jueves, 9 de junio de 2016

Poemas de Mario Zetino

Mario Zetino, El Salvador





Uno dice

Uno dice neblinas, sabe sueños,
oye luces lejanas desde mañanas verdes,
sabe cielos quemados hacia viento y caballos,
pronuncia mariposas de vidrio y lo que entiende,
lo que cree que entiende del país de su sombra
y lo poco que sabe y lo mucho que siente;
confundiendo palabras con relámpagos negros
que germinan y escapan y no dicen y queman,
que le queman la boca, las pupilas a uno,
que es uno y los que han sido y los que vienen
y no saben que uno no los sabe ni un poco,
aunque nazcan de uno y de sus muertes.

Uno surge huracanes con los dedos
cuando hay lluvia en el mundo y uno llueve.
Uno sabe que saben las palabras
una vida distinta de paredes,
que ya eran sin uno,
que fueron porque uno las habitó de hélices
y que van a quedar cuando uno,
aunque uno no quiera,
no quede.

Uno tiene silencios de fuego.
Uno quiere decir y no puede.
Uno ocurre el Abismo.
Eso es todo.
Uno dice y no entiende.
Eso duele.

Pero eso no importa.

Uno dice.
Eso es suficiente.




Carta de marzo

Hoy que se marchen todas las hojas de este marzo
tal vez pueda decirte estas palabras ciegas.
Hoy, cuando partan todas las calles y las alas,
cuando tus alas partan y partas tú con ellas.

Este verano tuvo la luz de mil veranos
y tuvo los crepúsculos más largos de la tierra.
Y el nombre del verano fue el mismo nombre tuyo.
Y este verano tuvo tu claridad de estrella.

Hoy que se quemen todas las hojas de este marzo
y me quede en las manos la luz de sus hogueras
te diré que ya nunca será igual el ocaso,
que nunca será el mismo verano sin tus huellas.

Me queda tu alegría de luz volando en risas
en jardines de tarde que han cerrado sus puertas.
La canción que escribimos para volver el tiempo
y el eco de tu abrazo diciendo adiós me quedan.

Diré que este verano duró lo suficiente
para incendiar los días del tiempo con luciérnagas.
Diré cuánto te quiero. Serán estas palabras
cenizas que me extingan cuando ya no te quiera.

Hoy que ya vuelan todas las hojas de este marzo
va naciendo con lámparas la ciudad de tu ausencia.
Y hacia la tarde arrojo caballos de silencio
y lanzo al horizonte estas palabras ciegas.




Lloro

Despierto en el silencio y siento y lloro.

Lloro porque hay los lejos, por tu rostro
que a los lejos se fue y extingo y nombro.

Lloro porque mi nombre no es mi nombre,
porque otro hay que es yo y yo soy otro.

Lloro porque no tengo explicaciones
para llorar de este o de aquel modo.

Lloro porque las lágrimas son lágrimas
y son para llorarlas como lloro.

Lloro lleno de tardes y distancias.
El mar huye dos olas de mi rostro.

Lloro por nada, viento, frías hojas;
por hojas frías, viento, nada, todo.

De pronto soy. No sé. No me pregunto.
Tu voz voló su voz de aquí de pronto.

Despierto y son los lejos
y faltas tanto.

Despierto en el silencio. Siento. Lloro.


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Mario Zetino. (Santa Ana, 1985). Ha publicado el poemario Uno dice (Índole Editores, 2013), que trata sobre el amor sentimental, la separación y la tristeza. Poemas suyos han sido incluidos en antologías y revistas literarias en El Salvador, México, Estados Unidos y España.

Perteneció al taller de poesía de La Casa del Escritor, cuando fue dirigido por el escritor salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa. Con textos producidos por los miembros del taller, compiló la antología Memorias de la Casa. 25 poetas (Índole Editores, 2011).

Ha participado en festivales de poesía en El Salvador y Colombia, y ha sido escritor residente de la Hispanic Writers Week, programa de la Universidad de Massachusetts en Boston para enseñar escritura creativa a estudiantes de secundaria de origen hispano que viven en dicha ciudad.

Es Licenciado en Letras, coordina un taller de escritura creativa en Santa Ana y escribe el blog Uno dice.