miércoles, 23 de diciembre de 2009

poemas de carmen gonzález huguet

Carmen González Huguet, El Salvador
Autor de la fotografía: El Diario de Hoy de El Salvador










Si hambre de ti no fuera
Lo que me impulsa a tu mirada dulce,
Yo también justamente lo llamaría gula.

Y si el deseo no fuera
Sed dominante que consume el alma
Junto a la carne, bien que la lujuria
Sería lo que mejor lo descubriera.

Pero este no es el caso.
No basta, no me bastan,
Jamás me bastarían de ti ni los segundos,
Ni los instantes solos, ni los besos fugaces,
Ni la entrega en silencio.

No existiría abrazo en que todo cuerpo
Pudiera saciar el hambre de mis brazos.
Yo no te quiero así.

Sé que no bastaría
Para quererte todo
Lo que satisfaría a otros amantes.

Tal vez no sea claro,
Pero en estas distancias te recobro cabal,
Más que en la piel o el goce.
Y en todos tus silencios
Cuánto me dices mudo.

Amor, yo no preciso más de ti
Que saber que estás vivo,
Que te sientes vivir en el milagro,
Que comparto el silencio que habitas,
Que soy una razón
Para que el mundo tuyo alcance su sentido,
Y que gracias a ti
Yo no habito el absurdo.







***

A ese tu cuerpo
Que nunca se supo bien compartido
¡Qué daría yo por darle
Un pequeño rincón de compañía!
¡Qué haría por aliviar un poco
La terrible frialdad de su estar solo!

No, no invado tu mundo. Lo respeto.
No te pedí jamás confidencias.
Pero yo quería escaparme, en la noche.
Vagar desasida, sin cuerpo, sin medida,
Sin límites o lastres
Y verte desde la más lejana estrella
Y saberme contigo.

No, yo no te pido nada.
Me siento agradecida por todo lo que me das.
No puedo evitar sentir lo que siento.

Pero ¿por qué no he de soñar?
Ya sé que no es posible.
Ya sé que no hay nada seguro,
Que nada hay que indique el porvenir.
Pero entonces, déjame soñar…

Ya sé que todos los escollos se acumulan,
Que me voy a estrellar contra la realidad,
Pero saber que me has querido
Valdrá por todos los dolores, por todos los quebrantos.

Déjame soñar que dormito en tus brazos
Que tus labios me hablan dentro de cada uno de tus besos,
Que la luz nos encuentra en la pasión unidos,
Que el abrazo ha alcanzado su cabal estatura.

Sí, ya sé que no es cierto.
Que no puede ser.
Que lo que marca el camino es la distancia.

Pero, amor, lo que yo siento
Escala todos los infranqueables muros.
No podrás evitar que yo esté siempre contigo.
Voy a besar tus ojos con mi mirada ausente,
Voy a abrazar tu cuerpo
En el golpe del mar
O en el viento más suave,
Voy a rodearte todo
Sin que puedas saberlo.

Este amor recoge todos los “sin embargos”,
Apura cada trago de ausencia y lo hace canto
¿No comprendes?

Voy a poblar tu soledad
Aunque me digas que no quieres,
Aunque te obedezca y me marche,
Aunque bien sepa que no quieres que me vaya.








***


No seas tan cruel.
Ya es bastante crueldad el despertar.

Ahora, amor, déjame soñar.
Déjame creer que entre tus brazos nacen las caricias,
Que entre tu pelo se quedan
Perdidos los dedos de mis manos,
Que tu piel es el territorio
Donde abrevo la sed de mi ternura.

¡Ay, déjame vivir en la creencia
De que no hay más horizonte que tus ojos,
Que no hay más luna
Que la redonda dulzura de tu boca!

No me importa engañarme,
No me importa mañana despertar,
Y vivir en el destierro sin tu cuerpo.
Ahora, déjame soñar que habito en el refugio
De tus manos.
Déjame creer
Que en ellas recibes el don entero de mi entrega.
Déjame pensar que en ti
De pronto cabe la ternura toda,
Todo el amor del mundo,
Y que en estas palabras
Que pronuncia mi boca
Caben todas
Las palabras de amor que me he callado.

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