Vanguardia literaria en El Salvador y Nicaragua, se proclaman en el sentido de “recobrar lo nacional ante el modernismo exótico”, planteado, llevado a un modernismo decadente, apogeo que había marcado Rubén Darío en su culminación de aquel movimiento cosmopolita desde América hasta Europa.
        Entonces  Nicaragua vivía la crisis política desde 1928 a 1932,  de un problema nacional, los yanquis habían invadido el territorio y cuando no pudo derrotar al Ejercito Defensor de la Soberanía de Nicaragua, comandado por el jefe guerrillero de Niquihomo, General Cesar Augusto Sandino(1895-1934), pues el espíritu antiimperialista de un patriota como Sandino, como Farabundo Martí en El Salvador que lucha a su lado, fungiendo como secretario en las Segovia, ( de Honduras colaboraba el escritor Froilán Turcios), todos habían influenciado en el espíritu también nacionalista del movimiento literario de vanguardia de esa época en Centroamerica. En Nicaragua se manifestaron, escritores como: José Coronel Urtecho (1906), Pablo Antonio Cuadra (1912), Luis Alberto Cabrales (1901), Manolo Cuadra (1908-1957), Octavio Rocha (1909) y Joaquín Pasos Arguello (1915-1947). Bruno Mongalo, Luis Castrillo y Joaquín Zavala. Manifestaron sus propósitos estéticos en su “Ligera Exposición y Proclama de la Anti-Academia Nicaragüense” (1930).  Fueron, quienes, impulsaron ese movimiento de vanguardia que influye en otros países, como lo afirma el crítico José Roberto Cea.[15] Nuestra vanguardia salvadoreña, también supo amoldarse a una conciencia creadora en relación a la historia. Pero debemos estar claros, estas obedecen a sus propios estadios geográficos donde se dan, pero la vanguardia nuestra obedece a problemas propios, nuestros, con retoques europeos. Decimos que la “Vanguardia Literaria en El Salvador, como en toda “Centroamérica”, surge en oposición al “Postmodernismo”, rechaza, manifiesta lo nuevo, surge en rebeldía contemporánea. Pero como digo un vanguardismo literario y artístico, con realismo social y crítico con brotes distintos de lo Europeo. También con la salvedad, que al cuestionar esas corrientes dadas sus características, debemos explicarlas en el contexto nuestro. Símbolos vanguardistas, dados por ese choque en relación de todos “Aquellos movimientos locales de toda índole, políticos o sociales.”  Nosotros los escritores y poetas, ¡No negamos, nos hemos visto influenciados por esos cánones culturales! Por esas corrientes del Existencialismo, el Surrealismo, Realismo mágico, Realismo Social, Realismo Crítico, Realismo socialista, la corriente del Absurdo y hasta el indigenismo que hemos profesado hasta hoy, así como de las corrientes sociológicas.  Corrientes desde los 30, los 40s, a nuevas expresiones de los poetas de 1950, hasta la  nuestra, la generación de los 70s. A la que yo pertenezco,  alcanzando las voces de los 80s. Siempre hemos estado en acuerdo y en desacuerdo con las modas foráneas que entran al medio, los alienados se ven absorbidos por ellas, modas del consumismo, pero las corrientes artísticas, vienen de otros medios, que agregan algo distinto a lo nuestro. Actualmente somos una Vanguardia nueva de nuestro tiempo y te lo explico así en detalles, siempre junto a la historia nuestra.





04-F.M/ ¿Qué relaciones mantenían estos mismos movimientos con las corrientes estéticas de los demás países hispanoamericanos?

     A.V.T/ En El Salvador hasta hoy se ven reminiscencias estilísticas en poesía vanguardista, pues es difícil sacudirse esas corrientes de la noche a la mañana como repito, los poetas nuestros de esos años, se vieron influenciados por poetas de mayor renombre de los demás países hispanoamericanos.  Desde los escritores de la generación del 27 en España: Alberti, Federico García Lorca, Antonio Machado, Miguel Hernández, y otros Hispanoamericanos,  poetas nuestros como: el peruano Cesar Vallejo (1898-1938), considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX en Latinoamérica.  Grandes influencias nos trajo el insigne poeta chileno Pablo Neruda (1934-1973), importante poeta del siglo XX en América;  como lo es posteriormente Roque Dalton en El Salvador, como la tienen otros países de Latinoamérica, poetas de militancias políticas a favor de los pobres; Neruda de actitudes anti-dictatoriales, miembro activo del Partido Comunista de Chile,  Premio Nobel de Literatura(1971). Quizás Neruda y Vallejo han sido los poetas de mayores influencias en las generaciones de 1940s y 1950s en adelante en la poesía salvadoreña de vanguardia en Centroamerica. Otros poetas que influyen en la época del siglo XX, el norteamericano Walt Whitman (1819-1892), expresión del llamado “Trascendentalismo” y el “Realismo filosófico”, poeta que influyó a poetas fuera de su país. Poetas como: Rubén Darío, Pablo Neruda, Coronel Urtecho, Ernesto Cardenal (del llamado “Exteriorismo”), los salvadoreños Oswaldo Escobar Velado, Geofroy Rivas, León Felipe en España y yo mismo de la generación de los 70s  me vi tocado por el canto sonoro de “Hojas de hierba” (Leaves of Grass) me deslumbró su poesía, su lenguaje torrente de rio, su estilo, todos hasta hoy nos vimos influenciados por Walt Whitman, creador del “versolibrismo”, cantor de la democracia norteamericana. Como también influenciados por  ese lenguaje de Henry Miller, John Dos Pasos, William Faulkner, Ernesto Hemingway, Toreau y Tenesse Williams,  y hasta los postulados de Emerson,  grandes valores  de la literatura norteamericana. Influyen los poetas llamados de la “Generación Perdida”, Proust y otros también.
       Otros grandes poetas que influenciaron en nosotros, el mejicano Octavio Paz (1914-1998), Premio Nobel de Literatura(1990 ), quizás entre los poetas hispanos más lucidos de todos los tiempos. Poeta Neo modernista en sus comienzos, pero fueron los poetas surrealistas, con quienes convive en Francia hacia el 1946 y 1947, los que más influyeron en su poesía conceptual, erudita, metafísica, “esotérica”,  pero en sus inicios anteriores destaca, en una poesía lirica, contemplativa de la realidad que lo circunda en su soledad contemporánea.
       En fin todos estos poetas en mención, [en momento alguno, se vieron influenciados por corrientes vanguardistas europeas y crearon sus propias concepciones, luego ellos mismos fueron influenciando a otros poetas nuestros, surge el “Creacionismo”, característico en el chileno Vicente Huidobro (1893-1948), en Hispanoamérica uno de los primeros poetas vanguardistas, “misión de crear e inventar nuevas realidades”. Entre 1920-1925, surge el “Estridentismo”, en México,  poetas como Manuel Maples Arce (1898), auspiciado por el llamado “Futurismo italiano.” Y el “Futurismo”, surge en 1909, cuando Tomasso Marinetti, publica en París su Manifiesto,  la imaginación futurista de Maiakovski, poeta ruso, escuela que proclama la ruptura artística del pasado y canta la invención de la era de las maquinas.[16] Otros vanguardismos, el llamado Pancalismo y Panedismo en Puerto Rico, con el poeta Luis Lorens Torres (1878-1944). El llamado Postumismo en Republica Dominicana, su precursor el poeta Domingo Moreno Jiménez (1894). Como “poesía social de corriente negra”,  se representa con Nicolás Guillen (1902) en Cuba y otros poetas del Caribe: Luis Pales Matos, Manuel del Cabral y Ramón Guiraes, sus tradiciones vienen de la cultura africana. Blaise Cendrars, Guillaume Apollinaire, publican en sus inicios obras de la llamada “Poesía Negra” en Francia, corriente que repercute en la música (“Jazz”) y en el teatro, como sintetiza el historiador Alfredo Veirave.[17] El llamado “Nadaísmo” de Gonzalo Arango. El llamado “Ultraísmo”, surge en España, su principal fundamentador Rafael Cansinos Assen hacia 1919, escuela que en Hispanoamérica profesa el argentino José Luis Borges, quien convive con poetas Ultraístas en España como: Guillermo de Torre, Gerardo Diego, Juan Larrea. El llamado “Imaginismo” que se da en Inglaterra, sin ignorar la llamada escuela critica del “Formalismo Ruso”, descubierta por ese movimiento de vanguardia de postguerra en Francia, que se llamara “Estructuralismo”,[18] además  instrumento de  teoría, de análisis y método de ver la literatura.
       En El Salvador, hacia 1940, escritores como Miguel Ángel Espino (1902-1967), publica “Trenes” (1940) y “Hombres contra la muerte” (1947), hay renovación del lenguaje, es ya “la visión social centroamericana”, dentro de una pasiva violencia en su trama social; pero ya, años antes, el autor había planteado sus posturas estéticas en su prologo a “Mitología de Cuscatlán”, publicado en 1919. Esas renovaciones estéticas, eran voces con ecos de la vanguardia que se estaba dando en la literatura de entonces con su propia visión de mundo en Centroamérica.  También se proliferan las Revistas  de vanguardia desde 1930 en El Salvador, como en Centroamérica, ya entrados en el siglo XX, surgen publicaciones al servicio de la cultura en la región. Desde la Revista “El “Repertorio Americano (1919- 1959), bajo la dirección de Joaquín García Monje, que expandió la corriente vanguardista en Centroamérica. Será Costa Rica, desde San José, el portavoz del vanguardismo a partir de 1919, hasta su supuesta extinción en 1958, que no estoy de acuerdo. La Revista “Centroamerica” (1909- 1921) en Guatemala.  En 1924 apareció en San José la “Revista Repertorio Centroamericano”, órgano del Consejo Superior Universitario Centroamericano. Tenemos conocimiento de las siguientes revistas salvadoreñas que han aparecido desde 1930: “Revista Mercurio” (1938 -1939), Arte, Letras, Ciencias, Industria, Comercio. “Revista  las Américas” (1943, 1945, 1946), “Brisas Nuevas” (1945, 1947), “Horizontes” (1945 1948). “Álbum” (1953), Revista de la Biblioteca Nacional, Anaqueles” (1948-1955), bajo dirección de Baudilio Torres, redactores Manuel José arce y Valladares,  Andrés Sánchez, Trigueros de León. Recuento de publicaciones importantes, según afirman los historiadores.[19]. Los temas campestres de índole social, regional, prevalecen en la narrativa de Ramón Gonzales Montalvo: “Las Tinajas”,  Edgardo Salgado con “Vidal Cruz” por esa época. Napoleón Rodríguez Ruiz: “Jaragua” (posteriormente) y Poetas y narradores, ensayistas, teatreros vanguardistas en Centroamerica.[20] Claro algunos de las generaciones de posteriores décadas, se verán también influenciados por los anhelos de la revolución cubana de 1959; se compenetran de los problemas políticos, dentro de su vanguardismo rebelde, ya profesan una militancia con visión revolucionaria. Por ejemplo en El Salvador, la vanguardia revolucionaria -para decirlo así, desde mi particular punto de vista- de los 70s cuando se da inicio a la lucha guerrillera en el país, surgen los grupos armados, en lo cultural el llamado Grupo la “Mazacuata”, “Francisco Díaz”, “Cinconegritos”, la “Cebolla Purpura”,  hasta los grupos de hoy que se dieron dentro de la etapa de la revolución salvadoreña y nicaragüense; literatura de militancia (no todos), con la gesta del Che en nuestro grito, una literatura de participación liberadora, dando testimonio de la realidad nacional en Centroamerica.  El caso palpable de poetas que tienden al cambio, como Ernesto Cardenal y el salvadoreño Roque Dalton y otros posteriores, influyen en muchos jóvenes de nosotros de la década de los 70s en adelante, y en su poesía flota de fondo esa expresión de elementos vanguardistas. El sacerdote trapense Ernesto Cardenal, discípulo de Thomas Merton, responde a esos poetas Post-vanguardistas, con un sentido religioso, teología de liberación, como lo demostró Camilo Torres,  después Monseñor Oscar Arnulfo Romero (1917-1980), Rutilio Grande, los valientes jesuitas de la UCA, sacrificados por la oligarquía y sus asesinos militares en 1989, Monseñor  Romero, “voz de los sin voz”, profeta de los pobres; responden a esa situación de crisis,  donde flotando anda la poesía inmediata en la protesta social, política de militancia, poesía de liberación nacional. Porque otro tipo de vanguardia, es el llamado  “Exteriorismo”,  Cardenal es el principal seguidor, como cristiano revolucionario, en el caso de la Vanguardia en Nicaragua. Entre otros de sus compañeros de generación se destacan Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Mejía Sánchez (1923-), José Coronel Urtecho, con una precisión formal en el lenguaje, que lo caracterizan, a diferencia de la poética expresiva de Carlos Martínez Rivas (1924-), con su visión interior personal e intimista de la realidad.
          Aquí en El Salvador sucede lo mismo con los primeros poetas de vanguardia antes explicados. Las vanguardias en Hispanoamérica, según cada país, toman un cauce propio, identifican problemas históricos distintos, movimientos que ya en Europa pasaban de moda, aquí entran en auge como fenómeno social,  surgían en otras zonas de América, Centroamerica, El Salvador, con sus efectos de estilos de expresión propia y formas creadoras muy diferentes en problemas históricos distintos. Por ello debemos, esas corrientes, dadas sus características culturales en el proceso literario y artístico, debemos explicarlos en nuestras propias realidades sociales; presentando su visión de mundo. Con este recorrido vemos cuales corrientes estéticas se relacionan, se entremezclan,  hasta hoy a través de las influencias del espíritu creador en El Salvador, Centroamérica y en relación cultural de los demás países de Hispanoamérica y Europa, esto como punto de vista muy personal.



05 FM| ¿Qué aportes significativos de las vanguardias fueron incorporados a la tradición lírica y cuáles son sus efectos en los días de hoy?
         AVT/ Pero digamos que los vanguardismos literarios aquí en El Salvador, han tenido según las generaciones hasta hoy, rasgos de esos “ismos” como, el surrealismo, el existencialismo, el exteriorismo, más que todo en la poética, la narrativa, también ha prevalecido esa vanguardia del realismo crítico, del realismo social, o realismo socialista y del “Absurdo”, y en el fondo cierta tradición lirica en el lenguaje. Como en los poetas de la llamada “Generación Comprometida” (1950), rompen, protestan enérgicamente. El poeta y crítico nicaragüense Juan Felipe Toruño, director de la pagina “Sábados del Diario Latino”, dio a conocer escritos desde la generación del 40, Grupo Seis. Publico textos,  juicios críticos, polémicos de choque con las generaciones anteriores, del “Grupo Octubre” de 1950, “El Circulo Literario Universitario” (1956), animado por Tirso Canales (1930), Ricardo Bogrand (1930- 2009), Álvaro Menéndez Desleal (1932- ), dramaturgo y narrador de corriente “existencial, del absurdo, influenciado por Borges en sus “Cuentos.”  Otro poeta Waldo Chávez Velasco, dramaturgo, poeta, después de profesar ideas de corte revolucionario, dio un viraje de 360 grados hacia la derecha reaccionaria, buscando acomodo en la burocracia oficial como intelectual utilizado. El poeta bohemio Orlando Fresedo (1932-1965), influenciados por poetas como Pablo Neruda. Poetas que ya muestran una expresión de corte social, temas que toman una forma de conciencia social, humanos en sus fundamentos estéticos, ideológicos. Con el tiempo, algunos, cambiaron en su pose moral que inspiraron años anteriores, comprometiéndose cómodamente con el sistema opresor, gozaron del acomodo, representantes de  la cultura oficial y oficiosa de su época.  A cambio de otras voces que toman una ideología política, que tampoco escapan a los dejos de un surrealismo, un vanguardismo, que presenta su poesía en general. Poesía combativa, de militancias políticas; el mejor ejemplo, lo tenemos en Roque Dalton (1935-1975), nuestro gran poeta revolucionario, en su proceso creador tuvo sus influencias vanguardistas, el admite, primero nerudianas, después surrealistas a lo André Bretón y  Cesar Vallejo, influye mucho en él, Nazin Himet, el poeta turco, una poesía conceptual a lo Jaques Prevert, lo demuestra en su extraordinario “Poema de amor” que dice así: “Los que ampliaron el Canal de Panamá/ (y fueron clasificados como “silver roll” y no como “gold roll”)/ los que repararon la flota del pacifico, / en las bases de California,/los que se pudrieron en las cárceles de Guatemala, México, Honduras y Nicaragua,/ por ladrones, por contrabandistas, por estafadores, por hambrientos,/ los siempre sospechosos de todo/ (“me permito remitirle al interfecto/ por esquinero sospechoso/ y con el agravante de ser salvadoreño”)/ los que llenaron los bares y los burdeles/ de todos los puertos y las capitales de la zona/ (“La Gruta Azul”, “El Calzoncito”, “Happyland”)/ los sembradores de maíz en plena selva extranjera,/ los reyes de la página roja/(…) los que fueron cosidos a balazos al cruzar la frontera/ los que murieron de paludismo/ o de las picadas de escorpión o la barba amarilla/ en el infierno de las bananeras/ los que lloraron borrachos por el himno nacional/los arrimados, los mendigos, los mariguaneros,/ los guanacos hijos de la gran puta,/ (…) los eternos indocumentados / los hacelotodo, los vendelotodo, los comelotodo, / los primeros en sacar el cuchillo,/ los tristes más tristes del mundo, / mis compatriotas / mis hermanos” [21], extraordinario poema que rompe y del poeta nacional Roque Dalton..   En cuanto a Roberto Cea, es otro poeta que milita, digamos  a través de la literatura, honesto, no se presta y en su lucha avasalladora, demuestra su indeclinable lealtad al hombre, -como dije una vez de la poesía de Alfonso Hernández-, demuestran una conducta moral revolucionaria hasta hoy en la poesía de Centroamérica; y es quien ha ganado más premios internacionales fuera de El Salvador.
       Otro de sus miembros  del Grupo Octubre, Ítalo López Vallecillos (1932-1986), historiador  del periodismo, dramaturgo, editor, uno de los creadores de la famosa Pájara Pinta, que trascendentalmente marca una etapa de oro en la literatura de los 50-70s y oigamos en voz de Ítalo: “Se ladrón de atardeceres. Guárdate las lluvias finas. / y en ocasión, esplendido, regala tu ternura. Destrúyete. / incéndiate. Vive la hora sin remordimientos.” (Ars Vivendi”, 1977). Manlio Argueta (1935), novelista y poeta exilado en Costa Rica, por un tiempo por la dictadura, su regreso después de la guerra. Consagrado novelista entre los mejores narradores de Latinoamérica. Se expresa sin temores: “Mi país, tierra de lagos, montañas y volcanes. / Pero no vengas a él,  mejor quedas en casa. / nada de mi país te gustará. / Los lirios no flotan sobre el agua.”(Postcard, 1967). Roberto Cea (1939), narrador, dramaturgo, ensayista, poeta de las tradiciones ancestrales, los mitos,  el uso del lenguaje mágico indigenista, urbano, existencial, y su viraje a la poesía coral, conceptual, amorosa, social y erótica: “Dicen las malas lenguas, y la mía, ¡por Dios!, que no es tan buena; / que Chicho Cuadra, se hacía remolino, azotaba las puertas/ y cruzaba sin miedo el cementerio” (Memoria de un vecino, 1968). Y en su poema “Crónica Salvadoreña”: “Nosotros aquí, en El Salvador,/ Hemos perdido el aire / Y a punto de estallar estamos./ Aquí, en El Salvador, hay que decir las cosas / A corazón partido y con cojones./Tantos han extraviado la palabra/ que a muchos nos rompe la nostalgia./ Aquí, en El Salvador/Entre vecinos./ y del prójimo hablamos,/por detrás, cuando ha dado la vuelta/(…) Es una mierda, este San Salvador, pero divino./ Aquí  ¡ hasta las piedras hablan, sufren, y se tiran abrazos!”  Cea grita con su verso  franco, irónico, sarcástico, otro hablador;  y  nos duele el país  El Salvador con su voz, aquí hay coraje y valentía para decir las cosas.
          En relación a tu pregunta Querido Floriano,  que si hay en nuestra literatura,  la incorporación de una “tradición lirica”, con elementos de vanguardia. Claro que si,  como vemos,  la corriente lirica, sigue reflejando sus huellas en torrentes, balbuceos, entre nosotros hasta hoy;  estos bardos del 50 para acá, con el antecedente de Francisco Díaz(1812-1845), asesinado; el poeta Miguel Álvarez Castro(1789,95-1856),  patriota entre la  Colonia y la independencia, seguidores de la lucha,  los exilios de Francisco Morazán(1792-1842), y  a lo largo del siglo XX, hasta hoy en día,  los  poetas que aparecen con una nueva actitud, hay una toma de conciencia social de participación liberadora. Como en el vanguardismo de ruptura formal de Roberto Armijo(1937-1997) , ensayista, dramaturgo, poeta con leves dejos del soneto modernista, con sentido de realismo crítico, social, tono conversacional, el poeta más lirico del grupo: “Cuatro años de penumbra cotidiana. / de presentir vivir, viviendo muerto. / de abrir el corazón, sentirlo yerto, / sin escuchar su musical campana” (soneto, 1957). Un poema suyo bellísimo es, aquel que empieza así: “Una vez más la patria me duele dentro de mí y me sufre/ (…) Mi madre no habría sido triste ni mi padre habría estado junto a su alcohol./(…) Pero fue en vano/ No soy lo que pude ser/ Soy más pequeño que una brizna más miserable que una hormiga.(…)/ Si hay poeta bueno en el sentido admirable de la palabra quien lo niega /  Soy yo pero la vida es así / Necesito la Mascara el puño la palabra  cruel  para sobrevivir/ Por eso sufro/ (…) / Es verdad en mi país la vida del poeta es una mierda/ Lloro de cólera al darme cuenta de que Alfonso gran poeta sacude los estantes  de libros/ Cuándo el poeta será un príncipe/ Un Dios /Por qué desde Platón se le relega / Por qué lo vuelven un Prometeo/ Un Cristo y a veces un Judas/ Un lavaplatos / Ay la edad de oro la Edad de los poetas / Todo será felicidad la alegría brotará en las flores / La patria no será una llaga pústula maligna.”  Poema lirico con otro tipo de lenguaje muy propio, poema que  Roque Dalton,  toma como bello epígrafe de su novela “Pobrecito poeta que era yo” (1994).  
          Uno, muy valioso, poeta representativo de esta generación es Alfonso Quijada Urias (1940), narrador, poeta de lenguaje surrealista, onírico, contemplativo, de miedos, entre sueños,  frustrados de una realidad mágica, de blasfemias prodigiosas,  de esperanzas y tragedias, pero de neurosis constante: “Todo viene de que uno es llorón y no se faja como los otros que nacieron rosaditos. / se aprende a no quedarse dormidos en la silla Luis XV, heredada de generación en generación (la silla y la costumbre). A no fiarse de quienes hablan de la torre de babel, conquistadores con una pipa francesa. / Aprendí a confiar en las malas palabras y esto cuando uno anda en los veinte y se cree un rambo y toma un trago a la salud de este país y del hermano sifilítico” (“Se suplica no llorar en casa”), poeta militante el mismo. El mismo Roque Dalton en una crítica hacia 1961 a “Los Estados Sobrenaturales.”(1961) dice: “Quijada Urias se ha colocado a la vanguardia de los jóvenes poetas salvadoreños, aportando una visión del mundo y del hombre, desenfadadamente contemporáneo, como quizás nadie antes en la poesía salvadoreña (…) su poesía tamizada por las culturas de la sociedad de consumo (que se vuelven pan de cada día con la transformación de los países centroamericanos en partes de un mercado común para la producción norteamericana) es un grito de alarma que pasa mucho más cerca de la gesta del Che que de la poesía de Ginberg” [22]  Las influencias de Quijada Urias, un poeta raro en su expresión, datan desde Dante, Apollinaire, Lautreamont, los llamados poetas malditos, Blake. Maiakovski (1893), Essenin, simbolistas como Rimbaud, Villon, Baudelaire, poesía de tono Kafkiano y de Joyce. Poetas como Quijada Urias, surgen del Circulo Literario Universitario, entre los 50s y los 60s., son poetas de vanguardia en este seguimiento histórico que llevamos, de rompimiento en la época contemporánea; no solo por la renovación en el uso del lenguaje, sino por sus giros estilísticos; el vanguardismo siempre está presente en su verso, en su teatro y narraciones, aunque los caracteriza, esa corriente de la llamada “Anti poesía” también, a lo Nicanor Parra o Quevedo. Poetas que dejan un eco de existencialismo a lo “Sartreano”,  con la visión de compromiso que Sartre plantea, a veces a lo Samuel Becket, influenciados en su teatro y narrativa del absurdo de Antonin Artoud; demiurgos, algunos instantes “nihilistas”, por lo general, de una expresión punzante, que tiende a lo testimonial de la literatura; como ficción de la realidad o la realidad que nos circunda hecha ficción; voces más apegadas a un lenguaje, urbano, coloquial y con halitos  liricos palpables.
       Y  no pecamos todavía al afirmar que esos dejos vanguardistas se dan, en poetas del llamado  grupo “Piedra y Siglo” (1967), con Rafael Mendoza (1943), Luis Melgar Brizuela(1945), Julio  Iraheta Santos( 1940), Ricardo Castrorrivas(1938), Ovidio Villafuerte(1938 ), Uriel Valencia(1940- ), Jorge Campos,  pero entre todos ellos, sobresale Chema Cuellar(1942-1980), voz testimonial de poeta militante, en “Acabo de partir de mí mismo”, rompe a lo Cesar Vallejo con “Trilce”, sus influencias, el mismo me lo dijo un día, la forma, la expresión vibran en una renovación  vanguardista en Latinoamérica; y se pronuncia contra ese formalismo del lenguaje. Cesar Vallejo influye en Chema Cuellar, hasta lo antigramatical de las normas en la escritura: “no soi Chema Cuellar/ ny soy amigo de nadie/ ny tuve una abuela paralytyca/ ny soi poeta/ ny ciudadano/ny nada/ me vale un pyto que nadie se acuerde de my/ me llevo a san salvador en el bolsillo”. Y entonces  Chema Cuellar, es poeta que responde a las escuelas de Vanguardia en algunos aspectos de su obra creadora, influenciado también por  las ideas marxistas, impulsada su poesía en un marco de lucha proletaria y liberadora.
        Y en otros extremos estéticos de conciencia social dentro de la vanguardia misma, la poesía de David Escobar Galindo (1943, se expresa con riqueza de lenguaje suyo muy personal: húndete en la ceniza, perra de hielo, /que te trague la noche, que te corrompa/ la oscuridad; nosotros, hombres de lagrimas, / maldecimos tu paso por nuestras horas. …por la sangre en el viento, no entre las venas/ donde nazcas, violencia, maldita seas. / (…) nunca seremos ojos llenos de vida, /sino que en lava inmunda vegetaremos, / (…) / Húndete en la ceniza, perra de hielo/que te trague la noche que te procrea; /por la sangre en el viento, no es su recinto, donde quiera que nazcas, ah dondequiera, /sin descanso de estirpes, años y mares, sin descanso, violencia, maldita seas”.  “Como perra de hielo”,   al cuestionar  su hacer, el poeta David Escobar Galindo, simboliza a su modo de pensar,  de sentir la lucha del pueblo, incluso en su poema “El verbo Patria”, lo recuerdo, el poeta  Dr. David Escobar Galindo, y en su duelo ceremonial y oración por la violencia, la maldice, desde su posición aristocrática, no la admite, quiere una violencia pasiva,  aunque la juzga desde su cómoda posición de Rector Universitario; pero que sepa, a nadie le gusta la violencia(aunque por alcanzar la paz se puede llegar a la violencia)  por irracional,  el dolor mismo, inhumano que produce; pero la violencia es dialéctica y justificada para la clase desposeída, que quiere un cambio; porque después de agotar los convenios más civilizados  del pueblo, del derecho humano; de aguantar tanto “pijaseyo” como decimos, en la jerga de la lucha, no hay más alternativa que la violencia misma, para alcanzar los sueños de la felicidad humana; hasta el mismo Monseñor Romero dijo un día en una de sus homilías,  que si la violencia era justa para alcanzar otra vida mejor, se acepta como derecho del pueblo, por buscar su propio destino, o alcanzar incluso,  las tragedias, los horrores y consecuencias sociales que trae una sangrienta guerra civil, que en todo derecho democrático, justifica con valentía y con dolor, la lucha organizada, capaz de asaltar hasta el mismo cielo. Una utopía de nuevos valores humanos, es la mera lucha de clases que vivimos todo el tiempo;  queriendo superar los estados de crisis, injustos para el pueblo en general. Y en eso debe el poeta que pronunciarse, pues no está exento de los problemas sociales. Uno no se puede ir en retorica lirica, lucida y perdida en diferentes torrentes de ríos del lenguaje con bellas piedras sonando en el camino, metáforas, que casi te saquen o ignores la realidad. La poética de Escobar Galindo, viene de la vertiente, que caracteriza a poetas como, Hugo Lindo, Vicente Rosales y Rosales de los que hablamos, con rasgos del poeta demiurgo, metafísico, lucido; cierto el poeta Escobar Galindo, suele cantar  líricamente el dolor  humano y social del pueblo, dolor existencial desde su propia visión de mundo, acomodada, creador que respira con decoro académico,  cruzando sus piernas lee plácidamente un libro de poesía, para enriquecer su expresión, refinada en cuidados formales, estilísticos,  y estéticos que sabe manejar con maestría; mientras tanto, en sus manos su “yogur”, su “lunch”,  a tiempo, atendido con esmero servicial de manera ritual. Quien ha publicado una extensa obra en poesía y narrativa, con su visión de mundo muy fiel, ¡claro! fiel  a sus intereses de  clase burguesa. Siempre considerado, el poeta nacional, símbolo de la oligarquía, ideólogo, representante oficial, David Escobar Galindo, antítesis moral y no es pedirle peras al olmo, frente a una diferente actitud consecuente, de militancia, de valentía, que caracteriza  la conducta moral  de poetas consecuentes como: Roque Dalton, Otto René Castillo, Huberto Alvarado, Obregón, Roberto Cea, Alfonso Quijada Urias,  Javier Heraud, Francisco Urondo, Mario Benedetti; ejemplos en Latinoamérica y otros jóvenes centroamericanos que supieron jugarse la vida: Alfonso Hernández, Leonel Rugamas, Carlos Fonseca Amador, Edwin Castro, José María Cuellar, Arquímedes CruzMauricio Vallejo Marroquín (1957-1980), Jaime Suarez (1950-1980), desde los 70s, 80s, 90s; actitud de militancia opuesta a los  otros extremos en que surge  David Escobar Galindo y sus seguidores. Como afirma el poeta combatiente Miguel Huezo Mixco: “Al igual que sus abuelos, los liberales del siglo XIX, (…)  El más conspicuo de estos es David Escobar Galindo, poeta, político de indiscutibles dotes, banquero, además el mismo” (Hueso Mixco: 31) Admito hay instantes de segundos, en que me gusta su poesía, me dejo con placer llevar de ella, de sus imágenes deslumbrantes, pero me pierde esa expresión y deseo volver a mi realidad, esta punzante realidad, deformada, aparente frente a mis ojos, que me arrebata el alma,  mis sentidos, y nervios; esta es la realidad que nos duele, verla, palparla y es dichoso estarla viendo en esta época histórica, y   juntos, y no  callarla nunca, aunque  se “parta la madre”,  ya tenemos una experiencia, en dolencias o esperanzas liberadoras. Mientras tanto el poeta  Escobar Galindo vive su vida existencial en el extraño mundo de su amanecer cotidiano.  
       Entonces pasando a otras cosas, sin perder el hilo que llevamos en la plática, estos cánones foráneos, es decir los movimientos de vanguardia, a la hora de un examen crítico de los mismos, no deben tomarse faltos de criterio, sino hemos de tratarlos conforme arreglo a esas experiencias literarias, de cómo se han venido manifestando históricamente en el momento preciso del quehacer cultural salvadoreño o centroamericano. Porque décadas después vinieron poetas y narradores que influenciaron, los escritores del BOOM dieron muchas luces al continente. Como: Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, Saramago, Cortázar, Carpentier, Lezama Lima, José Donoso, y hasta el mismo Vargas Llosa, genial como novelista y controversial en su posición ideológica de hoy. Brasileros como Drumond de Andrade, Manuel Bandeira, postmodernista, Montes d’ Oca, o surrealistas o el barroco contemporáneo de Lezama Lima (“Paradiso”) o Carpentier (“La consagración de la primavera”),  contagian sus influencias, hacen escuela. Y esto ha sido afirmado en sus coloquios, por un escritor que admiro mucho,  se trata de Don Antonio Cándido, maestro brasilero,  ¡mis respetos!  Por su agudeza de crítico y teórico de la literatura hispanoamericana de hoy y de quien uno aprende mucho, como su oyente.
      No está además afirmar que una corriente postvanguardista deja respiros llegados hasta el día de hoy. El mismo Roque Dalton, poeta de rompimiento, ha influenciado, no solo con su actitud, ejemplo de militancia, hasta nosotros la generación de los 70s. en su primera promoción, poetas desde el llamado Grupo de “La Mazacuata”: el poeta mártir Alfonso Hernández (1948-1988) Cdte “Gonzalo”,  Eduardo Sancho (1948), conocido “compa” dentro de las filas de la revolución como  Ferman Cienfuegos; Rigoberto Góngora, Salomón Rivera, Mauricio Marquina (1945), Reyes Gilberto Arévalo (1949-2012), Roberto Monterrosa (1945), Emiliano Androsky Flamenco (1947), Eduardo Rico, Felipe Minero. Por otro lado hacia los años 1974-75, surge la segunda promoción de los 70s. Poetas que responden a la vanguardia de una generación revolucionaria, buscan crear una literatura combativa, acusatoria, reflejo de la historia, de la realidad nacional salvadoreña, traemos las influencias de la revolución cubana. Y con algunos de las generaciones anteriores se presenta como una generación revolucionaria... Poetas como el poeta combatiente: Miguel Huezo Mixco (1954),), Delfy Gochez Fernández, Alfonso Velis Tobar (1949), quien escribe; es poesía de militancia, con sentido liberador. Dramaturgos y narradores como Miguel Ángel Chinchilla. Víctor Hugo  Mata Tobar (1945), Antonio Velis tobar, Alfonso Montoya, Horacio Castellanos Moya, narrador de formas atrevidas en el uso del lenguaje, rompe, su crítica a la revolución, a sus mismos líderes en su proceder moral dentro de la lucha armada. Somos promociones que llevamos rasgos vanguardistas. David Hernández, Roger Lindo, Nelson Brizuela, Ricardo Lindo, André Cruchaga por su labor cultural, Joaquín Meza, Mauricio Saballos, Carlos Santos, Roberto Quezada, Octavio Martínez, Salvador Juárez, Salvador Mariona, Heriberto Montano. Desde las promociones de los 80s, se oyen voces como el Grupo Xibalba: Otoniel Guevara,  Luis Alvarenga, Quinteros, Javier Alas,  Jorge Vargas Méndez, Carlos Bucio,  Caralva, otras como Lil  Milagro Ramírez,  Amada Libertad, que dieron hasta su vida. Se conocen las voces  peculiares de  Mextli Súchilt Mendoza, José Roberto Ramírez,  algunos poetas y artistas desaparecidos como Roberto Franco, con su militancia, intelectuales como Reynaldo Echevarría, y otros que escapan a mi memoria.  A la mayoría de poetas, los  caracteriza, un verso libre, con diferencias de estilos, temas, pero sobresale, lo “TESTIMONIAL” es  un común denominador de nuestra producción literaria; género que se impone. Esta vanguardia se da en nuestro medio centroamericano, que todavía prevalece hasta las generaciones de 1970-90 en algunos escritores. Encontrándose todavía hasta nosotros, dejos de un realismo social, testimonial, muy diferente a estos otros poetas de Postguerra de hoy, que surgen en los 90s, en la “Luna”, demiurgos, contemplativos, en un medio de postración social, de crisis, responden a otra constante histórica, testigos de la Firma de los Acuerdo de Paz en México, que ponían fin a una guerra civil de largos doce sangrientos años en el Salvador (1980-1992), ellos no vivieron la guerra en carne propia, y si oían hablar, eran unos niños, los poetas jóvenes de Postguerra: Susana Reyes(1971), Noé Lima(1971), Lya Ayala (1973), Jorge Galán(1973), Jennifer Valiente(1973) William Alfaro(1973) Carlos Clara (1974) Rainier Alfaro Bautista(1974), Elmer Menjivar(1974), Alfonso Fajardo(1975), Eleazar Rivera(1976), Osvaldo Hernández(1976), Luis Angulo Violantes(1977), Danilo Villalta(1979), Mauricio Vallejo Márquez(1979), Rafael Mendoza López(1979), Roxana Méndez(1979), Claudia Meyer(1980), Pablo Benítez(1980). Grupo “La Fragua”. Otras voces jóvenes, dramaturgos,  narradores,  artistas, teatreros comparten esta promoción de postguerra en El Salvador, como Juan Carlos Velis Paniagua (1973) autor y actor  de teatro y cine al salvadoreño canadiense de Windsor University. La mayoría, si bien es cierto una promoción, de una época de reconstrucción,  concertación nacional, tono diferente, presentan una realidad como sin futuro y de caos social en los 2000 en adelante de esta época contemporánea.  Así paso en México (1910-1920), España, después de la guerra civil (1936-1939), vino una narrativa de la revolución, una poesía contemplativa, existencialista, en medio de una desintegración social, miedos, como de esperanzas perdidas; después de la valentía de un pueblo de irse a una lucha armada, por buscar otros medios de felicidad humana, con futuros luminosos para todos; y una decena de poetas y artistas cayeron en combate o fueron secuestrados por los escuadrones de la muerte,  su   memoria es muerte heroica.  El Salvador, Guatemala y Nicaragua son espejo palpable en esta experiencia revolucionaria en Centroamérica. Todos sus poetas muertos. Esta vanguardia se da en nuestro medio centroamericano, en poesía, novela, cuento, teatro, diríamos que todavía prevalece. En quienes, incluso hay cierta tradición lirica en nuestra poética y estilos de un lenguaje (coloquial, popular, urbano), una literatura que refleja nuestra realidad y otra que la evade por sus gozos estéticos mismos que chocan en gustos de clase,  a partir de una visión sociológica materialista, nuestra literatura y arte de vanguardia de hoy  debe ser  como “espejo de su tiempo”, como pensaba Lenin al crear su teoría del reflejo, en su análisis de la obra de Tolstoi.

06-FM| Los documentos esenciales de las vanguardias, ¿se han recuperado?, ¿es posible tener acceso a ellos?
   AVT/  Claro éstos no solo se pueden recuperar, sino que explicar sus hallazgos desde las revistas y otras fuentes que permiten a los investigadores trazarse una imagen de cada momento dentro del proceso histórico de la literatura salvadoreña, centroamericana,  que reflejan dejos “Postvanguardistas” hasta el presente contemporáneo, otra  nueva Vanguardia digamos. Desde los grupos habidos, conocidos desde el pasado, se plantearon una visión de mundo, a través de sus “Manifiestos”, “Proclamas”, “Polémicas”, Revistas, Páginas Literarias y Dioramas de la Cultura. Ahora es mejor ver el pasado por cada uno de los creadores, juzgarse ellos mismos, si fueron consecuentes, capaces con lo que proclamaron. ¿Lo cumplieron o nó?, que se cuestionen ellos mismos; porque el tiempo mismo se encargó de írselos comiendo, como nos pasa a muchos.  Por ejemplo, el llamado Grupo “Piedra y Siglo”, publica su proclama en 1967,  todos se comprometían, una conducta moral a ejercer,  por un arte en beneficio del pueblo; y  por las clases más desposeídas, marginadas. Alguna de su poesía tiene vigencia en la actualidad. Algunos solo fueron retórica del diente al labio, en la práctica, se acomodaron en intereses personales, burocráticos, asesores juristas, publicistas, religiosos, lingüistas.  Otros de meritos académicos, el caso del Dr.  Luis Melgar Brizuela, su aporte de análisis crítico y preocupación por el rescate de la literatura, su amor a la poesía; Julio Iraheta Santos, poeta de militancia cristiana,  pan de Dios con la causa del pueblo.
    Pero es el poeta José  María  Cuellar, la “Piedra de toque”, único poeta militante del Partido Comunista. Ganador del Premio Internacional de Poesía, patrocinado por la Revista “Imagen” de Venezuela: “Poesía a lo largo del Camino” (1971), que culminaría sus “Crónicas de Infancia” (1971), publicado por el Ministerio de Educación, Mientras tanto también, nosotros  andamos simpatizando,  con las ideas del Che, de Farabundo Martí, Sandino, después Monseñor Romero, inspiran nuestra lucha revolucionaria por la liberación nacional, a partir de los 70s en adelante. Chema Cuellar, que surge entre los 67s en adelante, es poeta muy representativo de la vanguardia salvadoreña en Latinoamérica. No olvidemos, que la literatura,  cumple una función humana y social, sin importar, que ese mensaje creador, se vea colmado de otros estilos, formas y expresiones que tienen enraizado el tono vanguardista en todos los sentidos de la vida, supieron alcanzar un escenario propio de nuestra historia y de nuestro tiempo; supieron empollarse en diferentes extremos estéticos, desde una forma de conciencia social revolucionaria, o una forma de conciencia social, conservadora, neoliberal, reaccionaria, indiferente; en unos de ellos, escurridiza dentro del detritus del sistema de patria que respiramos, con el temor de profanar su nombre santo, vistos como conducta moral, algunos escritores y artistas nuestros. Desde el grupo de poetas agrupados a la llamada “Generación del 44”, que proclama su “Manifiesto de la poesía coral”, “Generación Comprometida” de 1950, El Grupo Octubre, el Circulo Literario Universitario de 1956, después “Oswaldo Escobar Velado”, Los Cinco (1967) con su proclama conocida en su prologo, el Taller Literario “Francisco Díaz” que impulsan Rafael Gochez Sosa, Montano, Salvador Mariona y Tirso Canales.  Revista Juez y Parte, animada por Pedro Cumas, Pepe Rodríguez Ruiz, Armando Herrera, Hildebrando Juárez. Se leen poemas del poeta obrero Cesar Ulises Masis, Rolando Elías, Alejandro Masis, Gilberto Santana, Daniel Eguizábal, de huellas liricas a través de las Páginas de la Prensa Gráfica “Arte y Letras” de Adela de Falkonio.  El “Circulo literario Francisco Gavidia”, con poco tiempo de vida, fundado por Chema Cuellar, Nelson Brizuela, Neftalí Cubias, Alfonso Velis Tobar en los 80s, desde la Universidad Nacional,  que tantas veces padeció la intervención del ejército fascista, todos pronunciamos planteamientos estéticos entre la década de los 70 a los 80s. la llamada “La Cebolla Purpura”, contribuyo en parte, criticamos, acusamos, se encarnaron los problemas nacionales, blasfemaron, pusieron el dedo en la llaga, pregonaron la justicia social. Ahora viendo hacia atrás que se juzgue cada uno su papel. Pueden conocerse esculcando la época de la famosa “Pájara Pinta” en El Salvador, se manifiestan por aquellos días,  labor de Roque Dalton,  premio Casa de las Américas con su poesía peculiar “La Taberna y Otros Lugares”(1969), rompe con su retorica verbal, conceptual; miembro del Consejo de Redacción de  la Revista CASA de las Américas de Cuba, donde residía exilado con su familia, desde la década de los 60 en adelante; publicación antiimperialista, que tanto ha contribuido al quehacer científico de la Literatura en Nuestra América. Otros Grupos de los 80s., en adelante Los “Cinconegritos”, poetas como: Joaquín Meza, Salvador Juárez, Julio Henríquez, Matilde Elena López en su primera época. Luego Alfonso Velis Tobar, Joaquín Meza, colaboran Rafael Mendoza,  Chinchilla, algunas veces Roberto Cea, en su segunda época hasta 1987 que se deja la existencia de los “Cinconegritos.”. Hubo algo muy grandioso en el grupo literario Cinconegritos, -cuestiona el poeta Salvador Juárez- y es el haber respondido decididamente ante la persecución, cárcel y amenazas que sufrimos algunos de sus miembros, demostrando de manera objetiva y unitaria la lealtad a los más altos ideales que inspiraba al colectivo y la solidaridad a favor de la vida e integridad humana, todo en aras del sacrificio por el pueblo en lucha. [23]  por otro lado en el tema que llevamos, todos tampoco escapamos a expresiones vanguardistas. La mayoría han tenido su grado de compromiso, lucharon con la poesía, contados con los dedos, se tomaron las armas,  militaron algunos; otros ni siquiera lo intentaron, lo digo ahora en neutro, hubo más de algún poeta que conozco, que solo miraba a escondidas pasar las manifestaciones, cuando íbamos gritando en ellas, no hay necesidad de lupa para ver quiénes siquiera colaboraban, dejaban pasar la vida digamos, y  a través de la practica literaria hubo alguna militancia; porque otros, en sus afanes burocráticos, acabaron drenando algunas veces el oficialismo que imperaba en manos de la oligarquía Arenera en su época del poder en sus manos, el sistema los absorbió, con su canto de sirena, contemplativos, huidizos  de la realidad aparente; otros en su frustrada soledad, saben cómo sobrevivir en este teatro de la vida, padeciendo sus dolamas, sus angustias,  quizás, escribiendo su poesía, sus memorias, pensando en la obra que impresione o en el premio nacional de cultura;  o dejaron de hacer literatura; porque una cosa les digo, no hay que dejarse absorber,  ni por el tiempo, ni por el sistema mismo,  que no te acomode; o mejor dicho,  que  mejor te incomode, cuando sabes que están mal las cosas; el tiempo te come, el tiempo llega a tu final un día, aunque sea trabajo de hormiguita, feliz dejando tus frutos, entre espinas olvidadas, luego seamos imagen y memoria histórica de una época legendaria del pasado.
  En El Salvador, en todo caso, quiero que sepas, amigo Floriano,  aquí, siempre se ha escrito por necesidad misma del espíritu, la poesía siempre ha sido una necesidad histórica, indispensable del alma (quienes la profesamos en su oficio, conducta moral) en que la realidad nos punza la conciencia,  manera de enraizarnos en esa utopía de la vida misma, las contradicciones, los grandes problemas del pueblo salvadoreño;  eso es un reflejo de nuestra literatura de Vanguardia, de nuestra cultura, enfrentada por los escritores, pintores, poetas, músicos,  escultores, artistas viviendo en todo sentido esta crisis de la que nunca salimos, pero ni con la lucidez de la poesía.  La poesía aquí ha encontrado su enemigo que la acecha, su enemigo de clase. Y hasta es un delito ser poeta en este país, cuando ella es un oficio, por el pueblo y la liberación integral. Hubo un tiempo. Te matan, te secuestran, te encarcelan, te desaparecían para siempre.
  Claro como te decía, que algunos de esos manifiestos, se pueden recuperar, dentro del marco histórico que planteamos, tus preguntas así, lo exigen desde 1930, 50s, 70s., los 2000 en adelante, podemos tener acceso yendo a desempolvar las bibliotecas, las Revistas, recientes páginas literarias como:  “La Golondrina”, “El Papo, Cosa Poética” y otras del pasado: Revista “Hoja”, “Taxtaluz”, Oswaldo Escobar Velado,  fundo “Gallo Gris”(1958-59) y “Radio Periódico Cultual Mediodía en la YSKL, ”, la “Tortuga emplumada”, La “Prensa Literaria Centroamericana”, “La Universidad”, Revista “Abra” de UCA, Editores, “Revista Cultura”, la pagina volante de Canoa Editores El Viaje. Revista “Síntesis”, “El Ateneo de El Salvador”, Revista Xibalva, Patria Exacta, Taller de Letras de la UCA, Revista de análisis sociológico y cultural de “ECA”, el periódico mensual, fundada por Alfonso Hernández El Pueblo, y colaboramos en la  Revista “Taller”, órganos de la Resistencia Nacional (1979),  “Insurrección Solitaria” del Diario clandestino “Guazapa”. Revista “Amate”, Revista “Códices”,  órgano cultural del Frente Farabundo Martí, y en nuestra investigación, se puede indagar más en otros estudios por separado, recopilaciones, sobre una literatura de guerra, es literatura de testimonio de la época histórica, según mis análisis en la literatura salvadoreña y eso es Vanguardia de nuestro tiempo, por estos lares del istmo centroamericano...
   Vivimos actualmente,  un espíritu  de otro tipo de vanguardia, obligada a dar “Testimonio”, de la realidad;  reflejo de los problemas de nuestro tiempo, aunque esta literatura de Testimonio,  existe desde el mismo conquistador Bernal Díaz del Castillo (1496-1580), lugarteniente del invasor genocida Pedro de Alvarado (-1541), conquistador en 1525 de Cuscatlán hoy El Salvador, desde un yo colectivo e individual, narra con veracidad amena la invasión, el sometimiento.[24]  La literatura de testimonio se afirma, casi como otro género en Centroamerica; a partir de los 60s, décadas de los 70s, “Miguel Mármol” de Roque Dalton es el caso más palpable del genero. Las narraciones testimoniales que han surgido, hablan de la opresión carcelaria del régimen en las narraciones de  ”Las Cárceles Clandestinas”, de Ana Guadalupe Martínez; “Nunca estuve sola” de Nidia Díaz, “El Salvador: Memoria Intacta” de María Cortina,  “Guazapa” del compa norteamericano Samuel Clemens. Las novelas testimoniales de Claribel Alegría, los cuentos de Jacinta Escudos,  libros testimoniales como El Mozote,  tragedia de genocidio que se narra, por una sobreviviente,  “las mil  y una historia de radio venceremos, clandestinas, increíbles salvadoreñas, apasionadas, apasionantes, de José Ignacio López Vigil. 1991; el mismo  libro “Del Ejercito Nacional al Ejercito Guerrillero”, del ex capitán Francisco Mena Sandoval en lucha a favor del pueblo. “Hay que Callarlo” (1988), de Paco Metzi: Las Veredas de la Audacia” de Ferman Cienfuegos(Eduardo Sancho). Todos somos son voces testimoniales, que tienen que ver con la historia; eso para mí, es literatura de Vanguardia, incluyendo la poesía, el teatro y la narrativa del momento; es literatura dentro de la guerra. Es parte de la denuncia al régimen. Los 80s, y los 90s., en los focos políticos de mayor tención revolucionaria en Centroamérica: Guatemala, El Salvador y Nicaragua, sin menospreciar a los demás países hermanos. Donde y cuando se produce, surge hasta hoy,  una literatura peculiar, de imaginación, de variantes características y estéticas extremas en Centroamerica. Como comprueban mis investigaciones, literatura que empieza a ser interesada como estudio por el canon académico universitario norteamericano. La literatura Testimonial se convierte en bastión de expresión, en oposición  a esa literatura decadente,  enfoca una literatura de lucha social, necesitamos en Latinoamérica, una literatura que refleje la realidad nacional, la salvadoreña, realidad que estamos viviendo en cada época de nuestra historia. Y la literatura y el arte no están exentos de nuestros problemas nacionales. Por ello diría que el testimonio se da como un movimiento de vanguardia revolucionaria de nuestro tiempo en El Salvador y Centroamérica, así como en México después de la revolución, me recuerda ese bello libro donde Jesusa Palancares, le cuenta de toda la revolución, recogida  desde sus labios por Elena Poniatosky, aquí tenemos de esa visión testimonial después de la guerra que finaliza en 1992.  Se impone como otro género, necesidad de contar desde un  “yo”, “nosotros”,  de “ellos”, el acontecer histórico, la insurgencia de la lucha armada, contar con lenguaje coloquial, popular. Algunas vanguardias, tal parecen, no terminan de decaer, el existencialismo, lo onírico,  la soledad, la angustia, la pesadilla de la utopía, lo absurdo que vivimos en la realidad misma, la inconformidad social, de una conciencia en rebeldía, que se niega a morir; dejos de estas corrientes vanguardistas, ¿no me van a negar?,  halitos, huellas,  que sentimos, hasta en las generaciones  de los jóvenes más recientes.
      No sé, si contesto en parte tu entrevista amigo Floriano, a veces me invade la retorica y quiero síntesis sin perderme dentro de la historia misma de la literatura. Tu entrevista se volvió ensayo, pues hay que romper en todo. ¡ Como ves en tus preguntas planteadas !  hay relación entre mis respuestas a veces,  las de unas, ayudan a las otras a unir cabos sueltos, por el orden mismo de tus preguntas. Espero que te satisfaga, menos  desilusionarte. Feliz de ayudarte, cuando tú quieras, desde mi tierra “guanaca” El Salvador (Cuscatlán, “Tierra de Preseas, Joyas y Collares”), desde aquí corazón de América. Y éxitos tesoneros por la Literatura Brasilera,  salud por tus poetas y escritores, artistas que tanto admiro,  y mucho optimismo en tus esfuerzos, de mantener tu Revista AGULHA de Cultura. A ti nuevo amigo, en que la poesía, nos ha encontrado en el camino de la vida. ¡Que ella te ilumine en tu labor literaria continental y amigo de siempre!
                           Bibliografía consultada

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Alfonsovelistobar@gmail.com / Coordinador, fundador, Taller Literario “Alfonso Hernández”,  poeta mártir de la revolución salvadoreña. Canadá, El Salvador, Centroamerica. Abril, 2013)


[1] - Véase de la Biblioteca Salvat Editores los “Movimientos de Vanguardia”, en lo dicho,  nos apoyamos en  Eugenie Ionesco (1912), dramaturgo, crítico entrevistado en el tema. Barcelona, 1973. Pág. 11.
[2]Véase de José Roberto Cea. Letras 3. Canoa Editores, 1988.,  Pág. 164.
[3]- Salvat: Op. cit. Pág. 11.

[4] - Consúltese de Miguel Huezo  Mixco. “La casa en llamas”. (La cultura salvadoreña en el siglo XX) Ediciones Arcoíris, San Salvador, El Salvador, 1996. Pág. 44.
[5] - Véase de Felipe Toruño. “Desarrollo Literario de El Salvador.” Ensayo. Primer Premio Republica de El Salvador. Certamen Nacional de Cultura, 1957. Departamento Editorial del Ministerio de Cultura. San Salvador, El Salvador CA., Pág. 280.
[6] - El Diario Patria se había opuesto antes a la dictadura civil de los Meléndez Quiñones (1911-1922) y en criticas y notas se cuestionaba, contra del poderío e intromisión de los EEUU en los asuntos salvadoreños, centroamericanos; por esos s años, los ánimos  admiran el espíritu nacionalista de Sandino en contra del  imperio y se volcaron a su causa. El Diario Patria fue propulsor del arte y la cultura de las letras en su tiempo. Huezo  Mixco. Óp. cit. Pág. 36.

[7] - Para algunas citas de fragmentos de poemas, hemos consultado “Antología de la poesía en El Salvador.”  Selección, prologo y notas de José Roberto Cea, Editorial Universitaria, El Salvador, 1971.
[8] - Véase del profesor Manuel Alba Bauzano  el “Diccionario Ilustrado de El Salvador”, dice que Ambrogi, según la crítica, es el  “gran escritor costumbrista al que se considera jefe e iniciador de la llamada escuela criolla de El Salvador”, 1968., p.8.
[9]-Véase de Matilde Elena López,  “Oswaldo Escobar Velado y la generación del 44” en “Estudios sobre poesía”, Dirección de Publicaciones, San Salvador, 1971.p. 312.
[10]Véase de  Pedro Geofroy Rivas: “Vida, pasión y muerte del anti hombre”, 1977.
[11] - Escobar Velado publicó: “Rebelión de la sangre” (escrito en colaboración de Carlos Lovato, en Guatemala en 1945), “Biografía de la sangre rebelde” (Premio Juegos Florales de Quezaltenango, 1951), “Poemas con los ojos cerrados” (1943), “Diez sonetos para 1000 y  más obreros” (1950), “Árbol de lucha y esperanza” (1951), “Cristoamérica” (1952, 1959), “Cubamérica” (1960). Según nos detalla José Roberto Cea, en su Selección y Presentación, a su libro antológico “Tierra azul donde el venado cruza” publicado por CONCULTURA, 1997.

[12]- Alastair White. El Salvador, UCA, editores, 1973., P.115)  
[13]- Dr. Lara Martínez, referido por  el investigador, Carlos Cañas-Dinarte en “Salar rué y sus amigos pintan un pequeño país: Las políticas culturales del martinato”(1931-1944)
[14]- Cañas-Dinarte. “Salarrué y sus amigos…”. Op. cit.
[15] - Véase de José Roberto Cea “Poesía-vanguardia.  Exteriorismo. José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal. La Vanguardia en Nicaragua”, los poetas citados, fueron, quienes firmaban esta PROCLAMA como los principales impulsores de este movimiento que se inicio por 1928. LETRAS III. Área 2. Canoa, editores. p.163, 164.
[16] -Ibídem, 265. 266,
[17] -Véase de Alfredo Veirave. “La literatura hispanoamericana”. Ed. Kapelusz, Buenos Aires, 1976., p. 265. 280.
[18] - véase  “Los vanguardismos, origen y evolución dentro de un marco histórico común”.  Salvat,  Op. cit., p. 24.
[19] - Véase de Boyd G. Carter. En “Historia de la Literatura Hispanoamericana a través de sus Revistas”. Ediciones, Andrea, México, 1968. Pág. 69.
[20] - José Coronel Urtecho ha sido un poeta de rompimiento, hasta en el uso del lenguaje, en Nicaragua, a nivel de Centroamérica, poetas como Ernesto Cardenal (1925), después ya en los 70s en adelante, jóvenes escritores militantes como Carlos Fonseca y Leonel Rugamos, Edwin Castro, Omar  Cabezas en Nicaragua. En Guatemala, poetas, ensayistas, teatreros, narradores, desde Miguel Ángel Asturias (1899-1974), Premio Nobel de Literatura (1968), Premio Lenin de la Paz (1967), por su realismo mágico y de corrientes míticas su obra;  Enrique Gómez Carrillo (1973-1927),  llamado “L’efant terrible” del Modernismo; Manuel Galich,  Otto René Castillo (1936-1967), Huberto Alvarado (1927-1975). Poetas ensayistas como Cardoza y Aragón, Carlos Solórzano, Severo Martínez Peláez (1930), Edelberto Torres Rivas (1933) y Roberto Díaz Castillo. En Honduras, tanto en poesía como en narrativa y teatro, escritores como: Roberto Sosa (1930-2012), Premio Poesía CASA de las Américas (1971), Galel Cárdenas(1945) Eduardo Bähr (1940), poetas militantes, José Adán Castelar (1941), José Luis Quezada (1948), Livio  Ramírez (1943), Tulio Gáleas (1942), Rigoberto Paredes(1948), José Gonzales (1953), Juan Ramón Saravia(1951), Julio Escoto (1944), Luis Andrés Zuniga (1875-1964), Francisco Salvador (1935), Marco Virgilio Carias (1935), Roberto Castillo (1950), Luis Filander Díaz Chávez.. Véase de José Roberto Cea “Poesía-vanguardia.  Exteriorismo. Principales impulsores de este movimiento que se inicio por 1928 en Centroamerica. . LETRAS III. Área 2. Canoa, Editores, 1988. Pág...163, 164

[21]- Véase  de Manlio Argueta, Selección, prologo y notas. “Poesía de El Salvador”,  Editorial Universitaria Centroamericana,  EDUCA,  Costa Rica, 1983.

[22] - Véase en la contraportada de “Los Estados Sobrenaturales”,  nota critica de Roque Dalton, Editorial Universitaria, El Salvador, 1961. 
[23]- Véase de Salvador Juárez. “Joaquin Meza y su trascendencia en la cultura popular salvadoreña” en “Real Diccionario de la Vulgar Lengua Guanaca” de Joaquin Antonio Meza Rodezno. 1a. Edic. San Salvador, Nekepu. Editores. 2008. Pág. 25.

[24] -Nos referimos a  “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz del Castillo. Escrita en la Colonia en Guatemala en 1560. 1ra. edic. 1632, Madrid. México, Edi. Porrúa, 1960.